[Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 37 (Isla Kaprico):
- Spoiler:
- La mañana siguiente era apacible en el Steeler. Los piratas no lo esperaban, pero, al parecer, el viaje hacia la siguiente isla no demoraría mucho, el mar estaba tranquilo y el clima estabilizado en un calor tropical, por lo que seguramente estaban ya muy cerca de su siguiente destino. Natsuki dirigía a sus compañeros rumbo a la dirección que el Log Pose le indicaba y todo parecía salir de buena forma. Incluso Blaze, tal y como Jet lo había predicho, no estaba ya enfadado por el asunto de la recompensa y aseguraba que cuando él mismo consiguiera una, sería tan grande que todos se asombrarían.
Pero había otra cosa que preocupaba al capitán. Según había visto en los periódicos, la tripulación del Sombrero de Paja, había desaparecido sin dejar rastro alguno. Sólo la actuación prácticamente estelar del mismo Monkey D. Luffy en la guerra de Marineford daba señales de que la banda estaba con vida. Era por ello que a Blaze le gustaba estar informado, para escuchar cualquier noticia sobre aquella tripulación a la que quería alcanzar.
De acuerdo a las estimaciones de Natsuki, quien para navegar si era bastante hábil, era posible que llegaran a la isla hasta la noche. Blaze dictaminó que la prisa no era algo que los invadiera y avanzarían lentos, pero seguros, para arribar hasta las primeras horas de la mañana siguiente. Al escuchar eso, Jet fue hacia donde Shinta platicaba con Osore. El tirador deseó que su compañero espadachín pasara de largo, pero en vez de eso, lo tomó de su camiseta y se lo llevó consigo ante la sorpresa del médico, quien prefirió no decir nada, aunque le quedó la duda.
La que sí replicó fue Fuu, al ver el modo en que Shinta era prácticamente arrastrado hacia el interior de la cocina.
–¿Qué le haces? ¿Por qué lo tratas así?
–No le estoy haciendo nada malo –respondió Jet– él se cree un hombre y sin embargo tiembla de miedo cada vez que me ve.
–Tal vez porque lo tratas de esa forma –dijo la princesa sin que Shinta hiciera alguna exclamación.
–Me teme desde que, en el bosque de tu isla, mate a alguien frente a sus ojos –explicó antes de mirar al tirador– pensé que ese asunto había quedado zanjado, pero veo que no.
–No puedes culparlo por eso –le defendió la peliazul– tal vez sea natural para ti, pero matar a alguien no es algo rutinario para todos.
–Ése no es el asunto. No importa si es natural o no, ¿crees que yo mate por placer? Como te dije Shinta, lo ideal es que nadie tuviera que hacerlo, pero si no actúo en ese momento, el que estaría muerto, serías tú –le señaló. El tirador no sabía qué decir. Su objetivo siempre había sido hacerse más fuerte, pero el rostro bañado en sangre de su compañero, era muy similar al de aquellos que habían asesinado a sus padres. No iba a decirlo de cualquier forma, pero no podía evitar sentir algo de temor. Justo iba a decir algo cuando Fubuki se le adelantó.
–Él tiene trece años, le llevas ocho, le tomará tiempo acostumbrarse, sé paciente
–Si lo defiendes así, jamás va a crecer –replicó el espadachín, pero pensó un poco antes de seguir– pero si tú lo dices, lo creeré. De cualquier forma –dijo mientras se levantaba de su silla– yo no dejaré de protegerlos, ni a ti Shinta, aunque me temas –y salió de ahí, dejando a Fuu con una pequeña sonrisa.
–¿Ves que no es malo? –le acarició ella la cabeza de forma maternal.
–Sé que no es malo –habló finalmente Shinta– me esforzaré. Él tiene razón, si quiero ser un hombre, debo ser diferente.
–Debes ver más allá de las cosas –intervino Fuu, sonriendo ampliamente– yo crecí en un palacio, no debe ser fácil crecer entre un montón de raros piratas. Ahora sal, que debo limpiar la mesa, sólo no dejes que Osore te haga una mala influencia.
Natsuki observaba el horizonte con su capitán como si esperaran ver algo más que sólo mar y cielo. El capitán tenía sueño, pero en ocasiones le gustaba platicar con sus tripulantes para variar. Él pensaba que si no lo hacía, ellos creerían que era un vago. Por supuesto, no disimulaba demasiado bien.
Natsuki preguntó lo que harían al llegar a la isla, pues necesitaba algo de ropa. Luego de algunos ruegos más, Blaze finalmente le dio algunos berries, aunque le pidió que esta vez sí buscara ropa seriamente y no sólo trajes de baño. El capitán tenía en mente tomar un descanso y pasarla bien.
De esa forma, la tripulación bajaba su ímpetu y adrenalina por la aventura una vez concluido el asunto de la isla de Yuki, ignorando que en el océano de Grand Line, ni siquiera hay que perseguir a los problemas, sino que éstos llegan hacia ti.
Esa noche fue una de las más tranquilas que habían tenido durante todo el viaje. Todos durmieron plácidamente, inclusive Jet, a pesar de que, como siempre, fue el último en hacerlo. De cualquier forma, fue un despertar satisfactorio para todos, el sol brillaba e inundaba la cubierta con luz y calor que ensanchaban los corazones de los piratas, sobre todo porque Osore había avistado la siguiente isla.
–Mi madre me dijo que su nombre es Kaprico y que no debería haber mucha vigilancia, por lo que estaremos bien –sonrió Fuu mientras servía el desayuno a sus compañeros, optimistas y contentos como pocas veces. Tras comer sus alimentos, los piratas se apresuraron a bajar las velas y dirigirse lo más rápido posible hacia la isla.
Tras cerca de una hora de camino, finalmente pudieron anclar en una bahía de la isla. Bajaron en su totalidad y subieron por una costa empedrada que estaba al pie de la movida ciudad de esta pequeña isla. Gente iba y venía por los establecimientos. Bares, tiendas, carpinterías, herrerías, armerías y muchos otros negocios tenían bastante vida y los piratas no sabían por dónde empezar. Fubuki sugirió que lo principal era preguntar el tiempo que tardaría en cargar el Log Pose y con ello en mente, el grupo se dirigió hacia uno de los bares.
El lugar era grande. Más que un bar parecía un desayunador. En las mesas habían varios clientes: tres en una, dos en otras, un grupo de cinco en una más, y en la mesa del rincón, una persona solitaria. Había luz suficiente como para que el negocio pareciera amigable y los piratas se acercaron a la barra, donde un hombre gordo, moreno y con un bigote ensortijado los veía ir hacia él al tiempo que limpiaba un tarro con un trapo húmedo.
–Buenos días, viejo –le saludó Blaze amistosamente, hablando en representación de su banda.
–¿Qué te sirvo, “viejo”? –le respondió el hombre con algo de sarcasmo, pero sin enfadarse.
–Bueno, dame un poco de whisky, y si no me equivoco, algo de ron para mi amigo que está a mi derecha, crema de whisky para la señorita a mi izquierda –se refirió a Jet y Fuu– vino para la otra señorita y agua para el chico. Osore, lo siento –le dijo a su más nuevo tripulante– pero no sé todavía cuáles son tus gustos en bebidas.
–Yo cerveza, por supuesto –le pidió sonriendo, sorprendido de que el capitán supiera ese detalle de todos sus compañeros, a excepción de él por el poco tiempo que llevaban juntos.
Tras beber el primer sorbo de vino, Natsuki no perdió el tiempo en preguntar acerca del Log y cuánto tiempo debían esperar en la isla para seguir su viaje.
–Usualmente son dos días, pequeña –le respondió– así que tendrán que pasar una noche aquí, pero no creo que les incomode mucho eso.
–¿Qué quiere decir con “usualmente”? –preguntó Fuu– ¿el Log no siempre se carga en el mismo tiempo?
–La cuestión no es ésa exactamente. Cuando su Log se cargue, ustedes se dirigirán a la isla Zarza, muy similar a ésta, aunque sin tantos negocios y más viviendas. Aunque –hizo una pausa para ponerse más serio– hay una posibilidad, muy baja, de una entre diez mil dicen, que el Log se cargue este mismo día, posiblemente por la noche.
–Lo dice como si fuera algo malo –replicó Osore quien ya se había terminado su cerveza.
–El asunto es que si eso sucede, no irán a Zarza, sino al G-12, una base marine –y cuando escucharon eso, el silencio reinó en la banda pirata– pero no se preocupen, que, como les dije, la probabilidad es demasiado baja y seguro que no les sucederá.
Tras intercambiar algunas palabras más sobre el asunto y terminar sus tragos, los piratas pagaron y salieron del lugar, mirando por un momento si el barco estaba bien y luego internándose en las calles de la ciudad. Dentro del bar, la figura solitaria se levantó y se dirigía también hacia la salida.
–No pierdes las esperanzas, ¿verdad? –le dijo sonriendo el encargado mientras pasaba un trapo por la barra. No recibió respuesta, pues aquel cliente siguió caminando y salió de ahí, buscando el camino que había seguido la tripulación.
kaizoku ou-
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 38 (Makoto):
- Spoiler:
- En grupo, sin separarse, Blaze y sus compañeros caminaban por una empedrada calle repleta de gente. Las chicas se detenían un momento a ver algunos aparadores y convenían que, de regreso, comprarían algunas cosas a las que le habían puesto el ojo. Osore miraba con atención a su alrededor, sobre todo a las mujeres que había pro ahí y pensaba que la noche sería bastante entretenida, mientras que Blaze y Shinta se sorprendían con la altitud de algunos edificios que había allí. El único que no estaba entusiasmado era Jet, para quien pasear por un pueblo lleno de personas, no representaba gran diversión.
Pasadas unas horas de haber deambulado por algunas calles de la ciudad, tocaba regresar para comer algo. Blaze tenía además la idea de cambiar algo del oro que tenía por berries, aunque todavía no encontraba un lugar para hacerlo. Cuando Fuu y el mismo Blaze comentaban en qué lugar sería adecuado comer, Jet llevó su mano izquierda a su katana, preparando la derecha para sacarla de su funda.
–¿Qué pasa? –le preguntó Fuu, viendo la mirada que el espadachín tenía siempre que se encontraba en batalla.
–Que estoy harto de que nos estén siguiendo –dijo, y sacando con velocidad su arma, la dirigió hacia atrás de ellos, cerca de un callejón, aunque con el filo invertido. Parecía que iba a golpear a una persona, pero ésta se desvaneció, haciendo que el espadachín fallara finalmente.
La figura apareció frente a la banda. Se trataba del mismo comensal solitario que se encontraba en el bar. Llevaba una capucha que no sólo no dejaba ver el rostro, con claridad, sino que también cubría hasta el suelo el cuerpo. Osore intentó atacar, pero también fue esquivado. La multitud comenzaba a darse cuenta de la situación, y mientras algunos corrían, otros con interés seguían el acontecimiento.
Blaze fue el siguiente, pero tampoco pudo golpear al extraño y, a cambio, recibió un fuerte golpe con la palma abierta en el rostro, que lo envió a volar y a chocar contra un barril que estaba en una banqueta, haciéndolo añicos; su atacante se quejó también.
–¿A qué diablos golpeé? –se preguntó, con una voz que no era muy grave como lo hacía parecer con una mirada a su apariencia por encima la extraña capa que llevaba. La siguiente en atacar fue Fuu, quien lanzó un proyectil totalmente cuadrado. Su rival simplemente utilizó su mano izquierda para golpearlo con al intención de enviarlo lejos, pero en cuanto lo tocó, el cuadrado estalló, liberando un polvo rojo que hizo toser al atacante.
Osore era el más cercano y lo primero que hizo fue lanzar un golpe de abajo hacia arriba. La intuición del extraño hizo que diera un paso hacia atrás y el ataque no le hizo daño, pero sí le quitó la capucha, lo que reveló su identidad. El peliazul se levantó para asestar un golpe pero se detuvo al ver a su rival, o más bien ver los pechos de ella.
–Eres una chica...
–¿Y te diste cuenta tú solo? –le dijo ella con sarcasmo. La chica en cuestión, tenía la piel morena, con un cabello verde oscuro muy corto, tanto que de lejos fácilmente podría ser confundida con un hombre, tal vez Shinta lo tenía más abundante. Era muy delgada, pero sus brazos lucían ejercitados, definidos, aunque no era musculosa, pero se podía ver que poseía buenas capacidades físicas. Vestía una blusa de tirantes blanca que llegaba hasta su ombligo, dejando ver un vientre con abdominales más esculpidos que los de algunos hombres, y abajo usaba unos pants verdes que cubrían hasta sus zapatos deportivos. Finalmente, sus puños estaban vendados desde parte del antebrazo; se seguía frotando la mano derecha.
–¿De qué eres tú? –preguntó a un Blaze que se incorporaba.
–Las preguntas las hacemos nosotros –le dijo Jet apretando su katana en su mano derecha– ¿por qué nos estabas siguiendo?
–Oye, tú fuiste quien me atacó como un maniático –respondió enfadada, pero al ver que no tenía muchas opciones, se relajó– está bien, los estaba siguiendo, pero no iba a hacerles daño, ni atacarlos como psicópata –miró de reojo a Jet– sólo quería saber si su Log se cargaba hoy.
–Y eso, ¿por qué? –le preguntó Blaze.
–Bueno, no es prudente que se los diga, a menos de que el Log se cargue hoy a más tardar en la noche. Mientras tanto –pidió– déjenme estar con ustedes, les enseñaré los mejores lugares de por aquí.
La banda se reunió para discutirlo. Como siempre, el más precavido era Jet, quien no estaba de acuerdo con la petición de la joven, igualmente Shinta se puso de su lado, argumentando que era demasiado sospechosa. Al mismo tiempo, Natsuki y Fuu no vieron con malos ojos que la chica los acompañara y Osore estuvo de acuerdo con ellas. De esta forma, la decisión era de Blaze, quien lo pensó un momento, no demasiado y externó su elección.
–Está bien, que vaya con nosotros. Y así sabré cómo es que golpeas tan duro –le dijo, y ella sonrió con satisfacción, pero sin que sus ojos denotaran malicia, al menos no a la vista simple.
–Mi nombre es Makoto, y, como han podido ver, soy bastante fuerte.
–Además de sospechosa, presumida... –suspiraba enfadado Jet, quien iría todo el camino cuidando desde atrás a la joven. No pasó mucho tiempo antes de que Makoto les enseñara las mejores tiendas de ropa a Natsuki y a Fuu. Ella no era mucho de comprar ni de arreglarse, pero le agradaba ver a las chicas divertirse.
Makoto no tenía un cuerpo parecido al de Fubuki o al de Natsuki, era mucho menos voluminosa. Su cuerpo trabajado y definido no opacaba una figura femenina y atractiva, pero no tenía tantas curvas como las chicas piratas, además de que no estaba vestida de forma muy mujeril.
–¿Qué ganamos con dejarla estar con nosotros? –preguntaba Jet a su capitán mientras ambos se sentaban en la banqueta.
–Mira a las chicas, están contentas –sonreía el chico de acero– ésta es una isla donde no debíamos de pasar ningún problema y así pienso que siga, es un descanso por todo lo que hemos pasado desde que entramos a Grand Line –aseguró, aunque el espadachín estaba muy inseguro con respecto a Makoto.
El día pasó sin novedad y sin que las sospechas de Jet fueran efectivas; la noche parecía ahuyentar a la mayoría de la gente que por el día colmaba la ciudad, pero otras llegaban a disfrutar de aquellos lugares que sólo abrían cuando la luz de sol se agotaba. Los piratas estaban regresando ya, junto a Makoto, a la playa. Jet y Shinta, en turnos, habían ido a revisar el barco en algunas ocasiones y todo parecía estar bien, sin ningún signo de robo.
–Hacía mucho que no me divertía tanto –les dijo Makoto a Natsuki y Fuu con quienes caminaba abrazada; sin embargo, luego se dio cuenta de algo, mirando la Log Pose en la muñeca de la navegante– no ha cambiado, ¿verdad? –Natsuki la miró y negó con su cabeza– ¡está bien! –dijo Makoto con rostro optimista– de cualquier forma, es muy raro que el Log marque hacia donde quiero, en dos años no ha pasado... ¡pero me he divertido mucho! –dijo y se alejó corriendo, despidiéndose a lo lejos.
–¡Espera! –le gritó Natsuki– ¿no quieres quedarte con nosotros esta noche?
–No se preocupen, sé cuidarme sola –afirmó y se perdió entre las calles.
–El barco no es caridad, apenas la conocemos de unas horas y tú la quieres ya de compañera –Jet le dijo un poco enfadado.
–Ella... –dijo la navegante entristeciendo de pronto– estaba llorando.
Los piratas enmudecieron al escuchar lo que Natsuki había dicho, pero no podían hacer mucho. La noche ya había caído totalmente y era momento de ir a dormir. Unos pequeños fulgores de las luces de las calles cercanas iluminaban un poco para que los tripulantes pudieran llegar al barco sin dificultad. Fuu –no antes que Blaze, por supuesto– fue la primera en ir a dormir pues estaba algo cansada, y así siguieron sus compañeros, siendo la última la navegante. Entró a su habitación y encontró a Shinta ya dormido, pues éste apenas había puesto la cabeza en su almohada y había caído en el sueño. La joven se quitó la ropa exterior y se arropó para tratar de dormir, pero era incapaz de hacerlo, se sentía incómoda.
Tras dar varias vueltas por su cama en espacio de más de una hora, sus ojos se perdieron mientras pensaba y hasta que reaccionó no puso verdadera atención a su muñeca que tenía la Log Pose, la cual había olvidado quitarse. Pronto se dio cuenta de algo extraño y se vistió con rapidez para salir de su habitación. Pensó por un segundo y salió entonces de los camarotes para ir hacia la puerta de la cabina de Jet. Dudó un momento, pero luego tocó la puerta, la cual fue abierta algunos segundos después.
–¿No te desperté? –preguntó ella apenada.
–Está bien, sabes que no duermo mucho, ¿qué sucede?
–El Log –le señaló– cambió, acaba de hacerlo –el espadachín no supo qué decir. Sabía lo que había escuchado pero no sabía qué era tan urgente– hay que avisarle a Makoto.
–¿Y eso por qué se te ocurre?
–Porque ella nos buscaba por esto mismo, por si cambiaba el Log por la noche, y así pasó –respondió un poco en voz baja, como temiendo lo que Jet pudiera responderle.
–Tú quieres ayudar a cualquier persona que encontramos y este mar no está repleto de personas buenas. Además el Log pudo haberse cargado rumbo a Zarza y no hacia el G-12. Sigo sin entender por qué ella quería ir hacia allí, es muy sospechoso –y mientras Jet hablaba veía como la joven se ponía cada vez más triste– no me pongas esa mirada Natsuki, por favor, odio esos ojos... –y finalmente cedió– ¡como quieras! Pero vámonos antes de que me arrepienta –cerró la puerta y ni un minuto después salió ya con su acostumbrada chaqueta y sus jeans, sin olvidarse, por supuesto, de su katana.
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Capítulo 39 (Kung Fu):
- Spoiler:
- Ambos se internaron en la ciudad, pero no sabían por dónde buscar. Recorrían calle tras calle, preguntando a algunos de los transeúntes pero nadie atinaba a darles razón de Makoto. Jet se dio cuenta de que la ciudad era una de día y otra de noche. Mientras la alegría podía respirarse cuando la luz de sol iluminaba aquellos negocios de ropa, comida y accesorios, por la noche, la perdición de sucios bares, y la imagen de burdeles con sus mujeres saliendo y entrando para buscar clientes, daban incluso un mal olor del que el espadachín se quería alejar, o por lo menos cuidar a la navegante. Ella no era tan tonta de cualquier forma, por algo lo había elegido a él para acompañarla, pues intuía que el lugar podría no ser tan seguro a esas horas.
El dúo decidió dejar esa parte de la ciudad e ir hacia una zona que durante la tarde no habían visitado. Se encontraba más alejada de la costa y no había ya más comercios, sino viviendas y tal vez algunas posadas además de salones de fiestas. Era demasiado tarde como para preguntar en alguna casa y no habían obtenido ninguna información con las personas que todavía estaban por las calles. Pasaron más de dos horas y los piratas estaban por rendirse cuando vieron un rostro conocido saliendo de una de las posadas.
Pero no se trataba de Makoto, sino de Osore quien se despedía con excesivo cariño de un par de chicas, una de las cuales estaba apenas en ropa interior. Tras salir sonriente del lugar, el médico se percató de la presencia de sus compañeros y, sorprendido, fue a saludarlos.
–¡Repugnante! –le dijo Natsuki antes de que él la abrazara.
–Tranquila mi pequeña –le dijo Osore– ellas son turistas que han venido a esta isla de visita, sólo estaba pasando un buen rato, no es que se dediquen a esto ni nada por el estilo.
–Déjense de cosas –les interrumpió Jet– lo mejor es que volvamos al barco, parece obvio que no la vamos a encontrar –dijo y luego explicaron brevemente lo que estaban haciendo en ese lugar. Osore volvió hacia la posada de donde había salido y buscó a una de las chicas con las que había estado a la cual preguntó por Makoto. Ni ella ni su amiga sabían algo, pero la encargada del lugar sí. Según ella, la joven a veces era vista cerca de una iglesia que no se encontraba muy lejos de allí. Natsuki olvidó de inmediato el enfado con Osore y el ahora trío de piratas fue hacia la dirección del templo.
Demoraron tal vez veinte minutos en llegar a una plaza, repleta de árboles. Frente a la misma, había, en una de sus caras, viviendas; en otra algo parecido a una biblioteca; en la siguiente más una especie de alcaldía o edificio legal. En la última, que era la que quedaba del otro lado de donde estaban los piratas, estaba el templo. El trío se acercó poco a poco, cruzó la plaza y al llegar al frente de la iglesia, vio a una figura que estaba sentada en la escalinata. Se trataba de Makoto quien, al verlos, entró rápidamente al templo.
La iglesia era sencilla, con piedra tallada de un color rojo que a la tenue luz que había en la plaza, podría parecer rosa, con dos torres al frente y una cúpula atrás. Los piratas intentaron abrir la puerta, pero ésta estaba cerrada desde dentro con algún seguro. No pasó ni un minuto cuando se escucharon voces dentro de la iglesia y entonces la puerta se abrió, pero quien estaba ahí no era Makoto, sino otra joven. Tenía una túnica blanca con una franja negra al frente, que le cubría todo el cuerpo. Ella tenía una tez muy blanca, con cabello rubio muy largo, lacio y ojos verdes. Al verlos, ella les hizo una reverencia y les sonrió con calma.
–¿Así que conocieron a Makoto, verdad? –volteó a ver hacia adentro, dándose cuenta de que ya nadie estaba ahí, pues Makoto ya se había marchado hacia algún cuarto más dentro del templo. La joven, quien era una religiosa, invitó a pasar al interior de la iglesia, que era muy sencilla y con pocos adornos lujosos– mi nombre es Tara, siento la vestimenta, pero estaba impreparada para recibir visitas, apenas pude ponerme esto –les dijo antes de sentarse junto a ellos– cuando Makoto llora y se enfada, es difícil hablar con ella, es su carácter, perdónenla por eso.
–¿Por qué ella quiere ir al G-12? –preguntó Jet– ¿y por qué ella quiere que vayamos también?
