[Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 47 (El objetivo de Makoto):
- Spoiler:
- El Steeler había tomado un buen viento y avanzaba a toda velocidad con rumbo a Water 7, tal y como lo señalaba el Eternal Pose que ahora tenía Natsuki consigo. Ni ella ni el resto de la tripulación sabían cuánto tiempo tardarían en arribar a aquella isla, pero era un rumbo seguro y no tenían otra opción. De cualquier forma, Makoto afirmaba haber escuchado nombrar esa isla y estaba segura que no se encontraba demasiado lejos, al menos no en el Nuevo Mundo o algo por el estilo.
Esa misma mañana, la capitana Hollie arribó a un puerto no muy lejano conocido como Akron, pero no veía rastro de los piratas. Preguntó por todos lados pero ellos no habían llegado ahí. Con enfado, subió a la embarcación para tratar de dormir un poco luego de no haberlo hecho durante la noche. Se dio cuenta de que los piratas, o tenían en su poder un Eternal Pose o simplemente se perderían en el océano con tal de no ser capturados. Como marine, desechó la segunda opción y se puso como objetivo el capturar pronto a esa tripulación.
Pasaron tres noches más a partir de ese momento. Makoto estaba ya adaptándose a su nueva “familia”. Gracias a su gran vista, la joven había tomado el puesto de vigía y pasaba bastante tiempo en la torre del mástil principal. De cualquier forma, no había visto una isla en todo ese tiempo.
Tal mañana, como siempre lo hacía, Blaze buscaba el ave del periódico que tarde o temprano cada día lograba llegar hasta el Steeler. El capitán tenía la ilusión de ver algo sobre los Mugiwara, pero estaba perdiendo la esperanza; sin embargo, ésa sería la ocasión en que sabría acerca de sus héroes. Apenas tomó el periódico y vio en la primera plana de éste un acontecimiento peculiar. De acuerdo a los reportes, Monkey D. Luffy había vuelto a Marineford, pero no solo, pues el ex miembro de Ouka Shichibukai, el gyojin Jinbe, así como el “Rey Oscuro” Silvers Rayleigh, le habían acompañado en un extraño ritual que terminaba con una especie de reverencia, escena que había sido capturada en una fotografía. Por más que intentaba, Blaze no podía encontrar sentido a esas acciones.
–Lo que hicieron con la campana es una especie de despedida de año –le explicó Fuu, quien había escuchado sobre ese ritual– aunque también podría significar un cambio de era, de época o algo así. De cualquier forma, es una forma de dejar atrás algo.
–¿Crees que su tripulación se haya desbandado? –preguntó Jet quien se acercó a ver la noticia.
–¡De ninguna forma! –le afirmó Blaze, no enfadado, pero sí seguro de lo que decía– tal vez sea sólo una forma de despistar a la marina, o... –el chico de acero finalmente notó el tatuaje que el capitán mugiwara llevaba en su brazo– eso no lo tenía antes, ¡ya sé! Es un mensaje para sus nakamas, seguramente es una clave para el lugar donde deben verse o algo así.
–Opino que has leído muchas historias fantásticas, pero si tú quieres creer eso, adelante.
Cuando Blaze se volteaba para responder a su primero de a bordo, varias hojas cayeron del periódico. Pero no eran páginas de éste, sino que parecían venir aparte. Se trataba de las recompensas. Las cuales recogió Fubuki. La princesa comenzó a verlas una por una, eran cerca de 50 carteles con los rostros de villanos hasta que vio uno conocido, pero lo tomó con tranquilidad.
–Mira Jet, aquí estás de nuevo –le dijo Fuu. Él se volvió y se dio cuenta de que su recompensa no había subido, estaba igual, en 37 millones– ¡Y Makoto está aquí también! –se sorprendió la princesa al ver a su compañera; sin embargo, ella sí tenía una cifra diferente, pues en lugar de sus doce millones, ahora otorgaban 25 por su cabeza. Fuu sonreía mientras le daba su respectivo cartel a la arte marcialista, pero luego su rostro cambió al ver la siguiente fotografía. No había ningún nombre, sólo un apelativo, el cual era “Killer Princess” y la cifra era de 15 millones apenas, mientras que la imagen era de una joven con su cara cubierta, dejando solamente los ojos a la vista; era precisamente ella.
Fuu lució enfadada al inicio, más que nada por el apelativo, que la hacían parecer algún tipo de asesina, aunque su capitán lo hizo todo más fácil asegurando que a la marina le gustaba exagerar –un poco más y hubieras sido “Killer Queen”, habría sonado genial –reía el chico de acero mientras ella recuperaba su semblante tranquilo.
A continuación Fuu vio que el siguiente era su compañero Osore. Él sí tenía su nombre, pero además, al igual que Jet, tenía un apodo, el cual era “Neon Knight” y 18 millones como recompensa. Entre más veía carteles, más de sus nakamas observaba en fotografías. Pronto entregó su respectivo “wanted” a cada compañero. A Shinta, de 10 millones y a Natsuki de sólo 7 millones. Blaze estiró las manos esperando el suyo pero por más que Fuu buscó no lo encontró.
–Seguramente lo traerán hasta mañana Blaze, no te preocupes –trató Fuu de calmarlo.
–Pero si toda la tripulación está aquí, ¿por qué yo no? No tiene lógica –el capitán hacía un puchero, sin creer que de toda la banda era el único sin un cartel de recompensa.
–Es que no peleaste con nadie, “captain” –le dijo Natsuki sin pensar que era algo malo. Blaze simplemente lo tomó mal y prefirió irse a su camarote. Jet tenía planeado pedirle que le “fabricara” una katana provisional mientras conseguía una de verdad, pero tendría que esperar a que su sensible capitán se calmara.
Mientras tanto, Natsuki no pareció muy afectada por lo que había pasado con su capitán y en vez de eso fue con Makoto, quien había bajado de la torre para ver su cartel de wanted hacía unos minutos.
–¡Ma-chan! –la abrazó con entusiasmo, haciendo que chocaran contra la barandilla, aunque con suavidad– ¿la has pasado bien aquí? ¿verdad que estás feliz de haberte unido a nosotros? –preguntaba sonriendo– cuando lleguemos a la siguiente isla vamos a ir tú, Fuu-chan y yo de compras y la pasaremos muy bien.
–Tiene razón, la pasaremos bien –afirmó Fubuki– y sabes que estoy contenta de que estés con nosotros, pero creo que debes contarle a todos cuál es tu objetivo de quedarte en la tripulación, además de ayudarnos a seguir el viaje –la princesa sabía más de Makoto que los demás, al compartir la misma habitación con ella.
–Es verdad –puso Makoto rostro serio– por supuesto, no es nada malo, pero quisiera que lo supieran, porque ahora soy parte de este grupo, de esta familia –y al decir eso, volteó a ver con una sonrisa a Natsuki– cuando le pregunté a mi padre quién le había hecho eso, dijo que debía haber sido el Doctor Vegapunk. Quiero conocerlo, no por venganza, sólo quiero saber por qué, ¿por qué mi padre? ¿Por qué la marina hace ese tipo de cosas? ¿Por qué alguien con una mente como la de ese hombre, puede prestarse a esto? –decía mientras comenzaba a sollozar, al recordar a su padre.
–Y nosotros te ayudaremos a llegar ahí, ¿verdad? –preguntó Fuu a sus compañeros, quienes asintieron y afirmaron que los objetivos de cada uno, eran los de todos. Jet miró por un momento a Osore, esperando que, tal vez en ese instante tan propicio, finalmente contara su historia, pero no fue así.
kaizoku ou-
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 48 (Hambre):
- Spoiler:
- El viaje duraba todavía dos días más, y fue en ese momento cuando Blaze volvió a salir a cubierta. Su depresión había pasado por el momento y aseguraba que iba a conseguir una recompensa por su cabeza más grande que la de todos sus tripulantes juntos, por lo que sería temido en todo Grand Line.
–Como parece que ya estás de muy buen humor, te pediré un favor. Hazme una espada, como la que “fabricaste” cuando peleamos con Natsuki, ¿recuerdas?
–Puedo hacerla, pero recuerda que no soy un herrero y lo que pueda hacer, no tendrá nunca la calidad de una katana normal.
–No importa, es sólo provisional –respondió el espadachín.
–Como quieras, y pondré más empeño que en esa ocasión para que sea mejor y te sirva –el capitán, quien se veía algo cansado, comenzó a crear el arma de sus manos– ojalá en lugar de la fruta de acero, hubiera comido la fruta del alimento, nos morimos de hambre.
Tras tantos días en alta mar sin parar, incluyendo desde que habían salido de Kaprico, los alimentos estaban cerca de agotarse, por lo que Fuu había reducido las porciones de cada quien con el fin de que duraran lo más posible. De cualquier forma, el límite estaba cerca y lo situación podía ponerse insostenible. Incluso la siempre tranquila princesa estaba un poco de mal humor y pidió a sus nakamas conseguir algo de comida, ya fuera aves que volaran cerca o peces que pudieran atrapar alrededor del Steeler; pero no era fácil, pues sólo emplumados de tamaño pequeño estaban por ahí y los peces comestibles no se acercaban a la superficie estando cerca un barco tan grande y no era que los piratas tuvieran un gran conocimiento dentro de la pesca.
Pasaron dos días más y la comida finalmente se agotó, a pesar de los mayores esfuerzos de Fuu por hacerla rendir al máximo. Fuu y Makoto buscaban en la bodega para ver si algo se les había quedado sin que se dieran cuenta, pero lo único que encontraron había sido una patata partida a la mitad y que tenía algunos gusanos. Fuu la llevó consigo y la presentó a sus nakamas como el último alimento que restaba en el Steeler. Afirmó que, a pesar del aspecto de aquel tubérculo, seguía siendo comestible y que si alguien no aguantaba para nada el hambre, podía comerla, incluso aseguró que los gusanos serían una fuente de proteína valiosa en esas condiciones. Todos rehusaron en ese momento, a pesar de que varios de sus estómagos protestaron. La princesa también recomendó a sus compañeros que hicieran poca actividad y, que de ser posible, no se movieran mucho durante las próximas horas.
El primero que cedió al hambre fue precisamente el capitán. Se acercó a la cocina y finalmente entró, encontrando la patata aún con los gusanos. Si quería, podía cocerla y probablemente no pensaría mucho en los anélidos. Justo cuando iba a tomarla, el estómago de alguien más asomó con gruñidos en esa pieza. Blaze volteó hacia la entrada y vio a un Shinta avergonzado, pero que aun así no se separaba de la puerta; el chico de acero supo de inmediato que su tirador también se había rendido a su propio estómago, pero no era el único, pues detrás de Shinta apareció Natsuki. La navegante, en lugar de su siempre vivaz sonrisa tenía un rostro débil y marcado por su hambre. El capitán los miró a ambos un minuto y se dirigió a la salida.
–Es toda suya, no desperdicien nada –les dijo.
–Pero tú has llegado primero –con tono casi de disculpa, Shinta detuvo a Blaze antes de que ésta saliera a la cubierta.
–No puedo –respondió– como capitán, no puedo dejar que ustedes pasen hambre si aún hay algo de comida. Yo aguantaré hasta diez días sin comer de ser necesario –les sonrió orgulloso.
Y era cierto. No es que la tripulación hubiera tenido días sin comer, pero ya que las porciones eran tan pobres en las últimas comidas, el hambre abundaba en todos los tripulantes, y quizás el que más tenía era Blaze, pero no estaba dispuesto a mostrar debilidad. Makoto vio esa escena y le alegró que la banda tuviera un líder de ese tipo. Al inicio no estaba muy segura si él era el indicado, puesto que casi siempre la pasaba durmiendo y además parecía ser algo caprichoso y más sensible que lo necesario, pero finalmente lucía como un buen capitán. Eso le dio algo de energía para subir a la torre del mástil principal, pues quería avisar sobre la salvación de encontrar esa isla de Water 7, la cual incluso algunos comenzaban a dudar de si existía.
Makoto afinó la vista y no vio absolutamente nada. Se sintió decepcionada, pero a la vez le pareció bastante lógico. Se tumbó sobre el pequeño barandal de esa torre y sintió que iba a dormirse. De cualquier forma, se levantó, para tal vez intentar bajar o decidirse si debía quedarse ahí durante todo el día. Vio de nuevo hacia el horizonte y esta vez sí vio algo. Se talló los ojos y ya que no había nada ahí, pensó que había sido un espejismo; sin embargo era una ola la que parecía haberle tapado lo que ya había notado la vez anterior y cuando fijó su gran vista finalmente estuvo segura de que algo había a lo lejos. Reunió toda la fuerza que pudo y lo gritó a todos sus compañeros. Era como un milagro y todos parecieron olvidar su hambre por un momento. Shinta, quien se llevaba a la boca parte de la patata, escupía los gusanos que colgaban por su boca.
Desde la torre de vigía, Makoto fue viendo más claramente aquella isla. Al inicio había una torre de la cual parecía salir agua y poco a poco fue tomando forma hasta ver que eran muchas fuentes y que la isla parecía estar bastante poblada
–¿Qué dice esa Eternal Pose, Natsuki? –gritaba desde arriba una renovada Makoto.
–Ésa es la isla, apunta directamente hacia allá –respondió para la alegría de sus nakamas. Sólo Jet, que estaba en la popa del barco, tratando de no hacer ningún movimiento, no celebró efusivamente. Por alguna razón, el espadachín siempre estuvo seguro de que tarde o temprano llegarían a Water 7.
Así, pasaron un total de ocho días desde que el Steeler había abandonado el G-12 y lograba llegar a Water 7. La derrota venía a cuestas, pero la esperanza de un mejor porvenir no podía evitarse, siendo que ese lugar, en primer término, los salvaría del hambre.
kaizoku ou-
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 49 (Water 7):
- Spoiler:
- El tiempo que al Steeler le tomó llegar hasta Water 7 pareció una eternidad para los piratas, pero inevitablemente el navío arribó hasta un lugar parecido a un islote, el cual tenía entrada a la isla. Lo primero que hizo Blaze fue ir por algo de berries que tenía guardados en su camarote y así poder comer y comprar alimentos. Todos bajaron del barco con ánimos renovados y al entrar a la ciudad, no todos miraron lo particular que era. Sólo Fuu y Jet admiraron el peculiar estilo de construcción y los canales acuáticos que estaban por todas partes. Cerca de la entrada, había un restaurante. En cuanto los piratas vieron el letrero entraron desesperadamente y Blaze ordenó una montaña de comida que fue devorada con tintes de bestialidad dada el hambre que sufría el grupo.
Una hora después todos, hasta el último habían saciado su necesidad de comer. La cuenta fue alta, pero bien valía la pena. Para Blaze el pagar esa cantidad no le presentaba dificultad, e incluso, durante los días pasados, le parecía una broma de mal gusto tener dinero y no poder comer cuando tenían hambre. Además todavía le quedaba algo de oro.
Cuando la digestión hizo que los piratas pudieran levantarse de sus asientos, decidieron salir a explorar. Aunque Blaze y Fuu se separarían las primeras horas de los demás, para comprar las provisiones necesarias para continuar el viaje. De cualquier forma todos tendrían que viajar en Yagara hasta arribar a la parte gruesa de la ciudad. Así lo hicieron y fue cuando todos empezaron a sorprenderse del lugar en donde se encontraban. Desde las rústicas paredes de los edificios, pasando por los canales que controlaban el transporte de la isla, la fiesta y el aroma a incienso que inundaba muchos de los pasadizos de aquella mágica ciudad.
Tras un viaje corto hacia el centro de la isla los piratas salieron del Yagara y se encontraron en una plaza bastante grande, llena de gente que iba a un lado y hacia otro, como abejas que luchaban por depositar el polen en su panal. Blaze y Fuu estaban por despedirse cuando advirtieron que Jet miraba fijamente hacia otra dirección. Sus ojos apuntaban hacia la orilla de la plaza, donde menos personas se movían. Ahí estaba ella.
Llevaba un vestido casual un poco arriba de las rodillas, de color rosado con estampado de flores con tonos pastel, sandalias de piso sin tacón y usaba una sombrilla totalmente blanca. Además, tenía puesto un sombrero amplio, también blanco, con una banda azul cielo, y del cual parecían brotar sus rizos dorados que caían hacia su espalda y hombros.
–¡Ayaka! – le gritó Blaze antes de que Jet pudiera hacer algo. El capitán repitió el saludo y se acercó a la marine seguido por sus compañeros, siendo el último de ellos el espadachín. Ella sonrió levemente al reconocer a ese pirata que agitaba la mano mientras iba hacia ella.
–Hola Blaze –le saludó sin ser muy efusiva, pero visiblemente contenta. Sus ojos azules estaban tranquilos, cómodos, regenerados debido a las vacaciones que se había tomado– ¿esta es tu tripulación? –preguntó al ver a tan singulares personajes.
Natsuki se acercó con un rostro serio, extraño y pareció inspeccionar a la joven, mirándola desde distintos ángulos –¿así que tú eres la novia de Jet, no? –preguntó con algo de celos, como si estuviera probándola.
–¡Cállate Natsuki! –apareció el espadachín entre la navegante y la rubia quien sólo reía– ella no sabe lo que dice –afirmaba Jet mientras le tapaba la boca a Natsuki.
–Yo creo que debemos irnos de aquí –les dijo Blaze a sus compañeros, excepto, por supuesto, a Jet, a quien, sin mencionarlo, le instaba a permanecer con Ayaka– fue bueno verte, chica marine. Qué bueno que no moriste en la batalla contra Shirohige. Nos veremos luego –se despedía Blaze y era como una señal para sus nakamas quien junto con él se fueron alejando. Ayaka y Jet se quedaron solos en esa esquina de la plaza sin hablar durante casi un minuto.
–Perdona a mi tripulación –al fin él rompió el silencio.
–Se ve que te quieren mucho, no me extraña sabiendo lo que hiciste por ellos –la joven todavía observaba a los piratas perderse entre esa multitud– sobre todo esa chica, ¿es tu hermanita?
–Algo así, es extraño de explicar –respondió el espadachín quien comenzó a admirar el cuerpo de la capitana, ya sin estar enfundada en el rígido uniforme de la marina, así como sus labios en un tono mucho más fuerte que antes los había visto, ahora sí estaba maquillada para salir y pasear, no sólo para trabajar– te ves bien.
–Viniendo de ti, debe ser un gran cumplido –ella actuaba como si el beso que ambos se habían dado -o mas bien que Jet había robado- semanas atrás en el barco de la marina, nunca hubiera sucedido. Jet por su parte, actuaba con cautela recordando precisamente ese momento que no podía alejar de su mente desde que había advertido la presencia de la capitana en aquella plaza.
Finalmente ambos comenzaron a caminar juntos. Ayaka advirtió que debía volver en media hora pues estaba esperando a su subordinada Hanako, quien era gran aficionada a los libros y se encontraba en una tienda cercana eligiendo algunos volúmenes. Mientras tanto, Fuu y Natsuki trataron de escabullirse del grupo de Blaze para seguir a la pareja. La princesa lo hacía por curiosidad y por esa ansia de “chisme” que a veces no podía controlar, mientras que la navegante afirmaba no estar segura de que esa chica era la indicada para su “hermano mayor”; sin embargo ambas fueron detenidas por Blaze, quien no las dejó espiar por ningún motivo al espadachín.
Ayaka platicó a Jet sobre la guerra de Marineford, aunque omitiendo aquellos detalles que no podrían llegar a oídos de un pirata, mientras que él no reveló más que trivalidades; no contó acerca de las aventuras en Yuki o las otras islas, esto al menos hasta que la rubia notó la extraña arma del espadachín.
–La mía está rota –se detuvo un momento Jet al ver el acero semiforjado que Blaze la había fabricado. Ambos estaban en una calle empedrada que tenía de un lado edificios no muy altos, de dos o tres plantas, y del otro uno de los canales por donde Yagaras pasaban una y otra vez con carga o pasajeros– fue tu novio, él la hizo inservible con un truco poco honorable.
Ayaka duró un poco para asimilar lo que había escuchado y aunque se imaginaba quién era la persona de la que Jet hablaba, prefirió asegurarse.
–¿Disculpa? –preguntó, haciéndose la ofendida por lo que su acompañante había dicho.
–No recuerdo su nombre, sólo que él dijo que era tu novio –y Jet describió al sujeto como mejor lo recordó.
–Kazuhiko... –la rubia hizo un gesto serio y su rostro miró al suelo un momento– él y yo no tenemos ya nada que ver. Tal vez un tiempo así fue, pero no así ahora, no más. –Fue por poco que una sonrisa escapaba en el rostro de Jet quien apenas pudo esconder lo contento que lo hacía escuchar esas palabras de Ayaka, sobre todo porque parecían sinceras y con bastante desagrado para con el Contra Almirante. Él prefirió cambiar el tema y la plática entre ambos se alargó, mientras seguían caminando por las empedradas calles de la Capital de Agua. Unos minutos después, la sonrisa de Ayaka se borró del rostro.
–¡Es muy tarde ya! –dijo sorprendida– tenía que esperar a Hanako hace ya tiempo y me entretuve aquí –se detuvo de sus palabras de pronto, al darse cuenta de lo que había dicho– no quiero decir que haya sido tiempo perdido, sólo que tengo que irme. ¡Pero podemos vernos mañana, si es que ustedes no se van hoy, estaré temprano por la ciudad, cerca de aquí!
–Mañana está bien –respondió Jet. Ayaka se despidió y dejó ahí al espadachín mientras corría para regresar a la plaza donde ambos se habían encontrado. Él se desconcertó un poco por la actitud de ella, sobre todo al final. Ésa no era la Ayaka que él conocía, aquella rígida y decidida capitana de la marina; sin embargo, en ese momento pensaba que tal vez le agradaba más esta Ayaka. Una chica más jovial y que también parecía más sincera.
kaizoku ou-
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 50 (Yo soy una marine y tú un pirata):
- Spoiler:
- Ayaka llegó corriendo a la plaza y tras buscar en varias direcciones, vio a Hanako sentada en una banca, rodeada de dos bolsas, seguramente repletas de libros. Sonrió al ver que su asistente era tan disciplinada como ella.
–Perdona Hanako, me encontré una amistad y platicamos tanto que perdí la noción del tiempo.
–Qué raro, usted tiene pocos conocidos, ¿era marine?
–No –sonrió nerviosa la rubia– vivía en un pueblo en el que estuve un tiempo durante mi entrenamiento. Pero es mejor que volvamos al barco, se hará tarde –le pidió y Hanako finalmente aceptó comenzando a platicar acerca de los volúmenes que había conseguido en aquella tienda.
Jet por su parte regresó al Steeler donde no había todavía nadie. Ninguno de sus compañeros había llegado todavía y se dispuso a esperarlos. Con la vista clavada en el pasillo que llevaba de ese islote hacia la ciudad, aguardaba la llegada del grupo. No se preocupó de estar por horas en la misma posición, recargado sobre la barandilla, pues su mente se encontraba viajando hacia otro lugar. No fue sino hasta que escuchó un grito que advirtió que el resto de la tripulación estaba regresando al barco. Natsuki lo había visto desde lejos y agitaba su mano a modo de saludo. Él sólo sonrió.
Cuando todos llegaron al barco, el espadachín fue asaltado con preguntas por parte de la navegante y también de Fuu, pero ellas fueron interrumpidas por su capitán, quien las obligó a ayudarle a guardar la gran cantidad de víveres recién comprados, aunque lo hizo con toda la intención de que no molestaran a su primero de a bordo. Osore también fue a ayudar para que el trabajo fuera menos pesado para sus compañeras y se llevó a Shinta. Sólo Makoto se quedó en la cubierta junto a Jet.
–Tu rostro está raro –le dijo fingiendo desinterés total por él– te la has de haber pasado bien con esa chica, porque hasta estás sonriendo, mira que te ves hasta tétrico si me preguntas –ella mejor se retiró a descansar al camarote que compartía con Fuu antes de obtener respuesta de su compañero, quien sólo suspiró.
El resto de la tarde, que ya casi era noche, las tres chicas de la tripulación planearon el siguiente día, el cual sí consistiría en comprar ropa para ellas. Osore por su parte quería ir a buscar algunas chicas, pero como su intención era llevarse consigo a Shinta, Fuu pidió a Blaze que les acompañara. Jet ya tenía planes, por supuesto.
Y el espadachín fue el primero en levantarse al siguiente día y ponerse listo para salir a la ciudad nuevamente. Comenzó a caminar por las calles empedradas con sus manos dentro de sus bolsillos mientras su katana enfundada golpeaba levemente su pierna izquierda por cada paso que daba. Tras unos minutos de andar, llegó hasta la plaza donde un día antes había encontrado a Ayaka. Esta vez, no había tanta gente aún, pero el pirata no pudo ver a la rubia por ningún lado. Esperó, de pie, cerca de la orilla de la plaza con uno de los canales hasta que vio llegar una figura delgada, con su cabello atado en una coleta de caballo, una blusa azul cielo sin mangas, un pantalón de tela de jeans, pero de color blanco, entallado, hasta las rodillas, y la misma sombrilla del día anterior. A Jet le causaba extraña impresión verla de esa forma, pues si ayer había pensado que se veía juvenil, ese día, a sus ojos, era una chiquilla casi de la edad de Natsuki.
Al acercarse uno al otro se saludaron calladamente y la marine pidió que fueran a desayunar, incluso afirmó que ella pagaría, así que no debían preocuparse por el dinero. Al llegar a un pequeño desayunador, ella fue la que comenzó la plática relatando que sus vacaciones se agotaban justamente al día siguiente y debía partir esa noche de Water 7 para dirigirse a los Cuarteles Generales de la Marina y de ahí, de regreso al East Blue.
–¿Y ustedes cuánto tiempo estarán aquí?
–Supongo que lo que tarde en cargarse el log –respondió el pirata tratando de sacudirse la noticia de que la rubia debía partir– debemos llegar a Sabaody, el último lugar donde los Sombrero de Paja fueron vistos, pues Blaze quiere tener pistas sobre ellos.
Era la primera vez que Jet comía junto a Ayaka y ahí pudo darse cuenta de que el apetito de la capitana no tenía nada que ver con su delgada figura, ya que aunque comía con elegancia y modales, las cantidades eran mayores a las que él ingería, y no por poco. No quiso interrumpir demasiado a la rubia con comentarios sin sentido y prácticamente no habló más hasta que la comida se terminó. Ambos compartieron palabras simples y triviales al dejar el lugar y se dispusieron a caminar por calles más céntricas de la ciudad que las que habían andado un día antes.
Casi sin darse cuenta, a los pocos minutos, iban tomados de la mano. Mientras ella señalaba detalles en los edificios o sucesos en los canales, él sólo iba serio, pero no con su rostro duro y el seño fruncido como de costumbre, sino con semblante tranquilo y casi sonriente.
Ambos subieron hasta la parte más alta de la ciudad donde encontraron una enorme fuente al frente y el resto de la Capital de Agua a sus espaldas a la que voltearon a ver unos segundos después.
–Es una vista hermosa, ¿no? –preguntó ella. Él iba a responder, pero al no ocurrírsele nada, sólo asintió. No era su estilo decir cosas melosas o románticas. Sólo apretó un poco más fuerte la mano de la chica y se volteó a para verla a los ojos, cosa que ella imitó para, segundos más tarde, acercarse al rostro del espadachín. Él agachándose, hizo lo mismo y poco después ambos se besaban, por primera vez, bajo el consentimiento de los dos, no como hubiera sido la primera vez.
Sin embargo, mientras sus labios estaban unidos, Ayaka abrió los ojos, como si recordara o se diera cuenta de algo importante y se separó inmediatamente del pirata.
–¿Qué sucede?
–No es... yo no... –la rubia miraba angustiada al espadachín quien sólo estaba desconcertado– esto ha sido un error –dijo y huyó del lugar. Jet reaccionó un poco tarde, pero fue a seguirla, llamándole por su nombre en repetidas ocasiones para que se detuviera. Ella bajó varios niveles de la ciudad hasta que llegó a un pasillo grande, donde había poca gente, todavía en una parte alta de Water 7.
–¿Se puede saber qué he hecho ahora? –preguntó Jet con rostro de fastidio cuando finalmente la alcanzó.
–No es que seas tú, ni lo que hayas hecho. Es lo que somos y las diferencias que existen entre nosotros. Soy una capitana de la marina; tú eres un pirata con una recompensa. Nos acabamos de besar, ¿y luego qué sigue? ¿Quieres que sea tu novia? ¿Y cómo pretendes que pase eso? Soy una marine y tú un pirata –repitió con su rostro recio pero con sus ojos emocionados– ¿acaso pretendes que yo me haga una criminal y surque contigo los cinco mares? ¿o es que intentarás pedir perdón y hacerte un marine tú mismo y separarte de la vida de pirata para estar conmigo? Si tienes la respuesta para eso, dímela ya –pidió casi desesperada, pero luego desvió su mirada, que se había vuelto triste, un poco a hacia su izquierda –si lo que quieres es acostarte conmigo, sabes lo que siento, y podemos ir a una habitación y terminar con esto de una vez para ya no volvernos a ver nunca más.
–¡Sabes que no se trata de eso! –respondió él como si se sintiera insultado, pero a la vez, no sabía qué más decir, por lo que calló tras su contestación.
–Debo irme –le anunció con los vidriosos ojos de color, hermosos y azules como la superficie de mar adentro, alejado de tierra– cuando tengas la respuesta para lo que te pregunté al final, trata de verme. Mientras tanto, y cuando esté en servicio, ten en cuenta que, si son órdenes, tendré que atacarlos. Si llegamos a toparnos en circunstancias normales, los dejaré ir, como una muestra de mi aprecio a Blaze y mi relación contigo. Adiós –y ella se alejó, ya más tranquila, con paso firme. Había regresado a ser la rígida y disciplinada capitana de la marina. Se dirigía al hotel donde se hospedaba, donde seguramente Hanako estaría preocupada por ella. Decidida a dejar Water 7 y a reanudar las labores que su rango le exigía.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 51 (Ella lo quería escuchar):
- Spoiler:
- El carácter de Jet no le permitía exteriorizar demasiado sus emociones y parecía no afectarle demasiado lo que acababa de suceder, al menos así se veía por fuera. Comenzó a buscar con la vista el camino para ir hacia el barco, aunque no pudo hacerlo inmediatamente, pues no reconocía muy bien el rumbo. Luego de dar unas vueltas, afortunadamente para él, encontró a sus compañeras en una tienda de ropa. Vio desde el otro lado del canal de agua que estaba por ahí, que Natsuki le mostraba una minifalda a Makoto, quien negaba con todas sus fuerzas, y luego Fuu enseñaba una blusa la cual parecía agradarle más -pero no del todo- a la arte marcialista y vigía de la tripulación. La escena suavizó un poco el temperamento del espadachín y decidió esperar a sus nakamas afuera del establecimiento.
Cuando las tres salieron, se quedaron sorprendidas de ver al espadachín en ese lugar.
–¿Qué haces aquí, no te habías ido con tu novia? –preguntó Makoto, sin otro afán que el molestar a Jet.
–Sí, cuenta, cuenta, con detalles por favor –pedía Fuu alegremente. Pero Natsuki no dijo nada, y sólo se quedó viendo al moreno-pelirrojo un momento, deformando sus labios casi haciendo un puchero.
–¿No te trató mal esa chica, verdad? –preguntó un poco enfadada– porque si lo hizo, se las verá con nosotras. ¿Cómo se atreve a haberte rechazado?
–No se trata de eso Natsuki, te lo aseguro.
–Pues tu cara está rara –le afirmó ella, con sus brazos posados en las caderas y el seño fruncido– algo malo te ha pasado estando con ella –y ante la insistencia, Jet contó a sus compañeras parte de lo sucedido, haciendo énfasis entre las diferencias entre él y la capitana marine. De cualquier forma, se dejó la mayor parte de los detalles en el relato.
–No podemos estar juntos, es así de sencillo –dijo, echando a caminar por la calle de adoquín– además, no está dentro de mis prioridades, no importa ya.
Por alguna razón, Natsuki sabía que el espadachín mentía, aunque fuera levemente, pero decidió no presionarle más. De cualquier forma, Jet tuvo que acompañar a las tres chicas el resto de la tarde en sus compras y terminó siendo un carga bolsas y cajas. Durante el regreso al barco, el espadachín tuvo que esquivar las preguntas de Natsuki y también las de Fuu acerca de su “cita” con Ayaka. A Makoto no parecía importarle el encuentro de su compañero con la capitana de la marina.
Los piratas parecían tener absolutamente todo listo para irse, tan sólo el Log, que aún no se cargaba, los retrasaba, pero según les habían comentado, a más tardar a la mañana siguiente, éste se apuntaría hacia la siguiente isla.
Ayaka había regresado a donde Hanako temprano, tanto que ésta apenas se despertaba. No es que fuera perezosa, pero las vacaciones la habían hecho cansarse un poco en los últimos días y esa mañana había dormido hasta tarde. Justo cuando la capitana vio a su recluta levantarse le externó la decisión de volver al trabajo. A pesar de sus ojos somnolientos, en cuanto Hanako proceso la información en su dormido cerebro, se puso contenta y empezó a preparar todo para partir. Lo harían por la tarde en un barco pequeño que sólo ambas tripulaban. Ennies Lobby no quedaba muy lejos y aunque estuviera en reconstrucción, su puerta de la justicia todavía estaba en servicio y por ahí podrían arribar más rápido a Marineford para recuperar su barco y regresar con algunos hombres a East Blue.
Sin hacer ningún aspaviento, la capitana regresaba a sus labores y mientras tanto, los pensamientos de Jet estaban posados en ella. Tumbado en la popa del barco, incluso detrás del camarote de Blaze y de su propia cabina, prácticamente en la punta posterior del barco. Natsuki y Fuu se habían rendido finalmente y ambas veían sus ropas nuevas en la habitación de la princesa. Fue entonces Makoto la que dirigió palabra a Blaze, quien junto a Osore, enseñaba a jugar cartas a Shinta.
–Tu espadachín actúa raro “captain” –le interrumpió en su actividad– es mejor que veas qué le sucede, no querrás tener un guerrero con su corazón confundido.
Él no dijo nada y comenzó a buscar al espadachín, mientras Osore invitaba a Makoto a jugar a las cartas, aunque con una modalidad distinta. Ella se rehusó a quitarse la ropa cada vez que perdiera una mano y como respuesta golpeó en la cabeza al médico.
Blaze supo dónde encontrar a su primero de a bordo y le pidió que le contara lo que había sucedido con Ayaka. El espadachín se incorporó y miró hacia otro lado, como si fuera a ocultar tal suceso, pero el capitán sabía bien que su compañero iba a hablar.
–Ella tiene razón –habló al fin– nuestros mundos son distintos. Como ella misma me dijo, ¿acaso quiero hacerme marine? ¿O quiero que ella se haga pirata? No tiene sentido.
–¿Eso te preguntó?
–Sí, algo así.
–¿Y por qué no le dijiste que se hiciera pirata y viniera con nosotros?
–¿De qué hablas? Si le digo eso la hubiera hecho enojar.
–¿Estás seguro? –le sonrió el capitán– yo creo que hasta te hubiera ido mejor, tal vez era lo que ella quería escuchar –el espadachín se quedó mudo, con la boca abierta y por un momento pensó que había algo de razón en las palabras de su compañero, aunque no demoró demasiado en volver a su acostumbrado rostro.
–Como sea, ya no importa. Hemos de seguir el viaje y todo saldrá bien. Lo mejor será salir de esta isla cuanto antes –el espadachín se retiró de ahí, pero su humor era diferente, parecía ser el de siempre y ello tenía contento a su capitán. Cuando Blaze regresó al área cercana de la proa, vio que solamente Makoto estaba por ahí, viendo hacia el mar, aunque más bien hacia la nada, pues el capitán tuvo que hablarle en par de ocasiones para que reaccionara.
Blaze preguntó a su vigía por Osore y Shinta quienes parecían haberse esfumado del lugar. Ella respondió que los dos se habían aburrido y habían ido hacia la ciudad nuevamente hacía unos minutos. Así pues, ambos se quedaron platicando sobre cosas triviales y unos momentos después, Jet los acompañó, aunque sin abrir mucho la boca. Media hora después, Natsuki y Fuu salían de sus camarotes tras haber acomodado toda su ropa y todavía suspiraban por sus productivas compras.
Natsuki entonces advirtió que tanto Shinta como Osore regresaban al barco, y lo hacían realmente apurados. Ella iba a saludarlos efusivamente, pero la detuvieron.
–Aunque realmente me gustaría recibir tu cariño, pequeña, no hay tiempo para eso, debemos salir de la isla ya, en este instante.
–¿Qué sucede? –preguntó Blaze.
–Esa chica pelirroja, la capitana de la marina con la que nos topamos en el G-12, está aquí, en Water 7, ¡debe estarnos buscando! –al escuchar esto, Blaze quiso saber el estado del Log Pose, pero éste todavía no estaba cargado.
–No nos queda más que enfrentarla en la ciudad –afirmó Jet.
–Si hacemos eso –intervino Fuu– no tardarán en llegar refuerzos y entonces será más difícil irnos. Tampoco podemos escondernos, ella es muy lista, tarde o temprano encontrará el barco y no creo que no lo recuerde.
–¿Qué propones entonces? –le cuestionó Blaze, a sabiendas de la sagacidad de la princesa.
–Bueno, aún tenemos la Eternal Pose hacia este lugar, también tenemos bastantes alimentos para varias semanas. Lo que podemos hacer es zarpar en este instante, alejarnos de Water 7 durante unos días, tal vez una semana, y volver. Viéndolo fríamente, es la única forma en el que podremos seguir.
Los piratas estaban deliberando cuando Makoto, que tenía su vista de frente al estribor del Steeler, vio a un acorazado marine bordear la isla con dirección hacia donde se encontraban ellos. Su aguda vista pudo alcanzar a ver a alguien en la popa de ese navío, y aunque no le reconocía desde tan lejos, sí podía saber que había un cabello rojo.
–Es ella, debe serlo –afirmó Fuu.
–¿Cómo diablos nos encontró tan rápido? –Jet preparaba su espada “hechiza”.
–Es posible que nos haya notado a Shinta y a mí. Sé que no nos vio, pero ella tiene esa extraña habilidad.
–La llamó, “Ambición” – aclaró Fuu a Osore– ahora no nos queda otra alternativa que irnos.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 52 (El ataque de Hollie):
- Spoiler:
- Y así hicieron los piratas. Blaze, Jet y Osore se aprestaron a hacer uso de los remos, mientras que Makoto y Shinta abrieron las velas lo más rápido de que pudieron, aunque la acción no fue tan veloz como hubieran querido. Justo cuando el Steeler viraba para alejarse de Water 7, se escuchó el estruendo de un disparo, y segundos después, como si fuese un relámpago, un trueno, una bala de cañón se impactó en la popa del barco y los piratas vieron como el timón voló por los aires tras el ataque.
–¡No se detengan! –hizo Jet reaccionar a sus compañeros y el barco, aunque sin timón, más bien guiado por los remos, comenzó a ir más rápido. De cualquier forma, el acorazado de Hollie les daba alcance de forma rápida y pronto se escuchó un disparo más. Jet y Blaze trataron de reaccionar para ir hacia la popa pero el mismo Steeler respondió con otro cañonazo para desviar el que los atacaba. Su tirador, Shinta, había bajado para tener acceso al cañón posterior, uno de los cuatro que poseía la fragata y con ello había salvado, momentáneamente, al barco y sus tripulantes.
Blaze mandó a Jet, Osore y Makoto que siguieran remando, ayudando al viento que los empujaba. Mientras Natsuki y Fuu se encargaban del timón, él fue a la popa y se decidió a usar sus habilidades para defender el barco y a su tripulación. De ser necesario, usaría su cuerpo con propiedades de acero para detener los disparos.
Tanto el Steeler como el acorazado marine de Hollie, ya estaban algo alejados de Water 7 mientras seguían su refriega. Jet se aprestó a ayudar a su capitán a desviar las balas de cañón, que ya tenían dañado no sólo el timón, sino también la parte trasera del barco. Además, el navío marine estaba dándoles alcance poco a poco y no tenían modo de atacar, pues sus cañones no eran tan potentes. Su enfrentamiento con Hollie parecía inminente.
La refriega continuó por unos minutos y Water 7 dejó de estar en el horizonte, se habían alejado tanto que ya no era posible distinguirla y era el momento más crítico, pues la capitana preparaba ya su naginata para entrar en acción y era cuestión de uno o dos minutos en que ella misma pudiera invadir el Steeler. Además, tras ella, había decenas de marines dispuestos a acabar con piratas y muchos de ellos preparaban sus rifles, esperando por que llegara la distancia adecuada para poder disparar.
Jet, a pesar de tener una espada que no era una verdadera katana, pudo hacer un corte volador, pero fue fácilmente repelido por Hollie.
–Esto se ve muy mal, Blaze, ¿qué diablos vamos a hacer?
–No se me ocurre nada, sólo nos queda pelear –afirmó el capitán. Ninguno de los dos advirtió que Natsuki estaba detrás de ellos.
–Es hora de que yo haga algo –dijo, haciéndose notar finalmente. Sin que sus dos compañeros pudieran reaccionar, la navegante saltó del barco, pero al mismo tiempo que hacía su brinco, crecía gracias a su fruta. Hollie empuñó su naginata, pero desde el primer momento supo que no podía hacer nada, la jovencita seguía creciendo y con su brazo derecho apuntaba como guillotina hacia la proa del barco marine. La gravedad hizo su trabajo y la jovencita pudo aplicar la fuerza necesaria para hacer pedazos el acorazado. Hollie hizo lo más sensato, huyó junto a sus subordinados hacia la popa, esperando que, tras el impacto, los botes salvavidas pudieran utilizarse.
El acorazado fue partido en dos con facilidad, y aunque la popa comenzó a hundirse, Hollie y sus hombres pudieron escapar en cuatro botes que rescataron con rapidez. La capitana marine no podía con su rostro de decepción y sólo echó una mirada furiosa hacia wl Steeler mientras escapaba de su propio barco. No estaba enfadada con los piratas, sino con ella misma por no prever aquella situación. De nueva cuenta, esa tripulación se escapaba de sus manos.
Al mismo tiempo, Natsuki se hundía en el océano. Al caer al agua perdió control de sus poderes y regresó a su tamaño normal. Jet se preparaba para lanzarse al mar, pero alguien más se le adelantó. El espadachín detuvo su acción al ver “volar” a Osore hacia el agua. El peliazul nadó rápidamente y con gran estilo hacia el fondo y con una velocidad notable, llegó hasta donde su navegante seguía hundiéndose. La tomó en sus brazos y se impulsó de nuevo hacia la superficie. No pasó ni un minuto antes de que sus compañeros los vieran salir a los dos. El prácticamente cargándola, pues la joven estaba desmayada.
Justo en ese momento, todos escucharon la voz de Hollie a lo lejos:
–¡Esto no ha terminado, piratas! ¡Les seguiré la pista nuevamente y los atraparé algún día! ¡Cuando bajen la guardia, allí estaré yo para acabar con ustedes! –y así, el Steeler se alejaba lentamente de aquellas barcas, y pronto fue más veloz la marcha de la fragata, cuando se bajaron las velas.
Osore fue ayudado por sus compañeros para subir al barco junto con Natsuki, quien no demoró mucho en despertar y dar las gracias al médico.
–Nadas genial Osore, ¿dónde aprendiste a hacerlo así? –preguntó Fubuki.
–No es nada especial princesa –respondió él, extrañamente cohibido, al contrario de como siempre reaccionaba– me enseñó mi madre, al menos así podríamos decirlo.
Fue una respuesta extraña, pero tampoco daba pie a otra interpretación, por lo que nadie preguntó ya más. La principal preocupación era el rumbo. Sin timón, no era posible regresar a Water 7, o ir hacia donde el Log les indicaba, que era en realidad el G-12, pues no se había cargado hacia otro lugar todavía.
–¡No está! –gritó de pronto Natsuki atrayendo la atención de todos– la tenía aquí y... –se dio cuenta entonces que, al aumentar de tamaño y caer al mar, había perdido el objeto.
–¿Qué es lo que no está? –la inquirió Blaze. Ella bajó el rostro y sus ojos se tornaron llorosos. Apretó sus labios y demoró en responder, aunque finalmente pudo hacerlo.
–Eternal Pose... –sólo dijo y comenzó a sollozar– perdón, yo sólo quería ayudar.
–Y lo hiciste –la abrazó Fuu– de no ser por ti, quién sabe lo que hubiera pasado peleando contra esa capitana y su batallón marine –le dijo mientras los demás reafirmaban las palabras de la princesa, lo que hizo que la navegante se calmara finalmente.
Jet estaba por dirigirse a tomar los remos pero se dio cuenta de lo cansado que estaba. La adrenalina del combate había limitado su fatiga, pero en ese momento los brazos le temblaban, las piernas le pesaban y sus ojos se entrecerraban una y otra vez. Se puso de rodillas un momento esperando recuperarse un poco pero no le fue posible. Fuu, intuyendo lo que le sucedía a su compañero, se acercó a él y le tendió la mano para ayudarle a levantarse.
–Está atardeciendo y creo que todos estamos cansados, lo mejor es que descansemos –propuso la princesa.
–Eso estaría bien –le dijo Blaze– pero lo prudente sería no anclar aquí, Hollie no debe estar tan lejos y no dudo que decida, en un momento dado, venir tras nosotros.
–Shinta y yo nos quedaremos a hacer guardia unas horas entonces, es mejor que los demás vayan a descansar –dijo y ella y así hicieron sus compañeros. Antes de todo, Osore puso un rígido vendaje en la muñeca y parte de la mano derecha de Natsuki pues se había lastimado un poco debido al golpe que le había dado al acorazado marine. Blaze por su parte, fue el primero que se retiró a dormir y Makoto lo imitó, pues también se sentía cansada. Para Jet, no eran muchas las ocasiones en que tenía deseos de dormir, pero ese día era distinto a cualquier otro.
Así, Fuu y Shinta se quedaron a cargo del Steeler mientras el sol caía. Ella, teniendo en sus manos la Log Pose de Natsuki sólo para saber cuánto se alejaban de Water 7, estaba sentada en la barandilla del barco, cerca de la proa. El chico, por su parte, se quedó de pie, al centro del barco, mirando por un momento a su compañera y luego, al horizonte.
–¿Estás preocupado? –se volteó ella a decirle. La princesa mostraba una sonrisa ligera pero sincera en un rostro en el que brillaban sus ojos azules. Él no respondió nada, sólo miró atento su cara– esto es a lo que mi madre se refería, es algo que jamás viviría en mi isla. Todos son fuertes, yo debo serlo igual que ellos, y tú también.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 53 (Sin timón):
- Spoiler:
- De esta forma, el Steeler pasó varios días navegando a la deriva. La situación era distinta a la anterior en la que demoraron para arribar a Water 7, puesto que ahora tenían más comida, aunque también debían estar más alertas hacia todas las direcciones, pues no estaban siguiendo una dirección en específico.
Durante los primeros dos días, los piratas intentaron remar siguiendo la dirección del Log, pero pronto se dieron cuenta de que era inútil y abandonaron tal empresa. Fueron momentos en los que varios de ellos aprovecharon para conocerse mejor; de cualquier forma, Jet no pudo hacer que Osore contara su pasado. A pesar de que llevaba ya buen tiempo con ellos, no parecían saber mucho sobre él realmente.
Los días no fueron monótonos. Dos tormentas, una de ellas tal vez un huracán, según Natsuki y Fuu, se cruzaron en el camino. Representaron dificultades, pero el Steeler pudo superarlas. Para el quinto día desde la batalla con Hollie, el cielo estaba despejado y el clima parecía que no iba a tornarse peligroso, aunque siendo Grand Line, debían estar alertas.
Blaze tuvo la idea de que tal vez, con su acero, podría de alguna manera reparar el timón y se dirigió a inspeccionarlo. Makoto le acompañó y Fuu, que tenía algo de tiempo libre, fue con ellos. La peliverde fue quien, con destreza, bajó aferrándose a la madera de la popa, para inspeccionar el estado del timón. A su juicio, aunque estaba de alguna manera dañado, no estaba del todo inservible. Blaze pidió que alguien moviera el timón y esperó el juicio de su vigía.
–Se mueve bien –dijo ella desde abajo y luego subió con agilidad hacia la barandilla del barco– yo creo que tiene arreglo, si encontramos un carpintero competente, pienso que podrá dejarlo bien –afirmó y luego explicó, como pudo, la forma en que se movía lo que quedaba del timón.
–Si se puede mover sin problemas, tal vez yo podría arreglarlo –aseguró Blaze y preparó una de sus manos para hacer brotar acero. Por alguna razón, Makoto sabía que no era una buena idea, pero no podía pensar el por qué. Para su beneficio, Fuu también estaba por ahí.
–No es algo que debas hacer, Blaze – le dijo, tomándole del brazo– si Makoto juzgó bien, el timón aún sirve de alguna manera. Pero si tú intentas hacer un timón nuevo, podrías arruinarlo. La forma que le des podría no ser la adecuada. La fuerza de tu acero, cuando se solidifique, podría aplastar la madera existente y entonces el Steeler quedaría totalmente inservible para navegar. Sólo sería una enorme cosa flotante. Por supuesto, tú eres de los que se arriesga, y en muchas ocasiones tienes suerte, pero no olvides que llevas los destinos de tu familia contigo.
No podía cometer algún error, en eso tenía razón la princesa. El capitán lo pensó un minuto, aunque no se decidía. Natsuki lo animó afirmando que, seguramente (con pensamiento optimista, más que afirmando con seguridad), pronto verían alguna isla. Ello llevó a Blaze a tomar la decisión de esperar algunos días más. Si no se veía alguna forma de salvarse, intentaría reparar el timón con su acero.
–Creo que has hecho lo correcto –le dijo Fuu sonriendo– esperar será lo mejor.
Tres días más pasaron desde aquél. Un chaparrón cayó sobre el Steeler y poco más. Tal vez hizo algo de frío de pronto, pero no pasó demasiado tiempo antes de que volviera el calor normal. La situación se tornaba desesperante para algunos. Jet y Fuu trataban de tener calma, pero Blaze y Makoto no estaban tan tranquilos. Los demás tenían cierta ansiedad. A veces decían ver algo, pero al acercarse, no había nada. Tal vez sólo había sido una ola oscura o un animal grande saliendo del agua a lo lejos. Esto sólo les hacía gastar energías en remar.
El décimo día desde la batalla contra Hollie, Makoto se quedó a dormir en el puesto de vigía. Ese día, ni siquiera habían tirado el ancla. La desesperación había hecho pensar a los piratas que no tenía caso detenerse durante la noche, a pesar de los peligros de Grand Line. Fubuki no tuvo la mejor impresión sobre el asunto y pidió a su compañera de camarote quedarse afuera a vigilar: “no te pido que te quedes despierta toda la noche, pero estando afuera te será más sencillo escuchar algo, por si acaso. Luego te compensaré, te lo aseguro”, le había dicho.
Y, como casi siempre, el juicio de la princesa no estaba equivocado. No habían pasado más de dos horas en que los piratas se habían ido a dormir, cuando una Makoto que estiraba sus brazos, pareció notar algo a lo lejos, a estribor. Ya que el viento no soplaba demasiado fuerte, el Steeler andaba relativamente lento y un punto brillante apareció a la vista de la joven. Ella reaccionó y subió hasta la punta del mástil principal, un metro y medio, quizá, más arriba de lo que estaba la plataforma de vigía y entonces estuvo segura totalmente de sí había algo. Un luz titilante, tal vez una fogata.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 54 (Isla Kuuda):
- Spoiler:
- Makoto pensó rápido y lo primero que hizo fue ir a donde estaba el ancla, y, haciendo uso de toda su fuerza, la arrojó al mar, causando que el Steeler se detuviera. Luego de eso, se dispuso a despertar a sus compañeros. Jet fue el primero en salir, pues no estaba dormido aún, y al escuchar el ruido del ancla, había empezado a vestirse. Minutos después, ya todos estaban en cubierta y Makoto les señaló el lugar de dónde parecía provenir tal luz.
Jet subió a la torre de vigía, pero aseguró no ver nada.
–¡Ahí está! –le señaló ella enérgicamente al subir al mismo lugar y seguir viendo el punto luminoso– ¿acaso estás ciego? ¡Lo estoy viendo en este momento!
Al ver que se iba a producir una discusión, Fuu fue rápido por un objeto a su camarote. Regresó sin demora y se lo lanzó a su compañero espadachín. Era un monóculo, así que el chico lo utilizó para encontrar el punto. Le fue un poco difícil, pero Makoto lo dirigió y finalmente él también pudo verlo, aceptando que la vigía tenía razón.
Con un grito de Blaze, los piratas se pusieron a trabajar. Natsuki y Shinta subieron las velas mientras Jet, Fuu, y Osore tomaron los remos, y con ayuda de su capitán, pusieron en marcha la fragata ante las indicaciones de Makoto quien no perdía de vista la luz.
–Hay que aceptarlo, tiene una gran vista –le decía Jet a su capitán mientras ambos remaban con fuerza.
–Es la primera vez que le haces un cumplido, al menos que yo recuerde –le dijo, con rostro feliz su capitán.