–Ella quiere que vayan porque simplemente no tiene otra forma de llegar a ese lugar –respondió la segunda pregunta– la historia de por qué quiere ir hacia allá, es mucho más larga de contar –y con esas palabras, Tara empezó a relatar el pasado de Makoto.
Makoto había nacido hacía 19 años en una isla del West Blue. Al hacerlo, su madre había muerto y desde el primer momento de su vida, ya sólo tenía a su padre. De cualquier forma, al crecer, no fue un gran problema para ella, pues su padre, Hideyoshi, le proporcionaba cualquier cosa que necesitara, entre ello, amor y cariño.
Hideyoshi era un trabajador de la construcción. Es decir, se ganaba la vida ayudando en construcciones de viviendas, edificios. Debido a esto, continuamente cambiaban de lugar en donde vivían. Makoto, a sus cinco años de edad, conocía ya más de 20 islas del West Blue, pero lo que no conocía era un solo amigo.
Poco tiempo después de que la pequeña cumpliera cinco años, Hideyoshi pudo conseguir un trabajo lo suficientemente largo como para quedarse en una isla más de un año. Tendría que ayudar en una construcción de un edificio bastante grande y se tardarían mucho tiempo.
Paseando por esa isla, de nombre Yulia, Makoto vio a un pequeño aproximadamente de su edad, tal vez algo más grande, que tenía una vestimenta algo extraña, de una tela parecida a la seda y con estampados vistosos, unas mangas amplias, que apenas dejaban ver los dedos de sus manos. Makoto lo vio y quiso acercarse a él, pero el chiquillo corrió, alejándose de ella y del lugar. La pequeña no se rindió y su curiosidad pudo más para seguirlo y encontrar un lugar que nunca había visto. Era un edificio no muy alto, pero sí muy ancho, con acabados de une estilo parecido al chino. Se acercó a la puerta, subió cuatro escalones de madera y se asomó por la entrada. Dentro vio a varios niños, incluidos al que había seguido, adoptando posiciones extrañas de artes marciales. A sus ojos, muchos de ellos parecían animales, en lugar de humanos, por la forma en que se movían.
Estaba tan entretenida viendo ese raro espectáculo, que no sintió que alguien estaba atrás de ella. De pronto, una mano blanca, arrugada, pero firme, tomó su hombro, asustándola.
–¿Así que tenemos una pequeña espía? –dijo él, con seriedad, lo que asustó todavía más a Makoto, quien no supo qué responder; sin embargo, al voltear a ver a esa persona, se dio cuenta de que estaba sonriendo. Era un anciano, sin cabello ni bigote, pero si una barba blanca un poco larga– ¿o será que has venido a aprender?
–¿Qué es eso? –preguntó Makoto, refiriéndose al arte marcial, pero pronto fue reprendida.
–¿Vienes a este lugar, espías por la puerta, y antes de decir tu nombre, como debe ser, haces preguntas? –le dijo poniendo cara seria y abriendo sus ojos que eran algo rasgados.
–Soy Makoto –respondió ella con rapidez.
–Y yo soy el maestro Xiang Fei, ahora entremos –casi le ordenó, y no pasó mucho tiempo antes de que Makoto ya estuviera practicando dentro de ese “dojo”, y al regresar a donde estaba la construcción, contó a su padre lo sucedido, mientras él apenas terminaba sus labores.
El carácter de Hideyoshi contrastaba con su apariencia. Mientras él era un hombre enorme, de gran altura, con brazos como robles y un rostro duro y recio, en realidad era la persona más amable que se pudiera conocer y le pareció interesante lo que su hija le contaba, así que al siguiente día, salió temprano junto con ella para saber de qué se trataba ese lugar y le pareció muy curioso ver a su pequeña adoptando esas poses tan extrañas. Xiang Fei se dio cuenta de que, por segundo día consecutivo, tenía a otro visitante y fue a saludarlo.
–Se llama Kung Fu, sé que para usted se ve raro, pero a una niña como ella, que parece estar sola un buen periodo de tiempo, le hará mucho bien.
–¿No es peligroso? –preguntó Hideyoshi un poco preocupado.
–El kung fu no es para pelear, sino para hacerlo un estilo de vida y proteger a lo que es importante –dijo– sólo tenemos que hacer algo con su cabello, es muy largo –sonrió el maestro al ver que era preferible cortarle el pelo a la chiquilla.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 40 (Dirección "correcta"):
- Spoiler:
- No fue mucho problema que Hideyoshi aceptara que Makoto comenzara a estudiar kung fu y así la pequeña aprendió con rapidez los secretos de este arte marcial, o por lo menos lo más básico. Ella fue desarrollándose rápidamente y tras un año había progresado de manera increíble. Y no sólo en las artes marciales, sino que también había aprendido a leer y a escribir.
–Makoto –le decía el maestro– eres la estudiante más joven en aprender el “puño de la serpiente” que yo jamás haya visto, pero aún te falta un larguísimo camino por recorrer, pequeña. Lo extraño es que no te guste usar tu uniforme –desde niña, a Makoto le gustaba usar ropa cómoda y no se fijaba en lo que “debía” vestir o cuál era la “moda”.
Un año y dos meses después de que Makoto comenzó a estudiar kung fu con el maestro Xiang Fei, la construcción del edificio en la isla culminó y su padre le tenía una mala noticia a la pequeña, tendrían que irse de nuevo, pues Hideyoshi había sido invitado a un nuevo trabajo, esta vez no tan grande, aunque no demasiado lejos de ahí. La niña objetó una y otra vez, pero no había opción. También el maestro Xiang Fei cargó con tristeza al saber que su única alumna mujer –o en este caso niña– se iría pronto de ahí. Aún con el desánimo, ella hizo una promesa:
–Maestro Fei –dijo con la voz aguda de infante y lágrimas en los ojos– yo le prometo que seguiré entrenando, muy duro y cada año vendré con usted para demostrárselo.
–Es una promesa importante para una niña tan pequeña, pero esperaré que la cumplas –le dijo el maestro a modo de despido y con un tono paternal, aunque en el fondo, pensaba que la chiquilla no podría cumplir ese juramento con cabalidad.
Pero grande fue la sorpresa del anciano, cuando, un año después, Makoto regresó, mostrándole sus avances. Tenía siete años, pero era mucho más rápida, fuerte y hábil que los alumnos más grandes que ella. Y así sucedía cada año. Si no podía conseguir el dinero para abordar un barco rumbo a Yulia, la chiquilla se escabullía como polizonte y llegaba hasta donde su maestro. Cada vez era más fuerte y gracias a que se quedaba algunos días, podía aprender lo básico de cada estilo de kung fu. Para los quince años de edad, Makoto había conseguido aprender los estilos del puño de la serpiente, del leopardo, de la grulla y del tigre negro; aún le faltaba conocer los secretos del puño del dragón.
El maestro Xiang Fei no gozaba de una buena salud. A pesar de que siempre se había mantenido fuerte y vigoroso, la edad le comenzaba a cobrar factura y Makoto lo notaba fácilmente. No obstante, así como ella llegaba, debía irse cada año para estar con su padre y eso ponía algo triste también a Fei, quien quería a la joven como a una hija. Ella tenía que ayudar en los gastos, como fuera, casi siempre conseguía trabajos en los puertos, ayudando a desembarcar cargas de navíos, pues era más fuerte que muchos hombres, a pesar de que su aspecto no hacía que esto pareciese así, por lo delgada que era.
Justo cuando regresó en esa ocasión su padre tenía una noticia para ella. Estaba llamado a ayudar en una construcción grande, enorme, pero en Grand Line. Se trataba de una base marine nueva. A pesar de la negativa total de Makoto, Hideyoshi no pudo dejar pasar esa oportunidad.
–Con lo que me paguen en ese trabajo, podremos poner un negocio, propio, y si tú quieres, no instalaríamos en Yulia –le dijo Hideyoshi a su hija. Esto reconfortó a la joven, pero de cualquier forma, tenía la idea de regresar al año siguiente con su maestro.
No fue como ella lo planeó. El trabajo de Hideyoshi era duro, los marines casi trataban como esclavos a los constructores y a los pocos meses de comenzado el proyecto, el lugar casi se convirtió en una prisión, de la cual era jefe el vicealmirante Onigumo. Makoto, entonces, no pudo salir de ahí al siguiente año y ni siquiera sus habilidades le servían ante la gran cantidad de marines de alto rango que había ahí.
Hideyoshi soportaba. Además su enorme físico le permitía trabajar más en esas condiciones que cualquiera de sus compañeros y esto fue notado por los marines, sobre todo por aquellos con rango.
Al siguiente año, Makoto no soportó más y armó un gran alboroto, derrotando a marines a diestra y siniestra, esto hasta que apareció Onigumo frente a ella. El vicealmirante era demasiado para la chica y la habría matado de no ser porque Hideyoshi se interpuso. No es que Makoto hubiera visto morir a su padre, pero mientras él detenía al marine, le ordenó escapar.
–¡Vete de aquí, hija mía, vete y vive por favor! –y así hizo Makoto, quien a pesar de salir herida, pudo escapar y llegar hasta Kaprico. Ahí, perseguida por marines, pudo esconderse en la iglesia, ayudada por Tara y por algunos monjes que ahí habitaban; de cualquier forma, su estadía allí no fue larga y lo primero que hizo fue regresar a West Blue. No sólo para ver a su maestro tras dos años, sino para pedir algún consejo o ayuda. Pero su viaje fue amargo y triste, pues al llegar a Yulia, específicamente al dojo, lo primero que vio fue la tumba de Xiang Fei. Había muerto seis meses atrás y ella no había podido despedirse de él. Makoto lloró toda una noche y todo un día, lamentándose por nunca haberle dicho a su maestro cuánto lo quería y respetaba, tanto como a su propio padre.
–Makoto regresó poco tiempo después aquí –finalizó Tara el relato– ella ha buscado a alguien que vaya hacia el G-12, pero en casi dos años que ha estado en este lugar, ningún Log se había cargado hacia aquella dirección –dijo– bueno, parece ser que hasta hoy –sonrió finalmente pues estaba contenta de que finalmente su amiga tuviera la oportunidad de llegar hasta su objetivo.
–Debo encontrar a mi padre –salió Makoto a la cámara principal de la iglesia, donde Trista había contado la historia– siento haber hecho este berrinche –dijo seria– creo que, de todas formas, tenemos que asegurarnos que el Log sí está cargado hacia el G-12, eso lo podemos saber si vamos hasta donde ustedes llegaron y vemos hacia qué dirección apunta el Log.
–Debemos rezar para que así sea y para que el viaje sea seguro –Tara se hincó y juntó sus manos agachando la cabeza en dirección a un altar al fondo del templo. Makoto hizo lo mismo y tanto Natsuki como Osore la imitaron. El único que no cambió su posición -de pié, recargado en una columna- fue Jet.
–Yo no rezo –fue su respuesta cuando Makoto lo miró con rostro de pocos amigos.
–Está bien –le dijo Natsuki– yo rezaré por él también.
Al terminar, el grupo, ya con Makoto, estaba listo para irse. Ya la noche estaba por terminar y el amanecer se encontraba cerca. Tara no pudo evitar darle un abrazo a su amiga.
–Sé que finalmente irás, no volverás aquí, al menos hoy, no pronto, pero promete que no te olvidarás de mí.
–Aún hay que ver lo del Log –respondió Makoto– pero si todo sale bien, no creas que me olvidaré de ti, ¡nunca! Tú fuiste mi primera amiga verdadera –regresó un momento y la abrazó con fuerza, emocionada. Tras darle las gracias en repetidas ocasiones, Makoto partió con Natsuki, Jet y Osore rumbo a la parte de la costa donde el Steeler había anclado y la chica pidió a Natsuki que se parara justo en la punta de una roca que sobresalía en el lugar. Jet acompañó a la navegante, todavía sin confiar en la peliverde y así los tres vieron el Log, que apuntaba hacia el lado izquierdo. Makoto tembló un poco de la emoción y luego brinco, gritando.
–¡Sí es! ¡Sí es la dirección! –abrazó a Natsuki, causando que ambas cayeran del peñasco, pero la agilidad de la arte marcialista las rescató a ambas, pues atrapó a la navegante y luego de deslizarse por la roca, cayó de pie en la arena, con Natsuki en los brazos, aunque luego las dos cayeron en la playa entre risas, como un par de chiquillas. Jet y Osore bajaron por el otro lado de la roca para alcanzarlas, viendo que los primeros rayos de sol del día iluminaban el feliz rostro de Makoto.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 41 (Hacia el G-12):
- Spoiler:
- El cuarteto subió al barco y Natsuki se encargó de despertar a todos sus compañeros para explicar lo sucedido, aunque terminaron siendo Jet y Osore los que relataron de buena forma. Blaze meditó por un momento la situación y se dio cuenta de que no había otra opción, más que ir rumbo al G-12, si es que querían seguir avanzando.
–Hay otra opción –dijo Jet, ganándose una mirada de pocos amigos por parte de Makoto– podríamos esperar a que venga alguien más y robar una Log Pose que vaya rumbo a Zarza, y así no tendríamos que ir a un suicidio.
–Parecías de todo, menos un cobarde –le dijo enfadada Makoto.
–¿Y cómo diablos se te ocurre que una tripulación pirata salga bien librada de una incursión en una base de la marina? ¿Con rezos a un Dios que no existe?
–¡No te atrevas a blasfemar de esa manera!
–¡Dame una sola prueba real de la existencia de tu Dios, y te acompañaré hasta el infierno!
–¡Bah! –se rindió la chica en la discusión, no sin antes decir algo último– si Tara estuviera aquí, ella sabría qué decir, pero la realidad es que su Log apunta hacia el G-12 y no hay forma de que cambie sino hasta llegar allá.
–¡Jet! ¡Ma-chan! ¡dejen de pelear! –les pidió Natsuki, lo que hizo que ambos callaran finalmente.
–Ella tiene razón, no es momento para eso –intervino Fubuki, con semblante tranquilo– además tengo un plan, sólo necesito hablar un momento con Makoto –dijo y luego comenzó a preguntar detalles sobre la base del G-12, y tras unos minutos, la astuta chica volvió a tomar la palabra– es claro que el barco será tomado al llegar –afirmó y tuvo que detener a Jet antes de que éste interrumpiera– es por eso que el plan será recuperarlo.
“El barco no puede llegar solo a puerto, así que tendrá que haber por lo menos dos señuelos que serán capturados por los marines –empezó la explicación.
–Yo debo ser ese señuelo –alzó Jet la mano.
–No es prudente –respondió la princesa– tú ya tienes una recompensa y la marina nos reconocería como tu tripulación, por lo que la alarma sería más fuerte. Tampoco Makoto puede serlo, pues ella ya es conocida en esa base.
–Y tengo recompensa también, 12 millones –presumió la chica, causando una pequeña fijación molesta por parte de Blaze.
–Propongo que uno de los señuelos sea Osore, no será reconocido por la marina y además es fuerte. El otro tendría que ser Natsuki o yo –siguió Fuu con el plan– los demás deben esconderse lo mejor posible en el barco y salir en cuanto sea posible, sigilosamente para tratar de encontrar a los señuelos y lograr una exitosa recuperación del barco. Hay que causar un bullicio fuerte para tratar de que haya desorden y tomar una buena oportunidad.
–Tendrán que ser Natsuki y Osore entonces –le dijo Blaze– porque tú eres una princesa, la Princesa del Reino de Yuki, y prometimos a tu madre que te cuidaríamos bien, así que no debemos dejar que te capturen y se enteren de tu identidad.
–Usaré algo para cubrirme el rostro, y gracias por protegerme.
Makoto no quiso preguntar nada sobre lo que habían hablado. Le llamó poderosamente la atención que Fuu fuera llamada princesa y de la forma como Blaze lo había dicho, pues parecía que eso era real. De inmediato, la peliverde se dio cuenta de que se había encontrado con un grupo bastante particular.
La joven explicó a la tripulación que demorarían un día entero en arribar al G-12, por lo que, probablemente, estarían por ahí cerca del mediodía siguiente. Siendo así, el Steeler emprendió el viaje, los piratas hicieron sus preparativos, mientras que Natsuki quiso mostrarle el barco a la invitada.
–Parece que se ha encariñado con ella –sonreía Fuu.
–Ella se encariña hasta con una toalla –suspiró Shinta.
Mientras tanto, esa misma mañana, llegaban un par de marines al G-12, casi al mismo tiempo. Mientras una de ellas tenía una amplia sonrisa, el otro estaba bastante callado. Ambos bajaron de sus respectivos barcos y llegaron juntos a la entrada de la base donde los marinos de bajo rango los saludaban con respeto.
–Es una buena parte de ser un oficial, ¿verdad? –preguntó ella con jovialidad.
–Trivialidades –respondió él– pero si a ésas vamos, tú también deberías saludarme, pues soy tu superior
–Esos aires de grandeza te quedan mal. Te aseguro que no falta mucho para que llegue a tu rango e incluso te supere –le dijo, mientras le hacía un gesto grosero, sacándole la lengua, al tiempo que ya los dos caminaban por el pasillo principal de la entrada– y Ayaka también lo hará, así la respetarás como se merece.
Él no respondió y siguió caminando a la par que lo hacía ella. La capitana Hollie miraba de reojo a ese oficial que en cierta forma detestaba: el Contralmirante Kazuhiko. Un superior en edad en la academia, que la pelirroja no entendía cómo había llegado tan alto. Sabía que era capaz, pero estaba segura de que sus influencias, sobre todo con el Almirante Akainu, le habrían servido para arribar a un rango tan cercano al de Vicealmirante. Sumida en esos pensamientos, Hollie no se preguntó que estaría haciendo Kazuhiko por ahí. Los dos llegaron hasta un salón grande, que servía como oficina donde se encontraba sentado el Contraalmirante Yoichi.
El oficial, de complexión gruesa, llegando a la obesidad, de estatura extremadamente alta, rostro redondo, sonriente, pero a la vez un poco aterrador, estaba sentado, con sus pies sobre el escritorio. Al ver llegar a sus colegas, Yoichi se levantó y Hollie pudo ver lo enorme que era. Si ya Kazuhiko era alto, Yoichi le llevaba casi medio metro, por lo que superaba los dos de estatura con facilidad. En la misma oficina, a la derecha de Yoichi, había otro sujeto. Vestido como marine, un traje elegante, alto, aunque no demasiado, y con una máscara plateada sobre su rostro, parecía una estatua, no se movía, ni siquiera parecía estar vivo.
El Contraalmirante se acercó, primeramente a Hollie y la saludó con una voz gruesa que salió de una boca que apenas se abrió, haciéndola estremecer.
–Los Cuarteles Generales de la marina tienen mucha fe en usted capitana –le dijo con una sonrisa más tétrica que alegre– he visto su historial, y es digno de una llamada prodigio de la academia, es por eso que pensé que una estadía en esta base será provechosa para usted y para el lugar.
La pelirroja agradeció los cumplidos y prometió trabajar duro, aunque todavía no sabía las labores que realizaría allí, por lo que preguntó a su superior.
–Eso –rió– tiene que ver con su colega y también superior, capitana Hollie –señaló Yoichi a Kazuhiko, quien había estado inmóvil desde que había llegado al salón– hay cambios en los Cuarteles Generales, cambios bastante grandes y soy requerido allá. Por lo tanto, quien quedará al mando de esta base será el contraalmirante Kazuhiko y usted le ayudará.
La joven se quedó con la boca abierta, sin asimilar lo que le habían dicho.
–Pero eso quiere decir –reaccionó enfadada– que esta basura será mi jefe directo... ¡no puede ser! –a pesar de ser una ferviente creyente de la justicia, no era de aquella llamada “Justicia Total”. Creía malvados a los piratas, pero sabía bien que la crueldad y malignidad de algunos miembros de la marina, sobrepasaba a la de muchos corsarios. A su ver, Kazuhiko no representaba aquella justicia en la que ella creía y no deseaba recibir órdenes de alguien como él.
–No se preocupe capitana –le dijo Yoichi– yo todavía estaré algunos días por aquí antes de ir a Marineford, así no habrá cambios tan repentinos en esta base.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 42 (Arribo al peligro):
- Spoiler:
- Unas horas más tarde, el Steeler ya no estaba demasiado lejos del G-12, pero se hacía noche rápidamente y lo mejor era ir deteniendo la marcha, así que Jet y Osore amarraron las velas y unos minutos después, cuando la fragata ya estaba casi detenida, el espadachín tiró el ancla, mientras que Blaze decidía dónde podía dormir Makoto. Mientras ella aseguraba que no habría problema si pasaba la noche en cubierta, o en los pasillos de los camarotes, Fuu insistía en compartir la habitación. El capitán decidió que, efectivamente, la peliverde dormiría junto con la princesa, aun fuera en el suelo de ese camarote. Convenido el asunto, el chico de acero se retiró a dormir, pues se hacía tarde, y no mucho tiempo después sus compañeros lo imitaron, incluyendo a Fuu y la invitada.
Makoto recibió de la princesa un par de cobijas. Una la utilizaría para cubrir el suelo y otra para taparse. La peliazul invitó a Makoto a compartir también la cama, pero ella se negó.
–Ya es suficiente con compartir el cuarto con una princesa, estaré bien en el suelo.
–No digas eso como si yo fuera algo más que tú –le dijo riendo Fuu– somos iguales y mañana más que nunca, pues algo me dice que esto va a ser de todo menos pacífico. Por eso y más, hay que dormir bien esta noche.
Apenas se asomó el sol y los preparativos comenzaron en el Steeler. Los tripulantes, menos Osore y Natsuki se escondieron bajo el piso falso de la bodega, al fondo de ésta y detrás de unas puertas que guardaban algunas especias, por lo que sería poco probable que los descubrieran en ese lugar si no había una inspección en extremo exhaustiva.
Así el Steeler avanzó, lento pero seguro, hacia el G-12 donde ya la mayoría de los marines estaban despiertos. La única que apenas se levantaba era Hollie, y no porque fuera floja o sufriera por las mañanas, sino porque apenas había podido dormir, teniendo que apalear por la noche a muchos soldados de bajo rango que habían intentado espiarla, ávidos de observar belleza femenina, la cual no se presentaba en el lugar desde hacía mucho tiempo. Lo que no sabían ellos, es que Hollie podía darse cuenta si alguien se acercaba y por ello les había ido bastante mal. De cualquier forma, ella se preparaba para estar totalmente lista para enfrentar un nuevo día.
Justo cuando terminaba de abrocharse su chaqueta color marfil que combinaba con una minifalda del mismo color, una alarma repicó por toda la base. Casi tropezando con sus tacones, la pelirroja logró llegar hasta el cuarto principal de control donde ya estaban Kazuhiko y Yoichi. Los tres vieron al barco pirata acercarse y más tarde ser detenido frente a la costa por dos acorazados de la marina. Sólo había dos personas en la fragata, un hombre y una mujer. A Hollie le inquietaba bastante ese barco, su subconsciente le decía que algo andaba mal, pero ella no recordaba que, precisamente, ya se había encontrado con el navío en una ocasión, aunque lo había visto muy poco y con un clima difícil. Por tanto, quiso ir a inspeccionar ella misma pero Kazuhiko se lo negó, y a pesar del enojo de la joven, era una orden que debía cumplir.
Los marines no tardaron en detener a Natsuki y Osore y llevarlos al interior de la base. El argumento de ambos, era que acababan de robar el barco a otros piratas. Un par de tropas, se dispusieron a revisar la fragata, con temor de que alguien pudiera emboscarlos, por lo que no fueron tan minuciosos. El Steeler, luego de ese evento, fue llevado a un muelle techado, ya dentro de la base y asegurado en ese lugar.