Dos horas después, el Steeler se acercaba a la costa de aquella isla en la que aparecía la luz. Como bien había juzgado Makoto, era una fogata, estaba en la playa y ya era bastante débil, pero la vigía le agradeció a las flamas a pesar de no tener éstas vida, por haberlos guiado a tierra.
Los piratas, totalmente exhaustos, dejaron que la marea los llevara lentamente hacia la isla y cuando estuvieron allí, bajaron rápidamente, desesperados por poner los pies en la arena de la playa. Ya que era de madrugada, no parecía haber nadie por ahí cerca, pero una vez que lograron avivar más el fuego, se dieron cuenta de que había algunas chozas de paja cerca de ahí. Detrás de las chozas, se extendía una espesa selva.
No sería la idea de la mayoría, pero a Blaze se le ocurrió que podría despertar a alguien para pedir información así que gritó con todas sus fuerzas, sorprendiendo a sus propios compañeros. Por supuesto, no pasó mucho tiempo antes de que alguien saliera de una de las chozas. La puerta de una de las chozas se abrió un poco. Era evidente que alguien se cercioraba de lo que estaba pasando afuera. Tras algunos segundos, finalmente, con antorcha en mano, una figura salió de la vivienda y, cautelosamente, se acercó con los piratas.
–Propongo que Fuu sea la que hable –dijo Makoto levantando la mano, como si estuviera votando en alguna actividad de la escuela. La vigía, con sus palabras, convenció de inmediato a los demás que la más propicia para no causar malos entendidos debía ser la princesa. Ella aceptó la responsabilidad y se adelantó para ponerse frente a aquella persona. Al tenerla ya de cerca, pudo ver que era un hombre de avanzada edad, caminaba de forma encorvada y mientras sostenía una antorcha con su mano izquierda, él mismo se apoyaba en un bastón con la derecha. Su cabello apenas salía por detrás de sus orejas y seguía por la nuca hasta llegar al otro lado, pues ya arriba no tenía nada. Su nariz era puntiaguda y algo larga, pero su rostro, aunque viejo, no era temible.
–¿Son piratas? –preguntó él, en verdad cuestionándolo y no de forma retórica, pues al ver a una joven bonita frente a él, le parecía extraño– si es así, ¿cómo llegaron aquí?
–Somos piratas –le afirmó Fuu, con una tenue sonrisa, totalmente conciliadora y que hubiera detenido una pelea entre los más fieros guerreros– los piratas de Blaze, para ser más exactos, y hemos llegado a esta isla por casualidad, ya que nuestro barco carece de timón y no podíamos seguir un rumbo fijo por mucho tiempo. No queremos molestarlos, sentimos nuestra llegada a esta hora, pero no hemos tenido opción.
El anciano miró por un momento a los piratas, pero no pudo desconfiar demasiado tras la oratoria de la joven que tenía frente a él.
–Creo que estará bien, parecen no estar mintiendo –dijo él en voz más alta que antes y entonces, de las chozas, salieron algunos pobladores. Algunos de ellos tenían utensilios de cocina en las manos, como para utilizarlos como armas– mi nombre es Ozu, y soy el más viejo de esta isla de nombre Kuuda.
Ozu explicó que Kuuda era muy pequeña y con una cantidad de habitantes de exactamente sesenta y tres hasta ese momento. Debido a su tamaño, ningún Log cargaba hacia ese lugar y por ello no había visitas; vivían de la pesca.
–¿Hay algún carpintero por aquí? –preguntó Blaze cuando parecía ya haber algo de confianza.
–Ninguno tan hábil, y menos para reparar el timón de un barco, pero si van a las islas Xiang, seguramente ahí sí encontrarán a alguien, aunque tendrían que vérselas con su emperatriz, Xiang Kai.
–¿Y cómo podríamos llegar allí?
–Su Log ya debe de haberse cargado –sonrió el anciano, entonces Natsuki se acercó al fuego para corroborarlo y así era, el Log había cambiado– sólo dura unos minutos para cargarse en esta isla. Si lo siguen llegarán a Rae, una isla muy cercana a la principal del archipiélago. De hecho, si suben a la montaña de esta isla, podrán ver algunas luces de Rae.
No había duda. El archipiélago Xiang era su próximo destino. Makoto se quedó pensando en el nombre por un momento, ya que era, o al menos lo había escuchado, igual que el de su maestro Xiang Fei. Blaze y sus compañeros esperaron a que la noche finalizara y el sol apareciera. Los habitantes no fueron demasiado amistosos con ellos, a pesar de ser una isla bastante aislada, conocían de cierta forma las historias de piratas y ya que el periódico que algún ave podría dejarles cada una o dos semanas era su única comunicación con el resto del mundo, tenían en una mala estima a los bucaneros. Ozu, que tenía más experiencia, sabía que la justicia no era tan sencilla ni absoluta. De cualquier forma, cuando amaneció y los piratas partieron, los ojos de algunos de los niños y niñas que estaban en ese lugar no pudieron evitar brillar, al preguntarse cómo era el mundo más allá de esa pequeña isla y cómo sería conocerlo trepado en un barco, navegando día y noche.
Así es como nacen los sueños.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 55 (El archipiélago de Xiang):
- Spoiler:
- Empujado por los remos, el Steeler avanzaba lentamente pero con rumbo fijo hacia las islas Xiang. Tal y como Ozu les había dicho, el recorrido era corto y Makoto pudo ver tierra una hora y media después de haber partido. Pudieron ver personas cerca de la costa y entre más se acercaban mayor número de curiosos querían ver el barco pirata.
El Steeler se detuvo cerca de una costa y los piratas vieron con cautela a su alrededor. Había varias viviendas en la costa, casi todas con una fachada que indicaba pensar que era un lugar pesquero. De pronto, uno de los lugareños que ahí se encontraba llamó la atención de los piratas.
–¿Saben en qué lugar están? –les preguntó, con una voz algo jovial, que no invitaba a la hostilidad. Ellos, supuestamente, sabían en qué lugar estaban, por no dieron respuesta– las islas Xiang no son para que las visite cualquiera sin permiso de Madame Kai.
–¿Podríamos encontrarnos con esa Madame Kai? –preguntó Blaze al extraño.
–¡Vaya atrevimiento! –respondió él de buena manera, seguido de algunas carcajadas– supongo que podrían verla, pero antes ella debe dar su consentimiento, así que iré a avisarle. Mi nombre es Hoi, y soy mensajero de Madame Kai, al menos parte de mi tiempo, pues debo dedicarme a mi familia también, pero han tenido suerte de encontrarme por aquí. Volveré en menos de media hora, no se muevan de aquí –les pidió y luego se alejó, corriendo. Mientras tanto, varios de los habitantes parecían volver a sus casas, pero en realidad seguían vigilando de lejos a Blaze y sus compañeros.
Hoi demoró exactamente veintisiete minutos en regresar. Y lo había hecho rápido, pues se veía agotado. Sus pantalones cortos de color rojo y su camiseta blanca de tirantes estaban bastante sudados. También utilizaba un amplio sombrero de paja con vivos blancos, para cubrirse del sol. Tras recuperar un poco el aliento, finalmente habló.
–Pues no lo creerían, pero Madame Kai se mostró interesada en conocerlos, así que debemos ir a la isla principal –les dijo sonriendo. Hoi indicó que lo mejor era llevar el barco hacia esa isla, ya fuera a remo, y así lo hicieron los piratas con el lugareño a bordo, indicándoles el camino. Les tomó casi una hora, pero finalmente llegaron. Echaron el ancla cerca de la costa y se aseguraron de cerrar bien las puertas de los camarotes y de las bodegas del Steeler para evitar algún robo, para luego bajar de la fragata y pisar tierra finalmente. Ahí, ya estaban esperándoles un par de guardias que parecía, iban a guiarlos.
Los siete piratas fueron llevados entonces hacia el interior de la isla principal. Caminaron por una hora siguiendo a los guardias hasta llegar a ella. Ahí, proliferaban las granjas, los agricultores quienes, siendo una temprana hora, se encontraban en sus labores del campo. Las casas eran pequeñas, pero no se veían pobres ni mucho menos miserables, sino agradables. Los piratas y sus guías caminaban por un camino de tierra a cuyos dos costados había granjas y más granjas. Sólo pocos comercios se veían y la mayoría vendía especias y condimentos de cocina. Mientras más andaban, Blaze y sus tripulantes comenzaban a ver una estructura que se elevaba en el horizonte, no tan alta, pero sí muy larga y finalmente llegaron a ver que se trataba de una muralla. Tenía unos ocho metros de alto, pero de largo, sólo al frente, se extendía por más de un kilómetro.
–Es la Ciudad Imperial –señaló Hoi una puerta que estaba justo sobre el camino al que iban. Dos guardias la cuidaban y Hoi se adelantó para hablar con ellos. Unos segundos después, la puerta se abrió y así los piratas pudieron entrar.
–Pensé que nos quitarían las armas –habló Jet en voz baja– no sé si es un buen augurio o uno malo.
Al entrar, el camino se volvía empedrado. Eran cerca de doscientos metros hasta llegar a una construcción. A los alrededores, había un jardín inmenso, cubierto en su mayoría por pasto, pero también había flores de muchos tipos. Cerca del edificio, el cual parecía ser un palacio, estaban sobre el pasto algunas estatuas. Makoto las reconoció como representaciones de animales: el tigre, la grulla, la serpiente, el leopardo y el dragón. La peliverde también notó el acabado de lo que parecía ser el palacio, con detalles muy similares a los del salón de entrenamientos de su maestro.
–“Xiang Kai, ¿quién eres?” –se preguntó mentalmente mientras, junto a sus compañeros y a Hoi, el único que los guiaba ya, subía los ocho escalones que separaban del jardín al interior del palacio.
Hoi los siguió guiando ya dentro. Había pasillos a la izquierda y a la derecha y una reja de acero al frente, que guardaba otro jardín, éste más pequeño y con un diminuto lago. Los piratas fueron guiados por el pasillo de la izquierda y no pasó mucho antes de que giraran a su derecha para ir al frente. Unos pasos después, volvieron a girar a su derecha para quedar junto a dos puertas grandes de madera, custodiadas por otros dos guardias con enormes lanzas que al ver a Hoi, se retiraron un poco.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 56 (Madame Xiang Kai):
- Spoiler:
- –¿Listos para conocer a Madame Kai? –preguntó el hombre antes de abrir la puerta. Así lo hizo y los piratas estaban frente a un pasillo alfombrado, con pinturas en cuadros por toda la pared y, al fondo, había una mujer sentada en una silla dorada con detalles rojos. Frente a ella estaban hincadas dos personas, un hombre y una mujer de edad avanzadas.
–¡Gracias Madame Kai, gracias su majestad! –repetía constantemente el hombre, mientras la mujer besaba los pies de ella. Xiang Kai era una mujer de edad no tan madura, con ojos negros y un cabello rojo oscuro, abundante, entrelazado hacia arriba de su cabeza, pero que aún así caía incluso hasta el suelo. Su piel era blanca, casi como la de Fubuki, sus uñas estaban pintadas de negro, al igual que sus labios. Llevaba un vestido rojo, con dibujos negros y dorados, de una tela fina, y largo, pues no dejaba ver sus pies, y sus amplias mangas le llegaban hasta las muñecas.
–Las personas como ustedes, no deben agradecerme –les habló la monarca a la pareja. Su voz era mucho más juvenil de lo que se podría esperar, ni muy grave, ni muy aguda, tranquila, pausada e inevitablemente con un sonido sabio– el fuego no quitará sus posesiones más preciadas a gente trabajadora. Mis hombres estarán en dos días en su casa y se encargarán de todo.
La pareja siguió agradeciendo y se retiró con un rostro feliz y lleno de esperanza, así lo notó Blaze cuando pasaron junto a ellos.
–¿Qué piratas tan extraños tenemos aquí? Acérquense, vamos –les pidió Xiang Kai a los tripulantes de Blaze y a él mismo. Mientras ellos caminaban, vieron que un hombre, a su derecha, recargado en la pared, y con varias katanas en su cintura, calvo, pero con un bigote largo que llegaba hasta su cuello, los veía con rostro de pocos amigos.
–Yae, déjalos en paz, hablaré primero con ellos antes de que los juzgues –le dijo Xiang Kai a dicho sujeto. La mujer inspeccionaba con la vista a los piratas mientras se acercaban y no quitaba una tenue sonrisa que se dibujaba por todo el rostro.
Cuando Blaze, al frente de sus compañeros, llegó a sólo un metro de la mujer, se detuvo y su intención era comenzar a hablar, pero por alguna razón, no encontraba las palabras correctas para dirigirse a ella, no sino hasta que Xiang Kai le calmó un poco.
–Habla, joven capitán –le dijo señalándole con su mano derecha.
–Siendo así, comenzaré –respondió él sonriendo y causando gracia a Madame Xiang Kai– hemos llegado a este lugar por error. Realmente estábamos en Water 7, algo lejos de aquí, pero un ataque de la marina ha roto nuestro timón y por suerte llegamos a una isla cercana donde se ha cargado el Log para llegar aquí, lo cual hemos hecho remando.
–Eres un capitán con buena labia –rió Xiang Kai divertida– si me dejas adivinar, su mayor problema radica en su timón roto, ¿no es así? –y al recibir la respuesta afirmativa, apoyó su cabeza en su mano izquierda– pues deben saber que no es el único inconveniente. Supongo que en su viaje se han topado con islas en las cuales su Log se carga en dos, tres o cuatro días, ¿no es así? Pues debo decirles que en este archipiélago, el Log no demorará tres o cuatro días, no una semana, ni un mes. El tiempo que deberán estar aquí para que el Log se cargue hacia otra isla, será de veintiún meses.
Los piratas se quedaron sin habla, en especial Blaze, quien nunca imaginó esa situación. Su boca semiabierta demostraba su sorpresa e impotencia.
–No podemos estar más de un año y medio aquí, ¡es mucho tiempo! –le dijo Blaze– debemos partir cuanto antes.
–Te recuerdo joven capitán que ustedes han llegado a este lugar como invasores –alzó Xiang Kai la voz y su mirada se tornó fría– no tienes mucho de donde elegir. O te vas con ese barco sin timón, o te quedas el año y medio aquí con tu tripulación –y tras decir esto, la monarca suavizó nuevamente su rostro– pero no dejemos que esto sea algo malo. Puedo saber que en ustedes hay duda y que, probablemente, han caído en la derrota hace poco tiempo. Grand Line es duro y cruel, y puede ser mortal para aquellos que no estén bien preparados. Me ha sorprendido ver a una princesa del reino de Yuki en una tripulación pirata, y debo decir, jovencita –sonrió mirando fijamente a Fuu– que eres igual a tu madre cuando ella tenía tu edad. Es por eso que he sabido de tu origen, ya que tu abuela una vez me visitó trayendo a tu madre consigo, una chica muy rebelde, según recuerdo.
A Fuu le pareció muy extraño, puesto que Xiang Kai no se veía tan mayor. Era muy difícil adivinar su edad, ya que, aún de cerca, su rostro podía pasar como el de una mujer joven, pero su forma de hablar y su presencia eran de una mujer mayor.
–Una pregunta que debo hacer, es la causa de esa mirada tan atenta a encontrar algo en mí, jovencita– y con su mano derecha apuntó a Makoto. La pirata se sobresaltó un poco, pero encontró la compostura para responder.
–Su nombre y todo este lugar, es muy familiar para mí, ¿qué relación tiene usted con mi maestro Xiang Fei?
–¿Así que mi hermano ha sido tu maestro? Esto sí es una sorpresa para mí –la edad tampoco coincidía para las cuentas de Makoto, pero al igual que Fuu, tampoco preguntó– parece que de cierta manera, el destino los ha traído aquí. Tengo una proposición para ustedes.
Por primera vez desde que habían llegado, Xiang Kai se levantó de su asiento y bajó dos escalones para estar a su nivel. En ese momento llamó a alguien de nombre Huang, quien pocos segundos apareció. Era un joven bastante alto, con cabello largo atado en una trenza, de tez morena, ojos pequeños y labios gruesos, marcados sobre su sonriente rostro. A primera vista parecía alguien no muy inteligente, pero sí una buena persona.
–Él es mi sobrino, y además de ayudar en las granjas del palacio, es carpintero, así que les ayudará a arreglar su barco. La compostura no debe durar demasiado, pero el Log sí. Por sus reacciones, sé que tuve razón en presentir que se sienten inseguros con su nivel de fuerza por algo que sucedió no hace mucho. Bueno, pues estando aquí durante todo ese tiempo, les aseguro que podrán hacerse más fuertes y tendrán más habilidades.
–Xiang Kai-san –le interrumpió Makoto– ¿usted sabe kung fu como el maestro Fei?
–Así es jovencita.
–Si nos quedamos todo ese tiempo, ¿podría usted enseñarme el Puño del Dragón? El maestro Fei murió antes de que pudiera aprenderlo –al escuchar eso, Xiang Kai se acercó a Makoto y tocó su frente
–Tu espíritu es fuerte, pero no te apresures, eso lo discutiremos luego de que les diga mi propuesta –y regresó al lugar donde se encontraba antes, justo cuando bajó de su trono– como decía, podrán ser más fuertes tras un año y medio aquí. Pero ello no será gratis, pues tendrán que trabajar para mí durante ese tiempo. A cambio les ofrezco la compostura de su barco, agua, comida y techo, además de tiempo libre para entrenar, por supuesto. ¿Qué dicen? ¿Aceptan?
Los piratas tomaron su tiempo para decidir. Se juntaron todos en secreto un poco alejados de Xiang Kai, quien de cualquier forma sabía todo lo que ellos estaban diciendo. Fubuki y Makoto estaban de acuerdo en quedarse, y por consiguiente Osore también. Natsuki no sabía qué pensar y Jet mostró su descontento con la situación, pero aceptó que no tenían ninguna otra opción al ya no poseer la Eternal Pose hacia Water 7.
–Aceptamos Madame Kai, trabajaremos aquí.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 57 (Trabajo para los piratas):
- Spoiler:
- –Muy bien, me alegra –ella juntó sus manos y sonrió con sinceridad mientras alegremente cerraba sus ojos– les diré entonces lo que harán durante los próximos meses en este lugar. Joven capitán y chico peliazul…
–Mi nombre es Osore –se presentó cortésmente el médico– y mi capitán es Blaze, bellísima reina de este lugar.
–Bien, pues Blaze y Osore, ustedes acompañarán a Huang, pues trabajarán en las granjas interiores del palacio por las mañanas. Él les enseñará lo que tengan que aprender. Tú, joven guerrero –se refirió a Jet, quien apenas reaccionó– serás parte de mi guardia personal, así que tu jefe será Yae Dong –el hombre de las katanas que habían visto los piratas antes de encararse con Xiang Kai solamente bufó al escuchar lo anterior y se quedó mirando a Jet un buen rato.
–En cuanto a las jóvenes piratas, las tres ayudarán en la cocina del palacio. Aquí servimos a una gran cantidad de personas y ustedes serán de mucho apoyo para Na Lai, mi cocinera en jefe. Ella es una muy buena persona y las tratará bien si trabajan duro, se reportarán con ella desde mañana mismo. En cuanto al pequeño –los ojos negros de Xiang Kai se posaron sobre Shinta, quien prefirió no replicar acerca de ser llamado “pequeño”, al menos por esta vez– será un buen mensajero. La gente de estas islas no gusta de los Den Den Mushi, no les agradan, por lo que todo se hace a base de mensajeros. La mayoría de mis mensajeros personales ya han crecido y tienen familia, por lo que les es dificultoso realizar esta labor en ocasiones. Has llegado en un momento idóneo. Tú recibirás órdenes directas de mí, ¿está bien? ¿Está bien para todos? ¿Eh, jóvenes piratas?
–Está bien por nosotros –habló Blaze por todos– mi primero a bordo es Jet, las chicas se llaman Natsuki, Fubuki y Makoto, mientras que su nuevo mensajero es Shinta. El trato nos merece ser leales durante el tiempo que estemos aquí y le aseguro que la palabra de todos los tripulantes es tan valiosa como el oro.
–Así lo espero. Por lo pronto, se hace algo tarde. Huang les mostrará dónde dormirán. Será en las cabañas al oriente del jardín principal. Si mal no recuerdo, están deshabitadas desde hace dos meses, y son dos, por lo que se dividirán en hombres y mujeres, evidentemente. Nos veremos mañana.
Como si le estorbaran, o le quitaran algo de tiempo, Xiang Kai mandó a Huang a ser el guía de los piratas. Aún no era tan tarde como para ir a dormir, pero el chico les aseguró que utilizarían bastante tiempo para acomodarse. Una vez que salieron del palacio principal y anduvieron por los jardines un rato, llegaron a las dos cabañas.
–Están deshabitadas porque los que vivían aquí, se han ido a otras partes del archipiélago que no estaban tan pobladas, mi tía lo hace sonar como algo más tétrico, ¿no es así? –contaba Huang alegre mientras mostraba la primera de las cabañas. Ésa era un poco más grande, por lo que sería para los hombres, mientras que la otra serviría para las mujeres. Huang acompañó a la tripulación al barco, pues ellos irían a recoger su ropa y algo de comida, mientras que él revisaría la fragata.
Huang se acercó a la popa y vio que el timón roto estaba sumergido en el agua.
–Habrá que jalarlo al mar. Blaze-san, ¿me ayuda? Entre todos podremos jalarlo un poco –aseguró sonriendo como siempre. Blaze, y los chicos no estaban muy seguros, pero fueron a ayudar. Cada uno, como pudo, se dispuso a empujar a tierra al Steeler– esperamos tu señal, Blaze-san.
–Pues supongo que ¡ahora! –y los piratas comenzaron a empujar con todas sus fuerzas, pero de pronto se detuvieron al ver a Huang y en lo que se estaba transformando. Su piel morena se tornaba naranja con franjas negras por todos lados. Por un momento todos dejaron de empujar, pero Jet les volvió a la realidad.
–No es hora de sorprenderse, vamos a trabajar –les dijo y con el esfuerzo de todos, pero principalmente el de Huang, el Steeler estaba prácticamente en su totalidad en tierra. Lo primero que hicieron los piratas fue preguntar a Huang acerca de su habilidad. Él ya estaba de nuevo en su estado humano.
–Cuando era adolescente comí la fruta Neko Neko modelo tigre. No me gusta mucho utilizarla, pues cuando estoy transformado me vuelvo algo agresivo, pero eso sí, bastante más fuerte. En el archipiélago esto no es muy común, pero mi tía dice que en el resto de Grand Line sí que lo es.
Los hombres fueron por su ropa, que era bastante poca comparada con la de las mujeres. Blaze fabricó una caja de acero de un tamaño no muy grande y así él llevó las prendas de los cuatro, mientras que los demás ayudarían a las chicas a cargar con todo su equipaje. Huang por su parte, ayudó con la comida restante del Steeler. De cualquier forma, Fuu pensó que las viandas servirían más en la cocina del palacio y pidió que fueran llevadas ahí.
Dos horas después, ya cuando la noche había caído, los piratas se habían instalado en las cabañas. En ambas había tres camas, y aunque la de los hombres tenía más espacio, uno de ellos tendría que dormir irremediablemente en el suelo. Mientras las piratas decidieron que Fuu estaría a la izquierda, Natsuki al centro y Makoto a la derecha, los hombres tenían un problema. Al principio habían convenido que cada noche, uno de ellos dormiría en el suelo y que todos los días se rotarían, pero ello llevaba consigo que todos cambiarían de lugar, no sólo el que no tuviera cama. Finalmente Jet opinó que debía ser más largo el turno de cada quien en el suelo y propuso que cada quien durara un mes sin cama, rifarían los turnos, y el que al siguiente mes tocara dormir sobre la madera, cedería su lugar al desamparado del mes anterior. Así no habría un confuso movimiento todos los días, sino cada mes, y menor.
Así lo convinieron y fue el mismo espadachín el que pasaría el primer mes en el suelo. Blaze estaría en la cama izquierda, Osore en el centro y Shinta a la derecha. El espacio donde podía dormir Jet era frente a la cama de su capitán.
Las cabañas eran sencillas, pero acogedoras. Constaban de la puerta de entrada, un pequeño vestíbulo de un metro por un metro, el cuarto principal de las camas y un baño sin regadera o tina. Aunque las dos eran casi iguales, con la única diferencia en el tamaño, su distribución era contraria. Mientras la de los hombres tenía la entrada a la derecha y el baño a la izquierda, la de las mujeres era al revés. Así, la ventana que estaba junto a la cama de Fuu, estaba muy cerca de la ventana que daba a la cama de Shinta.
El tirador no tenía ningún sueño. Se sentía incómodo al dormir en esa cama. No era el único que pensaba estar fuera de su comodidad, en realidad todos se encontraban despiertos un buen rato después de haberse acostado a excepción de Blaze, quien desde el primer minuto ya estaba dormido. Osore volteó un momento hacia su izquierda, y a pesar de las penumbras, pudo advertir el rostro de Shinta, que se notaba incómodo.
–¿Qué sucede? –le preguntó en voz alta, sin importar que alguien más escuchara– ¿se te dificulta dormir sin estar junto a Natsuki? No te culpo, yo también quisiera estar cerca de esa figura todo el tiempo.
–Osore... –escuchó el médico su nombre a través de la ventana.
–¿Qué sucede, mi querida princesa?
–Me escuchas fuerte y claro, ¿no es así?
–Por supuesto bella princesa ojos azules.
–Pues de la misma forma te escuchamos nosotras –afirmó ella, con voz un poco más grave.
–Tiene razón –se escuchó más al fondo Makoto– así que si vas a decir tus tonterías, más vale que lo hagas en voz baja o cierres la ventana de su cabaña –y luego se escuchó que precisamente ellas cerraban la suya.
–Ah... las chicas nos aman –afirmó el médico y se recostó con sus manos en la nuca para dormirse no mucho después. Jet no hacía ningún ruido, por lo que no se sabía si estaba despierto o dormido. El tirador entonces parecía el único que todavía no entraba en el mundo de sueños. No era que extrañara la presencia de Natsuki, o al menos no del todo, pero no dejaba de sentirse extraño al dormir junto con los chicos, sobre todo siendo mucho más grandes que él. Era como si estuviera en un lugar ajeno, a pesar de que eran sus compañeros. Pero se dio cuenta de que era un pirata y de que no podía seguir comportándose como un niño. Se acomodó para dormir y después de muchas vueltas en la cama, su mente entró en cansancio y ya no pudo evitar caer en el sueño.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 58 (La vida en Xiang):
Fin de la primera parte.
- Spoiler:
- Al siguiente día todos despertaron temprano, incluso Blaze. Había mucho qué aprender y fue por ello que salieron pronto de las cabañas. Ahí encontraron a Huang quien estaba sentado sobre una piedra frente a las cabañas.
–Lo primero que deberán aprender es a levantarse justo cuando el primer rayo de sol se asoma –les dijo sonriendo antes de incorporarse– lo segundo, será ir a los baños, así que lleven sus toallas y su ropa para hoy.
Así hicieron los piratas y Huang los guió hacia las regaderas, que estaban dentro del palacio, pero por otro pasillo distinto del que servía para llegar al trono de Xiang Kai. Cuando los hombres entraron ya no había nadie, pero se podía ver que hacía no mucho había sido utilizado. Luego, comenzaron a quitarse la ropa para ducharse. De nuevo Shinta se sintió incómodo. Sus compañeros le llevaban siete u ocho años de edad y la diferencia de físico era sencillamente notable. Pero antes de que el tirador pudiera darse cuenta de algo, sus compañeros ya habían llenado una de las bañeras del lugar y luego entre Osore y Blaze retiraron la ropa al tirador y lo lanzaron al agua.
–¡A ver si así espabilas! –carcajeaba Osore mientras Shinta salía tosiendo de la tina– ¿a que el agua estaba fría? –seguía burlándose. Al inicio el tirador se enfadó y su rostro se puso rojo no por el frío, sino por la vergüenza, pero luego volteó hacia su izquierda y vio reír levemente a Jet, divertido. Shinta decidió mejor quedarse ahí en la tina, bañándose mientras sus compañeros tomaban la ducha.
Luego de bañarse, cambiarse y arreglarse, Blaze y Osore partieron con Huang hacia la parte trasera del palacio. Luego de unos minutos llegaron a ese lugar y los piratas vieron algo que no imaginaban. En el enorme jardín dentro de las paredes de la ciudad imperial, se veía a lo lejos algunas construcciones. Parecían pequeñas, pero entre más se acercaban, Blaze y Osore se daban cuenta de que eran bastante grandes. Eran dos silos, un granero y un molino. Atrás de estos se encontraban parcelas, la mayoría todavía cultivándose, pues el ciclo de cultivo estaba apenas comenzando. Huang señaló una de las parcelas y comunicó a los piratas que ésa sería su lugar de trabajo y que durante el día les enseñaría lo necesario para las labores.
Por su parte, Jet, Shinta y las chicas, se dirigieron a verse con Xiang Kai. Ellos trabajarían para ella directamente, mientras que las piratas no sabían a dónde dirigirse. Ya estando frente a la monarca, ella mandó hablar a su cocinera Na Lai quien arribó sin demorar demasiado. Ella era una mujer rechoncha de boca pequeña y sonriente, con nariz de bola, ancha y grande, ojos vivaces, con pocas arrugas pero se podía adivinar que era de edad avanzada. Llevaba un vestido largo azul con un delantal rosado que tenía un sello que los piratas habían visto al llegar al archipiélago y el mismo que Fuu notó cuando Na Lai las guió hacia la cocina y pudo ver la parte trasera del trono de Xiang Kai.
La cocina era tan grande como la habían imaginado las chicas, pero a la vez bastante ordenada. Con el tiempo, las piratas comprendieron que lo único que podía hacer enfadar a Na Lai era el desorden y la pereza, por lo demás, la mujer era sumamente amable y hasta cariñosa.
En esta cocina se preparaban los alimentos para todos los trabajadores de la ciudad Imperial. Desde aquellos que sólo trabajaban en la servidumbre, pasando por los guardias y los guardaespaldas de Xiang Kai, los granjeros de las parcelas interiores, y la misma monarca.
Tras una breve plática con Na Lai, se decidió que Fuu ayudaría directamente en la preparación de los alimentos, Makoto en la limpieza y orden del lugar, y Natsuki llevaría los alimentos al comedor.
Por su parte, Jet y Shinta permanecieron frente a Xiang Kai. Luego de unos momentos, ella se levantó y llamó a Yae Dong y le susurró algo al oído. Él pareció enfadarse por un momento pero se calmó al recibir nuevamente palabras de su reina. El hombre salió un momento y al paso de cerca de diez minutos, regresó. Tenía una katana en sus manos. Ésta estaba dentro de una funda roja, adornada con un dragón dorado al inicio. La empuñadura tenía costuras negras y tonos dorados, mientras que la guarnición era en forma de hexágono, dorada. Yae Dong entregó el arma a Xiang Kai quien la contempló por un minuto y luego se acercó a Jet.
–Tómala, es Tsuda Sukehiro –ella extendió su mano y le ofreció el arma al espadachín– pero no te emociones chico, pues sólo es un préstamo mientras que estás en esta isla –él no dudó en tomarla aunque tampoco lo hizo violentamente. La tuvo con sus dos manos y comprobó que era un poco más pesada que su Kangaiishi, pero igual de larga.
–Me inquieta saber cómo supo que necesitaba una espada.
–Mi Ambición del Color de la Observación está bastante desarrollada. Por tu rostro pareces ignorar la naturaleza de esta habilidad, pero me parece que durante tu estadía aquí, lograrás entenderla aunque sea un poco. No hace falta decir que a mi edad, es lógico el control que tengo sobre la misma.
–Disculpe Xiang Kai –Shinta intervino. Si los demás habían evitado hacer la pregunta, él no pudo resistir más– ¿a qué se refiere cuando usted habla de su edad, de esa forma?
Ella sonrió levemente y dio media vuelta para volver a sentarse en su acostumbrado lugar. Lo hizo con gracia y solemnidad, sus ojos permanecieron cerrados un momento y luego los abrió para mirar al tirador.
–Eso es sencillo –finalmente respondió, haciéndolo como si estuviera esperando a que se lo preguntaran– mi edad es de noventa y ocho años ahora. Sé que suena extraño, pero en este océano nada debe sorprenderles. Mi cuerpo es exactamente el de una joven de veintidós años, pues fue en esa edad cuando comí la fruta del diablo que no me permite ya nadar. Y déjenme decirles que era una de mis mayores aficiones, lo hacía casi tan bien como las ningyo; a cambio, he obtenido esta juventud, la cual ignoro si será eterna o no, pero hasta el momento así lo parece. No tengo sueños de inmortalidad. Si no muero por alguna enfermedad, traición o batalla, seguramente llegará el momento en que yo misma me quite la vida, cansada de esperar por la muerte, fatigada de andar por este mundo durante varias generaciones; ese día lo veo lejano de cualquier modo, aún disfruto de la vida.
Por supuesto, no mentía, Jet y Shinta se dieron cuenta de ello.
–Ahora pasemos a tus labores, pequeño –y más que nunca, Shinta aceptó ese “apelativo” –conocieron a Hoi al llegar aquí, ¿no es cierto? Ve con él y dile que te dé un mapa del archipiélago. Luego, irás a la isla de Yuu, no está muy lejos de aquí, y les dirás que deben comenzar a cosechar los ciruelos cuanto antes, pues las nevadas de la temporada, al parecer se adelantarán. Debes pedir ayuda a Hoi para poder llegar allí. Antes de que vayas, ten esto– ella abrió un pequeño baúl que tenía a su derecha y de ahí sacó un medallón, el cual tenía la misma insignia que habían visto al llegar, ésa que también estaba bordada en el delantal de Na Lai y grabada en la parte posterior de la silla de Madame Kai– llévalo contigo, pues te ayudará a probar que llevas mis órdenes. Habla sin titubear y seguro de lo que dirás. Así te será más sencillo.
Luego de escuchar tales explicaciones, Shinta salió a realizar su primer trabajo en esas islas. Demoró varias horas, pero regresó con noticias satisfactorias. Con una breve ayuda de Hoi, el pirata preadolescente había llegado a su destino y dado el mensaje. No había sido algo demasiado importante y más bien Xiang Kai lo había utilizado para dar una primera labor relativamente fácil a su nuevo mensajero.
A los pocos minutos de haber aparecido Shinta, Na Lai avisó a Madame Kai que el comedor estaba listo para dar la comida diaria y la monarca guió el paso a su nuevo mensajero y a sus guardias. El comedor tenía una notable mesa principal, decorada en negro y rojo, con pocos lugares. Ahí se sentaría Xiang Kai con sus guardias y Shinta. Había otras dos mesas, éstas inmensas, donde podrían estar sentados alrededor hasta cuarenta personas. En una de ellas, podía verse a Blaze, Osore y Huang. Al frente del lugar, precisamente del otro lado de la mesa de Xiang Kai, estaba una gran barra en donde los asistentes debían servirse solos. Por supuesto, la monarca no hacía esto y usualmente alguno de sus guardias le llevaba lo suyo; pero esta vez no, Natsuki, quien terminaba de colocar las bandejas de comida en la barra, fue hacia la mesa de la soberana, le dio a conocer el menú del día y preguntó lo que iba a ordenar, cuando tuvo dicha orden se apresuró para traerla. Xiang Kai le ordenó a Shinta ayudarle y así hizo él.
Una hora y media después, el bullicio terminaba. Todos volvían a sus labores y era hora de limpiar. Ahí descansaba Fuu, que toda la mañana había preparado alimentos. El trabajo entonces se cargaba a Makoto y Natsuki, así como a otras ayudantes, pues debían limpiar el comedor.
Y con las chicas en la cocina, Jet al lado de Madame Kai, Shinta recorriendo más lugares y Blaze y Osore dejándose las manos en el cultivo, pasó la primera parte del día. Más tarde, durante sus horas libres, los piratas no tuvieron muchas energías para entrenar o hacer alguna otra cosa, prefirieron descansar y prácticamente durmieron toda la tarde y noche. Y así, transcurrió el primer día de los Piratas de Blaze en el archipiélago Xiang. El primer día de los veintiún meses que pasarían en ese lugar.
Fin de la primera parte.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Saga de Ayaka
Parte A:
Parte A:
- Spoiler:
- La capitana Ayaka salía de su camarote a la cubierta de su acorazado para ver el clima. No debía preocuparse, en el Calm Belt no había viento, pero debía cerciorarse por si acaso. Eran pocos hombres los que tenía a su cargo en ese momento: un tripulación de apenas siete marinos, incluyendo un teniente que se dirigía también al East Blue, y Hanako. Ayaka iba en dirección de su base, ubicada precisamente en el océano más tranquilo del mundo, no muy lejos de Logue Town aunque ese lugar no era su jurisdicción, al menos no cuando ella se encontraba en aquel lugar.
A sus pensamientos vino Jet. Se preguntó qué estaría haciendo en ese preciso instante y si se volverían a ver. También se cuestionó un instante cómo había reaccionado el espadachín tras su repentina despedida, pero no lo pensó demasiado. Si lo conocía un poco, sabía que su reacción no había sido demasiado extraordinaria y que probablemente su mente no estaría tan llena del asunto ya a estas alturas.
Fue interrumpida de sus pensamientos por su recluta Hanako.
–Capitana, es una llamada de Marineford.
–“¿Y ahora qué he hecho?” –se preguntó en su mente Ayaka. Se dirigió al puente y tomó el Den Den Mushi. Del otro lado de la línea había un oficial de alto rango. No fue reprendida, pero sí le pidieron que regresara a Grand Line y se dirigiera hacia el G-8. Debía tener una Eternal Pose hacia ese lugar y no supondría problemas. Ahí se uniría con otro oficial y recibiría sus órdenes. Tras cumplirlas, debía reportarse a Marineford.
No era algo común, pero órdenes eran órdenes. Ayaka puso al acorazado en marcha al G-8 y le explicó la situación al teniente Ukeryu quien no tuvo objeción, tratándose de órdenes superiores.
La velocidad del acorazado marine le permitió no demorar demasiado en arribar a la base también conocida como Navarone, dos días después de la llamada de Marineford. Las puertas del G-8 se abrieron para dejar entrar al barco de Ayaka y, sin hacer demasiado ruido, volvieron a cerrarse. El navío se acercó a los muelles y finalmente entró a una especie de hangar. Ahí, el buque ancló y una plancha fue puesta entre la cubierta del mismo y el enorme muelle.
Ayaka vio frente suyo al comandante Jonathan justo cuando se paró en el piso metálico del muelle. No lo conocía, lo había escuchado mentar una o dos veces. Él, sonriente, estrechó lamano de la rubia y así hizo con Ukeryu.
–Bienvenidos a Navarone –los recibió con gracia, aunque Ayaka no le veía mucha a todo el asunto– los llevaré a mi oficina, ahí los está esperando otra oficial con una Eternal Pose y las órdenes exactas.
Cuando Ayaka escuchó que había otra oficial inmiscuida en el asunto, no pudo evitar fruncir un poco el ceño. No era de las que trabajaban en equipo, al menos ya se había acostumbrado a trabajar relativamente sola, con la ayuda sólo de Hanako. A Ukeryu ya le conocía anteriormente y por eso había accedido a “darle un aventón” a East Blue. Tan solamente deseó que no fuera una de esas histéricas oficiales de mediana edad, pues no las soportaba.
El comandante Jonathan los guió hasta su oficina y cuando entraron, el rostro de Ayaka cambió por completo, hasta convertirse en una sonrisa.
–Qué contenta pareces de verme, me siento elogiada –sonrió la también capitana Hollie. La pelirroja se levantó de una silla en la que estaba sentada y abrazó a su amiga– será bueno trabajar juntas nuevamente después de tanto tiempo.
–¿Así que ya se conocían? Supongo que entonces será más sencillo –el comandante Jonathan tomó asiento mientras Ayaka y el teniente Ukeryu acercaban dos sillas al escritorio. Hollie sacó de su bolsa la Eternal Pose y la colocó en la mesa. Tenía la leyenda de Muto en su parte de abajo, lo que significaba que ése era el destino.
–Vamos tras unos busca problemas –les dijo Hollie– es un grupo de bandidos, no se sabe si son o no piratas, pero por sus acciones parece no importar mucho, definitivamente son criminales. Han atacado ya dos islas y, según los informes, recientemente han mostrado intenciones de atacar precisamente Muto. Según los superiores, esto no puede tolerarse más y es por eso que debemos ir a acabarlos. Se hacen llamar “Hell Patrol”, pero no se sabe mucho más que esto, por lo que debemos ir a esa isla lo antes posible y averiguar ahí lo que podamos.
No es que fuera una misión extraña o algo así, pero a Ayaka le pareció muy tediosa. De cualquier forma, tenía que cumplirla y además podría suponer una oportunidad para enmendar su “error” de habérsele escapado el “Leather Rebel” y tener posibilidades de ascender de rango en un futuro cercano, por lo que se mentalizó en completar el trabajo lo mejor posible, sin importar que no le gustara.
–Yo estoy lista, ¿nos vamos? –Hollie se levantó y estiró sus brazos antes de tomar la Eternal Pose nuevamente– mi barco está destruido y mis hombres no vinieron conmigo, así que tu acorazado me viene bien Ayaka.
Así, sin perder tiempo, partieron con rumbo a Muto. El comandante Jonathan insistía en enviar a algunos hombres más con ellas, pero Hollie replicó que las órdenes eran claras y precisas. Para Ayaka fue un alivio. Marinos desconocidos, según su impresión, sólo entorpecerían la misión.
El acorazado salió de Navarone con Ayaka en la cubierta, como si lo estuviera guiando con su voluntad. Pronto Hollie se le unió. Para la pelirroja, era como volver a los viejos tiempos, cuando ella y Ayaka eran apenas unas reclutas y servían en cuarteles menores. En ese momento, la rubia dedicó uno de sus pensamientos a Kazuhiko, “¿ya no seremos novios?” se preguntó. “Supongo que no, si ni siquiera fue a verme al estar convaleciente y según Jet, estaba bien físicamente después de lo de Marineford… ¡Bah! ¡Así será mejor! O todos los hombres son una verdadera molestia o yo siempre elijo a los equivocados”.
El rostro que la capitana tenía mientras cavilaba, no era común en ella. Sus cejas estaban fruncidas y sus labios estaban juntos y estirados al frente, como una especie de puchero infantil. A Hollie, quien la estaba observando, le causaba bastante gracia; aun así, la despertó de sus pensamientos.
–¡Ah, es cierto! –se sorprendió Ayaka cuando se dio cuenta de que había olvidado la presencia de su amiga– ¿qué pasó con tu embarcación?
–Me topé con unos piratas, y creo que los subestimé –y Hollie relató a su compañera todo lo sucedido en el G-8, lo cual Ayaka ya sabía por palabras de Jet, y también su segundo encuentro con los piratas de Blaze, cuando Natsuki destrozó su acorazado, hecho que Ayaka sí desconocía.
–Perdóname Ayaka –dijo Holie, con rostro un poco molesto– quería atrapar a ese pirata, a ese “Leather Rebel”, para que el escape que hizo de tu barco no te afectara tanto en tus reportes en Marineford, pero se me escapó, dos veces. Debo aceptar que su tripulación es ruda, es un capitán que sabe elegir bien a sus compañeros.
Ayaka quiso revelar por un momento que, en realidad, el capitán de aquella tripulación era Blaze, pero no era prudente. De alguna manera, sentía bastante simpatía por ese hombre de acero, y, además, podría ponerla a ella en una situación sospechosa. En lugar de ello, la rubia cambió el tema y empezó a remembrar aquellos días viejos de la academia y el día se fue en ello. Incluso, por la noche, las dos, acompañadas de Hanako, tuvieron una pijamada, todo idea de Hollie, quien siempre era más emocional que Ayaka.
–Parecemos niñas de cinco años, ¿no? –decía Hollie– al menos así me siento ahora –pero Ayaka no respondió y sólo agachó la cabeza, esbozando una triste sonrisa mientras estaba sentada en su cama. Hollie se dio cuenta de lo que había dicho– perdón, lo olvidé por un momento.
–Algún día, estoy segura –afirmó Ayaka– llegará el día en que pueda recordar qué me sucedió a los diez años que me hizo olvidar todo lo anterior a esa fecha– les dijo, pero luego volvió a sonreír– pero no estamos aquí para eso, vamos a pasarla bien hasta llegar a Muto.
Ayaka había sido “rescatada” por algunos marines en una isla. Al menos eso le habían dicho. Ella no sabía qué isla era, lo único que sabía era su propio nombre y que había sido llevada a una base de la marina. Tras pasar algunos días allí, le dijeron que era una huérfana, y no podían hacerse cargo de ella. La pequeña no recordaba si tenía padre o madre, pero según le habían dicho, habían muerto; de cualquier forma, hubo una persona que afirmó que enviar a la niña a un orfanatorio, podría no ser lo ideal. Para él, lo mejor que podían hacer, dadas las circunstancias, era dejar a la niña entrar a la marina, convertirla en una recluta.
Así sucedió. La rubia fue introducida a la academia por esa persona, quien después supo, era el afamado Vicealmirante Garp.
Ayaka era la más joven de un grupo de nuevos reclutas, pero pronto llegó otra niña de su edad. Su nombre era Hollie, y ella misma había pedido entrar a la marina. Había quedado huérfana tras ser la única sobreviviente de un naufragio causado por piratas. Pronto, Ayaka y Hollie se convirtieron en las mejores amigas. Dormían juntas, comían juntas, aprendían juntas, entrenaban juntas y crecían juntas. El intento de Ayaka por recordar lo que había pasado, la hizo más retraída y callada, mientras que Hollie siempre intentaba animarla. Siempre estaban juntas.
Cuando estaban tristes, lloraban juntas, cuando eran felices, reían juntas, cuando tenían miedo, se abrazaban la una a la otra y se calmaban hasta dormirse. Cuando los cambios de la adolescencia llegaron, se ayudaban la una a la otra, como dos hermanas. Cuando fue hora de elegir su modo de pelea, cada una se decidió por un arma distinta, para no competir una contra la otra en la misma disciplina.
Finalmente, al cumplir los diecisiete años, a ambas se les dio un rango y de ahí subieron, hasta ser capitanas a los veintiún años, muy jóvenes. Ahora tenían veintidós cada una.
kaizoku ou-
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Saga de Ayaka
Parte B:
Datos de los protagonistas:
Parte B:
- Spoiler:
- Tres días pasaron hasta que el barco llegó a Muto. La isla era bastante poblada, según parecía. Abundaban las casas de madera y barro por toda la costa la cual tenía muy pocos árboles. De alguna manera, recordaba a Logue Town, aunque con edificaciones no tan altas. Los pobladores, al ver desde lejos el acorazado de la marina, se aglomeraron en uno de los muelles. Lentamente, arrastrándose por el agua, el navío arribó al lugar. Al bajar por la plancha, Ayaka vio los rostros de los pobladores, los cuales la veían, no con una gran alegría sino con fe y esperanza; nunca, la rubia capitana, había sido recibida así en algún lugar.
Pronto platicaron con los pobladores. Los líderes de éstos les hicieron saber que una semana atrás, ese grupo conocido como “Hell Patrol” había ido a amenazarlos. Destrozaría el lugar, mataría a todos, excepto por algunas mujeres, a menos de que les dieran mil millones de berries. Regresarían justo ocho días después, lo que significaba que faltaba sólo una noche para ello.
–¿Qué piensan? –preguntó uno de los hombres a Ayaka, Hollie y al teniente Ukeryu. La rubia fue la que habló.
–Es evidente –dijo Ayaka– ellos no tienen intenciones de perdonar la vida a este lugar –y al escuchar esas palabras, los moradores de Muto se estremecieron un poco– la cantidad que piden es ridícula, una fortuna la cual ni siquiera ellos podrían contar. Además a juzgar por el reporte de la marina, el cual dice que, probablemente, estos sujetos han arrasado con otras islas, nos dice que no hay intenciones de negociar –los rostros de los líderes se ensombrecieron entonces y se hundieron en la desesperación, al menos hasta que Ayaka siguió hablando– pero ya estamos aquí. Y esos hombres no parecen perseguir un fin que no sea egoísta. Si sus sueños y esperanzas están puestos en el poder y el dinero conseguido a costa de pobres inocentes, intuyo que no son demasiado poderosos, sin contar que no habían sido detectados por los Cuarteles Generales antes.
“Los venceremos aquí mañana. Lo que han de hacer todos ustedes –les dijo ella a los líderes– es refugiarse desde tempranas horas en lugares lejanos a las costas. No queremos que haya más víctimas.
Con una pequeña plática, la joven había calmado a la población, estudiado el asunto y dado órdenes. Su agilidad mental era de destacar.
–Ciertamente, la “Señorita Perfección” –pensó Hollie mientras sonreía para sí
Los tres oficiales, acompañados por Hanako y algunos otros marines, salieron con rumbo a la costa, para preparar ahí la estrategia.
–Según los pobladores, Maya, la isla que fue arrasada anteriormente, queda, aproximadamente, en aquella dirección –señaló Ayaka el Noreste– así que lo más probable es que lleguen de ese punto; sin embargo, el Log Pose o Eternal Pose, cualesquiera que estén utilizando para venir aquí, puede ser engañoso y, según testigos, hace una semana, el barco de esos criminales llegó por el otro muelle, al Norte de la isla.
–¿Y qué propone, capitana? –preguntó Ukeryu.
–Es lógico que una fuerza nuestra espere a estos rufianes en el mismo lugar donde desembarcaron aquella vez. Otra deberá hacerlo aquí, por las dudas, y otra más, en las calles de la ciudad, para defender a los pobladores. No debemos perder una sola vida de este pueblo.
Así, se decidió que un grupo liderado por Hollie esperaría en el muelle donde una semana antes habían llegado los miembros de esa “Hell Patrol”. Otro grupo liderado por Ayaka esperaría en el otro muelle, mientras que el teniente Ukeryu comandaría el grupo de la ciudad. Todo estaba listo y antes de que se pusiera el sol, hablaron por última vez con los pobladores para asegurarse de que iban a cooperar con ellos y no más tarde, se fueron a dormir, había que tener energía para el siguiente día.
–Dijiste que, muy probablemente, eran débiles –le dijo Hollie a Ayaka antes de dormir– ¿estás segura de ello?
–O son muy débiles, o han querido pasar desapercibidos por dar un gran golpe y son realmente poderosos. De cualquier forma, lo importante era calmar a la gente –dijo la rubia ya recostada.
–No lo entiendo Ayaka –dijo Hollie– ¿Cómo siendo como eres, tan meticulosa, se te escapó un pirata de la celda de tu barco? Es que es tan extraño eso en ti.
Ayaka no respondió de inmediato. Pensó un momento que podría fingir estar dormida, pero tampoco quería dejar a su amiga hablando sola, así que se dignó a responder: –fue una falla, hay que superarla y salir adelante, son cosas que suceden –así, una respuesta, que no era realmente una respuesta, pero que invitaba a Hollie a no preguntar más. Tras eso, ambas durmieron, descansando para el día que les esperaba.
Temprano, casi junto con el sol, los marines ya estaban en sus puestos. Tuvieron que esperar un poco más de tres horas para ver que algo finalmente se acercaba. Eran dos barcos en total y, extrañamente, se separaron ya cerca de la isla. Uno fue directo hacia donde estaba Hollie y el otro iba a por Ayaka.
–¿Esto qué significa, capitana? –preguntó Hanako quien divisaba un navío no muy grande y sin bandera o insignia alguna, que se acercaba.
–Quiere decir que estos sujetos, o tienen mucha confianza en sus habilidades o ya tenían un plan trazado por si esto sucedía; ya veremos qué sucede cuando lleguen –le dijo Ayaka. Una de las cosas que Hanako más admiraba de su superior, era la calma que ella mostraba cuando había problemas, pocas cosas parecían realmente perturbarla.
El barco llegó con pocos tripulantes, cuatro para ser exactos. El primero que bajó, era un hombre grande, calvo, con unos googles en la frente, nariz ancha y una enorme espada en su mano derecha, recargada sobre su hombro del mismo lado. Al mirar hacia abajo y ver a Ayaka, el hombre carcajeó fuerte.
–Al ver los barcos de la marina, pensamos que había alguien fuerte por aquí, pero sólo veo a unas niñitas con pocos soldaditos debiluchos –y mientras él seguía riendo, Ayaka se dio cuenta de que estaba en lo correcto, no eran demasiado fuertes– yo soy Royce y creo que ya encontré a una linda señorita digna de mí, a ti te voy a dejar vivir y te quedarás conmigo –le dijo a la capitana y luego estiró su brazo para tocarle el rostro. Hanako estaba por hacer algo cuando, con un rápido movimiento, Ayaka sacó su florete y lastimó levemente el brazo de Royce.
–No me gusta que me ensucien, menos tan temprano, y mucho menos, el rostro –le dijo ella poniéndose en guardia. Royce convirtió su burla en enfado mientras Ayaka ordenaba a Hanako y los demás marines a su cargo, estar atentos a los movimientos de los otros tres hombres.
Él sacó una espada enorme y pesada, tanto, que, a pesar de su fuerza, debía sostenerla con ambas manos. Plantó bien sus piernas en la tierra y se dispuso a atacar a la rubia, pero ésta esquivó el ataque, aunque fue más rápido de lo que esperaba.
–Voy a romper tu frágil espadita, pequeña, y luego ya no tendrás con que defenderte.