–Es muy extraño, debe haber más en ese barco –leía Hollie, algunos minutos más tarde, el reporte de un sargento que había estado en al inspección– deberíamos ir a buscar con mayor detalle.
–Una oficial que duda de esa forma de sus subordinados no es conveniente, capitana –le dijo Yoichi con una sonrisa más tétrica que feliz– yo creo que lo mejor sería interrogar a los dos prisioneros –y tras esas palabras, Kazuhiko y Hollie se dirigieron a la celda. Ahí, encontraron a un Osore muy tranquilo y a una Natsuki muy nerviosa. Luego de algunas preguntas, donde ambos ponían todo tipo de evasivas, Hollie estaba segura de que mentían pero finalmente no se hizo nada y los prisioneros fueron dejados encerrados hasta que se decidiera qué hacer con ellos.
La noche llegó, y no habían pasado ni diez minutos desde que el sol se había metido, cuando los piratas salieron de su escondite y de inmediato empezaron a estirarse tras estar apretados por bastantes horas. La única que estaba vestida diferente a como lo hacía todos los días, era Fuu, quien no sólo llevaba el rostro cubierto de tal manera que sólo sus ojos se vieran, sino que además usaba una ropa amplia, cómoda para luchar, incluso, según dijo Blaze, parecía una ninja. La princesa también llevaba su inseparable bolsa o mochila, donde guardaba toda clase de artilugios.
Sin hacer demasiado ruido, al menos eso pensaban, los piratas se separaron en tres. Se hizo un grupo con Fuu, Shinta y Makoto, mientras que Blaze y Jet irían cada quien por separado. Serían los encargados de llamar la atención.
En cuanto salieron del barco, fueron descubiertos. Tal vez no al salir a la cubierta, pero sí al poner un pie en la plataforma que servía como muelle. Bajo órdenes de Hollie, algunos marines se habían quedado despiertos para vigilar y no demoraron mucho en encender la alarma. Tampoco fue demasiado el tiempo que pasó antes de que fueran puestos fuera de combate por los piratas.
Al escuchar la alarma, Hollie, quien no se había dormido, rápidamente fue al cuarto de control y esta vez sí fue la primera en llegar. Kazuhiko y Yoichi hicieron lo propio después y unos minutos más tarde, las imágenes de los den den mushi mostraban a los tres grupos. Yoichi no había conocido a Makoto, pero sabía que en algún lado había visto ese rostro. Por su parte, Hollie no tenía dudas al observar otra de las imágenes.
–¡Es él! –gritó la capitana, desconcertando a los otros dos oficiales– ¡él fue el que se escapó del barco de Ayaka! Si no fuera por ese maldito, Ayaka no tendría problemas –Kazuhiko escuchó bien lo que la capitana había dicho y decidió lo que iba a hacer– les dije que había algo raro en ese barco.
–No te preocupes –le dijo Kazuhiko revisando su espada– así será más divertido. Luego de Marineford, mi espada ya no deja de desear sangre.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 43 (Base permanente de la Marina G-12):
- Spoiler:
- –Enviaré algunos hombres a cubrir la celda –informó el Contraalmirante Yoichi antes de retirarse a su oficina– los piratas darán vueltas antes de perderse si intentan buscar el lugar donde encerramos a sus compañeros. Confío en que ustedes los atraparan sin mucha dificultad.
Así ambos oficiales salieron con diferentes motivaciones en busca de los piratas. Yoichi iba a divertirse viendo si los marines podían moverse por el laberinto que era el G-12, sobre todo Hollie, pues Kazuhiko ya había estado allí un par de ocasiones. El Contraalmirante tenía una leve idea de dónde podía encontrar a Jet, y se dirigió para allá, mientras que la capitana, quien también quería capturar al espadachín, se fue por otro camino. Hollie usaba como arma una naginata, lanza de hoja larga y con ella corría por los pasillos de la base, sin parar a pensar cómo iba a dar con el “Leather Rebel”.
Con lo que no contaba Yoichi, o al menos no se había dado cuenta, era que Makoto ya conocía la base. Así, la joven guió a Fuu y a Shinta por los pasillos de la misma, derrotando a numerosos marinos. Aunque la princesa y el tirador hacían lo propio, no se acercaban a la destreza y habilidad de la peliverde. Si entre los dos derrotaban a cinco enemigos, Makoto ya había hecho lo propio con quince o más. A Shinta le parecía ver un torbellino que arrasaba por los pasillos. Y así, el trío se acercaba cada vez más a la celda.
Un marine entró rápidamente a la oficina de Yoichi a informar lo que sucedía y el Contraalmirante entonces fue a ver a sus pantallas en la sala de control y se dio cuenta, con enojo, que el trío liderado por Makoto se encontraba a sólo dos pasillos de la celda donde estaban encerrados Natsuki y Osore. El oficial regresó lo más rápido que pudo a su oficina y ahí encontró, como siempre a su asistente, impávido como una estatua.
–Mr. Steel, acaba con los piratas que llegarán a la celda ocho, ¡mátalos! –y el extraño hombre, con la máscara de acero cubriendo su cabeza, reaccionó. Era como si hubieran activado una máquina. Salió, atemorizando a un par de marines que estaban en el pasillo. No era tan alto como Yoichi, pero sí en comparación a los soldados normales y su aspecto, con el rostro cubierto, hombros anchos y movimientos toscos, aterrorizaban a los jóvenes que había por allí. Mr. Steel era el encargado de hacer el trabajo difícil que le tocaba a Yoichi, quien, simplemente, era un vago.
Makoto se abría paso por los pasillos de la base, con Fuu y Shinta cuidándole las espaldas. Mientras la princesa utilizaba explosivos y proyectiles de acero, Shinta hacía el uso de un par de revólveres que tenían balas especiales, invención de Fubuki. La princesa sabía del dilema que el preadolescente tenía acerca de matar personas y había creado una especie de dardos paralizantes. Si se acababan, el tirador tenía balas verdaderas, y trataría de dispararlas donde no hicieran daño letal, pero prefería no arriesgarse.
–¡Es por aquí! –viró con rapidez la peliverde y cerca del final del pasillo que acababa de tomar, estaba una puerta, pero custodiada por casi una decena de marines que habían ido a ese lugar, intuyendo que los piratas se dirigirían a liberar a sus compañeros.
Pero eso no fue problema para Makoto, quien sin ayuda de sus dos compañeros, se deshizo de los guardias, muchos de ellos sin pelear por el miedo que sentían. La peliverde no encontró ninguna llave e intentó abrir la puerta a golpes, pero Fuu la detuvo. La princesa le mostró que, en ocasiones, es mejor usar el ingenio que la fuerza y colocó uno de sus explosivos en la cerradura. Inmediatamente después, del oscuro interior de la celda, salió Natsuki quien abrazó a sus amigos. Luego, apareció Osore, a quien Fubuki le entregó su arma, no sin antes hacerle una indicación.
–Osore, tu ojo... ¿Te han golpeado antes de encerrarlos?
–No, Natsuki lo hizo.
–Pues él quería tocarme –replicó la navegante.
–Yo sólo quería abrazarte pequeña, para que no tuvieras miedo.
–Sí, qué conveniente –suspiró Makoto sin faltarle ganas de darle un golpe a Osore. Todo fue interrumpido por el sonido de pasos que se acercaban. Seguramente venían más marines y era necesario salir de ahí.
–Debemos dividirnos –les dijo Fuu– un grupo debe seguir haciendo escándalo y el otro tiene que recuperar el barco –y así, Makoto fue con Shinta y Natsuki a buscar algún cuarto de control que ella recordaba para tratar de encontrar algo sobre dónde podría estar su padre, mientras que Fuu y Osore buscarían la forma de tomar nuevamente el control del Steeler. Deseándose suerte y exigiendo cuidado a los demás, se despidieron momentáneamente.
Por su parte, Blaze y Jet trataban de causar el mayor alboroto al derrotar a todo marine que se encontraran. El espadachín también buscaba alguna posible celda en la que se pudieran encontrar Natsuki y Osore, mientras que el capitán sí confiaba en la peliverde y se dedicaba a destruir, simplemente. Mientras Blaze bajaba, Jet subía, pues la base tenía algunos niveles.
El grupo de Makoto se acercaba precisamente al cuarto de control, pero en el camino, inevitablemente debía toparse con quien los estaba buscando. Cuando Makoto dio vuelta para tomar una nueva dirección, salió rebotada al chocar con algo. Tras frotarse el rostro vio hacia arriba y se dio cuenta de la figura que había allí. No se asustó, pero sí se sorprendió al ver a Mr. Steel. Incluso los marines que perseguían al trío, se detuvieron y dudaron sin seguir acercándose a ese extraño hombre.
–Váyanse... –les ordenó y ellos obedecieron. La voz de Mr. Steel era como si viniera desde el más allá, pero a la vez, sonaba humana. Makoto no sabía quién era esa persona, pero sí supo que no se trataba de cualquier marine, por lo que hizo retroceder a Natsuki y a Shinta.
–Yo me encargo de él –afirmó y se coloco en posición de pelea. Su pierna izquierda estaba estirada y sólo su talón tocaba el suelo, mientras que la derecha la tenía totalmente flexionada, como si estuviera sentada– el leopardo acabará contigo –le dijo a su enemigo y lo atacó de forma rápida y directo a las piernas, pero a pesar de golpearlo, no pudo hacerlo caer y estuvo cerca de llevarse un buen golpe de parte del marine. La idea de golpear rápido en numerosas ocasiones, no estaba funcionando, así que intentó utilizar el resto de sus técnicas, incluyendo el puño de la serpiente y de la grulla. Tan sólo le quedaban las técnicas del puño del tigre negro, pero temía que su poder no fuera suficiente para derrotar a ese hombre, que parecía resistir cualquier ataque. Por si fuera poco, ella había ya recibido algunos golpes, que no eran poca cosa debido al poder de ese sujeto.
Natsuki quiso ayudar a su amiga, haciendo crecer, pero pronto se topó con el techo, el cual no era de un material normal y que limitó lo que podía incrementar su tamaño. Mr. Steel aprovechó para propinar un golpe a la joven y derribarla.
Makoto, enfadada, adoptó entonces otra pose, dispuesta a defender a Natsuki a costa de lo que fuese –no te atrevas a lastimarla a ella, o a alguno de mis amigos. Voy a acabar contigo, el tigre negro va a derribarte y hacer pedazos esa máscara.
Shinta notó el énfasis en las palabras de Makoto, cuando ella dijo “mis amigos”. Por alguna razón, la veía un poco más fuerte que hacía unos minutos y, sin saber por qué, creía en su victoria.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 44 (Piratas vs Marines):
- Spoiler:
- Mientras tanto, Jet era detenido en su camino. De inmediato pudo reconocerlo como un buen rival y su mano fue rápidamente a su katana. El Contraalmirante Kazuhiko había logrado su primer objetivo y tenía frente a él al hombre que quería derrotar. Pero primero quería saber algunas cosas.
–Déjame saber algo –le dijo sonriendo– ¿eres tú el pirata que escapó del barco de Ayaka? –preguntó. Jet dudó en responder, y lo que más le llamó la atención, fue la naturalidad con la que ese oficial hablaba sobre la rubia.
–¿Qué sucede si es así? –respondió finalmente, sin percatarse de que sus palabras podrían tener repercusión en la capitana.
–Bueno, no sólo es extraño que escaparas de su barco marine, sino que también sepas su nombre –le dijo Kazuhiko– no pareciste dudar cuando te la he nombrado –Jet no mostró sentimiento alguno. Ya estaba con su espada desenfundada y en una pelea de espadachines, no estaba dispuesto a dejar sus emociones al descubierto– pero debes saber –continuó el oficial– que ella será severamente castigada por haber tenido esa falta.
El pirata respondió con un ataque que fue bloqueado por la Wakizashi de Kazuhiko, una espada pequeña para alguien que quería iniciar una pelea.
–No lo entiendo –decía Kazuhiko mientras se producía el choque de espadas– ¿fue acaso por piedad? Porque un descuido en ella no es normal –y el duelo continuó. La defensa de Kazuhiko era bastante buena, pero a su vez, el ataque no era su fuerte. Aun así, Jet sabía que no se estaba enfrentando a un espadachín cualquiera, pues no podía adivinar sus movimientos al tratar de leer sus emociones.
–¿Ella es linda, no? –seguía el oficial hablando sobre Ayaka– es muy rígida y controlada, pero eso es por fuera. Puede llegar a ser lo contrario cuando está en la cama –y el pirata no resistió más, perdió un poco el balance y atacó sin orden y cuidado, enfadado, por lo que, en el contrataque, recibió un corte, no muy profundo, pero peligroso en el pecho– ¿así que era eso? –preguntó Kazuhiko, quien disfrutaba ver la sangre de su rival en su arma– ¿te gustaría tenerla desnuda en tu asqueroso barco pirata, verdad? ¿Para hacerle el amor una y otra vez, no? No te culpo, se ve muy bella sin ropa –y sin perder su semblante tranquilo y arrogante, Kauzuhiko seguía haciendo enfadar a Jet, al saber que él sentía algo por Ayaka.
A su vez, Fuu y Osore eran interceptados por Hollie, quien no había encontrado a su objetivo, por lo que tenía prisa. El médico vio el tipo de arma que la capitana usaba, por lo que sabía que eran rivales naturales.
–No tengo tiempo qué perder con ustedes, pero si son la tripulación de ese “Leather Rebel” es mejor que se preparen para ser vencidos –advirtió la pelirroja y se lanzó al ataque. Osore no pasó muchos problemas para bloquear los ataques de Hollie, pero cuando él pasó a la ofensiva, no estuvo ni cerca de dañarla y fue cuando ella aprovechó para contraatacar y hacer un corte y propinar un golpe al pirata.
Fuu estaba expectante. Quería atacar por sorpresa a la oficial y darle algo de ventaja a su nakama, por lo que esperaba el momento adecuado para hacerlo. Osore continuaba intentando dañar a Hollie, pero era como si ella bailara a la vez que evitaba cualquier ataque. Ahí fue cuando Fubuki lanzó una esfera del tamaño de una naranja en dirección a la oficial. La pelirroja vio por un momento a la princesa y luego avanzó, dio una estocada al proyectil, pero alcanzó a ponerse adelante del mismo y enviarlo hacia atrás. Un segundo después de que había sido tocada, la esfera estalló, cubriendo las paredes de una sustancia pegajosa que formaba una especie de telaraña.
–Una pirata lista, ¿quién lo hubiera dicho? Y bastante, diría yo, pero no te funcionará conmigo. Eso sí, ahora tengo más ganas de ver quién se esconde detrás de ese velo –le dijo Hollie, sonriente como siempre, mientras Fuu no podía contener su sorpresa por ver la anticipación de la capitana.
–Eso no es normal –le hizo reaccionar Osore– ella está prediciendo todos mis movimientos. Pensé que en realidad era muy rápida y yo no me daba cuenta, pero ahora veo que no es así. Hace algo raro, es como si supiera lo que vamos a hacer con anticipación.
–¿Así que no conocen la Ambición? –preguntó la pelirroja– yo nací con el Color de la Observación, desde niña lo he tenido y he estado desarrollándolo hasta ahora, pero por sus expresiones, puedo saber que no tienen idea de lo que estoy hablando. No importa, porque no volverán a ver la luz del sol cuando los capture –afirmó y volvió a ponerse en posición de ataque.
El único que no había encontrado enemigo hasta ese momento era Blaze. El capitán, a sabiendas que poco a había hecho para llamar la atención en exceso, tomó a uno de los marines que había vencido y preguntó por la persona más fuerte de la base. El chico de acero estaba dispuesto a hacer algo grande y tal vez así podría obtener alguna recompensa por su cabeza. Luego de mucha insistencia, el pobre recluta mostró el camino a Blaze rumbo a la oficina principal de la base, donde se debía encontrar Yoichi, por lo que el pirata fue rápidamente hacia allá, llevándose a rastras al joven marine.
Al llegar a la oficina, el pirata esperaba sorprender al oficial, pero el lugar estaba vacío. Yoichi había, finalmente, perdido la paciencia y decidido entonces, que él mismo podría ir a acabar con los piratas. Por desgracia para él, los tamaños de algunos de los pasillos, le hacían imposible llegar rápido a donde quería, ya que debía rodear por otro lado de la base.
Algo decepcionado, Blaze comenzó a hurgar entre los libreros –tal vez encuentre algo de valor –se dijo para sí mientras soltaba de su camisa al recluta, quien se quedó sentado en el suelo, sin saber qué hacer. El pirata llegó al gran escritorio y empezó a abrir los cajones, y lo único que consiguió fue un anillo de oro; sin embargo, antes de cerrar el último compartimiento, vio algo extraño y lo tomó con la mano. Parecía una Log Pose, pero tenía algo distinto.
–¡Oye! –le habló al marine– ¿qué es esto? –señaló el objeto. El chico se levantó con algo de temor, pero finalmente se acercó.
–Pues eso, es una Eternal Pose –dijo con algo de duda y sorprendido de que Blaze, siendo un pirata, no conociera dicho objeto.
–¿Y cuál es su uso?
–Sirve para viajar a la isla a la cual pertenezca esa Eternal Pose. Nunca cambiará su dirección.
–¿Quiere decir que esta Eternal Pose siempre va... –miró Blaze por un momento el objeto– ...a apuntar hacia Water 7? –preguntó y el todavía temeroso marine asintió. El capitán pirata pensó que esa brújula podría ser de utilidad y la guardó consigo, antes de salir para seguir buscando a Yoichi.
Makoto comenzó a atacar a Mr. Steel nuevamente. Esta vez parecía más rápida y sus golpes más poderosos. El marine apenas podía resistir sus embates. La chica entonces atacó las piernas de su rival, abrió los brazos y giró sobre ella para derribarlo y cuando éste caía en el suelo, una patada en forma de guillotina lo golpeó en el vientre. El hombre intentó levantarse, pero fue derribado nuevamente por más ataques de la joven, quien le estaba dando verdaderamente una paliza.
–Ahora sólo falta quitarte esa máscara, te enseñaré que no puedes dañar a mis amigos cuando yo estoy presente –le amenazó Makoto y antes de que Mr. Steel pudiera responder, vio como un tigre estaba saltando sobre el y con sus dos garras atacó su rostro, haciendo añicos su careta finalmente. Makoto estaba por atacar de nuevo cuando, al levantar su puño, vio el rostro de ese hombre y quedó congelada. Él tenía sus ojos desorientados, como si hubiera despertado de un largo sueño.
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Capítulo 45 (La identidad de Mr. Steel):
- Spoiler:
- Shinta se acercó a Makoto al verla en un estado completamente diferente al de hacía sólo segundos.–¿Qué sucede? –le preguntó. Ella guardó silenció durante unos segundos, tragó saliva y finalmente respondió.–Es... él es mi padre –dijo. Shinta observó entonces el rostro de ese hombre, quien ya sin la máscara lucía como un individuo normal. Estaba desorientado y abría y cerraba sus ojos una y otra vez. Makoto no estaba del todo segura, pero se agachó y vio frente a frente el rostro de Mr. Steel. Unos segundos después, él reaccionó.–¡Hija mía! –se levantó para abrazarla. La joven dudó un momento, pero pronto supo que ese abrazo era el mismo gesto tierno que su padre tenía siempre con ella y correspondió entonces, antes de que, de sus ojos, corrieran lágrimas en gran cantidad.–En verdad eres tú...Tras minutos de abrazos, Hideyoshi explicó lo que había sucedido durante los dos años en que se había separado de Makoto. Al caer derrotado ante Onigumo, esperaba su propia muerte, sin embargo, fue solamente capturado. Estuvo así durante cerca de dos meses hasta que fue liberado y llevado a los Cuarteles Generales de la Marina. Algunos médicos le hicieron muchas pruebas físicas y biológicas hasta que un día, mientras dormía, fue llevado hasta un laboratorio donde le fue colocado el casco de acero color plateado que llevaría hasta hacía sólo unos minutos.–Luego de eso, ya sólo recuerdo algunas cosas, pero esos momentos eran como si estuviera atrapado en un cuerpo que no me obedecía. Creo que hacía mucho que no tenía uno de esos momentos, tal vez había perdido mi conciencia totalmente –decía él, desconcertado. Luego de abrazar a su padre nuevamente, Makoto recordó que debían escapar de ese lugar y por ello, tenían que recuperar el barco. Hideyoshi tuvo entonces una idea. Para atraer la atención de toda la base, se podía ir a la sala de controles, la cual, debido a la complejidad de sus instrumentos, era fácil de hacer estallar.–¿Eso es cierto? –cuestionó Natsuki.–Yo ayudé a construir esta base, así que sé algunos detalles, pero es mejor que ustedes vayan por el barco y yo los veré allá.–¡No! –replicó Makoto– no quiero separarme de ti ahora, papá. No ahora que nos hemos vuelto a ver.–Makoto –colocó él sus manos en los delgados hombros de la joven– ya tienes dieciocho años.–Diecinueve –corrigió ella sonriendo levemente.–Sí, no estoy muy al tanto del tiempo que ha pasado, pero tengo que ayudarte a ti y a tus amigos que te han ayudado a llegar hasta aquí. Confía en mí y pórtate como lo que eres, una muchacha fuerte y madura –Makoto sólo asintió a las palabras de su padre y lideró a sus dos compañeros para regresar a donde se encontraba el Steeler; sin embargo, se detuvo por un segundo.–Sólo dime quién te hizo todo esto.–No lo sé con seguridad hija mía, pero al parecer, el único que puede es el famoso Doctor Vegapunk –respondió Hideyoshi antes de ir hacia la sala de controles. Natsuki instó a Makoto a seguir con su camino.El combate entre Jet y Kazuhiko era cerrado. La defensa del marine era buena, pero el pirata había podido dañarlo en par de ocasiones, en un brazo, el izquierdo, y en el vientre, aunque esta última herida era superficial. Por su parte, Jet, sangraba en dos lugares de su pecho, y además había sido atacado con éxito en su pierna izquierda. Lo que más cuidaba el pirata, era otra arma que había detectado en el oficial, una katana escondida al parecer. Kazuhiko había felicitado a su rival por darse cuenta, pero eso no evitaría, según decía él, que iba a capturarlo ahí.–Ayaka tendrá que ser castigada por haberte dejado escapar, aunque tal vez sea piadoso, puede que la encierre en tu misma celda para que puedas estar con ella, claro está, después de que pase la noche conmigo.–No encerrarás a nadie –aseguró Jet y siguió atacando, de distintas maneras, tratando de que lo que Kazuhiko decía no le afectara; sin embargo, por un momento se olvidó del arma escondida e intentó utilizar el “colmillo veloz” lanzándose con su espada al frente como si fuese una estocada. La movida fue rápida y aunque la wakizashi del marine no pudo detener del todo la katana del pirata, ésta sólo dio en el hombro izquierdo, enterrándose un poco en la carne. Kazuhiko soportó el dolor y sacó con velocidad su arma escondida, pero el ataque no fue dirigido hacia Jet, sino a la espada de éste.–¿Qué es eso? –se alejó el pirata tras la acción anterior. El arma de Kazuhiko no era otra espada, sino una barra delgada, pero sólida de un material extraño de un color oscuro.–Lo que debería importarte es lo que le ha pasado a tu katana –sonrió el marine. Jet sabía que su Kangaishii había sufrido un notable daño con ese golpe y que tenía ya cuarteaduras, pero esperaba que el marine no lo notara; se había equivocado. Y es que los ataques de Kazuhiko con su wakizashi, estaban dirigidos a lastimar la espada del pirata.–Eso no es una katana, ¿es que acaso no eres un espadachín? –bufó Jet, sabiendo que sus opciones se terminaban.–Cuando nos enfrentamos a ustedes, sucios piratas, no importa el modo, sino el resultado –le dijo y luego le mostró a primer plano aquella extraña barra– esto es kairouseki, un mineral muy duro, que también sirve para atrapar a bastardos con poderes de Frutas del Diablo, ya que les nulifica sus habilidades.Osore seguía siendo vencido por Hollie, quien ya le había herido ambas piernas y lo tenía a su merced. Fuu había querido intervenir pero no había podido hacer mucho, era cuestión de tiempo para que la capitana los apresara y fuera por su objetivo inicial, Jet.–¿Éste es tu poder? Espero que no te hayas contenido sólo porque soy mujer, odiaría eso –le dijo Hollie lista para dar un golpe final.–No creas que no lo pensé, yo soy un “Neon Knight”, soy un gentleman que brilla por su caballerosidad –respondió el peliazul levantándose lentamente– pero tú intentas hacerle daño a nuestra princesa, a nuestra pequeña y también a Makoto, y eso no podía permitirlo, al menos era mi plan, pero debes saber que me estás venciendo de forma pareja.–Osore... –Fubuki, quien siempre tenía un plan, esta vez no podía pensar en algo para al menos poder escapar. Hollie se disponía a vencer al médico de una vez por todas, cuando una enorme explosión se escuchó detrás de ella. La capitana pudo sentirla antes de que sucediera, pero no dejó de sorprenderla y por un momento se preguntó si aquel “Leather Rebel” sería causante de ese desastre. El momento de desconcentración le dio tiempo a Fuu para ayudar a Osore a levantarse y ambos escaparon lo más rápido posible. Hollie se dio cuenta y aunque los dos ya habían dado vuelta en una intersección podía saber hacia dónde se dirigían por lo que siguió sus pasos; con lo que no contaba la pelirroja, es que la princesa había utilizado su restante esfera pegajosa para ponerle un obstáculo en la pared. No pasó mucho tiempo antes de que comprendiera que no podía pasar tan fácilmente y que ocuparía los mismos minutos en acceder por ese pasillo en buscar otro camino, por lo que hizo esto último.La explosión ocurrió justo abajo de donde Jet y Kazuhiko tenían su duelo lo que los dividió en una enorme grieta. El pirata vio hacia abajo y notó un totalmente destruido cuarto con máquinas. Pensó por un momento la situación y recordó que la prioridad de la misión no era derrotar a los enemigos, sino cargar el Log. La explosión en cierta forma lo había ayudado y tragándose su orgullo, escapó. De cualquier forma, sabía que no podía ganar con una katana en ese estado. Kazuhiko no hizo un intento demasiado esforzado por seguirlo, pues cuando vio que se había escapado de su alcance, decidió bajar a la sala de control. Sabía que alguien la había destruido y mejor se dispuso encontrar al culpable, lo mismo que Yoichi, que regresó a toda velocidad del camino que había tomado rumbo al Steeler.Blaze tuvo el mismo pensamiento de Jet y también se dirigió a escapar junto al barco por lo que los tripulantes tuvieron la suerte de encontrarse todos en los muelles bajo techo, pero Makoto se detuvo. Sabía que la explosión había sido obra de su padre y quería ir por él, ayudarle a escapar.–Perdóname Natsuki, debo regresar, aunque trataré de escapar finalmente con ustedes –le dijo a la navegante y corrió en dirección opuesta a los piratas, derrotando un sinnúmero de marines a su paso. Natsuki quería ir a ayudarle pero fue detenida por su capitán.–Yo iré con ella, no dejaré que le pase nada, ustedes tengan listo el barco para irnos –les mandó Blaze y fue a seguir a Makoto.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 46 (La huida del G-12):
Extra 5:
- Spoiler:
- Sin ninguna prudencia, la peliverde se acercaba a toda velocidad al lugar de la explosión y al dar vuelta por uno de los pasillos, de los cuales todavía salía algo de humo, vio, de espaldas, al enorme Yoichi quien apenas podía caminar por ese lugar con su tamaño. Por delante de él, estaba Hideyoshi, recibiendo una paliza del marine y casi inconsciente. Makoto llamó la atención del Contra Almirante e intentó atacarlo, pero un golpe de ella sólo hizo retroceder a Yoichi y éste estaba listo para aplastarla de un solo puñetazo.