–Si te has puesto eso como objetivo– le dijo Ayaka, poniéndose en guardia– me temo que has perdido la pelea –Royce, enfadado, dio un nuevo golpe con su espada. Ayaka cruzó armas con su rival, pero no era que su florete fuera a detener la espada de éste. La esgrima resbaló un poco y “dirigió” el golpe hacia un lado, y así sucedía con cada ataque de Royce. Él intentaba destruir el florete de Ayaka, pero ésta se las arreglaba para desviar cada ofensiva. En una de esas oportunidades, la rubia aprovechó para hacer dos heridas en el pecho del criminal.
El enojo de Royce fue creciendo, pero entre más fuerza imprimía a sus golpes, con más facilidad parecía que Ayaka los contrarrestaba. Pronto, el pecho y brazos de Royce, estaban repletos de cortes, no muy profundos, pero sí largos y finos.
–Tú no eres un espadachín– le dijo Ayaka– portas una espada, pero no practicas el kenjutsu. Sólo te he dado oportunidad de que te rindas, pero, si me sigues atacando, morirás en mi próximo ataque, o al menos quedarás inutilizado, así que mejor déjate apresar.
–¡Cállate maldita zorra! –Royce hizo caso omiso alas advertencias de la marine y se dispuso a atacar de nueva cuenta– ¡Yo soy el mejor espadachín de Grand Line y te mataré ahora!
Sin embargo, de nuevo, Ayaka utilizó la propia inercia de su rival para desviar el golpe y su esgrima se dirigió hacia el brazo derecho de Royce, perforándolo desde el codo, hasta el hombro y dejando salir gran cantidad de sangre cuando la sacó de ahí.
–Conozco al menos dos mejores espadachines en Grand Line, que son mil veces mejores que tú –dijo Ayaka, pensando en Jet y Kazuhiko– Aunque estoy segura de que hay cientos más. Por cierto, he sido indulgente, tu garganta pudo haber terminado como tu brazo. Claro que si decides continuar, te atacaré sin misericordia.
Los ojos azules de la rubia, se tornaron más oscuros y daban algo de miedo, sobre todo a Royce, quien no podía creer que hubiera sido humillado de esa manera. En tan sólo unos minutos, se había dado cuenta de cuán lejos estaba del verdadero poder de Grand Line. De cualquier forma, trató de hacer algo de tiempo, esperando que sus compañeros tuvieran más suerte en el otro muelle. Suponía que, en grupo, no sería tan difícil acabar con Ayaka; su frustración fue mostrada al azotar su cabeza contra el suelo, ya al ver que los otros que habían llegado con él, había sido derrotados por Hanako y los demás marines. La misma aprendiz se le acercó, para ponerle las esposas en los gruesos brazos.
–No deberías sentirte tan mal –le dijo– fuera de la batalla de Marineford, nunca he visto que alguien siquiera toque a la capitana.
Y la suerte de Royce no iba a cambiar. Tres de sus compañeros, Gil, Eff y Coy, los dos primeros con armas de fuego y el tercero con cuchillos largos, uno en cada mano, se medían a Hollie, los tres al mismo tiempo, mientras que otros de sus hombres, de menor fuerza, se las veían con los marines de rango bajo.
–¿Qué es lo que haces, maldita zorra? –se quejaba Gil, al ver que la pelirroja esquivaba sin problemas sus balas. Luego, dirigió unas pocas palabras a Eff y éste huyó; sin embargo, Hollie ni se inmutó.
–Así que piensa atacarme a distancia, ¿no es así? –preguntó ella sonriente, mientras sus rivales, incrédulos, se enfadaban cada vez más al darse cuenta de que la marine, los tenía en sus manos– lo malo es que, cuando él llegue al lugar desde donde piensa atacarme, tal vez yo ya no estaré distraída –y ella detuvo, casi sin esfuerzo, un ataque de Coy y se dispuso a pelear con él. No fue mucho el tiempo que resistió Coy, pronto perdió uno de sus cuchillos y estaba cerca de ser herido por la naginata de Hollie, cuando ésta saltó. Menos de un segundo después, era herido por las pistolas de Gil. Éste, paralizado por lo que acababa de suceder, no se dio cuenta de que la pelirroja ya estaba a su lado, ella, con un rápido movimiento, le derribó las armas, le hizo una herida en el pecho y luego lo desmayó con un golpe en la cabeza.
–Pensé que me entretendrían más –dijo ella y luego volteó hacia otro lugar– y tú no eres la excepción, eres débil –le hablaba al otro sujeto, quien había sacado un rifle de larga distancia, cuyas partes tenía escondidas. Justo veía por la mira cuando la chica le hacía gestos burlones. Él, instintivamente, disparó, pero la bala fue esquivada con gracia por Hollie. Ella echó a correr y no pasó mucho tiempo antes de que capturara al restante criminal– no te preocupes, Ayaka ya acabó con tus otros amigos, y los que intentaron escapar rumbo al pueblo, también fueron capturados.
–¿Qué truco utilizaste? ¡Bruja! –le espetaba uno de los golpeados miembros de la “Hell Patrol”.
–¿Truco? –rió Hollie– esto no es más que ambición, y si no te es familiar, has tenido suerte de toparte con la Marina y no con otros piratas, que los habrían desollado vivos.
Pronto, Ayaka, Hollie y Ukeryu, llevaron a los criminales a las celdas del barco de la rubia y se quedaron vigilados por el teniente y el resto de marines. Ayaka, por su parte, fue quien recibió la gratitud de los habitantes. Nadie había salido herido y toda la “Hell Patrol” había sido capturada; pero Ayaka no estaba satisfecha y pidió una Eternal Pose con rumbo a Maya, la cual sí pudo serle prestada por los pobladores. A continuación, pidió a Hollie quedarse allí, sólo por si las dudas y se llevó el barco de Royce con Hanako y unos pocos marines.
No demoraron mucho en llegar a Maya, quizás tres horas. Pudieron ver cómo se acercaban a la isla, debido a que había dos torres de humo. El lugar era tropical, había palmeras por todos lados y hacia el centro una meseta pequeña donde estaba el pueblo. Cuando Ayaka y los marines vieron la escena, suspiraron de dolor, pena y furia. Había cuerpos por todos lados, quemados o cortados, o ambas. Eran casi sólo hombres, una que otra mujer, todas de edad avanzada. El grupo siguió hasta aquellas construcciones de las que salía humo y lo que encontraron dentro los agitó a todos.
Algunos reclutas, los más jóvenes, no pudieron evitar volver los alimentos, incluida Hanako. Ayaka sacó un pañuelo de su pantalón para cubrir su boca y nariz, sobre todo ésta última, debido al mal olor. Frente a ella, ya tras un fuego sofocado, estaba una pila de cadáveres, todos ellos quemados.
–Fueron lanzados intencionalmente aquí –afirmó Ayaka al acercarse un poco– y todas, son, o más bien, eran mujeres, delgadas, creo, y, posiblemente, jóvenes –mientras decía esto, los ojos de la rubia se humedecían y su voz cambiaba– cuando ya no les sirvieron, las lanzaron aquí. Creían que iban a tener nuevas mujeres en Muto.
Ayaka ordenó a sus marines, comenzar a cavar tumbas en el poblado, iban a enterrar a todos los cadáveres. De pronto, la rubia escuchó su nombre. Uno de sus hombres la llamaba desde otro lugar. La capitana se apresuró y encontró al marine en otra vivienda. Dentro, había una pequeña niña que no pasaría de los cinco años, más que delgada y de cabello castaño claro muy corto, casi en los huesos, con sus muñecas atadas a una cama gracias a una gastada soga.
–No la he movido, no sé en qué estado se encuentra –dijo el marine. Él y Ayaka observaron un momento a la chiquilla, quien estaba inconsciente y vieron con alivio que parecía seguir respirando. Ayaka se acercó y con su mano derecha tentó el cuello de la niña, buscando la arteria carótida. Su pulso era débil, demasiado. Lo primero que la capitana hizo, fue llamar a un marine con conocimientos médicos que había llevado a la isla por si acaso. Antes de que él llegara, la rubia cortó la cuerda que tenía atada a la niña y la recostó de espaldas.
Al llegar el médico, muchos otros marines, entre ellos Hanako, quisieron entrar a esa pequeña casa, pero Ayaka se los prohibió tajantemente. No podía haber una multitud con una pequeña niña casi moribunda en el lugar. El médico entonces, inyectó una solución directamente a la niña que serviría para evitar la deshidratación. La rubia capitana entonces tomó con fuerza en sus brazos a la chiquilla y se apresuró, aunque sin brusquedad a llevarla al barco, donde podría ser mejor atendida.
Fueron unas dos horas en las que los marines demoraron en cavar las tumbas para enterrar a aquellos cuerpos que todavía estaban en condiciones para ello. Luego, tras los entierros, todos, a excepción del médico, que seguía cuidando de la niña, se prestaron para dar el último adiós a los muertos.
–Dijiste que tu familia es religiosa, ¿no Hanako? –le dijo Ayaka a su pupila– di una oración y todos te seguiremos –así, la adolescente recitó algunas palabras y fue seguida por sus compañeros y su superior. Después de ese ritual, se retiraron al barco y de regreso hacia Muto.
Justo a la hora de viaje, la pequeña niña abrió los ojos. Ayaka estaba junto a ella, cuidándola. La niña no dijo nada, apenas vio a la capitana y volvió a dormir, exhausta. Pero esos ojos tenían vida, algo le decía a Ayaka que la chiquilla estaría bien en poco tiempo.
Al arribar a Muto, Ayaka y sus hombres fueron recibidos por Hollie y Ukeryu, pero la rubia apenas si saludó, quería ir a su buque a descansar. Hollie preguntó a Hanako lo que había sucedido y ésta relató de lo que habían visto en la isla de Maya, por lo que la capitana alcanzó a su compañera.
–No ha sido tu culpa Ayaka, no podíamos haberlos salvado.
–¡Exactamente porque pudimos haberlos salvado es que tengo este humor! –le respondió exaltada, perdiendo los estribos como pocas veces lo hacía– si el Gobierno nos hubiera enviado a la primera advertencia de violencia por parte de estas basuras, habríamos salvado muchas más vidas, no sólo una... –y de sus ojos, comenzaron a salir gruesas lágrimas que rodaban por sus mejillas enrojecidas– debiste haber visto aquello Hollie. Los más afortunados murieron al ser atacados por una espada o por un arma de fuego. En esa pila de cadáveres, algunas de esas chicas todavía estaban en un estado reconocible y se podía ver en su cuerpo, sin ninguna duda, que habían sido violadas una y otra vez. ¡Cuando ya no les sirvieron, las arrojaron al fuego, a todas juntas! ¡Sus rostros eran de terror y dolor, las hicieron sufrir hasta el final!”
“¿Tú piensas acaso que ellas merecían morir de esa manera? –la capitana, entre sollozos, hablaba a la par que gritaba con furia– ¡¿No crees que ellas debían haber sido salvadas por el gobierno de este mundo?! ¡¡La marina las dejó morir!! Sólo porque “no eran importantes” o porque “no eran parte del Gobierno Mundial”
–Ayaka, estás hablando como una pirata.
–¡No sabes nada de piratas, Hollie! –y al decir esto, se retiró a su barco y de inmediato se encerró en su camarote.
Ayaka no volvió a salir de allí. Fueron Hollie y el teniente Ukeryu quienes se despidieron de los pobladores y dejaron una guardia de algunos marines por si las dudas. Ya enviarían por ellos en siguientes días. Así fue que dejaron Muto para dirigirse a Marineford.
Cuando sintió que el acorazado se ponía en movimiento, fue cuando la rubia salió de su habitación, aunque aclaró que ya había dejado en par de ocasiones el camarote para ver el estado de la niña que habían salvado en Maya.
–No quise gritarte de esa manera, perdón –le dijo Ayaka a Hollie, quien sólo sonrió.
–Pensé que dejaríamos a la niña en Muto– dijo Hollie, cambiando de tema rápidamente.
–Aún no despierta, pensé que lo mejor era que siguiera con nosotros hasta que despertara y se sintiera bien. Ya en Marineford sabremos qué hacer con ella.
Fue hasta dos días después que el médico avisó a los oficiales que la pequeñita había despertado finalmente. Ayaka y Hollie entraron en una pequeña habitación donde estaba siendo atendida la niña y ella estaba parpadeando una y otra vez, como para acostumbrarse a ver nuevamente con sus ojos tras tanto tiempo de estar dormida. Cuando vio a Ayaka, su mirada se quedó fija en ella y luego esbozó una sonrisa, tímida, pero evidente. La capitana se acercó a ella y le tomó sus manos.
–¿Estás bien? –le preguntó y luego se giró al médico– ¿está bien?
–Ciertamente está bien –respondió él– sufrió algunos golpes, pero al parecer ninguno grave en su cabeza, sólo tenía el hombro dislocado, pero lo acomodé. Si se refiere a sus partes, están bien, no fue abusada.
Ayaka suspiró al saber que al menos esa niña no había sufrido de la misma manera que las otras mujeres que habían sido encontradas muertas en Maya. Hollie se acercó a la niña, pero ésta puso un rostro de susto y trató de esconderse tras las sábanas. No fue sino hasta que Ayaka le tendió sus manos nuevamente, que se mostró nuevamente.
–No tengas miedo, por favor. Estamos aquí para ayudarte, ¿podrías decirnos tu nombre? –la niña dudó un momento, pero luego, tartamudeando, finalmente algo salió de su boca.
–A... Aiko.
–Es un bonito nombre –le dijo Ayaka casi maternalmente– yo me llamo Ayaka y ella es mi amiga Hollie, somos de la marina.
La pequeña Aiko miró un poco confundida a ambas chicas y luego, tras un silencio, comenzó a llorar. Hollie estuvo a punto de decir algo, pero Ayaka se lo impidió, abrazó a la niña y dejó que llorara todo lo que quisiera.
–Mis... mis papás... están muertos –decía mientras aguantaba por un segundo el llanto. Más tarde. Ayaka y Hollie supieron que Aiko tenía cuatro años, aunque intuyeron que quizás estuviera cerca de cumplir los cinco. La niña no sabía por qué la habían dejado viva, aunque Ayaka supuso que sería con fines bastante ruines.
–Ella te recuerda a ti, ¿no es así?
–Algo así, pero al menos ella recuerda a sus padres, y todo lo que ha pasado –respondió Ayaka recargada en la barandilla de su acorazado tras dejar dormir un poco más a Aiko– no dejaré que sufra más de lo que ya lo ha hecho. Por mi parte, sé que algún día recordaré todo, lo sé.
Datos de los protagonistas:
- Spoiler:
- Blaze
Edad: 21 años
Estatura: 1.91 m
Peso: 85 kg
Puesto: Capitán
Arma/habilidad: Fruta Khan Khan (acero)
Apodo: Ninguno
Recompensa: 0 berries
Música: Steeler (Judas Priest), Aenima (Tool) y Back in Black (AC/DC)
Jet
Edad: 21 años
Estatura: 1.85 m
Peso: 82 kg
Puesto: Primero de a bordo
Arma/habilidad: Espadachín/Kangaiishi
Apodo: Leather Rebel
Recompensa: 37 millones de berries
Música: Leather Rebel (Judas Priest), Four Kicks (Kings of Leon) y Overkill (Motorhead)
Natsuki
Edad: 17 años
Estatura: 1.68 m
Peso: 55 kg
Puesto: Navegante
Arma/habilidad: Fruta Kyo Kyo (tamaño)
Apodo: Ninguno
Recompensa: 7 millones de berries
Música: Voodoo Child (Jimi Hendrix), Milk (Kings of leon) y Free Bird (Lynyrd Skynyrd)
Aoi Fubuki (Fuu)
Edad: 20 años
Estatura: 1.66 m
Peso: 52 kg
Puesto: Cocinera e inventora
Arma/habilidad: Toda clase de inventos.
Apodo: Killer Princess
Recompensa: 15 millones de berries
Música: Killer Queen (Queen), Stairway to Heaven (Led Zeppelin) y Razor Blade (Zoé)
Shinta
Edad: 13 años
Estatura: 1.58 m
Peso: 50 kg
Puesto: Tirador
Arma/habilidad: Revólveres
Apodo: Ninguno
Recompensa: 10 millones de berries
Música: Rapid Fire (Judas Priest), Children of the Damned (Iron Maiden) y Who’ll Stop the Rain (Creedence Clearwater Revival)
Osore
Edad: 20 años
Estatura: 1.81 m
Peso: 78 kg
Puesto: Médico
Arma/habilidad: Lanza-tridente
Apodo: Neon Knight
Recompensa: 18 millones de berries
Música: Neon Knights (Black Sabbath), You’ve Got Another Thing Comin’ (Judas Priest) y Vynil (Zoé)
Makoto
Edad: 19 años
Estatura: 1.71 m
Peso: 56 kg
Puesto: Vigía
Arma/habilidad: Kung Fu
Apodo: Ninguno
Recompensa: 25 millones de berries
Música: The Hellion-Electric Eye (Judas Priest), Proud Mary (Creedence Clearwater Revival) y Rock & Roll (Led Zeppelin)
Ayaka
Edad: 22 años
Estatura: 1.70 m
Peso: 58 kg
Puesto: Capitana de la marina
Arma/habilidad: Esgrima
Música: Taper Jean Girl (Kings of Leon), Lyin Eyes (Eagles) y Black Sabbath (Black Sabbath)
kaizoku ou-
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 59 (Log cargado en Xiang):
- Spoiler:
- Un joven saltaba de piedra en piedra para evitar caer en un riachuelo que se atravesaba en su camino. Tras superar tal obstáculo, echó a correr por un camino de tierra algo blanda, rodeado de granjas y campos de arroz. Llevaba una camiseta negra sin mangas, pegada al delgado torso. Sus brazos, no muy musculosos, se balanceaban por encima de dos revólveres que colgaban a la altura de sus costillas dentro de sus fundas que estaban aseguradas con correas desde sus hombros. En el pecho brillaba un medallón que colgaba de su cuello. Sus pantorrillas salían libres a la vista puesto que su pantalón acababa justo debajo de sus rodillas. En su mano derecha llevaba una carta.
A toda velocidad se acercó a la Ciudad Imperial y los guardias abrieron las puertas para que pudiera entrar. Siguió corriendo atravesando los jardines frontales de la Ciudad y entrando finalmente al Palacio. Sabía de memoria las puertas y pasillos que debía tomar y finalmente llegó al salón del trono. Ahí, Xiang Kai leía un periódico. En el mismo lugar, varios hombres se encontraban de pie, cerca de la monarca, mientras que algunos otros estaban alrededor de la habitación.
–¡Hola Jet! –saludó el joven a uno de éstos últimos, al pasar corriendo para postrarse justo frente a Madame Kai. Agitado, descansó con sus manos sobre sus rodillas antes de hablar, aunque ella se le adelantó.
–¿Qué noticias hay? –le preguntó con su voz que sonaba jovial y experimentada a la vez.
–El punte está cerca de ser terminado –dijo Shinta sonriendo y luego extendió su mano entregando la carta que tenía en ella– éste es un dibujo hecho por uno de los habitantes, es muy aproximado –Xiang Kai lo tomó y lo vio un momento.
–Diría entonces que faltan alrededor de dos meses para que se termine. Con esto, las islas estarán mejor conectadas y todo será muy rápido –sonrió ella sinceramente– aunque si todos pudieran correr como tú, tal vez no sería tan necesario, no supuse que volverías antes de la hora de comida.
Él sólo sonrió. El Shinta de quince años de edad había cambiado con respecto a cuando llegó al archipiélago. No sólo su estatura era mucho más alta, sino que su voz y semblante ya parecían más el de un hombre que el de un niño, aunque todavía era un adolescente, por supuesto.
Minutos después, llegó la hora de ir al comedor para los alimentos de la mitad del día. Atrás de Xiang Kai no sólo iba Shinta, sino todos sus guardias personales, entre ellos, Jet. El espadachín parecía el mismo de cuando los piratas habían llegado a las islas, poco a había cambiado, incluso utilizaba el mismo estilo de ropa.
Al arribar al comedor, todos ya esperaban la comida, aunque ésta no podía servirse sino hasta que Xiang Kai hiciera acto de presencia. Al momento que la monarca tomó asiento, fue cuando finalmente los contenedores fueron llenados y Natsuki salió para pedir las órdenes de Madame Kai. Ella no demoró en hacer su orden y la joven regresó a la cocina.
Natsuki tampoco había sufrido muchos cambios, a excepción de que ahora utilizaba más bien mini faldas en lugar de sus minishorts. Madame Kai le había aconsejado que ello le haría ver más adulta, aunque claro, su carácter también debía cambiar un poco. Ese aspecto de la navegante seguía prácticamente igual, su maduración mental no era su fuerte. De igual forma su cuerpo no había sufrido ningún cambio, si acaso un poco más delgada, pero sus curvas seguían allí. Su cabello le llegaba hasta las caderas, en lugar de a la mitad de la espalda.
Entró a la cocina y dio la orden de Xiang Kai a Na Lai y a Fuu. El cambio más notable en la princesa era que su cabello celeste había crecido y ahora le llegaba un poco más arriba de la mitad de su espalda. En la caída, el pelo se tornaba en rizos cual cascada de aguas cristalinas cuando choca con su parte más baja. La siempre blanca en tez Fubuki era cortejada por muchos de los habitantes de las islas, pero hábilmente lograba escapar de esa cantidad de hombres. Para moverse más fácil, la ojiazul había dejado, la mayor parte del tiempo, sus acostumbrados vestidos amplios y se decantaba más por los jeans y blusas casuales, cubiertos una buena parte del día con algún delantal.
Cerca de la cocinera se encontraba Makoto, quien regresaba del comedor tras acomodar la totalidad de los contenedores. También la peliverde tenía el cabello algo más abundante. Igualmente lacio, caía rectamente casi hasta los hombros y los dos mechones que le cruzaban el rostro seguían allí y ahora se juntaban con el resto de su pelo a la altura de la barbilla, ya no en la mejilla. Además, la joven, desinhibida por haber compartido su vida por más de un año y medio con varios jóvenes hombres, ya no era tan reacia a mostrar un poco más su cuerpo y ahora era ella la que utilizaba ajustados minishorts y deportivos tops. Aunque si sorprendía a alguien mirándole de más las piernas, éste recibía una buena paliza.
Tarde llegaban al comedor Blaze, Osore y Huang. El primero era el mismo de cuando la llegada de los piratas. Al igual que Jet, si había algún cambio, al menos no se le notaba a primera vista.
Con Osore era lo contrario. Si las chicas se habían dejado crecer el cabello, él, al contrario, le había hecho pasar tijera. No era a rape, pero sí bastante corto, con lo cual se le veía un poco más oscuro que antes. Además tenía una cicatriz que le pasaba horizontalmente por la mejilla izquierda, casi desde la nariz hasta cerca de la oreja. Esto no le había hecho perder su suerte con las mujeres. Contradictoriamente, Osore defendía a sus compañeras de cualquier avance hacia ellas por parte de otros habitantes, pero él mismo no perdía la oportunidad para ligar con las chicas bonitas de todo el archipiélago.
Algunos minutos después, cuando Natsuki retiró los platos de la mesa y cruzaba la mitad del salón, un ruido inundó el lugar: el de los trastes cayendo al piso y quebrándose en la acción. La navegante se apenó, pero su primer movimiento fue mirar la mesa donde estaba su capitán y mostrar una emocionada sonrisa.
–¡Ha cambiado! –le dijo con gran entusiasmo– ¡El Log está apuntando hacia otro lugar, lo acabo de ver cambiar! –la joven anunciaba la noticia como si fuese la mayor nueva del mundo. Blaze se levantó de su asiento y ayudó a su compañera a recoger el desastre que su distracción había causado. Osore, Shinta y Jet imitaron a su capitán y al final Huang también se les unió.
Más tarde, los piratas estaban emocionados por la noticia. No era que el lugar no les gustara, al contrario, pero ya era tiempo de continuar con su viaje. Estaban agradecidos con Xiang Kai y, a pesar de su juventud externa, la consideraban como una guía, casi una madre, durante el tiempo en el archipiélago. Por tanto, tenían que hablar con ella para comunicarle formalmente lo sucedido.
–¿Y desean irse de inmediato? –preguntó ella, con su tenue sonrisa de siempre.
–Pues no de inmediato, Xiang Kai –le dijo Blaze– tenemos que hacer preparativos y todo, pero sí lo antes posible, nuestro viaje debe continuar.
–Pues yo les pediría que se quedaran al menos tres semanas más –les dijo ella, sin sonar autoritaria– sé que están ansiosos por volver al mar tras tanto tiempo, pero no querrán irse antes del festival del dragón –los Piratas se miraron los unos a los otros sin saber de lo que la monarca hablaba.
–El Festival del Dragón es una fiesta que se lleva a cabo cada cuatro años en nuestras islas –comenzó ella a explicar– como ustedes saben, cada año tiene 365 días, pero cada cuatro hay un día más. Cuenta la leyenda, que el Dios Dragón hacía alargar el año un día más para visitarlo desde el más allá. Él daba un día más al segundo mes del año especialmente para visitar este mundo y dar bendiciones a sus seguidores y a todas aquellas personas que respetaban las reglas y eran buenas de corazón. Pronto, las personas de este mundo comenzaron a hacer un gran festival para recibir al Dios Dragón cada cuatro años. Hoy en día es sólo una tradición, por supuesto, pero celebramos no sólo cuatro años más de vida, sino la paz y las buenas costumbres entre las personas de nuestro archipiélago.
–Si me lo preguntan, es una bonita historia –dijo Fuu.
–Y el festival suena bastante bien –acotó Osore.
–Me gustaría mucho que pudieran acompañarnos –les sonrió Madame Kai– es una suerte que se encuentren aquí para estas fechas, y estoy segura de que lo disfrutarán.
Con ello, los piratas decidieron que, durante los siguientes días, harían preparativos, pero no zarparían sino hasta dos noches después del festival. Realmente sentían apego por esa tierra y querían ver la gran fiesta. También durante esos días, Xiang Kai dio por terminado su entrenamiento con Makoto.
–¿Está segura de que es todo lo que puede enseñarme?
–Por supuesto que sí –aseguró la monarca– el perfeccionamiento del puño del dragón sólo viene con la práctica, además parece que has desarrollado un estilo un tanto extraño.
–Es mi propio puño del dragón, espero utilizarlo pronto –sonreía la joven para con sus amigas Natsuki y Fuu quienes se encontraban descansando en el jardín que servía de entrenamiento a Makoto.
–Si lo combinas de buena forma con la ambición, podrás ser una guerrera muy difícil de derrotar.
–Justo de eso quería hablarle –interrumpió Fuu– Makoto, y también Jet, Blaze y Osore, han desarrollado eso, la ambición, ¿por qué Natuski, Shinta y yo no hemos podido?