Makoto esquivó el primer golpe, pero no esperaba tal velocidad para un hombre tan grande y estuvo a punto de ser hecha pedazos; sin embargo, el que recibió el impacto fue Blaze.
–No te preocupes, después de todo, estos golpes no me hacen daño, pero debo decir que su poder es bastante grande –decía el pirata mientras se levantaba del lugar donde debió haber quedado aplastado.
–¡Chico, llévatela de aquí! –le pidió Hideyoshi a Blaze– yo entretendré a Yoichi.
–¡No voy a dejarte aquí, papá! ¡No ahora! ¡Prefiero morir junto a ti peleando!
–¡No digas tonterías! –le gritó él enérgicamente, como nunca lo había hecho– haz feliz a tu padre y vive ¡sigue viviendo! –luego de esas palabras, Hideyoshi reunió toda la fuerza que le quedaba y atacó a Yoichi derribándolo por un segundo. Aunque no fue un ataque de consideración, dio tiempo a que Blaze se llevara a Makoto, aun ante la resistencia de ella misma. Justo cuando ambos huían, detrás de Yoichi y Hideyoshi apareció la figura de Kazuhiko. Mientras los dos primeros forcejeaban, Kazuhiko no dudó, desenfundó su wakizashi y atravesó el pecho del enemigo, matándolo al instante.
Makoto y Blaze, quienes miraban de reojo en ese momento, no pudieron evitar ser testigos de tal acción y se detuvieron un momento.
–Padre... –y antes de que Makoto pudiera reaccionar, Blaze la cargó a su espalda y huyó con la mayor velocidad posible alejándose de ese lugar y dirigiéndose hacia donde se encontraba el barco. Justamente del Steeler caían algunos marines que seguramente estaban siendo lanzados por los piratas que intentaban recuperar el control del navío. Blaze vio a lo lejos como el ancla se levaba y dejó salir una sonrisa a sabiendas de que podrían escapar a tiempo. Makoto por su parte estaba resignada y sólo se dejaba cargar como si fuese un costal.
Ayudado por Jet, Blaze subió al barco mientras que Shinta disparaba a lo lejos, apuntando a un humillado Contra Almirante Yoichi quien nada pudo hacer para evitar el escape. Al mismo tiempo aparecía Hollie, pero ya demasiado lejos de donde podía hacer algo. Tuvo que conformarse con ver partir al Steeler.
Pero había otro problema para los piratas. Cuando Blaze bajó a Makoto de su espalda y Natsuki fue rápidamente a abrazarla, la navegante notó su Log Pose y cómo ésta seguía apuntando hacia el G-12. Sin soltar a su compañera, Natsuki se lo hizo saber al capitán.
–No hay problema por eso –respondió él, mostrando el Eternal Pose que había robado– según me dijeron, con esto no necesitamos el Log Pose, al menos hasta que lleguemos a la isla que dice aquí, “Water 7” –y aunque no estaban del todo seguros, siguieron esa ruta. Osore ya había escuchado de ese artefacto, pero ya que nunca se metía con el rumbo del barco pesquero donde había vivido por un tiempo, jamás le interesó. De igual forma, Fuu y Makoto habían escuchado del Eternal Pose, pero era la primera vez que veían uno.
Hollie, todavía en el G-12 se aprestó para seguir a los piratas aun con las órdenes de Yoichi de quedarse ahí. La pelirroja, cuyo log ya se había cargado, partió hacia la siguiente isla, pensando que también los piratas de Blaze habían seguido ese camino. La capitana había perdido la oportunidad de seguir teniendo un historial intachable, al contradecir a su superior.
–También es la hora de irme, aunque tal vez descansaré esta noche aquí –le dijo Kazuhiko a Yoichi, mientras ambos miraban el desastre que había en la base– no creo que debas ir a los Cuarteles Generales cuando tu base fue hecha trizas por unos meros piratas sin nombre. Lo mejor es que te quedes a reconstruirla, mientras que yo buscaré un mejor lugar para pasar el rato, aunque debo decir que me gustaría toparme de nueva cuenta con ese “Leather Rebel” –Yoichi tenía ganas de darle una golpiza a su compañero marine pero se contuvo y envió a los marines que quedaban sin ser derrotados a comenzar las reparaciones de la sala de control.
En el Steeler, tras limpiar sus lágrimas, Makoto se inclinó ante los piratas hasta que su frente pegó con la cubierta del barco.
–Gracias y lo siento –les dijo– fue mi culpa que casi nos mataran a varios, Jet tenía razón, debimos haber evitado llegar a esta isla, porque de cualquier forma, mi padre murió.
–Pero lo liberaste –se acercó Natsuki a ella y le levantó el rostro– y él se despidió de ti, te deseó que siguieras con vida. Pudiste verlo una vez más, además ahora no estás sola –le aseguró.
–¿En serio? –preguntó la peliverde– ¿entonces...?
–Yo vi cómo peleaste cuando lastimaron a Natsuki, sólo una nakama verdadera hace eso –le dijo Shinta adelantándose. Los demás asintieron a las palabras del tirador preadolescente.
–¿Incluso tú piensas lo mismo, Jet? –preguntó Makoto al espadachín.
–Pienso que eres de fiar –le dijo– aunque seguro serás una hermana problemática –y al decir esto, se retiró a la popa del barco. Natsuki seguía abrazando a la nueva miembro de la familia, mientras ella tenía una poderosa mezcla de sentimientos, pues su padre había muerto, pero era reconfortada por sus nuevos amigos. En la única en la que había confiado siempre era en Tara y ahora, de golpe, tenía todo un grupo de personas con las cuales compartir todos los días.
Blaze fue a alcanzar a su primero de a bordo a la popa. Lo vio lastimado, y quería saber cómo había sido su combate.
–Los piratas somos extraños, ¿no es así? –le preguntó Jet en cuanto le vio– todos ríen y le dan la bienvenida a Makoto, pero el paso por esa isla, no ha sido, para nosotros, más que una derrota total –afirmó mientras veía su agrietada katana.
Extra 5:
- Spoiler:
- La noche había caído y los piratas ya dormían tras el difícil día anterior; sin embargo, Makoto no era capaz de conciliar el sueño. Prefirió no molestar a Fuu, con quien en esta ocasión sí había compartido cama. Ataviada con un minishort deportivo y una blusa de tirantes, fue a sentarse en la barandilla del barco a observar la luna llena que en ese momento estaba en cuarto creciente, casi llena.
Apenas se percató que alguien más estaba por ahí. Jet salía de la cocina, pues había ido a tomar agua. Él se quedó viéndola un momento, la saludó sólo con la mirada.
–Siento lo de tu espada –le dijo ella.
–Yo siento lo de tu padre –respondió él, como una forma de decirle que su katana agrietada no era tan grave, aunque luego reaccionó, dándose cuenta de que no había sido el mejor comentario– yo… yo no pude despedirme de mi madre, ni de mis hermanas, no me dijeron últimas palabras, simplemente, se fueron –todo quedó en silencio durante más de dos minutos hasta que ella lo rompió.
–Todos tenemos nuestras historias en este barco, ¿no es así?
–Sí. Fuu, Natsuki, Shinta, también tienen su pasado. En cuanto a Osore, sé que lo tiene, pero nunca lo he escuchado. Por su parte, Blaze, es alguien muy extraño, no sé si tiene alguna historia que contar o no.
Makoto bajó de la barandilla y miró el barco de proa hasta la entrada de los camarotes, como si estuviera inspeccionando su nueva morada –Natsuki me dijo que tú y los demás serían mis nuevos hermanos, es algo raro, yo nunca tuve hermanos de verdad.
–Somos de verdad –le respondió rápidamente Jet– y me parece que tú y yo nos portaremos como hermanos más que comunes. Sólo recuerda que yo soy mayor.
–¿Ah sí? Pues eso sí lo voy a dejar pasar de largo –le dijo riendo– pero me da gusto que tú también me consideres tu hermana, tu nueva hermana. Siento que mi padre, de alguna manera, sabía que me dejaba en buenas manos con ustedes –comentaba mientras se tallaba su ojo izquierdo que estaba por derramar una lágrima– cuando Blaze comenzó a cargarme en su espalda, unos segundos antes de que llegara ese marine, mi papá sonrió. Era como si ya conociera a la tripulación y confiara en ellos ciegamente.
–Sí, Blaze tiende a causar una reacción de ese tipo –respondió Jet, antes de dirigirse a su cabina– y en cuanto a ese marine, voy a acabarlo cuando lo vuelva a ver, también lo haré por tu padre –y se retiró a dormir. Makoto, ya más tranquila, entró a los camarotes, abrió la puerta y encontró a Fuu en la misma posición que la había dejado. La princesa era muy tranquila para dormir y ello le permitió a la peliverde recostarse cómodamente.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 47 (El objetivo de Makoto):
- Spoiler:
- El Steeler había tomado un buen viento y avanzaba a toda velocidad con rumbo a Water 7, tal y como lo señalaba el Eternal Pose que ahora tenía Natsuki consigo. Ni ella ni el resto de la tripulación sabían cuánto tiempo tardarían en arribar a aquella isla, pero era un rumbo seguro y no tenían otra opción. De cualquier forma, Makoto afirmaba haber escuchado nombrar esa isla y estaba segura que no se encontraba demasiado lejos, al menos no en el Nuevo Mundo o algo por el estilo.
Esa misma mañana, la capitana Hollie arribó a un puerto no muy lejano conocido como Akron, pero no veía rastro de los piratas. Preguntó por todos lados pero ellos no habían llegado ahí. Con enfado, subió a la embarcación para tratar de dormir un poco luego de no haberlo hecho durante la noche. Se dio cuenta de que los piratas, o tenían en su poder un Eternal Pose o simplemente se perderían en el océano con tal de no ser capturados. Como marine, desechó la segunda opción y se puso como objetivo el capturar pronto a esa tripulación.
Pasaron tres noches más a partir de ese momento. Makoto estaba ya adaptándose a su nueva “familia”. Gracias a su gran vista, la joven había tomado el puesto de vigía y pasaba bastante tiempo en la torre del mástil principal. De cualquier forma, no había visto una isla en todo ese tiempo.
Tal mañana, como siempre lo hacía, Blaze buscaba el ave del periódico que tarde o temprano cada día lograba llegar hasta el Steeler. El capitán tenía la ilusión de ver algo sobre los Mugiwara, pero estaba perdiendo la esperanza; sin embargo, ésa sería la ocasión en que sabría acerca de sus héroes. Apenas tomó el periódico y vio en la primera plana de éste un acontecimiento peculiar. De acuerdo a los reportes, Monkey D. Luffy había vuelto a Marineford, pero no solo, pues el ex miembro de Ouka Shichibukai, el gyojin Jinbe, así como el “Rey Oscuro” Silvers Rayleigh, le habían acompañado en un extraño ritual que terminaba con una especie de reverencia, escena que había sido capturada en una fotografía. Por más que intentaba, Blaze no podía encontrar sentido a esas acciones.
–Lo que hicieron con la campana es una especie de despedida de año –le explicó Fuu, quien había escuchado sobre ese ritual– aunque también podría significar un cambio de era, de época o algo así. De cualquier forma, es una forma de dejar atrás algo.
–¿Crees que su tripulación se haya desbandado? –preguntó Jet quien se acercó a ver la noticia.
–¡De ninguna forma! –le afirmó Blaze, no enfadado, pero sí seguro de lo que decía– tal vez sea sólo una forma de despistar a la marina, o... –el chico de acero finalmente notó el tatuaje que el capitán mugiwara llevaba en su brazo– eso no lo tenía antes, ¡ya sé! Es un mensaje para sus nakamas, seguramente es una clave para el lugar donde deben verse o algo así.
–Opino que has leído muchas historias fantásticas, pero si tú quieres creer eso, adelante.
Cuando Blaze se volteaba para responder a su primero de a bordo, varias hojas cayeron del periódico. Pero no eran páginas de éste, sino que parecían venir aparte. Se trataba de las recompensas. Las cuales recogió Fubuki. La princesa comenzó a verlas una por una, eran cerca de 50 carteles con los rostros de villanos hasta que vio uno conocido, pero lo tomó con tranquilidad.
–Mira Jet, aquí estás de nuevo –le dijo Fuu. Él se volvió y se dio cuenta de que su recompensa no había subido, estaba igual, en 37 millones– ¡Y Makoto está aquí también! –se sorprendió la princesa al ver a su compañera; sin embargo, ella sí tenía una cifra diferente, pues en lugar de sus doce millones, ahora otorgaban 25 por su cabeza. Fuu sonreía mientras le daba su respectivo cartel a la arte marcialista, pero luego su rostro cambió al ver la siguiente fotografía. No había ningún nombre, sólo un apelativo, el cual era “Killer Princess” y la cifra era de 15 millones apenas, mientras que la imagen era de una joven con su cara cubierta, dejando solamente los ojos a la vista; era precisamente ella.
Fuu lució enfadada al inicio, más que nada por el apelativo, que la hacían parecer algún tipo de asesina, aunque su capitán lo hizo todo más fácil asegurando que a la marina le gustaba exagerar –un poco más y hubieras sido “Killer Queen”, habría sonado genial –reía el chico de acero mientras ella recuperaba su semblante tranquilo.
A continuación Fuu vio que el siguiente era su compañero Osore. Él sí tenía su nombre, pero además, al igual que Jet, tenía un apodo, el cual era “Neon Knight” y 18 millones como recompensa. Entre más veía carteles, más de sus nakamas observaba en fotografías. Pronto entregó su respectivo “wanted” a cada compañero. A Shinta, de 10 millones y a Natsuki de sólo 7 millones. Blaze estiró las manos esperando el suyo pero por más que Fuu buscó no lo encontró.
–Seguramente lo traerán hasta mañana Blaze, no te preocupes –trató Fuu de calmarlo.
–Pero si toda la tripulación está aquí, ¿por qué yo no? No tiene lógica –el capitán hacía un puchero, sin creer que de toda la banda era el único sin un cartel de recompensa.
–Es que no peleaste con nadie, “captain” –le dijo Natsuki sin pensar que era algo malo. Blaze simplemente lo tomó mal y prefirió irse a su camarote. Jet tenía planeado pedirle que le “fabricara” una katana provisional mientras conseguía una de verdad, pero tendría que esperar a que su sensible capitán se calmara.
Mientras tanto, Natsuki no pareció muy afectada por lo que había pasado con su capitán y en vez de eso fue con Makoto, quien había bajado de la torre para ver su cartel de wanted hacía unos minutos.
–¡Ma-chan! –la abrazó con entusiasmo, haciendo que chocaran contra la barandilla, aunque con suavidad– ¿la has pasado bien aquí? ¿verdad que estás feliz de haberte unido a nosotros? –preguntaba sonriendo– cuando lleguemos a la siguiente isla vamos a ir tú, Fuu-chan y yo de compras y la pasaremos muy bien.
–Tiene razón, la pasaremos bien –afirmó Fubuki– y sabes que estoy contenta de que estés con nosotros, pero creo que debes contarle a todos cuál es tu objetivo de quedarte en la tripulación, además de ayudarnos a seguir el viaje –la princesa sabía más de Makoto que los demás, al compartir la misma habitación con ella.
–Es verdad –puso Makoto rostro serio– por supuesto, no es nada malo, pero quisiera que lo supieran, porque ahora soy parte de este grupo, de esta familia –y al decir eso, volteó a ver con una sonrisa a Natsuki– cuando le pregunté a mi padre quién le había hecho eso, dijo que debía haber sido el Doctor Vegapunk. Quiero conocerlo, no por venganza, sólo quiero saber por qué, ¿por qué mi padre? ¿Por qué la marina hace ese tipo de cosas? ¿Por qué alguien con una mente como la de ese hombre, puede prestarse a esto? –decía mientras comenzaba a sollozar, al recordar a su padre.
–Y nosotros te ayudaremos a llegar ahí, ¿verdad? –preguntó Fuu a sus compañeros, quienes asintieron y afirmaron que los objetivos de cada uno, eran los de todos. Jet miró por un momento a Osore, esperando que, tal vez en ese instante tan propicio, finalmente contara su historia, pero no fue así.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 48 (Hambre):
- Spoiler:
- El viaje duraba todavía dos días más, y fue en ese momento cuando Blaze volvió a salir a cubierta. Su depresión había pasado por el momento y aseguraba que iba a conseguir una recompensa por su cabeza más grande que la de todos sus tripulantes juntos, por lo que sería temido en todo Grand Line.
–Como parece que ya estás de muy buen humor, te pediré un favor. Hazme una espada, como la que “fabricaste” cuando peleamos con Natsuki, ¿recuerdas?
–Puedo hacerla, pero recuerda que no soy un herrero y lo que pueda hacer, no tendrá nunca la calidad de una katana normal.
–No importa, es sólo provisional –respondió el espadachín.
–Como quieras, y pondré más empeño que en esa ocasión para que sea mejor y te sirva –el capitán, quien se veía algo cansado, comenzó a crear el arma de sus manos– ojalá en lugar de la fruta de acero, hubiera comido la fruta del alimento, nos morimos de hambre.
Tras tantos días en alta mar sin parar, incluyendo desde que habían salido de Kaprico, los alimentos estaban cerca de agotarse, por lo que Fuu había reducido las porciones de cada quien con el fin de que duraran lo más posible. De cualquier forma, el límite estaba cerca y lo situación podía ponerse insostenible. Incluso la siempre tranquila princesa estaba un poco de mal humor y pidió a sus nakamas conseguir algo de comida, ya fuera aves que volaran cerca o peces que pudieran atrapar alrededor del Steeler; pero no era fácil, pues sólo emplumados de tamaño pequeño estaban por ahí y los peces comestibles no se acercaban a la superficie estando cerca un barco tan grande y no era que los piratas tuvieran un gran conocimiento dentro de la pesca.
Pasaron dos días más y la comida finalmente se agotó, a pesar de los mayores esfuerzos de Fuu por hacerla rendir al máximo. Fuu y Makoto buscaban en la bodega para ver si algo se les había quedado sin que se dieran cuenta, pero lo único que encontraron había sido una patata partida a la mitad y que tenía algunos gusanos. Fuu la llevó consigo y la presentó a sus nakamas como el último alimento que restaba en el Steeler. Afirmó que, a pesar del aspecto de aquel tubérculo, seguía siendo comestible y que si alguien no aguantaba para nada el hambre, podía comerla, incluso aseguró que los gusanos serían una fuente de proteína valiosa en esas condiciones. Todos rehusaron en ese momento, a pesar de que varios de sus estómagos protestaron. La princesa también recomendó a sus compañeros que hicieran poca actividad y, que de ser posible, no se movieran mucho durante las próximas horas.