La monarca sonrió un poco y luego se acercó a Fubuki.
–Primeramente, para ser justos, los demás han entrenado un poco más duro que ustedes –le dijo Xiang Kai– aunque ustedes se han esforzado, claro. La verdad es que Shinta es aún algo joven y le tomará más tiempo y, en cuanto a ustedes, no falta mucho para que puedan desarrollarlo. Su personalidad no es guerrera, ustedes prefieren no pelear si no es necesario –y al escuchar esto, Fuu asintió– y es posible que esto también haya afectado. Eso sí princesa, debo decirte que aunque no te has percatado, también tienes ambición ya en tu ser.
Fuu no supo por qué Xiang Kai le decía esto. Se miró un poco las manos y supo que, si quería serle útil a sus nakamas, debía seguir siend
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 60 (El Festival del Dragón):
- Spoiler:
- Los días pasaron y con el Steeler ya listo y reparado por Huang desde hacía ya mucho tiempo, lo único pendiente era esperar al Festival del Dragón. Para los hombres no había muchos inconvenientes, un traje elegante y listo, pero las chicas debían elegir un vestido de mayor elaboración, cosa que no fue de mucho agrado de Makoto.
Llegado el día, los hombres tuvieron que esperar un buen rato afuera de las cabañas. El único que no iba demasiado elegante era Shinta. Xiang Kai le recomendó utilizar un traje ceremonial, el cual sería más apropiado para su edad, debido a que seguramente no la pasaría muy a gusto en la cena de gala. Sería más cómodo para él pasearse entre la gente y la celebración del festival.
A su vez, Blaze, Jet y Osore habían hecho un sorteo para que cada quien llevara a una de las chicas como su acompañante y esperaban para ver quién era la primera en salir.
Finalmente la puerta se abrió y dejó salir a una de las jóvenes. La primera era Natsuki. Tenía un vestido amarillo, algo amplio en la falda, pero que a la vez se ceñía en el torso. Tenía sus hombros desnudos y hacía juego con un prendedor en su cabello atado en un elaborado peinado. Jet se adelantó y le ofreció su mano, haciéndole entender que él sería su pareja.
No pasó mucho tiempo antes de que saliera la siguiente chica. Era Fuu. Su vestido era blanco, con pequeños tirantes al hombro, no tan amplio, pero que brillaba junto con sus ojos azules. Ella llevaba además unos guantes hasta sus codos y una tiara transparente sobre su cabeza. Su cabello estaba suelto.
–Por un momento quise hincarme ante la princesa –sonrió Shinta mientras Fuu agradecía el cumplido. Ahora fue Blaze el que se adelantó y tomó del brazo a la cocinera. La única que faltaba era Makoto.
–Ella está tímida, nunca se había puesto un vestido así, dice –les dijo Fuu.
–¡Vamos Ma-chan! ¡Sal de ahí, que te ves muy bien! –le gritó Natsuki.
La vigía finalmente abrió la puerta y dio el primer paso hacia afuera. Su mirada estaba orientada hacia abajo y sus mejillas no podían estar más rojas. Sus manos entrelazadas al frente denotaban su vergüenza. Pero no debía de tenerla, pues realmente se veía bien. El vestido era de color plateado, y no era amplio, sino más ceñido al cuerpo desde abajo y hacia arriba, donde sus hombros estaban cubiertos por unas pequeñas y elegantes mangas. Su cabello estaba atado de forma elaborado y, por primera vez en su vida, estaba maquillada.
–Yo seré el acompañante de esta bella señorita –dijo Osore tomándole la mano.
–Si es sólo por hoy, lo soportaré –suspiró ella– pero cuidado con pasarte de listo –le amenazó.
Ya estaba cerca de caer la tarde y la isla principal era toda una fiesta. Así también las otras islas, pero esto no lo podían observar los piratas, quienes estaban fascinados con tanta alegría. Pronto, las tres parejas entraron a un gran salón donde sería el baile. Shinta se quedó en el festival afuera, seguramente se aburriría adentro, mientras que Huang también había invitado a una chica local para que lo acompañara.
Y así, mientras el baile se desarrollaba, Shinta paseaba viendo las diferentes atracciones del festival, como los juegos pirotécnicos, las telas vistosas y las danzas alegres. Dentro del salón, Jet y Natsuki pasaban todo tipo de problemas para tomar el paso de la música, ninguno de los dos sabía bailar y mientras a la joven no le importaba demasiado, el espadachín estaba casi “muriendo” de vergüenza. Osore por su parte, llevaba poco a poco a Makoto, quien jamás había bailado en su vida. Blaze y Fuu sí tenían ambos práctica y no había problema con ellos. Por su parte, Xiang Kai sólo disfrutaba, bebiendo algo de sake.
Shinta se entretenía paseando algo lejos de la Ciudad Imperial. Quería ver qué tan lejos llegaba la fiesta, pero el festival estaba prácticamente por todas partes. Luego de un rato llegó hasta los límites de la isla principal, donde el calmado mar no podía escucharse por el bullicio de la fiesta. Se aventuró a ir hacia la isla más cercana, aprovechando la poca profundidad que había y no demoró mucho en llegar. La gran mayoría de los habitantes de ahí, habían acudido a la isla principal para el festival, por lo que estaba casi desierto, para decepción del tirador.
Pero al pasar de una pequeña colina, Shinta observó que en la noche se dibujaba una torre de humo blanco. Por un momento pensó que se trataría de los juegos pirotécnicos, pero la cantidad de humo era mucho mayor y de una forma diferente. –¿Será un incendio? –se preguntó y trató de acercarse lo más posible. Se dio cuenta de que, lo que estuviera sucediendo, era en una de las islas más lejanas a la principal. De cualquier forma, tomó uno de los botes que vio en la orilla y se dirigió a la siguiente isla y era otra que estaba sin personas, pues todas habían acudido a la Ciudad Imperial o a sus alrededores; pero al tratar de llegar a la otra costa de ese lugar, Shinta se encontró con un cuerpo flotando en la orilla. Pensó que estaba muerto, pero pronto se dio cuenta de que aún seguía con vida.
El chico lo llevó a tierra y tras unos minutos, el hombre, joven, despertó. Miró a Shinta y vio de inmediato el medallón que llevaba colgando. Era alguien de confiar.
–¡Por favor! –dijo el hombre desesperado –hay que avisar a Madame Kai, ¡por favor!
–¿Qué ha sucedido?
–Un ataque... –decía llorando aquel hombre– Xiang Lao... –y luego se desvaneció. No estaba muerto, pero el cansancio lo había rendido. También estaba herido en sus piernas. El joven pirata colocó al hombre bajo techo y le atendió como pudo la herida más grave que tenía.
Shinta no perdió tiempo y emprendió el viaje de regreso a la isla principal. No sabía muy bien lo que estaba sucediendo, pero sí había palabras claves en lo poco que aquel hombre le había dicho: “ataque” y “Xiang Lao”. Era inevitable darse cuenta de que ese Xiang Lao debía tener relación alguna con Madame Kai, pero Shinta no lo cavilaba mucho, simplemente corría con la mayor velocidad que sus jóvenes piernas podían darle. Pronto estaba a la entrada de la Ciudad Imperial y sonrió un poco al ver que estaba abierta y no perdería tiempo. Luego, y sin aminorar su velocidad, fue hasta el salón de baile y ya dentro, omitió los saludos de sus nakamas para ir directo hacia Xiang Kai. Ahí, le dijo esas palabras clave.
Ella miró un momento a Yae Dong y junto con el resto de la guardia a excepción de Jet, ambos salieron del salón de baile. Blaze y su tripulación vieron extrañados la salida de la monarca y de su séquito, pero decidieron no moverse, por el momento.
–Si es verdad, hay que prepararnos de inmediato, Kai-sama –le decía Yae.
–Tengo el presentimiento de que es cierto –afirmó ella– desde hacía algunos minutos me sentía intranquila, y él sabía que esta fecha era ideal para atacar pues todos estaríamos distraídos.
Lo primero que Yae y los guardias hicieron fue ir a los límites de la isla principal y observar la situación. Por lo menos, no había nada que pareciera amenazar las cercanías. Justo cuando Xiang Kai y Shinta se quedaron solos por un momento, éste hizo una pregunta que lo tenía inquieto.
–Madame Kai, ¿quién es Xiang Lao? –le cuestionó, aunque algo tímidamente. Temía que fuera algo que no le importara. Ella guardó silencio un momento, como si no hubiera escuchado, pero luego suspiró y miró con ternura al tirador.
–Lao es mi hermano –le reveló– el menor de todos ellos. Realmente somos bastantes hermanos, pero él siempre quiso algo más que sólo ser un príncipe no heredero. Siendo el menor, tenía pocos derechos a las decisiones acerca del archipiélago. Todos mis hermanos y hermanas siempre aceptaron sin ninguna molestia que yo fuera la reina de aquí. Mi fruta, por otro lado, me hace parecer inmortal, o algo parecido, y eso también hizo enojar a Lao. Sus ansias de poder se hicieron cada vez más grandes y pronto se declaró enemigo de mi régimen, poniendo pretextos tontos y sin fundamento. En aquel entonces no era muy fuerte, y lo desterré, han pasado ya diez años de eso, y no sé en qué condiciones vendrá ahora. Debemos ser cautelosos.
–¿Cree que debo avisarle a mis nakama?
–No quiero alertar a la población, al menos no aún –le dijo Xiang Kai– si es algo que mis guardias pueden manejar, no es necesario hacer demasiado escándalo.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 61 (El ataque):
- Spoiler:
- Pero algo le decía a Shinta que la situación era mucho más grave de lo que se pensaba. Su corazón comenzaba a palpitar más rápido y sentía una adrenalina similar a la de aquellas batallas en el mar con su tripulación. Pasados algunos minutos, Yae Dong regresó y dio las noticias: todo era cierto, y los ataques ya estaban más cercanos a la isla principal. Por ello se habían dado cuenta rápido, sin necesidad de ir a la siguiente isla.
–Tus amigos tendrán que darse cuenta, finalmente –le dijo Xiang Kai con una amarga sonrisa– yo iré a avisar al salón de baile, los guardias deberán enviar a la gente a sus casas y a refugiarse. Shinta –le dijo por su nombre algo que no pasaba muy a menudo, al mismo tiempo que le tomaba de los hombros– ve a las islas del oeste, a todas, avisa de lo que está sucediendo, di que hay un ataque, que los hombres fuertes y valientes vengan de inmediato a la isla principal, decididos a pelear ante la invasión. El resto de las personas deberán de esconderse lo mejor posible –el joven tirador asintió y tras quitarse su camisón ceremonial, se quedó con sus ropas acostumbradas. Acto seguido, comenzó a correr a la mayor velocidad que sus piernas le daban.
Los asistentes al baile vieron entrar a Xiang Kai con extrañeza, pues el paso que ella llevaba no era normal. La monarca se postró en un templete y ahí reveló la noticia. Sus palabras no fueron tan fuertes y el pánico no se apoderó por completo de los que estaban por ahí. Prácticamente todos se retiraron a sus casas, o a la Ciudad Imperial. Los únicos que quedaron en el salón fueron algunos hombres decididos a pelear, Xiang Kai y Blaze y su tripulación.
–¿Así que están dispuestos a pelear?
–Ésta es nuestra casa, o al menos lo ha sido durante más de un año –le dijo Blaze a la reina– además nos hace falta algo para no oxidarnos.
–Bueno, es una pena que esos vestidos se arruinarán –sonrió Xiang Kai.
En ese momento, uno de los integrantes de la guardia personal de la monarca entró al salón. Comunicó que los habitantes ya estaban refugiados, pero también parecía llegar el problema a la isla principal. Un barco enorme se acercaba con velocidad. Yae Dong entró a continuación. Anunció los hechos y Xiang Kai se decidió a pelear.
–Para nada, su majestad, usted se queda en la Ciudad Imperial, debe estar protegida.
–¿Cuándo se ha visto que una reina abandone así a su pueblo y se esconda para sobrevivir mientras sus súbditos arriesgan su vida? –respondió ella enfadada
–Cuando este reino no sería nada sin su gobernante –le respondió Yae, hincándose ante ella– sé que muchas veces ha dicho usted que el reino lo hacen las personas, el pueblo, pero créame por favor cuando yo le digo, que este pueblo no sería nada sin su gobernante. Si usted muriera –continuó, mientras cerraba sus ojos, apretando sus párpados al máximo– este reino moriría, si usted se fuera, nadie querría vivir aquí.
Xiang Kai se quedó sin palabras. Ella era una diestra peleadora y quería defender a su pueblo, pero tampoco era capaz de contravenir esos sentimientos de Yae. Jet se postró delante de la reina entonces.
–Nosotros ayudaremos, maestro Yae –dijo el espadachín, y Dong se levantó.
–Entonces protégela. No dejes que nadie se le acerque aquí.
Al retirarse Yae. Xiang Kai se derrumbó por un momento. Pensó por un momento las cosas, no quería esconderse, pero tal y como le había dicho su guardia, debía estar alerta. Como leyéndole los pensamientos, Blaze se ofreció para cuidarla dentro del palacio junto a Jet.
–Tal vez… yo podría destruir el barco –dijo Natsuki tímidamente– si hay que hacerlo para proteger el lugar, lo haré –dijo algo más resuelta.
–No es mala idea, pero no debes ir sola –apuntó Blaze.
–Osore podría ir con ella, mientras Makoto, Huang y yo protegemos las entradas a la ciudad, por si las dudas –dijo Fuu. El médico asintió y todos los demás estuvieron de acuerdo.
Cuando Natsuki y Osore salieron de la ciudad, el silencio los estremeció. No se escuchaba absolutamente nada, ni siquiera el zumbido de los insectos voladores o el chirrido de alguna ave lejana; incluso los animales parecía saber de lo que se avecinaba. Con sus respiraciones como lo único que podía oírse, ambos piratas avanzaron con destino a la costa, apresurando su paso cada vez más. De pronto, un estruendo casi reventó los oídos de los jóvenes.
–¡Eso fue un cañonazo! –advirtió Osore. El médico guio a su compañera hacia el lugar del aparente incidente. Allí, estaban tres cuerpos, personas muertas por el disparo. Osore buscó a Yae con la vista pero no pudo verlo y más tarde miró al frente para percatarse del barco causante del ataque. El navío seguía avanzando y era cuestión de tiempo de que soltará otro ataque antes de definitivamente llegar a tierra.
El médico se distrajo un momento buscando si acaso había algún otro enemigo que ya hubiera bajado, pero no vio nada. Estaba preocupado por no ver en el lugar a Yae Dong o al resto de guardias, y no se percató que Natsuki estaba ya actuando sin haberle dicho nada. La chica comenzó a correr hacia el mar mientras iba aumentando su tamaño con intenciones de destruir el barco.
–¡Espera, Natsuki! –le gritó Osore sintiéndose pequeño y con razón, ya que no podía detener a su amiga– ¡no seas imprudente! –y justo en ese momento, del barco, fue disparado algo. Al inicio parecía un bulto, pero luego se fue extendiendo, se trataba de una red que al tocar a Natsuki, cubriéndole el rostro, hizo que ésta se detuviera. En ese instante, el agua le llegaba casi a los muslos, pero pronto fue tapándole cada vez más arriba, no porque subiera la marea, sino porque ella se hacía pequeña nuevamente. Pronto, el cuerpo de la joven, ya sólo en ropa interior tras haber roto el vestido al haber crecido, se hundía en la bahía. Osore no tuvo otro remedio que nadar para rescatarla.
El médico llegó hasta la chica y retiró la red. Sintió algo raro cuando la tocó. No es que fuera de metal, pero tampoco de tela, el material nunca antes lo había sentido. Dejó de tomarle importancia y tomó a su compañera -sin soltar la red- y subió lo más rápido que pudo a la superficie. Su buena habilidad nadadora era útil en esos casos. Al llegar a la costa intentó despertar a Natsuki y lo logró con apenas un par de palmadas en su rostro. En ese momento, había lanzado la red a un lugar cercano.
–¿Qué te sucedió? ¿Estás bien? –preguntó él, preocupado.
–No lo sé, sólo me sentí débil y no pude moverme –le dijo ella– fue en cuanto me tocó esa red.
–¿Pero ya te sientes bien? –preguntó él. Ella se sonrojó y mientras estaba hincada en la playa, trató de tapar un poco su cuerpo con sus manos.
–Me sentiría mejor si no me vieras tanto –le dijo. Él reaccionó y se quitó su sacó, el cual, aunque mojado, le cubrió el cuerpo. Ella agradeció con una sonrisa tierna –ya no eres el mismo de antes, ¿verdad?
–Mi estimada pequeña. Sabes que jamás me cansaría de admirar tu cuerpo, pero no es momento para ello –le dijo Osore, sin advertir que alguien estaba acercándose. No fue sino hasta que la mirada de Natsuki se perdió detrás de él, que el médico volteó para ver una figura que venía contoneándose hacia ellos. Si fuese otra ocasión, seguramente habría actuado diferente, pero podía oler el peligro en esa persona.
–Supongo que tienes razón pequeña, ya no soy el de antes –dijo él admirando a la espigada y curvilínea chica que caminaba luciendo un traje de cuero, un extraño cinturón rojo y un látigo que colgaba atado en su cintura.
–¿Así que el señor Lao tenía razón? –dijo ella, con un cabello negro largo y lacio, atado en una cola de caballo– la chica fue salvada... ¡pero no importa! –rió escandalosamente– si ustedes me dan la red, no les haré daño. No es fácil conseguir una de ésas.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 62 (La defensa):
- Spoiler:
- Osore miró de reojo la red descansando en la oscura playa y no demoró en tomarla con las manos, pero no con intenciones de entregarla a la extraña mujer.
–¿Esto es lo que causó que Natsuki se desmayara?
–Vaya, no saben lo que es –volvió a reír aquella mujer– es kairouseki.
–¿Y qué significa eso?
–Si me la das, te lo diré
–No le daría nada a alguien que ataca este lugar.
Ella finalmente cambió su semblante sonriente y jovial por uno mucho más serio, y con su mano izquierda tentó su látigo.
–Mira chico, si va a ser por las malas, no tengo problema, pero puedo ver que tú no eres de por aquí, al igual que esta chica, así que no sé por qué se empeñan en defender esta lugar.
–¡Por cariño y gratitud! –interrumpió Natsuki– ellos han sido las personas más buenas y gentiles del mundo con nosotros –pero cuando la navegante terminó de hablar, aquella mujer ya tenía el látigo en su mano y lanzó un golpe contra la jovencita; sin embargo, el látigo fue detenido por el bastón de la lanza de Osore.
–No te atrevas a tocarla –los ojos de Osore habían cambiado y ahora se dirigían con furia hacia aquella mujer– si quieres pelear, yo seré tu oponente –le dijo y luego se volteó hacia Natsuki– vuelve a la ciudad, avisa a todos que el ataque ha llegado, pero ten cuidado. Si ellos tienen otras de estas redes, te puedes ver en problemas, ¡ve, rápido!
Mientras Osore se interponía entre ambas mujeres, Natsuki tomó camino por la multitud de palmeras y se perdió entre ellas con rumbo a la ciudad Imperial. Osore por su parte se colocó en guardia, listo para defenderse con su lanza-tridente. Los ojos del pirata se posaban sobre el látigo de la mujer, que estaba en la mano derecha de ésta.
Pero, unos segundos después, la mujer dejó caer el látigo, cosa que distrajo al pirata y sin que se diera cuenta como, se vio herido por algún arma, una especie de cuchilla, esto cerca de la cadera.
–Alcanzaste a esquivar mi ataque, pero Cessna, no deja escapar tan fácilmente a sus enemigos.
Cuando Osore miró mejor, vio que el extraño cinturón de Cessna ya no estaba. En realidad, era una soga que servía como arma. En un extremo tenía una afilada cuchilla curva, casi como un anzuelo de pesca, y en el otro tenía una esfera de acero.
–¿Así que voy a tener que herir a una mujer...? Esto no se ve bien
Natsuki corría tan rápido como podía, pero no logró llegar a tiempo a la Ciudad Imperial. Vio a un grupo de hombres que estaban charlando algo y pocos segundos después, se dispersaron. Sólo dos de ellos quedaron en ese lugar, pero uno desapareció como por arte de magia. Ya que había un atacante en solitario en ese lugar. El sujeto comenzó a palpar la enorme puerta de entrada, la principal y más grande de acceso a la Ciudad Imperial. Entonces, de su amplia chaqueta, sacó un par de esferas negras. Natsuki no supo qué eran, pero sí se dio cuenta de que era algo peligroso y se descubrió al salir de su escondite.
–¡Detente! –le gritó a aquel hombre. Él volteó y se quedó mirando a Natsuki un momento.
–¿Así que no te has topado con Cessna? Bueno, para mí mejor, ella te hubiera matado y yo jamás dejaría escapar un cuerpo como el tuyo.
Natsuki no hizo caso de las palabras de su enemigo y comenzó a crecer de inmediato, y al tener tamaño suficiente, intentó pisar a ese hombre; sin embargo, él, con destreza y agilidad, esquivó el ataque. La navegante intentó en tres ocasiones sin éxito, y cuando iba a intentar una cuarta, se vio detenida por una voz que ya conocía.
–¡Puedes derribar el muro, quédate quieta un momento! –le pidió Fuu. La princesa, todavía con su vestido, abrió y cerró de inmediato la gran puerta sin que el atacante pudiera hacer nada.
–Pues ya tengo dos señoritas para mí –sonrió él– el nombre de su futuro dueño es Takuo, y es mejor que se rindan inmediatamente, ni ustedes ni yo queremos que salgan lastimadas –dijo. Takuo era de una estatura mediana, totalmente calvo y una gabardina muy amplia que le llegaba a las rodillas. En sus manos seguía sosteniendo ese par de esferas.
–Son bombas –le dijo Fuu a una Natsuki que había vuelto a su tamaño normal– tenemos que alejarlo de aquí y entonces podrás crecer; si derribas por error la puerta o el muro, esto se pondrá muy mal.
Fubuki había tenido poco tiempo y había podido sólo ir a la cabaña a tomar unas pocas de sus armas. Ella también tenía explosivos, pero no muy potentes, también un par de artefactos luminosos para cegar, dos de sus esferas pegajosas iguales a las que había utilizado en el G-12 y un bastón algo pequeño.
–No me dejan otra alternativa –les dijo Takuo y tomando una esfera en cada mano, las frotó contra la parte inferior de la gabardina y éstas encendieron una mecha pequeña. Las arrojó hacia las piratas y éstas apenas pudieron evitarlas.
Fuu tuvo que hacer uso de sus pequeños explosivos y de sus esferas para detener más bombas, pero ya no le quedaba mucho con qué atacar o defenderse. Natsuki entonces, ya sin pensar en cualquier consecuencia, volvió a crecer para hacer frente a Takuo; sin embargo, él estaba esperando que ella hiciera eso, de su gabardina sacó una bomba un poco más grande y la lanzó justo a la altura del rostro de la joven. Ella logró darse cuenta y logró cubrirse la cara con sus brazos. Ello no logró evitar ser golpeada, y aunque minimizó el ataque, cayó, derrumbando además una porción de la enorme muralla, para, ya inconsciente, volver a su tamaño normal.
Fuu se apresuró a ver cómo estaba su amiga. La encontró, sin mucho más daño que el golpe en su cadera con el muro.
–Esa chica sí que es tonta –reía Takuo– por más que le dijiste que no creciera, no hizo caso y se volvió un blanco fácil para mis bombas... pero no importa si ella es tonta y tú inteligente, ambas me gustan –y Takuo sacó un par de bombas más, las encendió y las lanzó hacia el muro cerca de donde se encontraban Fuu y Natsuki; sin embargo, éstas explotaron un poco después de dejar las manos del invasor.
–¡Deja en paz a mis hermanas! –gritó alguien, cerca de ahí. Takuo trataba de encontrar a tal persona, pero no lo lograba. No fue sino hasta que Fubuki miraba fijamente a un árbol y sonreía al hacerlo, que pudo ver a su nuevo enemigo.
–Justo a tiempo, Shinta –suspiraba la princesa. El adolescente tirador, que estaba sobre un árbol, había disparado a las bombas, evitando que éstas estallaran en el lugar que Takuo deseaba.
–Las próximas balas estarán dirigidas contra ti –señaló el joven pirata al invasor.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 63 (Derringer):
- Spoiler:
- En la puerta oeste, esperaba Makoto, quien, despreocupada, no estaba por dentro de la ciudad, sino afuera. No demoraron mucho en llegar varios hombres que se detuvieron al verla recargada en el muro.
–No puede ser que hayan puesto a una chica aquí vigilando… –se lamentó uno de los invasores que se adelantó al grupo.
–Si me subestimas sólo por ser mujer, creo que ya sé quién ganaría si nos enfrentáramos –respondió Makoto. El hombre carcajeó y se adelantó un poco más hacia la pirata.
–Debes saber que yo, Byung Park, soy de los guerreros de élite del señor Lao y que tú no podrías hacerme ni un solo rasguño.
–¿Quieres probar en serio? –sonrió ella acercándose un poco a él, todavía ataviada con el vestido de noche. Byung se puso en guardia y lanzó una patada al rostro de la joven, quien la alcanzó a bloquear con sus manos.
–Nadie puede con mi tae kwon do –afirmó el invasor y sin previo aviso comenzó a dar una lluvia de patadas sobre Makoto. No había pausa entre un golpe y otro, mientras que los otros invasores celebraban la aparente ventaja de quien parecía su líder.
Una última patada envió a Makoto a estrellarse contra la puerta, pero ella no cayó derribada. Suspiró y volvió a acercarse a Byung mientras movía su cuello.
–¿Ya terminaste? Porque ahora me toca a mí –dijo y luego se quitó sus tacones y rasgó su vestido– es muy incómodo pelear con esto puesto –afirmó al tiempo que se ponía en guardia.
–Pensé que vendría más de uno por esta puerta –decía Jet al verse con un enemigo en el lado contrario de la ciudad que Makoto.
–Piensa en nosotros como la avanzada –respondió él, desenvainando una larga espada– pronto el resto de nuestros hombres tomarán control de todas las islas del archipiélago y se nos unirán aquí, cuando ya tengamos dominada la ciudad.
–Sobre nuestro cadáver.
–Pues de eso se trata –sonrió casi amigable el invasor– por cierto, soy Andrus.
–Jet, y te concedo que pareces tener honor de espadachín –el pirata entonces, al igual que su rival, sacó su arma, la Tsuda Sukehiro.
Osore lograba esquivar todos y cada uno de los ataques de Cessna. No sin esfuerzo, pero tampoco parecía algo natural. La chica poco a poco se desesperaba por no poder herir al pirata.