El primero que cedió al hambre fue precisamente el capitán. Se acercó a la cocina y finalmente entró, encontrando la patata aún con los gusanos. Si quería, podía cocerla y probablemente no pensaría mucho en los anélidos. Justo cuando iba a tomarla, el estómago de alguien más asomó con gruñidos en esa pieza. Blaze volteó hacia la entrada y vio a un Shinta avergonzado, pero que aun así no se separaba de la puerta; el chico de acero supo de inmediato que su tirador también se había rendido a su propio estómago, pero no era el único, pues detrás de Shinta apareció Natsuki. La navegante, en lugar de su siempre vivaz sonrisa tenía un rostro débil y marcado por su hambre. El capitán los miró a ambos un minuto y se dirigió a la salida.
–Es toda suya, no desperdicien nada –les dijo.
–Pero tú has llegado primero –con tono casi de disculpa, Shinta detuvo a Blaze antes de que ésta saliera a la cubierta.
–No puedo –respondió– como capitán, no puedo dejar que ustedes pasen hambre si aún hay algo de comida. Yo aguantaré hasta diez días sin comer de ser necesario –les sonrió orgulloso.
Y era cierto. No es que la tripulación hubiera tenido días sin comer, pero ya que las porciones eran tan pobres en las últimas comidas, el hambre abundaba en todos los tripulantes, y quizás el que más tenía era Blaze, pero no estaba dispuesto a mostrar debilidad. Makoto vio esa escena y le alegró que la banda tuviera un líder de ese tipo. Al inicio no estaba muy segura si él era el indicado, puesto que casi siempre la pasaba durmiendo y además parecía ser algo caprichoso y más sensible que lo necesario, pero finalmente lucía como un buen capitán. Eso le dio algo de energía para subir a la torre del mástil principal, pues quería avisar sobre la salvación de encontrar esa isla de Water 7, la cual incluso algunos comenzaban a dudar de si existía.
Makoto afinó la vista y no vio absolutamente nada. Se sintió decepcionada, pero a la vez le pareció bastante lógico. Se tumbó sobre el pequeño barandal de esa torre y sintió que iba a dormirse. De cualquier forma, se levantó, para tal vez intentar bajar o decidirse si debía quedarse ahí durante todo el día. Vio de nuevo hacia el horizonte y esta vez sí vio algo. Se talló los ojos y ya que no había nada ahí, pensó que había sido un espejismo; sin embargo era una ola la que parecía haberle tapado lo que ya había notado la vez anterior y cuando fijó su gran vista finalmente estuvo segura de que algo había a lo lejos. Reunió toda la fuerza que pudo y lo gritó a todos sus compañeros. Era como un milagro y todos parecieron olvidar su hambre por un momento. Shinta, quien se llevaba a la boca parte de la patata, escupía los gusanos que colgaban por su boca.
Desde la torre de vigía, Makoto fue viendo más claramente aquella isla. Al inicio había una torre de la cual parecía salir agua y poco a poco fue tomando forma hasta ver que eran muchas fuentes y que la isla parecía estar bastante poblada
–¿Qué dice esa Eternal Pose, Natsuki? –gritaba desde arriba una renovada Makoto.
–Ésa es la isla, apunta directamente hacia allá –respondió para la alegría de sus nakamas. Sólo Jet, que estaba en la popa del barco, tratando de no hacer ningún movimiento, no celebró efusivamente. Por alguna razón, el espadachín siempre estuvo seguro de que tarde o temprano llegarían a Water 7.
Así, pasaron un total de ocho días desde que el Steeler había abandonado el G-12 y lograba llegar a Water 7. La derrota venía a cuestas, pero la esperanza de un mejor porvenir no podía evitarse, siendo que ese lugar, en primer término, los salvaría del hambre.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 49 (Water 7):
- Spoiler:
- El tiempo que al Steeler le tomó llegar hasta Water 7 pareció una eternidad para los piratas, pero inevitablemente el navío arribó hasta un lugar parecido a un islote, el cual tenía entrada a la isla. Lo primero que hizo Blaze fue ir por algo de berries que tenía guardados en su camarote y así poder comer y comprar alimentos. Todos bajaron del barco con ánimos renovados y al entrar a la ciudad, no todos miraron lo particular que era. Sólo Fuu y Jet admiraron el peculiar estilo de construcción y los canales acuáticos que estaban por todas partes. Cerca de la entrada, había un restaurante. En cuanto los piratas vieron el letrero entraron desesperadamente y Blaze ordenó una montaña de comida que fue devorada con tintes de bestialidad dada el hambre que sufría el grupo.
Una hora después todos, hasta el último habían saciado su necesidad de comer. La cuenta fue alta, pero bien valía la pena. Para Blaze el pagar esa cantidad no le presentaba dificultad, e incluso, durante los días pasados, le parecía una broma de mal gusto tener dinero y no poder comer cuando tenían hambre. Además todavía le quedaba algo de oro.
Cuando la digestión hizo que los piratas pudieran levantarse de sus asientos, decidieron salir a explorar. Aunque Blaze y Fuu se separarían las primeras horas de los demás, para comprar las provisiones necesarias para continuar el viaje. De cualquier forma todos tendrían que viajar en Yagara hasta arribar a la parte gruesa de la ciudad. Así lo hicieron y fue cuando todos empezaron a sorprenderse del lugar en donde se encontraban. Desde las rústicas paredes de los edificios, pasando por los canales que controlaban el transporte de la isla, la fiesta y el aroma a incienso que inundaba muchos de los pasadizos de aquella mágica ciudad.
Tras un viaje corto hacia el centro de la isla los piratas salieron del Yagara y se encontraron en una plaza bastante grande, llena de gente que iba a un lado y hacia otro, como abejas que luchaban por depositar el polen en su panal. Blaze y Fuu estaban por despedirse cuando advirtieron que Jet miraba fijamente hacia otra dirección. Sus ojos apuntaban hacia la orilla de la plaza, donde menos personas se movían. Ahí estaba ella.
Llevaba un vestido casual un poco arriba de las rodillas, de color rosado con estampado de flores con tonos pastel, sandalias de piso sin tacón y usaba una sombrilla totalmente blanca. Además, tenía puesto un sombrero amplio, también blanco, con una banda azul cielo, y del cual parecían brotar sus rizos dorados que caían hacia su espalda y hombros.
–¡Ayaka! – le gritó Blaze antes de que Jet pudiera hacer algo. El capitán repitió el saludo y se acercó a la marine seguido por sus compañeros, siendo el último de ellos el espadachín. Ella sonrió levemente al reconocer a ese pirata que agitaba la mano mientras iba hacia ella.
–Hola Blaze –le saludó sin ser muy efusiva, pero visiblemente contenta. Sus ojos azules estaban tranquilos, cómodos, regenerados debido a las vacaciones que se había tomado– ¿esta es tu tripulación? –preguntó al ver a tan singulares personajes.
Natsuki se acercó con un rostro serio, extraño y pareció inspeccionar a la joven, mirándola desde distintos ángulos –¿así que tú eres la novia de Jet, no? –preguntó con algo de celos, como si estuviera probándola.
–¡Cállate Natsuki! –apareció el espadachín entre la navegante y la rubia quien sólo reía– ella no sabe lo que dice –afirmaba Jet mientras le tapaba la boca a Natsuki.
–Yo creo que debemos irnos de aquí –les dijo Blaze a sus compañeros, excepto, por supuesto, a Jet, a quien, sin mencionarlo, le instaba a permanecer con Ayaka– fue bueno verte, chica marine. Qué bueno que no moriste en la batalla contra Shirohige. Nos veremos luego –se despedía Blaze y era como una señal para sus nakamas quien junto con él se fueron alejando. Ayaka y Jet se quedaron solos en esa esquina de la plaza sin hablar durante casi un minuto.
–Perdona a mi tripulación –al fin él rompió el silencio.
–Se ve que te quieren mucho, no me extraña sabiendo lo que hiciste por ellos –la joven todavía observaba a los piratas perderse entre esa multitud– sobre todo esa chica, ¿es tu hermanita?
–Algo así, es extraño de explicar –respondió el espadachín quien comenzó a admirar el cuerpo de la capitana, ya sin estar enfundada en el rígido uniforme de la marina, así como sus labios en un tono mucho más fuerte que antes los había visto, ahora sí estaba maquillada para salir y pasear, no sólo para trabajar– te ves bien.
–Viniendo de ti, debe ser un gran cumplido –ella actuaba como si el beso que ambos se habían dado -o mas bien que Jet había robado- semanas atrás en el barco de la marina, nunca hubiera sucedido. Jet por su parte, actuaba con cautela recordando precisamente ese momento que no podía alejar de su mente desde que había advertido la presencia de la capitana en aquella plaza.
Finalmente ambos comenzaron a caminar juntos. Ayaka advirtió que debía volver en media hora pues estaba esperando a su subordinada Hanako, quien era gran aficionada a los libros y se encontraba en una tienda cercana eligiendo algunos volúmenes. Mientras tanto, Fuu y Natsuki trataron de escabullirse del grupo de Blaze para seguir a la pareja. La princesa lo hacía por curiosidad y por esa ansia de “chisme” que a veces no podía controlar, mientras que la navegante afirmaba no estar segura de que esa chica era la indicada para su “hermano mayor”; sin embargo ambas fueron detenidas por Blaze, quien no las dejó espiar por ningún motivo al espadachín.
Ayaka platicó a Jet sobre la guerra de Marineford, aunque omitiendo aquellos detalles que no podrían llegar a oídos de un pirata, mientras que él no reveló más que trivalidades; no contó acerca de las aventuras en Yuki o las otras islas, esto al menos hasta que la rubia notó la extraña arma del espadachín.
–La mía está rota –se detuvo un momento Jet al ver el acero semiforjado que Blaze la había fabricado. Ambos estaban en una calle empedrada que tenía de un lado edificios no muy altos, de dos o tres plantas, y del otro uno de los canales por donde Yagaras pasaban una y otra vez con carga o pasajeros– fue tu novio, él la hizo inservible con un truco poco honorable.
Ayaka duró un poco para asimilar lo que había escuchado y aunque se imaginaba quién era la persona de la que Jet hablaba, prefirió asegurarse.
–¿Disculpa? –preguntó, haciéndose la ofendida por lo que su acompañante había dicho.
–No recuerdo su nombre, sólo que él dijo que era tu novio –y Jet describió al sujeto como mejor lo recordó.
–Kazuhiko... –la rubia hizo un gesto serio y su rostro miró al suelo un momento– él y yo no tenemos ya nada que ver. Tal vez un tiempo así fue, pero no así ahora, no más. –Fue por poco que una sonrisa escapaba en el rostro de Jet quien apenas pudo esconder lo contento que lo hacía escuchar esas palabras de Ayaka, sobre todo porque parecían sinceras y con bastante desagrado para con el Contra Almirante. Él prefirió cambiar el tema y la plática entre ambos se alargó, mientras seguían caminando por las empedradas calles de la Capital de Agua. Unos minutos después, la sonrisa de Ayaka se borró del rostro.
–¡Es muy tarde ya! –dijo sorprendida– tenía que esperar a Hanako hace ya tiempo y me entretuve aquí –se detuvo de sus palabras de pronto, al darse cuenta de lo que había dicho– no quiero decir que haya sido tiempo perdido, sólo que tengo que irme. ¡Pero podemos vernos mañana, si es que ustedes no se van hoy, estaré temprano por la ciudad, cerca de aquí!
–Mañana está bien –respondió Jet. Ayaka se despidió y dejó ahí al espadachín mientras corría para regresar a la plaza donde ambos se habían encontrado. Él se desconcertó un poco por la actitud de ella, sobre todo al final. Ésa no era la Ayaka que él conocía, aquella rígida y decidida capitana de la marina; sin embargo, en ese momento pensaba que tal vez le agradaba más esta Ayaka. Una chica más jovial y que también parecía más sincera.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 50 (Yo soy una marine y tú un pirata):
- Spoiler:
- Ayaka llegó corriendo a la plaza y tras buscar en varias direcciones, vio a Hanako sentada en una banca, rodeada de dos bolsas, seguramente repletas de libros. Sonrió al ver que su asistente era tan disciplinada como ella.
–Perdona Hanako, me encontré una amistad y platicamos tanto que perdí la noción del tiempo.
–Qué raro, usted tiene pocos conocidos, ¿era marine?
–No –sonrió nerviosa la rubia– vivía en un pueblo en el que estuve un tiempo durante mi entrenamiento. Pero es mejor que volvamos al barco, se hará tarde –le pidió y Hanako finalmente aceptó comenzando a platicar acerca de los volúmenes que había conseguido en aquella tienda.
Jet por su parte regresó al Steeler donde no había todavía nadie. Ninguno de sus compañeros había llegado todavía y se dispuso a esperarlos. Con la vista clavada en el pasillo que llevaba de ese islote hacia la ciudad, aguardaba la llegada del grupo. No se preocupó de estar por horas en la misma posición, recargado sobre la barandilla, pues su mente se encontraba viajando hacia otro lugar. No fue sino hasta que escuchó un grito que advirtió que el resto de la tripulación estaba regresando al barco. Natsuki lo había visto desde lejos y agitaba su mano a modo de saludo. Él sólo sonrió.
Cuando todos llegaron al barco, el espadachín fue asaltado con preguntas por parte de la navegante y también de Fuu, pero ellas fueron interrumpidas por su capitán, quien las obligó a ayudarle a guardar la gran cantidad de víveres recién comprados, aunque lo hizo con toda la intención de que no molestaran a su primero de a bordo. Osore también fue a ayudar para que el trabajo fuera menos pesado para sus compañeras y se llevó a Shinta. Sólo Makoto se quedó en la cubierta junto a Jet.
–Tu rostro está raro –le dijo fingiendo desinterés total por él– te la has de haber pasado bien con esa chica, porque hasta estás sonriendo, mira que te ves hasta tétrico si me preguntas –ella mejor se retiró a descansar al camarote que compartía con Fuu antes de obtener respuesta de su compañero, quien sólo suspiró.
El resto de la tarde, que ya casi era noche, las tres chicas de la tripulación planearon el siguiente día, el cual sí consistiría en comprar ropa para ellas. Osore por su parte quería ir a buscar algunas chicas, pero como su intención era llevarse consigo a Shinta, Fuu pidió a Blaze que les acompañara. Jet ya tenía planes, por supuesto.
Y el espadachín fue el primero en levantarse al siguiente día y ponerse listo para salir a la ciudad nuevamente. Comenzó a caminar por las calles empedradas con sus manos dentro de sus bolsillos mientras su katana enfundada golpeaba levemente su pierna izquierda por cada paso que daba. Tras unos minutos de andar, llegó hasta la plaza donde un día antes había encontrado a Ayaka. Esta vez, no había tanta gente aún, pero el pirata no pudo ver a la rubia por ningún lado. Esperó, de pie, cerca de la orilla de la plaza con uno de los canales hasta que vio llegar una figura delgada, con su cabello atado en una coleta de caballo, una blusa azul cielo sin mangas, un pantalón de tela de jeans, pero de color blanco, entallado, hasta las rodillas, y la misma sombrilla del día anterior. A Jet le causaba extraña impresión verla de esa forma, pues si ayer había pensado que se veía juvenil, ese día, a sus ojos, era una chiquilla casi de la edad de Natsuki.
Al acercarse uno al otro se saludaron calladamente y la marine pidió que fueran a desayunar, incluso afirmó que ella pagaría, así que no debían preocuparse por el dinero. Al llegar a un pequeño desayunador, ella fue la que comenzó la plática relatando que sus vacaciones se agotaban justamente al día siguiente y debía partir esa noche de Water 7 para dirigirse a los Cuarteles Generales de la Marina y de ahí, de regreso al East Blue.
–¿Y ustedes cuánto tiempo estarán aquí?
–Supongo que lo que tarde en cargarse el log –respondió el pirata tratando de sacudirse la noticia de que la rubia debía partir– debemos llegar a Sabaody, el último lugar donde los Sombrero de Paja fueron vistos, pues Blaze quiere tener pistas sobre ellos.
Era la primera vez que Jet comía junto a Ayaka y ahí pudo darse cuenta de que el apetito de la capitana no tenía nada que ver con su delgada figura, ya que aunque comía con elegancia y modales, las cantidades eran mayores a las que él ingería, y no por poco. No quiso interrumpir demasiado a la rubia con comentarios sin sentido y prácticamente no habló más hasta que la comida se terminó. Ambos compartieron palabras simples y triviales al dejar el lugar y se dispusieron a caminar por calles más céntricas de la ciudad que las que habían andado un día antes.
Casi sin darse cuenta, a los pocos minutos, iban tomados de la mano. Mientras ella señalaba detalles en los edificios o sucesos en los canales, él sólo iba serio, pero no con su rostro duro y el seño fruncido como de costumbre, sino con semblante tranquilo y casi sonriente.
Ambos subieron hasta la parte más alta de la ciudad donde encontraron una enorme fuente al frente y el resto de la Capital de Agua a sus espaldas a la que voltearon a ver unos segundos después.
–Es una vista hermosa, ¿no? –preguntó ella. Él iba a responder, pero al no ocurrírsele nada, sólo asintió. No era su estilo decir cosas melosas o románticas. Sólo apretó un poco más fuerte la mano de la chica y se volteó a para verla a los ojos, cosa que ella imitó para, segundos más tarde, acercarse al rostro del espadachín. Él agachándose, hizo lo mismo y poco después ambos se besaban, por primera vez, bajo el consentimiento de los dos, no como hubiera sido la primera vez.
Sin embargo, mientras sus labios estaban unidos, Ayaka abrió los ojos, como si recordara o se diera cuenta de algo importante y se separó inmediatamente del pirata.
–¿Qué sucede?
–No es... yo no... –la rubia miraba angustiada al espadachín quien sólo estaba desconcertado– esto ha sido un error –dijo y huyó del lugar. Jet reaccionó un poco tarde, pero fue a seguirla, llamándole por su nombre en repetidas ocasiones para que se detuviera. Ella bajó varios niveles de la ciudad hasta que llegó a un pasillo grande, donde había poca gente, todavía en una parte alta de Water 7.
–¿Se puede saber qué he hecho ahora? –preguntó Jet con rostro de fastidio cuando finalmente la alcanzó.
–No es que seas tú, ni lo que hayas hecho. Es lo que somos y las diferencias que existen entre nosotros. Soy una capitana de la marina; tú eres un pirata con una recompensa. Nos acabamos de besar, ¿y luego qué sigue? ¿Quieres que sea tu novia? ¿Y cómo pretendes que pase eso? Soy una marine y tú un pirata –repitió con su rostro recio pero con sus ojos emocionados– ¿acaso pretendes que yo me haga una criminal y surque contigo los cinco mares? ¿o es que intentarás pedir perdón y hacerte un marine tú mismo y separarte de la vida de pirata para estar conmigo? Si tienes la respuesta para eso, dímela ya –pidió casi desesperada, pero luego desvió su mirada, que se había vuelto triste, un poco a hacia su izquierda –si lo que quieres es acostarte conmigo, sabes lo que siento, y podemos ir a una habitación y terminar con esto de una vez para ya no volvernos a ver nunca más.
–¡Sabes que no se trata de eso! –respondió él como si se sintiera insultado, pero a la vez, no sabía qué más decir, por lo que calló tras su contestación.
–Debo irme –le anunció con los vidriosos ojos de color, hermosos y azules como la superficie de mar adentro, alejado de tierra– cuando tengas la respuesta para lo que te pregunté al final, trata de verme. Mientras tanto, y cuando esté en servicio, ten en cuenta que, si son órdenes, tendré que atacarlos. Si llegamos a toparnos en circunstancias normales, los dejaré ir, como una muestra de mi aprecio a Blaze y mi relación contigo. Adiós –y ella se alejó, ya más tranquila, con paso firme. Había regresado a ser la rígida y disciplinada capitana de la marina. Se dirigía al hotel donde se hospedaba, donde seguramente Hanako estaría preocupada por ella. Decidida a dejar Water 7 y a reanudar las labores que su rango le exigía.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 51 (Ella lo quería escuchar):
- Spoiler:
- El carácter de Jet no le permitía exteriorizar demasiado sus emociones y parecía no afectarle demasiado lo que acababa de suceder, al menos así se veía por fuera. Comenzó a buscar con la vista el camino para ir hacia el barco, aunque no pudo hacerlo inmediatamente, pues no reconocía muy bien el rumbo. Luego de dar unas vueltas, afortunadamente para él, encontró a sus compañeras en una tienda de ropa. Vio desde el otro lado del canal de agua que estaba por ahí, que Natsuki le mostraba una minifalda a Makoto, quien negaba con todas sus fuerzas, y luego Fuu enseñaba una blusa la cual parecía agradarle más -pero no del todo- a la arte marcialista y vigía de la tripulación. La escena suavizó un poco el temperamento del espadachín y decidió esperar a sus nakamas afuera del establecimiento.
Cuando las tres salieron, se quedaron sorprendidas de ver al espadachín en ese lugar.
–¿Qué haces aquí, no te habías ido con tu novia? –preguntó Makoto, sin otro afán que el molestar a Jet.
–Sí, cuenta, cuenta, con detalles por favor –pedía Fuu alegremente. Pero Natsuki no dijo nada, y sólo se quedó viendo al moreno-pelirrojo un momento, deformando sus labios casi haciendo un puchero.
–¿No te trató mal esa chica, verdad? –preguntó un poco enfadada– porque si lo hizo, se las verá con nosotras. ¿Cómo se atreve a haberte rechazado?
–No se trata de eso Natsuki, te lo aseguro.
–Pues tu cara está rara –le afirmó ella, con sus brazos posados en las caderas y el seño fruncido– algo malo te ha pasado estando con ella –y ante la insistencia, Jet contó a sus compañeras parte de lo sucedido, haciendo énfasis entre las diferencias entre él y la capitana marine. De cualquier forma, se dejó la mayor parte de los detalles en el relato.
–No podemos estar juntos, es así de sencillo –dijo, echando a caminar por la calle de adoquín– además, no está dentro de mis prioridades, no importa ya.
Por alguna razón, Natsuki sabía que el espadachín mentía, aunque fuera levemente, pero decidió no presionarle más. De cualquier forma, Jet tuvo que acompañar a las tres chicas el resto de la tarde en sus compras y terminó siendo un carga bolsas y cajas. Durante el regreso al barco, el espadachín tuvo que esquivar las preguntas de Natsuki y también las de Fuu acerca de su “cita” con Ayaka. A Makoto no parecía importarle el encuentro de su compañero con la capitana de la marina.
Los piratas parecían tener absolutamente todo listo para irse, tan sólo el Log, que aún no se cargaba, los retrasaba, pero según les habían comentado, a más tardar a la mañana siguiente, éste se apuntaría hacia la siguiente isla.
Ayaka había regresado a donde Hanako temprano, tanto que ésta apenas se despertaba. No es que fuera perezosa, pero las vacaciones la habían hecho cansarse un poco en los últimos días y esa mañana había dormido hasta tarde. Justo cuando la capitana vio a su recluta levantarse le externó la decisión de volver al trabajo. A pesar de sus ojos somnolientos, en cuanto Hanako proceso la información en su dormido cerebro, se puso contenta y empezó a preparar todo para partir. Lo harían por la tarde en un barco pequeño que sólo ambas tripulaban. Ennies Lobby no quedaba muy lejos y aunque estuviera en reconstrucción, su puerta de la justicia todavía estaba en servicio y por ahí podrían arribar más rápido a Marineford para recuperar su barco y regresar con algunos hombres a East Blue.
Sin hacer ningún aspaviento, la capitana regresaba a sus labores y mientras tanto, los pensamientos de Jet estaban posados en ella. Tumbado en la popa del barco, incluso detrás del camarote de Blaze y de su propia cabina, prácticamente en la punta posterior del barco. Natsuki y Fuu se habían rendido finalmente y ambas veían sus ropas nuevas en la habitación de la princesa. Fue entonces Makoto la que dirigió palabra a Blaze, quien junto a Osore, enseñaba a jugar cartas a Shinta.
–Tu espadachín actúa raro “captain” –le interrumpió en su actividad– es mejor que veas qué le sucede, no querrás tener un guerrero con su corazón confundido.
Él no dijo nada y comenzó a buscar al espadachín, mientras Osore invitaba a Makoto a jugar a las cartas, aunque con una modalidad distinta. Ella se rehusó a quitarse la ropa cada vez que perdiera una mano y como respuesta golpeó en la cabeza al médico.
Blaze supo dónde encontrar a su primero de a bordo y le pidió que le contara lo que había sucedido con Ayaka. El espadachín se incorporó y miró hacia otro lado, como si fuera a ocultar tal suceso, pero el capitán sabía bien que su compañero iba a hablar.
–Ella tiene razón –habló al fin– nuestros mundos son distintos. Como ella misma me dijo, ¿acaso quiero hacerme marine? ¿O quiero que ella se haga pirata? No tiene sentido.
–¿Eso te preguntó?
–Sí, algo así.
–¿Y por qué no le dijiste que se hiciera pirata y viniera con nosotros?
–¿De qué hablas? Si le digo eso la hubiera hecho enojar.
–¿Estás seguro? –le sonrió el capitán– yo creo que hasta te hubiera ido mejor, tal vez era lo que ella quería escuchar –el espadachín se quedó mudo, con la boca abierta y por un momento pensó que había algo de razón en las palabras de su compañero, aunque no demoró demasiado en volver a su acostumbrado rostro.
–Como sea, ya no importa. Hemos de seguir el viaje y todo saldrá bien. Lo mejor será salir de esta isla cuanto antes –el espadachín se retiró de ahí, pero su humor era diferente, parecía ser el de siempre y ello tenía contento a su capitán. Cuando Blaze regresó al área cercana de la proa, vio que solamente Makoto estaba por ahí, viendo hacia el mar, aunque más bien hacia la nada, pues el capitán tuvo que hablarle en par de ocasiones para que reaccionara.
Blaze preguntó a su vigía por Osore y Shinta quienes parecían haberse esfumado del lugar. Ella respondió que los dos se habían aburrido y habían ido hacia la ciudad nuevamente hacía unos minutos. Así pues, ambos se quedaron platicando sobre cosas triviales y unos momentos después, Jet los acompañó, aunque sin abrir mucho la boca. Media hora después, Natsuki y Fuu salían de sus camarotes tras haber acomodado toda su ropa y todavía suspiraban por sus productivas compras.
Natsuki entonces advirtió que tanto Shinta como Osore regresaban al barco, y lo hacían realmente apurados. Ella iba a saludarlos efusivamente, pero la detuvieron.
–Aunque realmente me gustaría recibir tu cariño, pequeña, no hay tiempo para eso, debemos salir de la isla ya, en este instante.
–¿Qué sucede? –preguntó Blaze.
–Esa chica pelirroja, la capitana de la marina con la que nos topamos en el G-12, está aquí, en Water 7, ¡debe estarnos buscando! –al escuchar esto, Blaze quiso saber el estado del Log Pose, pero éste todavía no estaba cargado.
–No nos queda más que enfrentarla en la ciudad –afirmó Jet.
–Si hacemos eso –intervino Fuu– no tardarán en llegar refuerzos y entonces será más difícil irnos. Tampoco podemos escondernos, ella es muy lista, tarde o temprano encontrará el barco y no creo que no lo recuerde.
–¿Qué propones entonces? –le cuestionó Blaze, a sabiendas de la sagacidad de la princesa.
–Bueno, aún tenemos la Eternal Pose hacia este lugar, también tenemos bastantes alimentos para varias semanas. Lo que podemos hacer es zarpar en este instante, alejarnos de Water 7 durante unos días, tal vez una semana, y volver. Viéndolo fríamente, es la única forma en el que podremos seguir.
Los piratas estaban deliberando cuando Makoto, que tenía su vista de frente al estribor del Steeler, vio a un acorazado marine bordear la isla con dirección hacia donde se encontraban ellos. Su aguda vista pudo alcanzar a ver a alguien en la popa de ese navío, y aunque no le reconocía desde tan lejos, sí podía saber que había un cabello rojo.
–Es ella, debe serlo –afirmó Fuu.
–¿Cómo diablos nos encontró tan rápido? –Jet preparaba su espada “hechiza”.
–Es posible que nos haya notado a Shinta y a mí. Sé que no nos vio, pero ella tiene esa extraña habilidad.
–La llamó, “Ambición” – aclaró Fuu a Osore– ahora no nos queda otra alternativa que irnos.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 52 (El ataque de Hollie):
- Spoiler:
- Y así hicieron los piratas. Blaze, Jet y Osore se aprestaron a hacer uso de los remos, mientras que Makoto y Shinta abrieron las velas lo más rápido de que pudieron, aunque la acción no fue tan veloz como hubieran querido. Justo cuando el Steeler viraba para alejarse de Water 7, se escuchó el estruendo de un disparo, y segundos después, como si fuese un relámpago, un trueno, una bala de cañón se impactó en la popa del barco y los piratas vieron como el timón voló por los aires tras el ataque.
–¡No se detengan! –hizo Jet reaccionar a sus compañeros y el barco, aunque sin timón, más bien guiado por los remos, comenzó a ir más rápido. De cualquier forma, el acorazado de Hollie les daba alcance de forma rápida y pronto se escuchó un disparo más. Jet y Blaze trataron de reaccionar para ir hacia la popa pero el mismo Steeler respondió con otro cañonazo para desviar el que los atacaba. Su tirador, Shinta, había bajado para tener acceso al cañón posterior, uno de los cuatro que poseía la fragata y con ello había salvado, momentáneamente, al barco y sus tripulantes.
Blaze mandó a Jet, Osore y Makoto que siguieran remando, ayudando al viento que los empujaba. Mientras Natsuki y Fuu se encargaban del timón, él fue a la popa y se decidió a usar sus habilidades para defender el barco y a su tripulación. De ser necesario, usaría su cuerpo con propiedades de acero para detener los disparos.
Tanto el Steeler como el acorazado marine de Hollie, ya estaban algo alejados de Water 7 mientras seguían su refriega. Jet se aprestó a ayudar a su capitán a desviar las balas de cañón, que ya tenían dañado no sólo el timón, sino también la parte trasera del barco. Además, el navío marine estaba dándoles alcance poco a poco y no tenían modo de atacar, pues sus cañones no eran tan potentes. Su enfrentamiento con Hollie parecía inminente.
La refriega continuó por unos minutos y Water 7 dejó de estar en el horizonte, se habían alejado tanto que ya no era posible distinguirla y era el momento más crítico, pues la capitana preparaba ya su naginata para entrar en acción y era cuestión de uno o dos minutos en que ella misma pudiera invadir el Steeler. Además, tras ella, había decenas de marines dispuestos a acabar con piratas y muchos de ellos preparaban sus rifles, esperando por que llegara la distancia adecuada para poder disparar.
Jet, a pesar de tener una espada que no era una verdadera katana, pudo hacer un corte volador, pero fue fácilmente repelido por Hollie.
–Esto se ve muy mal, Blaze, ¿qué diablos vamos a hacer?
–No se me ocurre nada, sólo nos queda pelear –afirmó el capitán. Ninguno de los dos advirtió que Natsuki estaba detrás de ellos.
–Es hora de que yo haga algo –dijo, haciéndose notar finalmente. Sin que sus dos compañeros pudieran reaccionar, la navegante saltó del barco, pero al mismo tiempo que hacía su brinco, crecía gracias a su fruta. Hollie empuñó su naginata, pero desde el primer momento supo que no podía hacer nada, la jovencita seguía creciendo y con su brazo derecho apuntaba como guillotina hacia la proa del barco marine. La gravedad hizo su trabajo y la jovencita pudo aplicar la fuerza necesaria para hacer pedazos el acorazado. Hollie hizo lo más sensato, huyó junto a sus subordinados hacia la popa, esperando que, tras el impacto, los botes salvavidas pudieran utilizarse.
El acorazado fue partido en dos con facilidad, y aunque la popa comenzó a hundirse, Hollie y sus hombres pudieron escapar en cuatro botes que rescataron con rapidez. La capitana marine no podía con su rostro de decepción y sólo echó una mirada furiosa hacia wl Steeler mientras escapaba de su propio barco. No estaba enfadada con los piratas, sino con ella misma por no prever aquella situación. De nueva cuenta, esa tripulación se escapaba de sus manos.
Al mismo tiempo, Natsuki se hundía en el océano. Al caer al agua perdió control de sus poderes y regresó a su tamaño normal. Jet se preparaba para lanzarse al mar, pero alguien más se le adelantó. El espadachín detuvo su acción al ver “volar” a Osore hacia el agua. El peliazul nadó rápidamente y con gran estilo hacia el fondo y con una velocidad notable, llegó hasta donde su navegante seguía hundiéndose. La tomó en sus brazos y se impulsó de nuevo hacia la superficie. No pasó ni un minuto antes de que sus compañeros los vieran salir a los dos. El prácticamente cargándola, pues la joven estaba desmayada.
Justo en ese momento, todos escucharon la voz de Hollie a lo lejos:
–¡Esto no ha terminado, piratas! ¡Les seguiré la pista nuevamente y los atraparé algún día! ¡Cuando bajen la guardia, allí estaré yo para acabar con ustedes! –y así, el Steeler se alejaba lentamente de aquellas barcas, y pronto fue más veloz la marcha de la fragata, cuando se bajaron las velas.
Osore fue ayudado por sus compañeros para subir al barco junto con Natsuki, quien no demoró mucho en despertar y dar las gracias al médico.
–Nadas genial Osore, ¿dónde aprendiste a hacerlo así? –preguntó Fubuki.
–No es nada especial princesa –respondió él, extrañamente cohibido, al contrario de como siempre reaccionaba– me enseñó mi madre, al menos así podríamos decirlo.
Fue una respuesta extraña, pero tampoco daba pie a otra interpretación, por lo que nadie preguntó ya más. La principal preocupación era el rumbo. Sin timón, no era posible regresar a Water 7, o ir hacia donde el Log les indicaba, que era en realidad el G-12, pues no se había cargado hacia otro lugar todavía.
–¡No está! –gritó de pronto Natsuki atrayendo la atención de todos– la tenía aquí y... –se dio cuenta entonces que, al aumentar de tamaño y caer al mar, había perdido el objeto.
–¿Qué es lo que no está? –la inquirió Blaze. Ella bajó el rostro y sus ojos se tornaron llorosos. Apretó sus labios y demoró en responder, aunque finalmente pudo hacerlo.
–Eternal Pose... –sólo dijo y comenzó a sollozar– perdón, yo sólo quería ayudar.
–Y lo hiciste –la abrazó Fuu– de no ser por ti, quién sabe lo que hubiera pasado peleando contra esa capitana y su batallón marine –le dijo mientras los demás reafirmaban las palabras de la princesa, lo que hizo que la navegante se calmara finalmente.
Jet estaba por dirigirse a tomar los remos pero se dio cuenta de lo cansado que estaba. La adrenalina del combate había limitado su fatiga, pero en ese momento los brazos le temblaban, las piernas le pesaban y sus ojos se entrecerraban una y otra vez. Se puso de rodillas un momento esperando recuperarse un poco pero no le fue posible. Fuu, intuyendo lo que le sucedía a su compañero, se acercó a él y le tendió la mano para ayudarle a levantarse.
–Está atardeciendo y creo que todos estamos cansados, lo mejor es que descansemos –propuso la princesa.
–Eso estaría bien –le dijo Blaze– pero lo prudente sería no anclar aquí, Hollie no debe estar tan lejos y no dudo que decida, en un momento dado, venir tras nosotros.
–Shinta y yo nos quedaremos a hacer guardia unas horas entonces, es mejor que los demás vayan a descansar –dijo y ella y así hicieron sus compañeros. Antes de todo, Osore puso un rígido vendaje en la muñeca y parte de la mano derecha de Natsuki pues se había lastimado un poco debido al golpe que le había dado al acorazado marine. Blaze por su parte, fue el primero que se retiró a dormir y Makoto lo imitó, pues también se sentía cansada. Para Jet, no eran muchas las ocasiones en que tenía deseos de dormir, pero ese día era distinto a cualquier otro.
Así, Fuu y Shinta se quedaron a cargo del Steeler mientras el sol caía. Ella, teniendo en sus manos la Log Pose de Natsuki sólo para saber cuánto se alejaban de Water 7, estaba sentada en la barandilla del barco, cerca de la proa. El chico, por su parte, se quedó de pie, al centro del barco, mirando por un momento a su compañera y luego, al horizonte.
–¿Estás preocupado? –se volteó ella a decirle. La princesa mostraba una sonrisa ligera pero sincera en un rostro en el que brillaban sus ojos azules. Él no respondió nada, sólo miró atento su cara– esto es a lo que mi madre se refería, es algo que jamás viviría en mi isla. Todos son fuertes, yo debo serlo igual que ellos, y tú también.
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Capítulo 53 (Sin timón):
- Spoiler:
- De esta forma, el Steeler pasó varios días navegando a la deriva. La situación era distinta a la anterior en la que demoraron para arribar a Water 7, puesto que ahora tenían más comida, aunque también debían estar más alertas hacia todas las direcciones, pues no estaban siguiendo una dirección en específico.
Durante los primeros dos días, los piratas intentaron remar siguiendo la dirección del Log, pero pronto se dieron cuenta de que era inútil y abandonaron tal empresa. Fueron momentos en los que varios de ellos aprovecharon para conocerse mejor; de cualquier forma, Jet no pudo hacer que Osore contara su pasado. A pesar de que llevaba ya buen tiempo con ellos, no parecían saber mucho sobre él realmente.
Los días no fueron monótonos. Dos tormentas, una de ellas tal vez un huracán, según Natsuki y Fuu, se cruzaron en el camino. Representaron dificultades, pero el Steeler pudo superarlas. Para el quinto día desde la batalla con Hollie, el cielo estaba despejado y el clima parecía que no iba a tornarse peligroso, aunque siendo Grand Line, debían estar alertas.
Blaze tuvo la idea de que tal vez, con su acero, podría de alguna manera reparar el timón y se dirigió a inspeccionarlo. Makoto le acompañó y Fuu, que tenía algo de tiempo libre, fue con ellos. La peliverde fue quien, con destreza, bajó aferrándose a la madera de la popa, para inspeccionar el estado del timón. A su juicio, aunque estaba de alguna manera dañado, no estaba del todo inservible. Blaze pidió que alguien moviera el timón y esperó el juicio de su vigía.
–Se mueve bien –dijo ella desde abajo y luego subió con agilidad hacia la barandilla del barco– yo creo que tiene arreglo, si encontramos un carpintero competente, pienso que podrá dejarlo bien –afirmó y luego explicó, como pudo, la forma en que se movía lo que quedaba del timón.
–Si se puede mover sin problemas, tal vez yo podría arreglarlo –aseguró Blaze y preparó una de sus manos para hacer brotar acero. Por alguna razón, Makoto sabía que no era una buena idea, pero no podía pensar el por qué. Para su beneficio, Fuu también estaba por ahí.
–No es algo que debas hacer, Blaze – le dijo, tomándole del brazo– si Makoto juzgó bien, el timón aún sirve de alguna manera. Pero si tú intentas hacer un timón nuevo, podrías arruinarlo. La forma que le des podría no ser la adecuada. La fuerza de tu acero, cuando se solidifique, podría aplastar la madera existente y entonces el Steeler quedaría totalmente inservible para navegar. Sólo sería una enorme cosa flotante. Por supuesto, tú eres de los que se arriesga, y en muchas ocasiones tienes suerte, pero no olvides que llevas los destinos de tu familia contigo.
No podía cometer algún error, en eso tenía razón la princesa. El capitán lo pensó un minuto, aunque no se decidía. Natsuki lo animó afirmando que, seguramente (con pensamiento optimista, más que afirmando con seguridad), pronto verían alguna isla. Ello llevó a Blaze a tomar la decisión de esperar algunos días más. Si no se veía alguna forma de salvarse, intentaría reparar el timón con su acero.
–Creo que has hecho lo correcto –le dijo Fuu sonriendo– esperar será lo mejor.
Tres días más pasaron desde aquél. Un chaparrón cayó sobre el Steeler y poco más. Tal vez hizo algo de frío de pronto, pero no pasó demasiado tiempo antes de que volviera el calor normal. La situación se tornaba desesperante para algunos. Jet y Fuu trataban de tener calma, pero Blaze y Makoto no estaban tan tranquilos. Los demás tenían cierta ansiedad. A veces decían ver algo, pero al acercarse, no había nada. Tal vez sólo había sido una ola oscura o un animal grande saliendo del agua a lo lejos. Esto sólo les hacía gastar energías en remar.
El décimo día desde la batalla contra Hollie, Makoto se quedó a dormir en el puesto de vigía. Ese día, ni siquiera habían tirado el ancla. La desesperación había hecho pensar a los piratas que no tenía caso detenerse durante la noche, a pesar de los peligros de Grand Line. Fubuki no tuvo la mejor impresión sobre el asunto y pidió a su compañera de camarote quedarse afuera a vigilar: “no te pido que te quedes despierta toda la noche, pero estando afuera te será más sencillo escuchar algo, por si acaso. Luego te compensaré, te lo aseguro”, le había dicho.
Y, como casi siempre, el juicio de la princesa no estaba equivocado. No habían pasado más de dos horas en que los piratas se habían ido a dormir, cuando una Makoto que estiraba sus brazos, pareció notar algo a lo lejos, a estribor. Ya que el viento no soplaba demasiado fuerte, el Steeler andaba relativamente lento y un punto brillante apareció a la vista de la joven. Ella reaccionó y subió hasta la punta del mástil principal, un metro y medio, quizá, más arriba de lo que estaba la plataforma de vigía y entonces estuvo segura totalmente de sí había algo. Un luz titilante, tal vez una fogata.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 54 (Isla Kuuda):
- Spoiler:
- Makoto pensó rápido y lo primero que hizo fue ir a donde estaba el ancla, y, haciendo uso de toda su fuerza, la arrojó al mar, causando que el Steeler se detuviera. Luego de eso, se dispuso a despertar a sus compañeros. Jet fue el primero en salir, pues no estaba dormido aún, y al escuchar el ruido del ancla, había empezado a vestirse. Minutos después, ya todos estaban en cubierta y Makoto les señaló el lugar de dónde parecía provenir tal luz.
Jet subió a la torre de vigía, pero aseguró no ver nada.
–¡Ahí está! –le señaló ella enérgicamente al subir al mismo lugar y seguir viendo el punto luminoso– ¿acaso estás ciego? ¡Lo estoy viendo en este momento!
Al ver que se iba a producir una discusión, Fuu fue rápido por un objeto a su camarote. Regresó sin demora y se lo lanzó a su compañero espadachín. Era un monóculo, así que el chico lo utilizó para encontrar el punto. Le fue un poco difícil, pero Makoto lo dirigió y finalmente él también pudo verlo, aceptando que la vigía tenía razón.
Con un grito de Blaze, los piratas se pusieron a trabajar. Natsuki y Shinta subieron las velas mientras Jet, Fuu, y Osore tomaron los remos, y con ayuda de su capitán, pusieron en marcha la fragata ante las indicaciones de Makoto quien no perdía de vista la luz.
–Hay que aceptarlo, tiene una gran vista –le decía Jet a su capitán mientras ambos remaban con fuerza.
–Es la primera vez que le haces un cumplido, al menos que yo recuerde –le dijo, con rostro feliz su capitán.
Dos horas después, el Steeler se acercaba a la costa de aquella isla en la que aparecía la luz. Como bien había juzgado Makoto, era una fogata, estaba en la playa y ya era bastante débil, pero la vigía le agradeció a las flamas a pesar de no tener éstas vida, por haberlos guiado a tierra.
Los piratas, totalmente exhaustos, dejaron que la marea los llevara lentamente hacia la isla y cuando estuvieron allí, bajaron rápidamente, desesperados por poner los pies en la arena de la playa. Ya que era de madrugada, no parecía haber nadie por ahí cerca, pero una vez que lograron avivar más el fuego, se dieron cuenta de que había algunas chozas de paja cerca de ahí. Detrás de las chozas, se extendía una espesa selva.
No sería la idea de la mayoría, pero a Blaze se le ocurrió que podría despertar a alguien para pedir información así que gritó con todas sus fuerzas, sorprendiendo a sus propios compañeros. Por supuesto, no pasó mucho tiempo antes de que alguien saliera de una de las chozas. La puerta de una de las chozas se abrió un poco. Era evidente que alguien se cercioraba de lo que estaba pasando afuera. Tras algunos segundos, finalmente, con antorcha en mano, una figura salió de la vivienda y, cautelosamente, se acercó con los piratas.
–Propongo que Fuu sea la que hable –dijo Makoto levantando la mano, como si estuviera votando en alguna actividad de la escuela. La vigía, con sus palabras, convenció de inmediato a los demás que la más propicia para no causar malos entendidos debía ser la princesa. Ella aceptó la responsabilidad y se adelantó para ponerse frente a aquella persona. Al tenerla ya de cerca, pudo ver que era un hombre de avanzada edad, caminaba de forma encorvada y mientras sostenía una antorcha con su mano izquierda, él mismo se apoyaba en un bastón con la derecha. Su cabello apenas salía por detrás de sus orejas y seguía por la nuca hasta llegar al otro lado, pues ya arriba no tenía nada. Su nariz era puntiaguda y algo larga, pero su rostro, aunque viejo, no era temible.
–¿Son piratas? –preguntó él, en verdad cuestionándolo y no de forma retórica, pues al ver a una joven bonita frente a él, le parecía extraño– si es así, ¿cómo llegaron aquí?
–Somos piratas –le afirmó Fuu, con una tenue sonrisa, totalmente conciliadora y que hubiera detenido una pelea entre los más fieros guerreros– los piratas de Blaze, para ser más exactos, y hemos llegado a esta isla por casualidad, ya que nuestro barco carece de timón y no podíamos seguir un rumbo fijo por mucho tiempo. No queremos molestarlos, sentimos nuestra llegada a esta hora, pero no hemos tenido opción.
El anciano miró por un momento a los piratas, pero no pudo desconfiar demasiado tras la oratoria de la joven que tenía frente a él.
–Creo que estará bien, parecen no estar mintiendo –dijo él en voz más alta que antes y entonces, de las chozas, salieron algunos pobladores. Algunos de ellos tenían utensilios de cocina en las manos, como para utilizarlos como armas– mi nombre es Ozu, y soy el más viejo de esta isla de nombre Kuuda.
Ozu explicó que Kuuda era muy pequeña y con una cantidad de habitantes de exactamente sesenta y tres hasta ese momento. Debido a su tamaño, ningún Log cargaba hacia ese lugar y por ello no había visitas; vivían de la pesca.
–¿Hay algún carpintero por aquí? –preguntó Blaze cuando parecía ya haber algo de confianza.
–Ninguno tan hábil, y menos para reparar el timón de un barco, pero si van a las islas Xiang, seguramente ahí sí encontrarán a alguien, aunque tendrían que vérselas con su emperatriz, Xiang Kai.