–¿Qué clase de pelea es ésta? –le dijo– ni atacas, pero tampoco puedo alcanzarte, ¿qué truco estás utilizando?
–No es truco de ninguna clase, es sólo una habilidad. Si la primera vez lograste herirme un poco, fue porque estaba distraído, pero no volverá a suceder –respondió Osore, quien finalmente comprendía cómo es que la capitana marine Hollie lo había vencido tan fácilmente en aquella ocasión– y si no te ataco, es porque preferiría que te rindieras, es mejor si no hiero a una mujer.
Cessna, al ver la inutilidad de sus acciones, finalmente enredó su cuerda en su brazo.
–Entonces tal vez no sea necesario pelear –dijo, y se acercó cuidadosamente a Osore. Éste se mantuvo en guardia, pero dejó de hacerlo al ver que la chica estiró sus brazos y le abrazó– tú y yo no tenemos por qué ser enemigos.
Pero Osore no se dejó llevar por las palabras de esa mujer y la retiró de inmediato.
–Tal vez antes este truco te habría funcionado, pero ahora sólo vivo para proteger a tres mujeres y encontrar a una más, así que será mejor que te vayas o tendré que hacerte daño.
Cessna se mostró enfadada y no hizo caso de la advertencia del pirata, y justo cuando se disponía a utilizar su cuerda nuevamente, Osore le atacó con gran rapidez, golpeándola en el cuello y haciéndole caer. Ella, con dificultad intentó levantarse, pero de nuevo utilizó la parte posterior de su lanza para darle un golpe en la nuca y finalmente noquearla. No habría querido hacerlo, pero bien sabía lo que era importante en ese momento.
A pesar de su propia advertencia, Shinta se había quedado inmóvil, viendo fijamente a Takuo. Estaba decidido a ayudar a Natsuki y a Fuu, pero no pudo evitar sentirse un poco nervioso. Un error y no sólo él saldría muerto, sino sus hermanas también.
Finalmente Takuo actuó lanzando un par de bombas dirigidas nuevamente hacia Fuu, pero ésas también fueron destruidas por disparos de Shinta. El tirador entonces ya no titubeó y disparó directamente hacia Takuo, quien apenas pudo evitar las balas.
Pero el invasor tenía algunas cartas bajo la manga. Lanzó una bomba más, pero cuando Shinta le disparó, la granada soltó esquirlas al explotar. No dañaron al adolescente, puesto que todavía estaba sobre el árbol, pero sí hirieron en una pierna a Natsuki. Shinta se encolerizó y disparó un total de cuatro balas, dos de cada revólver, a Takuo, quien sólo recibió dos, una en cada brazo. El guardia podía soportar el dolor, no le importaba por el momento.
–¡Tranquilízate! –le gritó Fuu desde donde estaba– estás en gran posición, no te muevas de allí. No gastes balas de más.
–¡Pero ustedes...!
–¡Compórtate como un hombre y dedícate a derrotar al enemigo! –le ordenó Fuu, pero él no se quedó tranquilo.
–¡Precisamente porque soy un hombre, no voy a quedarme aquí escondido, tengo que protegerlas! –afirmó él y salió de la copa de aquel árbol, disparando, pero sólo hiriendo a Takuo en una pierna. Aún así, el invasor no perdía la paciencia. En su mente tenía calculada una venganza mayor.
–Has cometido un grave error, chico –le dijo Takuo, guardando para sí el dolor, sobre todo de su pierna– según mis cálculos, te queda una sola bala. Uno de tus revólveres no tiene ya municiones y te será difícil recargar.
Fuu había hecho el mismo cálculo, Takuo estaba en lo correcto y ahora Shinta estaba expuesto, no sabía lo que debía hacer ahora; sin embargo, trató de tranquilizarse –“él lo dijo, ya es un hombre, debo confiar en él” –pensó mientras ayudaba a Natsuki a incorporarse.
Como Fuu esperaba, Takuo lanzó una bomba más hacia ellas. La princesa trató de huir junto a su amiga, pero el proyectil estalló antes de llegar. Shinta se había quedado sin balas. El adolescente entonces guardó sus dos revólveres en sus fundas que colgaban a los costados de su torso.
–¿Te has rendido? –dijo Takuo escandalosamente y luego echó a reír a carcajadas– ¡pero no creas que dejaré a tus amiguitas sólo por eso! ¡Te mataré y luego me las llevaré! –afirmó y envió más explosivos hacia el adolescente; sin embargo, aquellas bombas también explotaron. Shinta tenía en sus manos un par de pequeñas pistolas.
–Derringer... –sonrió Fubuki. La princesa entonces observó que Takuo se quedó quieto por un momento, sin decir nada, y sin enviar más explosivos– “ya me parecía” –pensó– “comienzan a agotársele las bombas, no son eternas ni infinitas, debe tener a lo sumo tres pares. Sabe que las Derringer pueden esconderse fácilmente, y apuesto a que Shinta tiene por lo menos otro par, esto se decide en el próximo movimiento, y no puedo quedarme quieta”.
Shinta había sacado de sus tobillos las Derringer, aquellas pequeñas pistolas que sólo tenían un tiro, pero que eran fáciles de camuflar y esconder, favoritas de los sicarios de antaño.
Takuo comenzaba a dudar y fue cuando Fubuki actuó. Sacó aquel cilindro que llevaba consigo y lo lanzó en dirección al invasor – ¡ahora Shinta! –avisó, teniendo total confianza en su nakama. Él supo lo que tenía qué hacer y, de la nada, tenía otro par de Derringer en sus manos, disparó una al cilindro y éste estalló en una nube blanca y con poco sonido. Cuando ésta se disipó, Takuo estaba congelado casi en su totalidad. Sólo su antebrazo y su cabeza estaban fuera del hielo.
–Todo terminó –afirmó Fuu, quien se acercó a Takuo– tus bombas ya son inútiles, claro, en el caso de que pudieras utilizarlas con tus dos piernas y un brazo congelados –luego la princesa cambió un poco su rostro al ver a Shinta– iremos pronto a descongelarte el brazo, el agua caliente bastará –dijo ella, notoriamente preocupada por el adolescente, quien había sido alcanzado por un poco del poder de aquel misterioso cilindro.
–Estoy bien –aseguró él– esto no es nada, mejor volvamos al palacio.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 64 (Piratas vs Invasores):
- Spoiler:
- Makoto esbozaba una sonrisa pícara y optimista, mientras que Byung Park esperaba los ataques de la chica. Ella finalmente dio un par de pasos y pateó hacia el rostro de él, y aunque Park pudo bloquearla, sintió el poder de la joven. El invasor se preparaba para el contrataque, pero se dio cuenta de que había perdido de vista a la joven.
Ella atacó con los brazos a los pies de él, luego se apoyó en el suelo para enviarlo a volar de una patada. Makoto saltó, se apoyó en el enorme muro y desde ahí, lanzó su ataque final, en lo que parecieron dos patadas y un golpe con su palma. Byung cayó inconsciente, como un costal de patatas, frente a sus subordinados.
–¿Con dos patadas le ha hecho esto?
–Si no pudieron ver que fueron más de dos patadas y un golpe, será mejor que se vayan de aquí, podrían terminar peor que él –les dijo Makoto– y debía agradecer que tengo puesto este tonto vestido.
–¿Qué truco has utilizado? –preguntaba otro con incredulidad.
–¿Truco? –preguntó ella y luego carcajeó– esto es una variante del puño del dragón. Xiang Kai-sensei dijo que podría llamarlo, “puño del dragón volador”, pero yo prefiero llamarlo, “El Hellion”.
E igual de rápido que Makoto, Jet acababa con su rival. Andrus había tenido mala suerte de toparse con el espadachín, al menos Makoto u Osore lo habrían dejado vivo. Jet sacudía la sangre de Andrus de la Tsuda Sukehiro. El invasor yacía con un enorme corte en el pecho, aunque todavía tenía un poco de vida.
–¿Qué diablos... fue... eso? –reunió Andrus la fuerza suficiente para hablar, consiguiendo con esto sólo acelerar su dolor.
–Tu katana no era de una gran calidad, y menos contra mi armadura, y si no pudiste verla, eso es un secreto, no tengo porque revelarle a alguien mi nuevo colmillo veloz, y menos a alguien que va a morir –Jet se acercó a Andrus, pero sin guardar su katana– ¿quieres una muerte rápida sin apenas dolor, o prefieres sufrir, aferrándote a un milagro? Eres honorable y te dejaré decidir. Si eliges lo segundo, simplemente me iré de aquí.
–Haz lo que quieras, ya no me importa –respondió Andrus. Jet entonces alzó su espada y estuvo a punto de cortar la cabeza del invasor, pero se arrepintió. Bajó la katana y la guardó. Al principio no supo por qué. No es que fuera compasión, sino más bien miedo.
–“¿Qué diría Natsuki si me viera haciendo algo así?” –pensó de pronto– “¿o Fuu, o Shinta?” –sus nakamas, sobre todo aquellos que tenían una mente más noble y pura, pasaron por su mente al tiempo que caminaba, alejándose de esa puerta y yendo hacia la principal de la ciudad Imperial– “no es necesario que le mate, no tengo necesidad de derramar más sangre de la necesaria. ¿Por qué antes lo hacía?” –se preguntó, fastidiándose a sí mismo– “no soy el mismo de antes”.
En la habitación del trono, se encontraban un par de guardias, Huang, Blaze y Xiang Kai, esperando a que todo terminara o a que alguien se apareciera por ahí. La más impaciente era precisamente Madame Kai, no porque así fuera su personalidad, sino porque ella también quería pelear y hacer algo por su pueblo; aun así, sus hombres decidieron protegerla y no dejar que ella pudiera estar en peligro.
–Tía, debo salir a buscarlo –le dijo Huang a Xiang Kai– es mi deber.
–Para nada es tu deber –respondió ella– ese hombre no ha dejado a nadie con deudas, y mucho menos a ti, es mejor que te tranquilices. Además, si llegase a presentarse aquí, preferiría que tú no pelearas con él, no es prudente.
Huang iba a responderle a Madame Kai, pero no encontraba palabras. La miró con un gesto de enfado, pero también de súplica. Aun así, no dijo nada, se quedó callado. Al mismo tiempo, a Blaze le afectaba la atmósfera, pues el extrovertido capitán pirata tampoco estaba muy hablador esa noche.
Xiang Kai estaba por sentarse en su trono, cuando se quedó paralizada, su rostro cambió, sus ojos se profundizaron y se incorporó nuevamente. Comenzó a mirar hacia varias direcciones sin encontrar nada.
–¿Qué sucede tía?
–Alguien está aquí, lo sé, pero no puedo saber dónde.
–¿Te estás oxidando, onee-san? –se escuchó una voz que parecía provenir de todos los lugares del salón– llevo ya un buen rato por aquí y apenas acabas de notarme. Tu vida de lujos te está pasando factura.
Luego, cerca de la puerta del salón, comenzó a juntarse una sustancia que tenía un color negro, casi púrpura. Ésta fue acumulándose hasta tomar una forma totalmente humana. Finalmente apareció un hombre. Totalmente calvo, cono ojos pequeños, rasgados. Era alto y vestía un chaleco negro con dorado y unos amplios pantalones blancos, también con detalles dorados.
–¿Qué crees que haces aquí, Lao? –preguntó Xiang Kai con tranquilidad– ¿ahora te dedicas a aterrorizar la tierra de nuestros padres, la tierra que te vio nacer, te educó y te amó?
–Tus discursos pueden funcionar con los estúpidos, pero no conmigo, onee-san. No vengo a hablar, sino a desterrarte, justo como tú lo hiciste conmigo.
–Yo lo hice –dijo ella con un tono más elevado– porque querías tratar a la gente como un tirano, como si ellos fueran tus esclavos –le acusó– y no vuelvas a llamarme onee-san, tú ya no eres mi hermano.
–¿Y qué importa si así es? –sonrió Lao, ignorando lo último que había dicho su hermana mayor– un rey, una familia real, está para que sea obedecida totalmente por sus súbditos. Por cierto, no tengo razones para desterrarte, bueno, sí, sólo una, ¿qué tal la venganza?
En ese momento, una figura saltó sobre él. Un enorme hombre-tigre trató de despedazarlo, pero le fue imposible. Simplemente lo traspasó. Aunque al recuperar su forma totalmente humana, Lao tenía un rasguño en su mejilla derecha.
–¡Huang! ¡Te dije que no eras tú quien debía enfrentarlo!
–Ésta es mi pelea tía, perdóname, pero sabes que debo hacerlo, no importa si ahora tiene el poder de una logia.
Lao se quedó viendo un momento a Huang, lo examinó bien y más tarde sonrió.
–¿Así que el cobarde quiere transformarse en todo un hombre? Si no eres más que un traidor.
–¡El traidor eres tú! –espetó el joven volviendo a su forma humana– si me llamas traidor por no seguirte en tus locuras, no tienes idea de lo que es lealtad. Mi tía ha sido mucho más para mí de lo que tú pudiste ser como padre.
Huang volvió a tomar su forma híbrida y siguió con sus ataques, pero a pesar de utilizar la Ambición con rasgos de armadura, no podía hacer demasiado contra su padre.
–Era de esperarse que poco pudieras hacer contra mí –le dijo Lao– aun si has podido sacar el máximo del poder de tu fruta, aún te faltan cien años para poder enfrentarte a mí. Si me hubieras seguido cuando fui desterrado, te aseguro que serías más fuerte. Kai nee-san sólo tiene miedo de ti y por ello no te ha enseñado a ser más fuerte.
Huang no esperó y volvió a atacar a su padre, pero éste pudo esquivarlo o al menos no fue dañado gracias a su habilidad. Luego, Lao lo cubrió con su viscoso ser, transformado en aquel extraño líquido y aunque el joven logró escapar unos segundos después, su aspecto atestiguaba que le habían dado una verdadera paliza, aun en su forma felina.
Cuando Huang intentaba levantarse fue detenido por su tía. No deseaba verlo pelear más, no contra un enemigo que no pudiera vencer. Ella ahora sería quien lo enfrentara; sin embargo, Xiang Kai también fue obstaculizada.
–Es mi turno de pelear, majestad –se adelantó Blaze– si no lo hago ahora, me oxidaré, así que yo me encargaré de él.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 65 (El hombre de acero):
- Spoiler:
- –No sabes lo que dices chico, tal vez no puedas vencerlo –le dijo Madame Kai a Blaze.
–He mejorado más de lo que cree, majestad –le sonrió el capitán pirata– me han encomendado cuidarla y eso es lo que haré, usted encárguese de Huang –agregó. Xiang Kai tenía la intención de seguir replicando, pero vio en los ojos de Blaze tanta confianza que decidió confiar en él.
El pirata caminó y se puso frente al invasor, levantó su mano derecha a la altura del hombro y creó una esfera de acero. –Éste es mi poder –le dijo– no soy una logia como tú, pero podría decirse que soy como el acero, ¿y tú qué clase de fenómeno eres ahora?
Lao sonrió un poco y, de forma similar, imitó a Blaze, pues transformó su mano derecha en ese viscoso líquido de su logia, derramando un poco en el suelo, pero esas gotas volvían a unirse, pegándose a sus pies.
–Si tienes curiosidad, te lo diré antes de matarte –dijo Lao– es la fruta Shaka Shaka, es una sustancia llamada petróleo, no podrás hacerme nada muchacho.
Blaze comenzó a pelear de distintas formas. Ya fuera arrojando objetos creados por su poder, con sus manos cubiertas por cuchillas de acero o simplemente enviando golpes, el pirata intentaba dañar al invasor. Por supuesto, la naturaleza logia de éste lo protegía y no recibió daño alguno. Momentos después, Blaze salió golpeado y cayó a los pies de Xiang Kai.
–¡Chico! Te dije que debía ir yo en tu lugar.
–No, está bien majestad –se levantó él, sonriendo– en realidad sólo estaba probando. Nunca había visto una logia, es mi primera vez peleando con alguien que tiene una y quería ver cómo era. Ahora voy en serio.
La mirada de Blaze cambió y levantó sus manos a la altura de su rostro. De cada dedo de éstas emergió una pequeña esfera, del tamaño de sus huellas digitales. Luego, las envió a volar hacia su enemigo. Lao no las evitó, simplemente dejó que lo atravesaran, pero cuando los proyectiles estaban dentro de él, convertido en petróleo, fue como si se abrieran, convirtiéndose en enormes cuchillas.
–¡Remo-con!
Lao saltó hacia atrás, alejándose del peligro, pero cuando regresó a su forma humana, tenía sangre en su pecho y frente. No demasiada, pero lo suficiente para evidenciar que estaba herido.
Xiang Kai cambió su semblante total. Tras estar preocupada, vio con agrado que no sólo Blaze hacía uso de la Ambición con Rasgos de Armadura, sino que además había aprendido nuevas técnicas para utilizar su Akuma no Mi. Huang también veía la escena y no entendía cómo es que los proyectiles podían ser controlados a distancia por el pirata, quien atacó dos veces más a Lao con ese truco.
–No es realmente a distancia –le explicó Xiang Kai– es imperceptible a la vista, pero el chico de acero siempre deja un hilillo desde sus manos a los proyectiles. No pueden verse fácilmente, pero puedo darme cuenta gracias a mi Ambición –sonrió ella, mirando a Blaze– chico, te has hecho fuerte –dijo y luego miró a su sobrino– él no perderá, estoy más tranquila.
Lao estaba algo herido, aunque nada de consideración, debido a su logia. De cualquier forma, sus ojos no mostraban a alguien derrotado. Parecía que aún guardaba un as bajo la manga.
–¿Así que tendré que pelear en serio? –Lao tronó sus nudillos y luego volvió a adquirir su forma de logia. Atacó a Blaze, quien lo golpeó con su puño de hierro cargado en Ambición, y aunque hizo daño al invasor, éste también dio de lleno en el rostro del pirata, quien fue derribado.
–Eso me dolió, y no es muy común que suceda –dijo Blaze, quien se incorporaba al mismo tiempo que se frotaba la mandíbula– con esto, puedo saber que también usas la Ambición, pero no es la primera vez que alguien me golpea con los Rasgos de Armadura. Quien me ayudó a poder usar esto fue Huang, y sus golpes duelen mucho más.
–¿Ese debilucho te refieres? –señaló Lao a su hijo– no es capaz de nada. Dime chico, ¿tú crees que es justo que mi hermana, que con su fruta es prácticamente inmortal, y quien no tiene descendencia, gobierne por siempre este país? No es democracia. Cuando mis otros hermanos y hermanas se fueron de aquí, yo sabía que si ella no tenía descendencia, debía ser yo, el único que quedaba en Xiang, el nuevo gobernante. ¿Qué clase de reina quiere gobernar por siempre?
–Por lo menos, yo no –intervino Madame Kai– en primer lugar, no tengo sueños de inmortalidad. En segundo, algún día, aun si todavía no he muerto, dejaré el trono, pero éste nunca será para ti. No para un hombre que pronuncia la palabra democracia y que al mismo tiempo pretende hacer de sus súbditos unos esclavos, vaya hipocresía –y luego, la monarca levantó la voz– ¡el trono será para Huang! –y fue el mismo joven el más sorprendido con esa aseveración– ¡sé que él no lo desea, que la ambición no lo gobierna, pero cuando yo ya no esté o no sea apta, él es la mejor opción! ¡Y debo decirte que él es más valiente de lo que tú jamás serás, porque elegir ser abandonado por su padre a obrar en forma incorrecta, es algo que no muchos en este mundo pueden hacer!
–Bien dicho majestad –sonrió Blaze y se lanzó el ataque a un Lao que lucía colérico tras las palabras de su hermana. El invasor trató de bloquear al pirata, pero éste combinó sus trucos con sus golpes de acero y pronto el combate se tornó un “toma y da”, con golpes hacia uno y otro lado. Por un momento parecía que Blaze recibía la peor parte, pero pronto Lao dejó de tomar su forma de logia.
Aun así, Xiang Kai intervino. Dejó un momento a Huang y se colocó entre ambos peleadores, detuvo a Blaze con una mano y a Lao con otra. Luego envió al pirata a volar, aunque sin demasiada violencia y tras esto, adoptó una pose de combate.
–Puño del Dragón, estilo Xiang, Dragón que cae del cielo –dio un pequeño salto, bloqueó un golpe de Lao y luego lanzó una patada a la cabeza de éste, golpeándolo con su talón y azotándole el rostro contra el suelo– siento haberme interpuesto– se dirigió hacia Blaze– sabía que finalmente ibas a ganar, eso te lo aseguro, pero no tenía caso que siguiera lastimándote.
–Ésa es tu naturaleza hermana –habló Lao don dificultad, sin poder levantarse– me atacas cuando estoy débil.
–No escucharé eso de ti, no de alguien que ha invadido su tierra natal y matado a compatriotas suyos. Si has perdido es porque te has engolosinado al obtener tu fruta. Pensaste que con sólo obtener el poder de una logia podrías atacar este lugar y, junto a una pandilla de mediocres, dar un golpe de estado. No contabas –y al decir esto, los ojos de Xiang Kai perdieron el gesto del enfado para tomar el brillo de la alegría– con que unos chicos iban a defender las islas como lo hicieron. Tal vez todo habría sido diferente de no haber estado ellos por acá. Es un orgullo que lleven el tatuaje del dragón.
Blaze se incorporó y se deshizo de su camisa, la cual todavía conservaba desde el baile del carnaval. En su espalda, justo en la mitad, estaba tatuado un dragón enroscado, el mismo sello que Shinta llevaba en aquel medallón que Xiang Kai le había dado como prueba de que la palabra del tirador era la misma de ella en los mensajes. Se podía ver que Huang tenía el mismo símbolo tatuado en su mano derecha, justo en el posterior de la palma.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 66 (El Dragón tatuado):
Extra 6
- Spoiler:
- Todo acabó tan pronto como comenzó. Los miembros restantes de la tripulación llegaron minutos después y contaron lo sucedido con los otros invasores. Los guardias de Madame Kai regresaron prácticamente en su totalidad y fueron los encargados de buscar a los invasores derrotados para apresarlos. Ahí, Jet pudo ver que Andrus había sobrevivido, al menos por el momento. Fueron apresados en la pequeñísima prisión del archipiélago dos días después, y serían los únicos “huéspedes” en ese lugar. En cuanto a Lao, Xiang Kai decidió desterrarlo una vez más. Le dieron una balsa y lo enviaron lejos, sin alguna Log Pose que pudiera darle rumbo. De cualquier forma, no había en Xiang un método para detenerlo, por su poder de logia y Madame Kai se iba a arriesgar a que algún día él pudiera regresar.
Luego de dar por finalizado el asunto, temprano por la mañana, los piratas se presentaron frente a Xiang Kai. Ella supo que había llegado el momento de que partieran. En el mismo salón estaban también Na Lai y Yae Dong. La primera abrazó efusivamente a los miembros de la tripulación, en especial a Fubuki, quien se había convertido casi en una hija para ella. Dong por su parte dirigió breves palabras hacia Jet, implicando con ellas el regalo de Tsuda Sukehiro. El pirata aceptó la katana con respeto y admiración por su nuevo maestro.
–Estaré triste, de eso no hay duda –admitió Xiang Kai– ustedes han sido más que unos huéspedes, y estoy segura que Huang los extrañará también.
–De hecho, su majestad –le habló Blaze– me parece que Huang más bien extrañará a esta isla.
–¿Qué quieres decir?
–Perdóname tía –Huang, quien estaba junto a ella, caminó un poco para ponerse del lado de los piratas– no tengo intenciones de ser gobernante de este lugar como dijiste, prefiero que tú sigas siéndolo por mucho tiempo –el rostro de la monarca se tornó sorprendido, y quizás era la primera vez que los piratas lo veían así.
–Pero, ¿qué dices?
–Quiero ver el mundo tía, y quiero además ver a toda la familia, quiero saber qué es de cada uno de mis tíos hoy en día, y también –bajó la mirada un poco antes de continuar– sé que no lo haces a propósito, pero creo que me sobreproteges y es hora de que me haga más fuerte.
Xiang Kai quiso replicar, pero no pudo hacerlo, y luego sonrió, derrotada. –Tal vez tengas razón –admitió– Lao tenía algo de verdad cuando dijo que no te habías hecho lo suficientemente fuerte por mi culpa, pero creo que no quería que nunca te fueras de aquí, sabes que eres un hijo para mí.
–Lo sé tía, pero te aseguro que regresaré. Blaze defendió Xiang y ahora me toca defender sus sueños y objetivos, y los de todos, pero sí, regresaré y te contaré todo lo que sucedió en el viaje.
–Así lo espero entonces –ella se adelantó y se colocó frente a su sobrino– eres fuerte y noble, pero te preocupas demasiado, sé feliz, hijo mío –le dijo y él asintió.
–El kung fu es un arte mortal, pero también vital, obtén vida de él y trata de no quitarla, además recuerda que todavía eres una saltamontes comparada conmigo –le dijo a Makoto.
–Honraré por siempre sus enseñanzas, maestra.
–Joven, fija tus ojos más en los corazones y menos en las curvas de las mujeres, pero aun así, no cambies ese carácter que hace de ti único –se dirigió a Osore.
–Trataré de hacerlo, bella Madame Kai.
–Eres un chico valioso, confía en tus compañeros y conoce tus límites –ahora fue el consejo para Shinta.
–No la olvidaré jamás, Xiang Kai –respondió él emocionado.
–Princesa de Yuki, tu pueblo necesita que te hagas fuerte, pero no pierdas esa sabiduría, cuida las acciones de tus compañeros.
–Siéntase tranquila con respecto a eso –le dijo Fuu.
–Niña –ahora fue con Natsuki– sé más observadora, pero nunca pierdas esa bondad y préstale tu ternura a tus nakamas –la navegante sólo asintió, sonriendo, aunque con sus ojos llorosos –Joven guerrero, Jet, protege a tus amigos por siempre y trata de ser feliz tú mismo –él la miró, afirmando lentamente con su cabeza –y finalmente, capitán pirata, Blaze, lleva con buen término este viaje, las vidas y destinos de tus compañeros descansan en tus hombros, y te pediré que regreses, pues debo decir, que si tuviera yo ochenta años menos, me habría enamorado de ti de inmediato, así que no quiero que mueras por ningún motivo. ¡Ahora partan piratas, el mar los espera!
Y no sólo Xiang Kai los acompañó hacia la costa, sino que una multitud formada por todos los habitantes de la Ciudad Imperial y la mayoría de toda la isla principal fue a despedirlos. Los piratas subieron al Steeler, fue el mismo Huang quien levantó el ancla y luego de que las velas fueran desplegadas, la fragata comenzó a moverse.