–¿Y cómo podríamos llegar allí?
–Su Log ya debe de haberse cargado –sonrió el anciano, entonces Natsuki se acercó al fuego para corroborarlo y así era, el Log había cambiado– sólo dura unos minutos para cargarse en esta isla. Si lo siguen llegarán a Rae, una isla muy cercana a la principal del archipiélago. De hecho, si suben a la montaña de esta isla, podrán ver algunas luces de Rae.
No había duda. El archipiélago Xiang era su próximo destino. Makoto se quedó pensando en el nombre por un momento, ya que era, o al menos lo había escuchado, igual que el de su maestro Xiang Fei. Blaze y sus compañeros esperaron a que la noche finalizara y el sol apareciera. Los habitantes no fueron demasiado amistosos con ellos, a pesar de ser una isla bastante aislada, conocían de cierta forma las historias de piratas y ya que el periódico que algún ave podría dejarles cada una o dos semanas era su única comunicación con el resto del mundo, tenían en una mala estima a los bucaneros. Ozu, que tenía más experiencia, sabía que la justicia no era tan sencilla ni absoluta. De cualquier forma, cuando amaneció y los piratas partieron, los ojos de algunos de los niños y niñas que estaban en ese lugar no pudieron evitar brillar, al preguntarse cómo era el mundo más allá de esa pequeña isla y cómo sería conocerlo trepado en un barco, navegando día y noche.
Así es como nacen los sueños.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 55 (El archipiélago de Xiang):
- Spoiler:
- Empujado por los remos, el Steeler avanzaba lentamente pero con rumbo fijo hacia las islas Xiang. Tal y como Ozu les había dicho, el recorrido era corto y Makoto pudo ver tierra una hora y media después de haber partido. Pudieron ver personas cerca de la costa y entre más se acercaban mayor número de curiosos querían ver el barco pirata.
El Steeler se detuvo cerca de una costa y los piratas vieron con cautela a su alrededor. Había varias viviendas en la costa, casi todas con una fachada que indicaba pensar que era un lugar pesquero. De pronto, uno de los lugareños que ahí se encontraba llamó la atención de los piratas.
–¿Saben en qué lugar están? –les preguntó, con una voz algo jovial, que no invitaba a la hostilidad. Ellos, supuestamente, sabían en qué lugar estaban, por no dieron respuesta– las islas Xiang no son para que las visite cualquiera sin permiso de Madame Kai.
–¿Podríamos encontrarnos con esa Madame Kai? –preguntó Blaze al extraño.
–¡Vaya atrevimiento! –respondió él de buena manera, seguido de algunas carcajadas– supongo que podrían verla, pero antes ella debe dar su consentimiento, así que iré a avisarle. Mi nombre es Hoi, y soy mensajero de Madame Kai, al menos parte de mi tiempo, pues debo dedicarme a mi familia también, pero han tenido suerte de encontrarme por aquí. Volveré en menos de media hora, no se muevan de aquí –les pidió y luego se alejó, corriendo. Mientras tanto, varios de los habitantes parecían volver a sus casas, pero en realidad seguían vigilando de lejos a Blaze y sus compañeros.
Hoi demoró exactamente veintisiete minutos en regresar. Y lo había hecho rápido, pues se veía agotado. Sus pantalones cortos de color rojo y su camiseta blanca de tirantes estaban bastante sudados. También utilizaba un amplio sombrero de paja con vivos blancos, para cubrirse del sol. Tras recuperar un poco el aliento, finalmente habló.
–Pues no lo creerían, pero Madame Kai se mostró interesada en conocerlos, así que debemos ir a la isla principal –les dijo sonriendo. Hoi indicó que lo mejor era llevar el barco hacia esa isla, ya fuera a remo, y así lo hicieron los piratas con el lugareño a bordo, indicándoles el camino. Les tomó casi una hora, pero finalmente llegaron. Echaron el ancla cerca de la costa y se aseguraron de cerrar bien las puertas de los camarotes y de las bodegas del Steeler para evitar algún robo, para luego bajar de la fragata y pisar tierra finalmente. Ahí, ya estaban esperándoles un par de guardias que parecía, iban a guiarlos.
Los siete piratas fueron llevados entonces hacia el interior de la isla principal. Caminaron por una hora siguiendo a los guardias hasta llegar a ella. Ahí, proliferaban las granjas, los agricultores quienes, siendo una temprana hora, se encontraban en sus labores del campo. Las casas eran pequeñas, pero no se veían pobres ni mucho menos miserables, sino agradables. Los piratas y sus guías caminaban por un camino de tierra a cuyos dos costados había granjas y más granjas. Sólo pocos comercios se veían y la mayoría vendía especias y condimentos de cocina. Mientras más andaban, Blaze y sus tripulantes comenzaban a ver una estructura que se elevaba en el horizonte, no tan alta, pero sí muy larga y finalmente llegaron a ver que se trataba de una muralla. Tenía unos ocho metros de alto, pero de largo, sólo al frente, se extendía por más de un kilómetro.
–Es la Ciudad Imperial –señaló Hoi una puerta que estaba justo sobre el camino al que iban. Dos guardias la cuidaban y Hoi se adelantó para hablar con ellos. Unos segundos después, la puerta se abrió y así los piratas pudieron entrar.
–Pensé que nos quitarían las armas –habló Jet en voz baja– no sé si es un buen augurio o uno malo.
Al entrar, el camino se volvía empedrado. Eran cerca de doscientos metros hasta llegar a una construcción. A los alrededores, había un jardín inmenso, cubierto en su mayoría por pasto, pero también había flores de muchos tipos. Cerca del edificio, el cual parecía ser un palacio, estaban sobre el pasto algunas estatuas. Makoto las reconoció como representaciones de animales: el tigre, la grulla, la serpiente, el leopardo y el dragón. La peliverde también notó el acabado de lo que parecía ser el palacio, con detalles muy similares a los del salón de entrenamientos de su maestro.
–“Xiang Kai, ¿quién eres?” –se preguntó mentalmente mientras, junto a sus compañeros y a Hoi, el único que los guiaba ya, subía los ocho escalones que separaban del jardín al interior del palacio.
Hoi los siguió guiando ya dentro. Había pasillos a la izquierda y a la derecha y una reja de acero al frente, que guardaba otro jardín, éste más pequeño y con un diminuto lago. Los piratas fueron guiados por el pasillo de la izquierda y no pasó mucho antes de que giraran a su derecha para ir al frente. Unos pasos después, volvieron a girar a su derecha para quedar junto a dos puertas grandes de madera, custodiadas por otros dos guardias con enormes lanzas que al ver a Hoi, se retiraron un poco.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 56 (Madame Xiang Kai):
- Spoiler:
- –¿Listos para conocer a Madame Kai? –preguntó el hombre antes de abrir la puerta. Así lo hizo y los piratas estaban frente a un pasillo alfombrado, con pinturas en cuadros por toda la pared y, al fondo, había una mujer sentada en una silla dorada con detalles rojos. Frente a ella estaban hincadas dos personas, un hombre y una mujer de edad avanzadas.
–¡Gracias Madame Kai, gracias su majestad! –repetía constantemente el hombre, mientras la mujer besaba los pies de ella. Xiang Kai era una mujer de edad no tan madura, con ojos negros y un cabello rojo oscuro, abundante, entrelazado hacia arriba de su cabeza, pero que aún así caía incluso hasta el suelo. Su piel era blanca, casi como la de Fubuki, sus uñas estaban pintadas de negro, al igual que sus labios. Llevaba un vestido rojo, con dibujos negros y dorados, de una tela fina, y largo, pues no dejaba ver sus pies, y sus amplias mangas le llegaban hasta las muñecas.
–Las personas como ustedes, no deben agradecerme –les habló la monarca a la pareja. Su voz era mucho más juvenil de lo que se podría esperar, ni muy grave, ni muy aguda, tranquila, pausada e inevitablemente con un sonido sabio– el fuego no quitará sus posesiones más preciadas a gente trabajadora. Mis hombres estarán en dos días en su casa y se encargarán de todo.
La pareja siguió agradeciendo y se retiró con un rostro feliz y lleno de esperanza, así lo notó Blaze cuando pasaron junto a ellos.
–¿Qué piratas tan extraños tenemos aquí? Acérquense, vamos –les pidió Xiang Kai a los tripulantes de Blaze y a él mismo. Mientras ellos caminaban, vieron que un hombre, a su derecha, recargado en la pared, y con varias katanas en su cintura, calvo, pero con un bigote largo que llegaba hasta su cuello, los veía con rostro de pocos amigos.
–Yae, déjalos en paz, hablaré primero con ellos antes de que los juzgues –le dijo Xiang Kai a dicho sujeto. La mujer inspeccionaba con la vista a los piratas mientras se acercaban y no quitaba una tenue sonrisa que se dibujaba por todo el rostro.
Cuando Blaze, al frente de sus compañeros, llegó a sólo un metro de la mujer, se detuvo y su intención era comenzar a hablar, pero por alguna razón, no encontraba las palabras correctas para dirigirse a ella, no sino hasta que Xiang Kai le calmó un poco.
–Habla, joven capitán –le dijo señalándole con su mano derecha.
–Siendo así, comenzaré –respondió él sonriendo y causando gracia a Madame Xiang Kai– hemos llegado a este lugar por error. Realmente estábamos en Water 7, algo lejos de aquí, pero un ataque de la marina ha roto nuestro timón y por suerte llegamos a una isla cercana donde se ha cargado el Log para llegar aquí, lo cual hemos hecho remando.
–Eres un capitán con buena labia –rió Xiang Kai divertida– si me dejas adivinar, su mayor problema radica en su timón roto, ¿no es así? –y al recibir la respuesta afirmativa, apoyó su cabeza en su mano izquierda– pues deben saber que no es el único inconveniente. Supongo que en su viaje se han topado con islas en las cuales su Log se carga en dos, tres o cuatro días, ¿no es así? Pues debo decirles que en este archipiélago, el Log no demorará tres o cuatro días, no una semana, ni un mes. El tiempo que deberán estar aquí para que el Log se cargue hacia otra isla, será de veintiún meses.
Los piratas se quedaron sin habla, en especial Blaze, quien nunca imaginó esa situación. Su boca semiabierta demostraba su sorpresa e impotencia.
–No podemos estar más de un año y medio aquí, ¡es mucho tiempo! –le dijo Blaze– debemos partir cuanto antes.
–Te recuerdo joven capitán que ustedes han llegado a este lugar como invasores –alzó Xiang Kai la voz y su mirada se tornó fría– no tienes mucho de donde elegir. O te vas con ese barco sin timón, o te quedas el año y medio aquí con tu tripulación –y tras decir esto, la monarca suavizó nuevamente su rostro– pero no dejemos que esto sea algo malo. Puedo saber que en ustedes hay duda y que, probablemente, han caído en la derrota hace poco tiempo. Grand Line es duro y cruel, y puede ser mortal para aquellos que no estén bien preparados. Me ha sorprendido ver a una princesa del reino de Yuki en una tripulación pirata, y debo decir, jovencita –sonrió mirando fijamente a Fuu– que eres igual a tu madre cuando ella tenía tu edad. Es por eso que he sabido de tu origen, ya que tu abuela una vez me visitó trayendo a tu madre consigo, una chica muy rebelde, según recuerdo.
A Fuu le pareció muy extraño, puesto que Xiang Kai no se veía tan mayor. Era muy difícil adivinar su edad, ya que, aún de cerca, su rostro podía pasar como el de una mujer joven, pero su forma de hablar y su presencia eran de una mujer mayor.
–Una pregunta que debo hacer, es la causa de esa mirada tan atenta a encontrar algo en mí, jovencita– y con su mano derecha apuntó a Makoto. La pirata se sobresaltó un poco, pero encontró la compostura para responder.
–Su nombre y todo este lugar, es muy familiar para mí, ¿qué relación tiene usted con mi maestro Xiang Fei?
–¿Así que mi hermano ha sido tu maestro? Esto sí es una sorpresa para mí –la edad tampoco coincidía para las cuentas de Makoto, pero al igual que Fuu, tampoco preguntó– parece que de cierta manera, el destino los ha traído aquí. Tengo una proposición para ustedes.
Por primera vez desde que habían llegado, Xiang Kai se levantó de su asiento y bajó dos escalones para estar a su nivel. En ese momento llamó a alguien de nombre Huang, quien pocos segundos apareció. Era un joven bastante alto, con cabello largo atado en una trenza, de tez morena, ojos pequeños y labios gruesos, marcados sobre su sonriente rostro. A primera vista parecía alguien no muy inteligente, pero sí una buena persona.
–Él es mi sobrino, y además de ayudar en las granjas del palacio, es carpintero, así que les ayudará a arreglar su barco. La compostura no debe durar demasiado, pero el Log sí. Por sus reacciones, sé que tuve razón en presentir que se sienten inseguros con su nivel de fuerza por algo que sucedió no hace mucho. Bueno, pues estando aquí durante todo ese tiempo, les aseguro que podrán hacerse más fuertes y tendrán más habilidades.
–Xiang Kai-san –le interrumpió Makoto– ¿usted sabe kung fu como el maestro Fei?
–Así es jovencita.
–Si nos quedamos todo ese tiempo, ¿podría usted enseñarme el Puño del Dragón? El maestro Fei murió antes de que pudiera aprenderlo –al escuchar eso, Xiang Kai se acercó a Makoto y tocó su frente
–Tu espíritu es fuerte, pero no te apresures, eso lo discutiremos luego de que les diga mi propuesta –y regresó al lugar donde se encontraba antes, justo cuando bajó de su trono– como decía, podrán ser más fuertes tras un año y medio aquí. Pero ello no será gratis, pues tendrán que trabajar para mí durante ese tiempo. A cambio les ofrezco la compostura de su barco, agua, comida y techo, además de tiempo libre para entrenar, por supuesto. ¿Qué dicen? ¿Aceptan?
Los piratas tomaron su tiempo para decidir. Se juntaron todos en secreto un poco alejados de Xiang Kai, quien de cualquier forma sabía todo lo que ellos estaban diciendo. Fubuki y Makoto estaban de acuerdo en quedarse, y por consiguiente Osore también. Natsuki no sabía qué pensar y Jet mostró su descontento con la situación, pero aceptó que no tenían ninguna otra opción al ya no poseer la Eternal Pose hacia Water 7.
–Aceptamos Madame Kai, trabajaremos aquí.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 57 (Trabajo para los piratas):
- Spoiler:
- –Muy bien, me alegra –ella juntó sus manos y sonrió con sinceridad mientras alegremente cerraba sus ojos– les diré entonces lo que harán durante los próximos meses en este lugar. Joven capitán y chico peliazul…
–Mi nombre es Osore –se presentó cortésmente el médico– y mi capitán es Blaze, bellísima reina de este lugar.
–Bien, pues Blaze y Osore, ustedes acompañarán a Huang, pues trabajarán en las granjas interiores del palacio por las mañanas. Él les enseñará lo que tengan que aprender. Tú, joven guerrero –se refirió a Jet, quien apenas reaccionó– serás parte de mi guardia personal, así que tu jefe será Yae Dong –el hombre de las katanas que habían visto los piratas antes de encararse con Xiang Kai solamente bufó al escuchar lo anterior y se quedó mirando a Jet un buen rato.
–En cuanto a las jóvenes piratas, las tres ayudarán en la cocina del palacio. Aquí servimos a una gran cantidad de personas y ustedes serán de mucho apoyo para Na Lai, mi cocinera en jefe. Ella es una muy buena persona y las tratará bien si trabajan duro, se reportarán con ella desde mañana mismo. En cuanto al pequeño –los ojos negros de Xiang Kai se posaron sobre Shinta, quien prefirió no replicar acerca de ser llamado “pequeño”, al menos por esta vez– será un buen mensajero. La gente de estas islas no gusta de los Den Den Mushi, no les agradan, por lo que todo se hace a base de mensajeros. La mayoría de mis mensajeros personales ya han crecido y tienen familia, por lo que les es dificultoso realizar esta labor en ocasiones. Has llegado en un momento idóneo. Tú recibirás órdenes directas de mí, ¿está bien? ¿Está bien para todos? ¿Eh, jóvenes piratas?
–Está bien por nosotros –habló Blaze por todos– mi primero a bordo es Jet, las chicas se llaman Natsuki, Fubuki y Makoto, mientras que su nuevo mensajero es Shinta. El trato nos merece ser leales durante el tiempo que estemos aquí y le aseguro que la palabra de todos los tripulantes es tan valiosa como el oro.
–Así lo espero. Por lo pronto, se hace algo tarde. Huang les mostrará dónde dormirán. Será en las cabañas al oriente del jardín principal. Si mal no recuerdo, están deshabitadas desde hace dos meses, y son dos, por lo que se dividirán en hombres y mujeres, evidentemente. Nos veremos mañana.
Como si le estorbaran, o le quitaran algo de tiempo, Xiang Kai mandó a Huang a ser el guía de los piratas. Aún no era tan tarde como para ir a dormir, pero el chico les aseguró que utilizarían bastante tiempo para acomodarse. Una vez que salieron del palacio principal y anduvieron por los jardines un rato, llegaron a las dos cabañas.
–Están deshabitadas porque los que vivían aquí, se han ido a otras partes del archipiélago que no estaban tan pobladas, mi tía lo hace sonar como algo más tétrico, ¿no es así? –contaba Huang alegre mientras mostraba la primera de las cabañas. Ésa era un poco más grande, por lo que sería para los hombres, mientras que la otra serviría para las mujeres. Huang acompañó a la tripulación al barco, pues ellos irían a recoger su ropa y algo de comida, mientras que él revisaría la fragata.
Huang se acercó a la popa y vio que el timón roto estaba sumergido en el agua.
–Habrá que jalarlo al mar. Blaze-san, ¿me ayuda? Entre todos podremos jalarlo un poco –aseguró sonriendo como siempre. Blaze, y los chicos no estaban muy seguros, pero fueron a ayudar. Cada uno, como pudo, se dispuso a empujar a tierra al Steeler– esperamos tu señal, Blaze-san.
–Pues supongo que ¡ahora! –y los piratas comenzaron a empujar con todas sus fuerzas, pero de pronto se detuvieron al ver a Huang y en lo que se estaba transformando. Su piel morena se tornaba naranja con franjas negras por todos lados. Por un momento todos dejaron de empujar, pero Jet les volvió a la realidad.
–No es hora de sorprenderse, vamos a trabajar –les dijo y con el esfuerzo de todos, pero principalmente el de Huang, el Steeler estaba prácticamente en su totalidad en tierra. Lo primero que hicieron los piratas fue preguntar a Huang acerca de su habilidad. Él ya estaba de nuevo en su estado humano.
–Cuando era adolescente comí la fruta Neko Neko modelo tigre. No me gusta mucho utilizarla, pues cuando estoy transformado me vuelvo algo agresivo, pero eso sí, bastante más fuerte. En el archipiélago esto no es muy común, pero mi tía dice que en el resto de Grand Line sí que lo es.
Los hombres fueron por su ropa, que era bastante poca comparada con la de las mujeres. Blaze fabricó una caja de acero de un tamaño no muy grande y así él llevó las prendas de los cuatro, mientras que los demás ayudarían a las chicas a cargar con todo su equipaje. Huang por su parte, ayudó con la comida restante del Steeler. De cualquier forma, Fuu pensó que las viandas servirían más en la cocina del palacio y pidió que fueran llevadas ahí.
Dos horas después, ya cuando la noche había caído, los piratas se habían instalado en las cabañas. En ambas había tres camas, y aunque la de los hombres tenía más espacio, uno de ellos tendría que dormir irremediablemente en el suelo. Mientras las piratas decidieron que Fuu estaría a la izquierda, Natsuki al centro y Makoto a la derecha, los hombres tenían un problema. Al principio habían convenido que cada noche, uno de ellos dormiría en el suelo y que todos los días se rotarían, pero ello llevaba consigo que todos cambiarían de lugar, no sólo el que no tuviera cama. Finalmente Jet opinó que debía ser más largo el turno de cada quien en el suelo y propuso que cada quien durara un mes sin cama, rifarían los turnos, y el que al siguiente mes tocara dormir sobre la madera, cedería su lugar al desamparado del mes anterior. Así no habría un confuso movimiento todos los días, sino cada mes, y menor.
Así lo convinieron y fue el mismo espadachín el que pasaría el primer mes en el suelo. Blaze estaría en la cama izquierda, Osore en el centro y Shinta a la derecha. El espacio donde podía dormir Jet era frente a la cama de su capitán.
Las cabañas eran sencillas, pero acogedoras. Constaban de la puerta de entrada, un pequeño vestíbulo de un metro por un metro, el cuarto principal de las camas y un baño sin regadera o tina. Aunque las dos eran casi iguales, con la única diferencia en el tamaño, su distribución era contraria. Mientras la de los hombres tenía la entrada a la derecha y el baño a la izquierda, la de las mujeres era al revés. Así, la ventana que estaba junto a la cama de Fuu, estaba muy cerca de la ventana que daba a la cama de Shinta.
El tirador no tenía ningún sueño. Se sentía incómodo al dormir en esa cama. No era el único que pensaba estar fuera de su comodidad, en realidad todos se encontraban despiertos un buen rato después de haberse acostado a excepción de Blaze, quien desde el primer minuto ya estaba dormido. Osore volteó un momento hacia su izquierda, y a pesar de las penumbras, pudo advertir el rostro de Shinta, que se notaba incómodo.
–¿Qué sucede? –le preguntó en voz alta, sin importar que alguien más escuchara– ¿se te dificulta dormir sin estar junto a Natsuki? No te culpo, yo también quisiera estar cerca de esa figura todo el tiempo.
–Osore... –escuchó el médico su nombre a través de la ventana.
–¿Qué sucede, mi querida princesa?
–Me escuchas fuerte y claro, ¿no es así?
–Por supuesto bella princesa ojos azules.
–Pues de la misma forma te escuchamos nosotras –afirmó ella, con voz un poco más grave.
–Tiene razón –se escuchó más al fondo Makoto– así que si vas a decir tus tonterías, más vale que lo hagas en voz baja o cierres la ventana de su cabaña –y luego se escuchó que precisamente ellas cerraban la suya.
–Ah... las chicas nos aman –afirmó el médico y se recostó con sus manos en la nuca para dormirse no mucho después. Jet no hacía ningún ruido, por lo que no se sabía si estaba despierto o dormido. El tirador entonces parecía el único que todavía no entraba en el mundo de sueños. No era que extrañara la presencia de Natsuki, o al menos no del todo, pero no dejaba de sentirse extraño al dormir junto con los chicos, sobre todo siendo mucho más grandes que él. Era como si estuviera en un lugar ajeno, a pesar de que eran sus compañeros. Pero se dio cuenta de que era un pirata y de que no podía seguir comportándose como un niño. Se acomodó para dormir y después de muchas vueltas en la cama, su mente entró en cansancio y ya no pudo evitar caer en el sueño.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 58 (La vida en Xiang):
Fin de la primera parte.
- Spoiler:
- Al siguiente día todos despertaron temprano, incluso Blaze. Había mucho qué aprender y fue por ello que salieron pronto de las cabañas. Ahí encontraron a Huang quien estaba sentado sobre una piedra frente a las cabañas.
–Lo primero que deberán aprender es a levantarse justo cuando el primer rayo de sol se asoma –les dijo sonriendo antes de incorporarse– lo segundo, será ir a los baños, así que lleven sus toallas y su ropa para hoy.