–¡Nunca olvidaremos este lugar, jamás la olvidaremos su majestad, Xiang Kai-sama! –gritó Blaze y acto seguido, todos mostraron su tatuaje del dragón. Huang subió un poco su puño derecho, Makoto mostró su hombro izquierdo, Osore descubrió su pecho, del lado derecho, Shinta enseño su mano izquierda donde tenía la marca de una forma muy parecida a la de Huang, Fuu dejó ver el lado derecho de su espalda alta, justo en su escápula, Natsuki sólo tuvo que voltearse para enseñar su tatuaje en la parte baja de la espalda, Jet mostró su antebrazo derecho y Blaze su espalda.
Extra 6
- Spoiler:
- Ya alejados de las costas del archipiélago, Huang se tomaba de la barandilla del Steeler, algo mareado en lo que era su primer viaje en alta mar. Lo más lejos que se había aventurado de la Ciudad Imperial eran las islas Xiang más alejadas y en el mar, lo más osado que había hecho era andar en alguna barca, cerca de la playa.
El nuevo tripulante vio entonces como Makoto salió de los camarotes y con velocidad y agilidad casi felina, subió por los amarres hacia el mástil principal de la fragata y colocarse en el puesto de vigía, para ver lo que le avecinaba a la tripulación.
El joven se quedó viendo un rato a la chica hasta que fue despertado de sus pensamientos por Fubuki.
–¿Qué pasa? –le preguntó– ¿tiene algo raro Makoto?
–No es eso –respondió él, sonriendo, como siempre– me pregunto cómo es que puede subir así, tan fácilmente, ¿es que no le da miedo?
Fuu no supo muy bien qué responder. Para ella era, en cierto modo, natural que Makoto subiera a toda velocidad a la parte más alta del mástil. Incluso, si quisiera, ella misma podría subir también, tal vez no tan rápido, pero seguro que llegaría al mismo lugar donde estaba Makoto, y así también cualquiera de sus nakama, incluso Natsuki.
–Pues no veo que sea algo tan difícil –dijo ella, con la mejor de sus sonrisas.
–A mí me daría miedo subir hasta allá.
Fuu se quedó muda. Huang era ahora un pirata, pero tenía miedo de las alturas. Por lo que había escuchado, él había peleado sin titubear ante su padre, aunque recordaba algunas ocasiones en que prefería quedarse en la isla principal que acompañarlos a otras partes del archipiélago.
–Pues ahora eres un pirata, tendrás que soportar algunas cosas.
–Lo sé, lo sé –dijo él, con su eterna sonrisa– ¿cómo has hecho tú para ser una pirata tan valiente, si eres una princesa?
–¿Yo soy valiente? –rió ella, divertida, mirando hacia abajo, con la madera de la cubierta atrayendo a sus ojos– la valentía no es un asunto tan sencillo.
–¿Cómo es eso?
–Cuando mi hermana le apuntaba a mi madre con aquel revólver, tuve que intervenir y atacarla; me dio mucho miedo –explicó la princesa, ahora recargada en la barandilla y mirando hacia el mar– si hubiera estado sola, tal vez no habría podido hacerlo, pero los demás me dieron el valor; ellos te prestarán su valor.
El joven carpintero sólo asintió, asimilando lo que escuchaba.
–Pero aunque los demás sean valientes, todos tienen miedo –dijo ella– en algún momento, todos pueden ser “cobardes”.
–¿Ah sí? ¿Yo de qué tengo miedo, princesa? –Blaze apareció detrás de ambos, cruzado de brazos, pero sonriendo alegremente. Ella le respondió el saludo, cerrando los ojos mientras mostraba también una sonrisa.
–Yo diría, capitán, que tú tienes miedo de quedarte solo.
–Algo así –respondió él– pero llegará un momento en que eso quede atrás, porque ustedes se van a ir, irremediablemente. Todos vamos a tomar un camino distinto tarde o temprano. Lo que más miedo me da, es no tener buenos recuerdos una vez que eso pase, levantarme un día y pensar que he pasado mucho tiempo sin hacer nada
Blaze se retiró argumentando que tomaría una siesta matutina mientras Fuu y Huang lo miraban un poco sorprendidos, pues no pensaban que su capitán podría tener palabras tan profundas.
–¿Lo ves? –le preguntó la princesa con una amplia sonrisa, la cual desapareció cuando le miró. Él estaba temblando– ¿Qué te pasa?
–El miedo de Blaze es más que justificado, hay muchas cosas aterradoras en el mar –respondió él mientras Fuu se golpeaba la frente con su mano.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 67 (Lejos del archipiélago):
- Spoiler:
- –¿Cuánto tiempo tardaremos en llegar a la siguiente isla? –preguntaba Blaze impaciente. El capitán realmente había disfrutado su estancia en el archipiélago de Xiang, pero no podía evitar sentirse muy feliz de haber salido al mar nuevamente.
–Kai-san me dijo que unos seis o siete días –respondió Natsuki mientras verificaba en su Log Pose que el rumbo era el correcto– la isla se llama Borunda y supuestamente es pacífica, ¿tú la conoces, Huang? –se viró la navegante hacia su más nuevo compañero, quien estaba tomándose fuertemente de la barandilla y lucía algo mareado.
–Sí, fui un par de veces –recuperó lo mejor que pudo la compostura– el negocio mayor de esa isla es la venta de telas. A pesar de que el archipiélago Xiang es muy grande, no se distingue por producir telas muy hermosas.
Ante lo explicado por Huang, a Natsuki y Fuu les brillaron los ojos y decidieron que agrandarían su guardarropa en cuanto llegaran a ese lugar. El Steeler tenía muchos artículos y comida de Xiang que podría ser intercambiada fácilmente por dinero o ropa, realmente los Piratas de Blaze tenían un buen margen económico.
Las dos noches pasaron bastante rápido. Es bueno destacar que la fisionomía de la fragata había sufrido algunos cambios, más que nada en los camarotes. La pieza que Natsuki compartía con Shinta se había hecho una sola con la de Fuu y Makoto, por lo que las tres dormían juntas, y del otro lado, el camarote de Osore había crecido bastante mediante unos arreglos, pero ahora lo compartiría con Huang y Shinta. Para fortuna, -o tal vez desgracia, pensarían algunos-, del tirador, se había determinado que ya había crecido bastante como para seguir compartiendo habitación con una mujer.
De esa forma, justo al tercer día de haber salido de Xiang, los piratas arribaron a Borunda. La isla era de un tamaño mediano y había un par de muelles solamente. El Steeler ancló enseguida de uno de ellos y sus tripulantes vieron la isla más de cerca. Dos cabañas era todo lo que había en la playa, más al fondo podían distinguirse edificios un poco más altos, aunque no de gran manufactura. Al internarse en el lugar, éste se convertía en un verdadero mercado. Una calle grande, sin estar empedrada, teniendo sólo la arena y tierra como suelo, estaba tapizada de puestos comerciales que ofrecían una infinidad de telas. Natsuki quedó anonadada con la belleza de algunas de éstas, pero Fuu le pidió ser paciente hasta encontrar un establecimiento más grande.
No pasó mucho antes de que lo encontraran y ahí fue donde hombres y mujeres se separaron. Ellos no estaban dispuestos a pasar horas y horas sólo para elegir una tela o una prenda y mejor se dedicaron a pasear por la pequeña ciudadela.
–¿Acaso no van a comprar nada? ¿Eh? ¿Entonces para que vienen por aquí? –le preguntó enfadado uno de los comerciantes a Huang. Éste se puso nervioso como si tuviera que explicar algo a ese hombre.
–No tenemos por qué decirte nada, viejo –le dijo Jet, quien asustó al hombre no sólo con su mirada sino también con su mano izquierda que tomaba a su katana sujeta a la cintura. Así, los piratas siguieron sin problemas, hasta que Blaze soltó una carcajada.
–Menos mal que tenemos a nuestro “malote” personal –dijo mientras reía y hacía enfadar a su espadachín.
–Que seas un hombre de acero no quiere decir que no pueda lastimarte –afirmó Jet, pero su capitán no lo escuchó lo suficiente, pues posó su mirada en un extraño establecimiento, al parecer, de comida. Los alimentos no estaban en platos, sino en forma de brochetas. Algo similar a la carne marinada con algún ingrediente extraño. Antes de que sus compañeros terminaran de analizar el lugar, Blaze ya estaba sentado ordenando una de esas extrañas brochetas.
–Este lugar no se ve muy limpio, Blaze –le dijo Osore.
–Esta vida, incluso la comida, es una aventura, yo quiero aventurarme a probar de todo en este mundo –decía mientras se llevaba dos brochetas a la boca– es probable que nunca volvamos a esta isla y entonces me lamentaré de nunca haber probado esta comida.
Pero a pesar del razonamiento de Blaze, sus compañeros prefirieron esperar a comer en el barco. Mientras todos se distraían viendo a su capitán y su nueva extraña comida, Jet de pronto los alejó un poco con su brazo.
–¿Qué te sucede? –le preguntó Osore.
–Son marines –dijo el espadachín, quien había visto a un grupo liderado por un oficial de alto rango, caminando por la calle– debemos ser cautelosos, espero que no hayan visto a las chicas, recuerden que sólo Blaze y Huang no tienen cartel de recompensa.
Ante eso, el capitán reaccionó y se dirigía hacia donde estaban los marines, pero Jet lo alcanzó a detener. Blaze, por supuesto, quería tener también recompensa sobre su cabeza y vio la oportunidad perfecta. Sus compañeros no dejaron que su líder los delatara y convinieron mejor ir a buscar a las chicas.
Con cuidado de que ningún marino los viera, los piratas regresaron al área del pueblo donde habían visto por última vez a las chicas. Se separaron y fue precisamente Blaze quien las encontró en una tienda de ropa. El capitán comentó la situación y, tras probarse un par de prendas, las chicas salieron de ahí.
–Ese vestido era tan lindo que no podía quedarme sin probarlo –rio Fuu mientras buscaba con la mirada en la calle para no vérsela con los marines. Al juntarse todos, de inmediato se dirigieron al barco, pero se detuvieron cerca de ahí cuando vieron que ya estaba sitiado por sus enemigos.
–Debimos haberlo sabido –dijo Jet– no quedará otra más que pelear. ¿Estás contento, no Blaze? –se dirigió el espadachín con una sonrisa hacia su capitán, pero luego advirtió que éste no estaba junto a ellos. Blaze estaba corriendo hacia el centro de la ciudad.
–Dijo que debía ir al baño con urgencia –les dijo Shinta.
Fuu preguntó lo que había sucedido y sus compañeros contaron de aquella extraña comida –le dije que ese lugar no se veía muy saludable –comentó Osore.
La princesa calló entonces, pero sus ojos denotaron de inmediato el enfado. Era como una caldera a punto de estallar y hasta Natsuki pudo sentir eso, pues mejor dio un paso a un costado. Fubuki finalmente lanzó un grito de enojo y se dirigió a atacar a los marines.
–¡Ustedes pagarán mi rabia contra Blaze, ya que él no está aquí! –afirmó la princesa y lanzó algunas bombas de humo y otras de pólvora a los marines que rodeaban el barco. Sus compañeros se le unieron de inmediato y los soldados tuvieron muy poca oportunidad ante ellos, aunque ninguno salió herido de gravedad. Luego decidieron que lo ideal era atacar también el acorzado marine que había atracado cerca de allí. El capitán no tuvo tiempo de responder, la fuerza de los piratas lo sobrepasaba por mucho y fue rápidamente derrotado.
Makoto y Shinta se excedieron, utilizando sus mejores técnicas, mientras que Huang, debido a su nerviosismo, no pudo medir su fuerza.
–¡Amigo, esa mandíbula va a tardar mucho en sanar! –se sorprendió Osore, que veía al marine quejándose, tomándose el rostro– cuidado todos, si no quieren quedar sin barbilla –reía el médico.
–Bueno, no era mi intención –replicó Huang, algo apenado.
–¡El log se ha cargado! –anunció la princesa tras preguntar a Natsuki– ¡vayan a buscar a ese idiota de Blaze y vámonos de aquí!
La orden de la ojiazul fue tan tajante que Osore y Shinta demoraron muy poco en encontrar a su capitán y llevarlo de vuelta al Steeler, el cual salió de la isla lo más pronto posible.
–¿Cómo que acabaron con ellos tan rápido? ¡Yo quería pelear también, para que me vieran! –pero Blaze no pudo quejarse más porque su nariz fue apretada con fuerza por los dedos de Fuu, quien le hizo retorcerse de dolor.
–¡¿Dónde dijimos que íbamos a comer?! –preguntó rabiosa la princesa, como nunca se le había visto.– ¡¿Dónde, Blaze?! –volvió a preguntar al ver que su capitán no respondía.
–¡En el barco, en el barco! –respondió el capitán, quien aún estaba sometido por su nariz.
–¿Y qué decimos acerca de lugares extraños para comer?
–Debemos esperar hasta que llegues para ver si es bueno comer ahí o no.
–Eso es –se calmó finalmente la princesa– supongo que tu castigo te llegó de inmediato al enfermarte –dijo, y luego se dirigió al resto de sus compañeros– como ven, esas reglas las sugerí no por egoísmo, sino por precaución.
–Sí, ya veo que son sólo una "sugerencia" –sonrió Makoto, quien prefirió subir al mástil principal, su lugar, la torre de vigía, para continuar el viaje.
kaizoku ou-
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 68 (Nueva recompensa):
- Spoiler:
- Pero la noticia del ataque a aquel acorazado pirata, llegó rápidamente a los Cuarteles Generales de la Marina, y con ello, se supo que esa tripulación, liderada por ese "Leather Rebel", en realidad no había muerto hacía casi dos años, sino que en realidad, seguían con vida, y, al parecer, con mayor fuerza que antes.
Tres días después de lo sucedido, así tan pronto, una oficial marine leía lo sucedido en un reporte oficial que tenía en sus manos.
Esta tripulación con un nombre desconocido, pero capitaneada (sin confirmar) por el pirata conocido como Jet alias “Leather Rebel”, y teniendo como tripulantes a Makoto alias “Hellion”, Osore alias “Neon Knight”, “Killer Queen” (nombre real desconocido), Natsuki alias “Voodoo Child”, Shinta alias “Rapid Fire”, y ”Jawbreaker” (nombre real desconocido), atacó el acorazado de la Marina “Real Pain” del Capitán Elijah, causando daños materiales totales, aunque sin pérdidas humanas.
Se extiende este reporte también a los Comodoros y Capitanes con las nuevas recompensas para los miembros de esta tripulación.
El reporte no podía estar mal. En realidad eran ellos. Ayaka no conocía los nombres de los compañeros de Jet, a excepción de Blaze, pero el número casi coincidía con los que había visto. Supuso que al seguir avanzando en el viaje, la tripulación había logrado agregar un compañero más. Ayaka no iba a revelar que en realidad Blaze era el capitán para evitar que éste fuera otro fugitivo más. Por supuesto, la rubia no hubiera sabido que el pirata de acero habría estado feliz de que la marina pusiera precio por su cabeza.
Durante ese periodo de más de un año, Ayaka se había resignado a que Jet había desaparecido, muy probablemente muerto y que jamás lo volvería a ver; sin embargo, ahora veía que estaba con vida y bastante saludable al parecer.
Era como si el fuego en su corazón hubiera sido sofocado hacía mucho tiempo, pero una brasa hubiera sobrevivido y ahora fuese reanimada de forma intensa por una nueva chispa que había llegado desde lejos.
–Jet, tonto, ¿ahora qué voy a hacer? –se llevó la mano a un rostro completamente sonriente– en serio, ¿qué se supone que deba hacer ahora?
Unos días después de publicado este reporte, las nuevas recompensas de los piratas de Blaze, y éstas fueron distribuidas en el periódico. Bora, en Danma, lo leía con alegría, pues además de las recompensas, había una pequeña noticia sobre el ataque de los piratas al acorazado. El alcalde estaba contento de que Shinta estuviera vivo y bien.
También la reina Yuki estaba atenta a la noticia. Veía con gracia el cartel de wanted de su hija, ya que, aunque el rostro de Fuu no se distinguía muy bien, su madre sabía que era ella.
–¿Así que ya han salido de Xiang? Vaya que han demorado ahí –sonreía.
–¿Usted sabía que Fubuki-sama se encontraba bien, durante todo este tiempo? –preguntó Daisuke, quien era el que había llevado el diario hasta Palacio.
–Fuu me envió algunas cartas desde Xiang –explicó la monarca– estaban en un código que sólo ella y yo entendemos, y por lo tanto no había peligro. Lo que más me interesa, es que se ha vuelto más fuerte, y eso lo puedo saber por su recompensa.
El viejo Roshi, que continuaba en aquel barco pesquero, no podía menos que sonreír, pues por mucho tiempo temió lo peor para Osore, Jet y su tripulación. Su humor mejoró al tener noticias acerca de ellos.
–¡Tara-san! –una niña pequeña corría hacia la iglesia en Kaprico, donde Tara se encontraba otorgando bendiciones a la gente que se acercaba.
–¿Qué es lo que pasa, pequeña? –preguntó la religiosa, con su voz siempre calmada.
–Tú dices que mucha gente trata de hacer este mundo mejor, pero no es verdad –dijo la niña con decepción.
–¿Y eso, por qué lo dices?
Como respuesta, la niña extendió un periódico que Tara comenzó a leer. La rubia lo leyó con emoción y sus ojos se humedecieron de inmediato, pero hizo el esfuerzo por no derramar lágrimas de felicidad.
–Los piratas hacen cosas malas, y hay muchos piratas en el mundo –afirmó la pequeña
–Si algo debemos aprender, es a no juzgar sin conocer. Es cierto que los piratas parecen malos, pero te aseguro que muchos no lo son tanto. Todos, incluso los piratas, pueden hacer algo para mejorar este mundo, para brindar alegría a otras personas.
Y al igual que todos ellos, una mujer de cabello castaño, en las aguas del Nuevo Mundo, admiraba la recompensa de su hermana menor.
Al mismo tiempo, Fuu revisaba por enésima ocasión el periódico, a petición de Blaze.
–¿Ya lo ves? No está –afirmó la princesa– tal vez si no te hubieras ido a comer alimentos extraños, habrías peleado con la marina y ahora tendrías recompensa –ya no le decía enfadada, sino más bien divertida. Los demás veían sus nuevas recompensas, Jet tenía ahora 50 millones de berries, Natsuki había incrementado hasta los 30 millones, Fuu tenía 25, Shinta por su parte aparecía con 18 millones, Osore había aumentado a 27 millones, Makoto a 39. Finalmente, Huang tenía sólo 20 millones; pero no era el único cambio.
–Yo no quería quebrarle la mandíbula, ¿por qué me llaman así? –gimoteaba el carpintero al ver que su cartel de recompensa no tenía su nombre, sino un apelativo: “Jawbreaker”. Natsuki también gozaba de un apodo, “Voodoo Child”, el cual el había sido dado desde aquella ocasión en que hundió el acorazado de Hollie, mientras que Shinta había sido apodado “Rapid Fire”. Makoto era también referida como “Hellion”.
–Casi dos años entrenando para esto... –se lamentó, una vez más, el capitán.
Pero no tuvo tiempo para más, pues esa misma mañana, el Steeler llegaba a una nueva isla. Ya estaban mucho más alejados del Calm Belt y esperaban que a partir de ese momento, el tramo entre isla e isla fuera mucho más corto.
El nombre de la isla a la que llegaban era Omen y tenía mucha actividad en su costa, con varios muelles, y barcos llegaban y se iban con continuidad. Las calles de la isla no estaban empedradas, eran simplemente la tierra o arena, y es que se podía adivinar que la principal actividad era la pesca debido a la gran cantidad de balsas y embarcaciones pequeñas que había en el mar, cerca de la playa.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 69 (Buscando fondos):
- Spoiler:
- El Steeler rompía las últimas olas antes de atracar en Omen. Osore y Jet se encargaron de recoger las velas para que la fragata fuera perdiendo velocidad y así poder dirigirla con precisión a uno de los muelles. Tras hacerlo, los piratas revisaron que no hubiera marines en la cercanía y comenzaron a bajar del barco.
Tras algunas preguntas, supieron que los acorazados de la marina eran extraños por el lugar y que, probablemente, no tendrían por qué preocuparse, al menos por el momento. Decidieron, de cualquier forma, mantenerse juntos. Tenían mucho tiempo que no bebían algo en un bar, todos en grupo, por lo que se dirigieron al bar más cercano.
El pequeño edificio de madera apenas tenía dos mesas y la barra, y olía a la tierra mojada por agua salada, que los marineros arrastraban en sus pies al entrar al lugar. Para su sorpresa, quien lo atendía no era un típico cantinero, sino una mujer, ya entrada en edad, de cabello castaño, ondulado, escondido en su mayor parte por un pañuelo verde y blanco. En la mesa estaban cuatro sujetos jugando al viejo dominó, mientras que en la otra se encontraba una sola persona, bebiendo de una botella.
Los piratas entonces pidieron sus acostumbrados tragos y Shinta se preparaba para pedir una cerveza cuando Natsuki lo detuvo
–¿Qué crees que haces? –le dijo la navegante– eres muy joven para beber.
El adolescente se quedó pasmado, pero luego reaccionó.
–Pero, tú desde los 17 años ya bebías, ¿por qué yo no puedo?
–Apenas tienes quince –replicó ella.
–Blaze, ayúdame… –pidió él. El capitán sonrió entonces, pero no mostrando sus dientes, sino sólo extendiendo su boca.
–Pues cierto que tiene quince años, aunque creo que yo empecé a beber muy joven, así que le daré una oportunidad –afirmó él– no lo quiero ver tan ebrio que apenas pueda mantenerse en pie, debe saber beber con estilo, al menos por ahora. Si es así, que beba, a pesar de que esto nos quitará un poco más de dinero –rió Blaze y Shinta pidió su primera cerveza, aunque era vigilado muy de cerca por Natsuki.
–Hablando del dinero –intervino Fuu– no es que seamos pobres, pero no nos queda mucho dinero y todos acordamos no pedir nada más a Madame Kai, así que será mejor que consigamos algo pronto.
–Yo sé de una alternativa de dinero –los interrumpió la mujer detrás de la barra– he escuchado de una recompensa que ofrece un matrimonio adinerado de la isla de Madona. Llegarán a ella pronto, pues seguramente su log se cargará en pocas horas.
–¿De qué se trata? –preguntó Fuu, curiosa.
–Parece que alguien de su familia se perdió o fue secuestrado –respondió la mujer, cuyo sonriente y aparentemente honesto rostro se reflejaba en el enorme tarro que limpiaba– ofrecen dinero para que alguien lo encuentre, y, según sé, no importa si ese alguien son piratas, como ustedes.
Blaze y los demás guardaron silencio un momento, pero luego el capitán sonrió. Ése fue el indicativo de que iban a seguir esa idea, sin importar lo suspicaz que pudiera ser Jet o lo analítica de Fubuki; el chico de acero ya estaba decidido y ni el espadachín ni la princesa replicaron, pues sabían que era en vano.
Así, cuando los piratas abandonaron aquella pequeña taberna y luego caminaron cerca de una hora por el poblado y sus calles semi empedradas, hasta que, como aquella mujer les había dicho, su log se cargó. Había pasado tiempo desde que una isla se cargaba tan rápido y era el momento justo para ellos. No pasó media hora antes de que el Steeler desplegara sus velas.
–Ya sé que vamos a ir de todos modos, pero no deberíamos creer todo lo que nos dicen –le dijo Jet a su capitán.
–Vamos, amigo –le palmeó Blaze la espalda a su compañero– el log se cargó a esta isla, así que poco perdemos con ir.
–Tal vez encontremos a un nakama nuevo ahí –exclamó Natsuki, que llegó a la proa, donde estaban sus dos compañeros– yo quiero que nuestra familia crezca y crezca, que se haga muy grande –dijo la navegante mientras abría sus brazos.
–Entonces no creo que pudiéramos mantenerla –Makoto bajaba del mástil principal por uno de los amarres, con la gracia y agilidad que su entrenamiento le permitía– es por eso que vamos a buscar dinero. Siendo ocho estamos faltos, no me imagino si fuéramos veinte o más.
–Qué platicadora estás hoy –le dijo Jet a la vigía, sólo para hacerla enfadar.
–Bajé porque no se ve nada en el horizonte y tengo un poco de hambre, así que voy con Fuu –dio media vuelta y se dirigió a la cocina con sus manos entrelazadas tras su nuca– y nadie estaba hablando contigo.
Blaze supo que si su vigía con gran vista no veía algo, no estaban muy cerca de alguna isla, así que convocó a la hora de comida. Tras degustar los alimentos de la tarde, Makoto volvió a su puesto, pero siguió sin ver nada y así llegó la noche.
Pero no demorarían demasuado los piratas de Blaze en llegar a la siguiente isla. En la mañana del tercer día, Makoto divisó el nuevo destino.
–Tengo un mal presentimiento, no sé por qué –dijo Huang cuando la vigía avisó del avistamiento.
–Tienes que ser más positivo –le dijo Osore– yo, soy optimista.
–¿Entonces crees que todo saldrá bien y obtendremos el dinero? –preguntó el carpintero con una sonrisa a medias.
–Eso no lo sé, pero creo que encontraremos chicas lindas –el médico se tronó los dedos, como si fuese a pelear– estoy un poco oxidado en cuanto a las artes amatorias se refiere.
–¡Pero si te has ligado a un montonal de chicas en Xiang!
–Sí, pero ya llevamos varios días lejos del archipiélago y, ¿qué quieres de mí, amigo? Soy un caballero que brilla y vive para amar.
A veces Huang se preguntaba si aún no encajaba bien en la tripulación, pues pensaba que con el que mejor congeniaba era con Osore; sin embargo, con esas conversaciones, de pronto le parecía que estaba un poco perdido en la fragata; sus pensamientos fueron interrumpidos por un grito más de la vigía.
–¡Nos han ganado! –avisó ella– Hay un barco en la costa, y creo que es pirata.
Y, como era habitual, la vista de Makoto acertaba. Aquel navío, que parecía ser una carabela de buen tamaño, tenía un Jolly Roger cuyo símbolo era una calavera atravesada en su ojo derecho por una espada. Blaze y los demás no decidían en creer si eran otros piratas que buscaban la recompensa o, quizás, por qué no, los secuestradores.
Pero ya estaban muy cerca de la isla y no había vuelta atrás, puesto que, para seguir avanzando, debían llegar a Madona por fuerza. Además, la banda tenía en general bastante confianza en sus habilidades, por lo que el miedo no estuvo en ellos, tal vez un poco en Huang. Las velas del Steeler fueron amarradas y su velocidad fue disminuyendo. Los piratas pudieron ver entonces la isla con detenimiento. Era de un tipo boscoso, aunque había mucha roca cerca de la costa, la arena de la playa era poca en realidad y el camino hacia un posible poblado era algo escarpado y subía como una rampa.
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