Así hicieron los piratas y Huang los guió hacia las regaderas, que estaban dentro del palacio, pero por otro pasillo distinto del que servía para llegar al trono de Xiang Kai. Cuando los hombres entraron ya no había nadie, pero se podía ver que hacía no mucho había sido utilizado. Luego, comenzaron a quitarse la ropa para ducharse. De nuevo Shinta se sintió incómodo. Sus compañeros le llevaban siete u ocho años de edad y la diferencia de físico era sencillamente notable. Pero antes de que el tirador pudiera darse cuenta de algo, sus compañeros ya habían llenado una de las bañeras del lugar y luego entre Osore y Blaze retiraron la ropa al tirador y lo lanzaron al agua.
–¡A ver si así espabilas! –carcajeaba Osore mientras Shinta salía tosiendo de la tina– ¿a que el agua estaba fría? –seguía burlándose. Al inicio el tirador se enfadó y su rostro se puso rojo no por el frío, sino por la vergüenza, pero luego volteó hacia su izquierda y vio reír levemente a Jet, divertido. Shinta decidió mejor quedarse ahí en la tina, bañándose mientras sus compañeros tomaban la ducha.
Luego de bañarse, cambiarse y arreglarse, Blaze y Osore partieron con Huang hacia la parte trasera del palacio. Luego de unos minutos llegaron a ese lugar y los piratas vieron algo que no imaginaban. En el enorme jardín dentro de las paredes de la ciudad imperial, se veía a lo lejos algunas construcciones. Parecían pequeñas, pero entre más se acercaban, Blaze y Osore se daban cuenta de que eran bastante grandes. Eran dos silos, un granero y un molino. Atrás de estos se encontraban parcelas, la mayoría todavía cultivándose, pues el ciclo de cultivo estaba apenas comenzando. Huang señaló una de las parcelas y comunicó a los piratas que ésa sería su lugar de trabajo y que durante el día les enseñaría lo necesario para las labores.
Por su parte, Jet, Shinta y las chicas, se dirigieron a verse con Xiang Kai. Ellos trabajarían para ella directamente, mientras que las piratas no sabían a dónde dirigirse. Ya estando frente a la monarca, ella mandó hablar a su cocinera Na Lai quien arribó sin demorar demasiado. Ella era una mujer rechoncha de boca pequeña y sonriente, con nariz de bola, ancha y grande, ojos vivaces, con pocas arrugas pero se podía adivinar que era de edad avanzada. Llevaba un vestido largo azul con un delantal rosado que tenía un sello que los piratas habían visto al llegar al archipiélago y el mismo que Fuu notó cuando Na Lai las guió hacia la cocina y pudo ver la parte trasera del trono de Xiang Kai.
La cocina era tan grande como la habían imaginado las chicas, pero a la vez bastante ordenada. Con el tiempo, las piratas comprendieron que lo único que podía hacer enfadar a Na Lai era el desorden y la pereza, por lo demás, la mujer era sumamente amable y hasta cariñosa.
En esta cocina se preparaban los alimentos para todos los trabajadores de la ciudad Imperial. Desde aquellos que sólo trabajaban en la servidumbre, pasando por los guardias y los guardaespaldas de Xiang Kai, los granjeros de las parcelas interiores, y la misma monarca.
Tras una breve plática con Na Lai, se decidió que Fuu ayudaría directamente en la preparación de los alimentos, Makoto en la limpieza y orden del lugar, y Natsuki llevaría los alimentos al comedor.
Por su parte, Jet y Shinta permanecieron frente a Xiang Kai. Luego de unos momentos, ella se levantó y llamó a Yae Dong y le susurró algo al oído. Él pareció enfadarse por un momento pero se calmó al recibir nuevamente palabras de su reina. El hombre salió un momento y al paso de cerca de diez minutos, regresó. Tenía una katana en sus manos. Ésta estaba dentro de una funda roja, adornada con un dragón dorado al inicio. La empuñadura tenía costuras negras y tonos dorados, mientras que la guarnición era en forma de hexágono, dorada. Yae Dong entregó el arma a Xiang Kai quien la contempló por un minuto y luego se acercó a Jet.
–Tómala, es Tsuda Sukehiro –ella extendió su mano y le ofreció el arma al espadachín– pero no te emociones chico, pues sólo es un préstamo mientras que estás en esta isla –él no dudó en tomarla aunque tampoco lo hizo violentamente. La tuvo con sus dos manos y comprobó que era un poco más pesada que su Kangaiishi, pero igual de larga.
–Me inquieta saber cómo supo que necesitaba una espada.
–Mi Ambición del Color de la Observación está bastante desarrollada. Por tu rostro pareces ignorar la naturaleza de esta habilidad, pero me parece que durante tu estadía aquí, lograrás entenderla aunque sea un poco. No hace falta decir que a mi edad, es lógico el control que tengo sobre la misma.
–Disculpe Xiang Kai –Shinta intervino. Si los demás habían evitado hacer la pregunta, él no pudo resistir más– ¿a qué se refiere cuando usted habla de su edad, de esa forma?
Ella sonrió levemente y dio media vuelta para volver a sentarse en su acostumbrado lugar. Lo hizo con gracia y solemnidad, sus ojos permanecieron cerrados un momento y luego los abrió para mirar al tirador.
–Eso es sencillo –finalmente respondió, haciéndolo como si estuviera esperando a que se lo preguntaran– mi edad es de noventa y ocho años ahora. Sé que suena extraño, pero en este océano nada debe sorprenderles. Mi cuerpo es exactamente el de una joven de veintidós años, pues fue en esa edad cuando comí la fruta del diablo que no me permite ya nadar. Y déjenme decirles que era una de mis mayores aficiones, lo hacía casi tan bien como las ningyo; a cambio, he obtenido esta juventud, la cual ignoro si será eterna o no, pero hasta el momento así lo parece. No tengo sueños de inmortalidad. Si no muero por alguna enfermedad, traición o batalla, seguramente llegará el momento en que yo misma me quite la vida, cansada de esperar por la muerte, fatigada de andar por este mundo durante varias generaciones; ese día lo veo lejano de cualquier modo, aún disfruto de la vida.
Por supuesto, no mentía, Jet y Shinta se dieron cuenta de ello.
–Ahora pasemos a tus labores, pequeño –y más que nunca, Shinta aceptó ese “apelativo” –conocieron a Hoi al llegar aquí, ¿no es cierto? Ve con él y dile que te dé un mapa del archipiélago. Luego, irás a la isla de Yuu, no está muy lejos de aquí, y les dirás que deben comenzar a cosechar los ciruelos cuanto antes, pues las nevadas de la temporada, al parecer se adelantarán. Debes pedir ayuda a Hoi para poder llegar allí. Antes de que vayas, ten esto– ella abrió un pequeño baúl que tenía a su derecha y de ahí sacó un medallón, el cual tenía la misma insignia que habían visto al llegar, ésa que también estaba bordada en el delantal de Na Lai y grabada en la parte posterior de la silla de Madame Kai– llévalo contigo, pues te ayudará a probar que llevas mis órdenes. Habla sin titubear y seguro de lo que dirás. Así te será más sencillo.
Luego de escuchar tales explicaciones, Shinta salió a realizar su primer trabajo en esas islas. Demoró varias horas, pero regresó con noticias satisfactorias. Con una breve ayuda de Hoi, el pirata preadolescente había llegado a su destino y dado el mensaje. No había sido algo demasiado importante y más bien Xiang Kai lo había utilizado para dar una primera labor relativamente fácil a su nuevo mensajero.
A los pocos minutos de haber aparecido Shinta, Na Lai avisó a Madame Kai que el comedor estaba listo para dar la comida diaria y la monarca guió el paso a su nuevo mensajero y a sus guardias. El comedor tenía una notable mesa principal, decorada en negro y rojo, con pocos lugares. Ahí se sentaría Xiang Kai con sus guardias y Shinta. Había otras dos mesas, éstas inmensas, donde podrían estar sentados alrededor hasta cuarenta personas. En una de ellas, podía verse a Blaze, Osore y Huang. Al frente del lugar, precisamente del otro lado de la mesa de Xiang Kai, estaba una gran barra en donde los asistentes debían servirse solos. Por supuesto, la monarca no hacía esto y usualmente alguno de sus guardias le llevaba lo suyo; pero esta vez no, Natsuki, quien terminaba de colocar las bandejas de comida en la barra, fue hacia la mesa de la soberana, le dio a conocer el menú del día y preguntó lo que iba a ordenar, cuando tuvo dicha orden se apresuró para traerla. Xiang Kai le ordenó a Shinta ayudarle y así hizo él.
Una hora y media después, el bullicio terminaba. Todos volvían a sus labores y era hora de limpiar. Ahí descansaba Fuu, que toda la mañana había preparado alimentos. El trabajo entonces se cargaba a Makoto y Natsuki, así como a otras ayudantes, pues debían limpiar el comedor.
Y con las chicas en la cocina, Jet al lado de Madame Kai, Shinta recorriendo más lugares y Blaze y Osore dejándose las manos en el cultivo, pasó la primera parte del día. Más tarde, durante sus horas libres, los piratas no tuvieron muchas energías para entrenar o hacer alguna otra cosa, prefirieron descansar y prácticamente durmieron toda la tarde y noche. Y así, transcurrió el primer día de los Piratas de Blaze en el archipiélago Xiang. El primer día de los veintiún meses que pasarían en ese lugar.
Fin de la primera parte.
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Saga de Ayaka
Parte A:
Parte A:
- Spoiler:
- La capitana Ayaka salía de su camarote a la cubierta de su acorazado para ver el clima. No debía preocuparse, en el Calm Belt no había viento, pero debía cerciorarse por si acaso. Eran pocos hombres los que tenía a su cargo en ese momento: un tripulación de apenas siete marinos, incluyendo un teniente que se dirigía también al East Blue, y Hanako. Ayaka iba en dirección de su base, ubicada precisamente en el océano más tranquilo del mundo, no muy lejos de Logue Town aunque ese lugar no era su jurisdicción, al menos no cuando ella se encontraba en aquel lugar.
A sus pensamientos vino Jet. Se preguntó qué estaría haciendo en ese preciso instante y si se volverían a ver. También se cuestionó un instante cómo había reaccionado el espadachín tras su repentina despedida, pero no lo pensó demasiado. Si lo conocía un poco, sabía que su reacción no había sido demasiado extraordinaria y que probablemente su mente no estaría tan llena del asunto ya a estas alturas.
Fue interrumpida de sus pensamientos por su recluta Hanako.
–Capitana, es una llamada de Marineford.
–“¿Y ahora qué he hecho?” –se preguntó en su mente Ayaka. Se dirigió al puente y tomó el Den Den Mushi. Del otro lado de la línea había un oficial de alto rango. No fue reprendida, pero sí le pidieron que regresara a Grand Line y se dirigiera hacia el G-8. Debía tener una Eternal Pose hacia ese lugar y no supondría problemas. Ahí se uniría con otro oficial y recibiría sus órdenes. Tras cumplirlas, debía reportarse a Marineford.
No era algo común, pero órdenes eran órdenes. Ayaka puso al acorazado en marcha al G-8 y le explicó la situación al teniente Ukeryu quien no tuvo objeción, tratándose de órdenes superiores.
La velocidad del acorazado marine le permitió no demorar demasiado en arribar a la base también conocida como Navarone, dos días después de la llamada de Marineford. Las puertas del G-8 se abrieron para dejar entrar al barco de Ayaka y, sin hacer demasiado ruido, volvieron a cerrarse. El navío se acercó a los muelles y finalmente entró a una especie de hangar. Ahí, el buque ancló y una plancha fue puesta entre la cubierta del mismo y el enorme muelle.
Ayaka vio frente suyo al comandante Jonathan justo cuando se paró en el piso metálico del muelle. No lo conocía, lo había escuchado mentar una o dos veces. Él, sonriente, estrechó lamano de la rubia y así hizo con Ukeryu.
–Bienvenidos a Navarone –los recibió con gracia, aunque Ayaka no le veía mucha a todo el asunto– los llevaré a mi oficina, ahí los está esperando otra oficial con una Eternal Pose y las órdenes exactas.
Cuando Ayaka escuchó que había otra oficial inmiscuida en el asunto, no pudo evitar fruncir un poco el ceño. No era de las que trabajaban en equipo, al menos ya se había acostumbrado a trabajar relativamente sola, con la ayuda sólo de Hanako. A Ukeryu ya le conocía anteriormente y por eso había accedido a “darle un aventón” a East Blue. Tan solamente deseó que no fuera una de esas histéricas oficiales de mediana edad, pues no las soportaba.
El comandante Jonathan los guió hasta su oficina y cuando entraron, el rostro de Ayaka cambió por completo, hasta convertirse en una sonrisa.
–Qué contenta pareces de verme, me siento elogiada –sonrió la también capitana Hollie. La pelirroja se levantó de una silla en la que estaba sentada y abrazó a su amiga– será bueno trabajar juntas nuevamente después de tanto tiempo.
–¿Así que ya se conocían? Supongo que entonces será más sencillo –el comandante Jonathan tomó asiento mientras Ayaka y el teniente Ukeryu acercaban dos sillas al escritorio. Hollie sacó de su bolsa la Eternal Pose y la colocó en la mesa. Tenía la leyenda de Muto en su parte de abajo, lo que significaba que ése era el destino.
–Vamos tras unos busca problemas –les dijo Hollie– es un grupo de bandidos, no se sabe si son o no piratas, pero por sus acciones parece no importar mucho, definitivamente son criminales. Han atacado ya dos islas y, según los informes, recientemente han mostrado intenciones de atacar precisamente Muto. Según los superiores, esto no puede tolerarse más y es por eso que debemos ir a acabarlos. Se hacen llamar “Hell Patrol”, pero no se sabe mucho más que esto, por lo que debemos ir a esa isla lo antes posible y averiguar ahí lo que podamos.
No es que fuera una misión extraña o algo así, pero a Ayaka le pareció muy tediosa. De cualquier forma, tenía que cumplirla y además podría suponer una oportunidad para enmendar su “error” de habérsele escapado el “Leather Rebel” y tener posibilidades de ascender de rango en un futuro cercano, por lo que se mentalizó en completar el trabajo lo mejor posible, sin importar que no le gustara.
–Yo estoy lista, ¿nos vamos? –Hollie se levantó y estiró sus brazos antes de tomar la Eternal Pose nuevamente– mi barco está destruido y mis hombres no vinieron conmigo, así que tu acorazado me viene bien Ayaka.
Así, sin perder tiempo, partieron con rumbo a Muto. El comandante Jonathan insistía en enviar a algunos hombres más con ellas, pero Hollie replicó que las órdenes eran claras y precisas. Para Ayaka fue un alivio. Marinos desconocidos, según su impresión, sólo entorpecerían la misión.
El acorazado salió de Navarone con Ayaka en la cubierta, como si lo estuviera guiando con su voluntad. Pronto Hollie se le unió. Para la pelirroja, era como volver a los viejos tiempos, cuando ella y Ayaka eran apenas unas reclutas y servían en cuarteles menores. En ese momento, la rubia dedicó uno de sus pensamientos a Kazuhiko, “¿ya no seremos novios?” se preguntó. “Supongo que no, si ni siquiera fue a verme al estar convaleciente y según Jet, estaba bien físicamente después de lo de Marineford… ¡Bah! ¡Así será mejor! O todos los hombres son una verdadera molestia o yo siempre elijo a los equivocados”.
El rostro que la capitana tenía mientras cavilaba, no era común en ella. Sus cejas estaban fruncidas y sus labios estaban juntos y estirados al frente, como una especie de puchero infantil. A Hollie, quien la estaba observando, le causaba bastante gracia; aun así, la despertó de sus pensamientos.
–¡Ah, es cierto! –se sorprendió Ayaka cuando se dio cuenta de que había olvidado la presencia de su amiga– ¿qué pasó con tu embarcación?
–Me topé con unos piratas, y creo que los subestimé –y Hollie relató a su compañera todo lo sucedido en el G-8, lo cual Ayaka ya sabía por palabras de Jet, y también su segundo encuentro con los piratas de Blaze, cuando Natsuki destrozó su acorazado, hecho que Ayaka sí desconocía.
–Perdóname Ayaka –dijo Holie, con rostro un poco molesto– quería atrapar a ese pirata, a ese “Leather Rebel”, para que el escape que hizo de tu barco no te afectara tanto en tus reportes en Marineford, pero se me escapó, dos veces. Debo aceptar que su tripulación es ruda, es un capitán que sabe elegir bien a sus compañeros.
Ayaka quiso revelar por un momento que, en realidad, el capitán de aquella tripulación era Blaze, pero no era prudente. De alguna manera, sentía bastante simpatía por ese hombre de acero, y, además, podría ponerla a ella en una situación sospechosa. En lugar de ello, la rubia cambió el tema y empezó a remembrar aquellos días viejos de la academia y el día se fue en ello. Incluso, por la noche, las dos, acompañadas de Hanako, tuvieron una pijamada, todo idea de Hollie, quien siempre era más emocional que Ayaka.
–Parecemos niñas de cinco años, ¿no? –decía Hollie– al menos así me siento ahora –pero Ayaka no respondió y sólo agachó la cabeza, esbozando una triste sonrisa mientras estaba sentada en su cama. Hollie se dio cuenta de lo que había dicho– perdón, lo olvidé por un momento.
–Algún día, estoy segura –afirmó Ayaka– llegará el día en que pueda recordar qué me sucedió a los diez años que me hizo olvidar todo lo anterior a esa fecha– les dijo, pero luego volvió a sonreír– pero no estamos aquí para eso, vamos a pasarla bien hasta llegar a Muto.
Ayaka había sido “rescatada” por algunos marines en una isla. Al menos eso le habían dicho. Ella no sabía qué isla era, lo único que sabía era su propio nombre y que había sido llevada a una base de la marina. Tras pasar algunos días allí, le dijeron que era una huérfana, y no podían hacerse cargo de ella. La pequeña no recordaba si tenía padre o madre, pero según le habían dicho, habían muerto; de cualquier forma, hubo una persona que afirmó que enviar a la niña a un orfanatorio, podría no ser lo ideal. Para él, lo mejor que podían hacer, dadas las circunstancias, era dejar a la niña entrar a la marina, convertirla en una recluta.
Así sucedió. La rubia fue introducida a la academia por esa persona, quien después supo, era el afamado Vicealmirante Garp.
Ayaka era la más joven de un grupo de nuevos reclutas, pero pronto llegó otra niña de su edad. Su nombre era Hollie, y ella misma había pedido entrar a la marina. Había quedado huérfana tras ser la única sobreviviente de un naufragio causado por piratas. Pronto, Ayaka y Hollie se convirtieron en las mejores amigas. Dormían juntas, comían juntas, aprendían juntas, entrenaban juntas y crecían juntas. El intento de Ayaka por recordar lo que había pasado, la hizo más retraída y callada, mientras que Hollie siempre intentaba animarla. Siempre estaban juntas.
Cuando estaban tristes, lloraban juntas, cuando eran felices, reían juntas, cuando tenían miedo, se abrazaban la una a la otra y se calmaban hasta dormirse. Cuando los cambios de la adolescencia llegaron, se ayudaban la una a la otra, como dos hermanas. Cuando fue hora de elegir su modo de pelea, cada una se decidió por un arma distinta, para no competir una contra la otra en la misma disciplina.
Finalmente, al cumplir los diecisiete años, a ambas se les dio un rango y de ahí subieron, hasta ser capitanas a los veintiún años, muy jóvenes. Ahora tenían veintidós cada una.
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Saga de Ayaka
Parte B:
Datos de los protagonistas:
Parte B:
- Spoiler:
- Tres días pasaron hasta que el barco llegó a Muto. La isla era bastante poblada, según parecía. Abundaban las casas de madera y barro por toda la costa la cual tenía muy pocos árboles. De alguna manera, recordaba a Logue Town, aunque con edificaciones no tan altas. Los pobladores, al ver desde lejos el acorazado de la marina, se aglomeraron en uno de los muelles. Lentamente, arrastrándose por el agua, el navío arribó al lugar. Al bajar por la plancha, Ayaka vio los rostros de los pobladores, los cuales la veían, no con una gran alegría sino con fe y esperanza; nunca, la rubia capitana, había sido recibida así en algún lugar.
Pronto platicaron con los pobladores. Los líderes de éstos les hicieron saber que una semana atrás, ese grupo conocido como “Hell Patrol” había ido a amenazarlos. Destrozaría el lugar, mataría a todos, excepto por algunas mujeres, a menos de que les dieran mil millones de berries. Regresarían justo ocho días después, lo que significaba que faltaba sólo una noche para ello.
–¿Qué piensan? –preguntó uno de los hombres a Ayaka, Hollie y al teniente Ukeryu. La rubia fue la que habló.
–Es evidente –dijo Ayaka– ellos no tienen intenciones de perdonar la vida a este lugar –y al escuchar esas palabras, los moradores de Muto se estremecieron un poco– la cantidad que piden es ridícula, una fortuna la cual ni siquiera ellos podrían contar. Además a juzgar por el reporte de la marina, el cual dice que, probablemente, estos sujetos han arrasado con otras islas, nos dice que no hay intenciones de negociar –los rostros de los líderes se ensombrecieron entonces y se hundieron en la desesperación, al menos hasta que Ayaka siguió hablando– pero ya estamos aquí. Y esos hombres no parecen perseguir un fin que no sea egoísta. Si sus sueños y esperanzas están puestos en el poder y el dinero conseguido a costa de pobres inocentes, intuyo que no son demasiado poderosos, sin contar que no habían sido detectados por los Cuarteles Generales antes.
“Los venceremos aquí mañana. Lo que han de hacer todos ustedes –les dijo ella a los líderes– es refugiarse desde tempranas horas en lugares lejanos a las costas. No queremos que haya más víctimas.
Con una pequeña plática, la joven había calmado a la población, estudiado el asunto y dado órdenes. Su agilidad mental era de destacar.
–Ciertamente, la “Señorita Perfección” –pensó Hollie mientras sonreía para sí
Los tres oficiales, acompañados por Hanako y algunos otros marines, salieron con rumbo a la costa, para preparar ahí la estrategia.
–Según los pobladores, Maya, la isla que fue arrasada anteriormente, queda, aproximadamente, en aquella dirección –señaló Ayaka el Noreste– así que lo más probable es que lleguen de ese punto; sin embargo, el Log Pose o Eternal Pose, cualesquiera que estén utilizando para venir aquí, puede ser engañoso y, según testigos, hace una semana, el barco de esos criminales llegó por el otro muelle, al Norte de la isla.
–¿Y qué propone, capitana? –preguntó Ukeryu.
–Es lógico que una fuerza nuestra espere a estos rufianes en el mismo lugar donde desembarcaron aquella vez. Otra deberá hacerlo aquí, por las dudas, y otra más, en las calles de la ciudad, para defender a los pobladores. No debemos perder una sola vida de este pueblo.
Así, se decidió que un grupo liderado por Hollie esperaría en el muelle donde una semana antes habían llegado los miembros de esa “Hell Patrol”. Otro grupo liderado por Ayaka esperaría en el otro muelle, mientras que el teniente Ukeryu comandaría el grupo de la ciudad. Todo estaba listo y antes de que se pusiera el sol, hablaron por última vez con los pobladores para asegurarse de que iban a cooperar con ellos y no más tarde, se fueron a dormir, había que tener energía para el siguiente día.
–Dijiste que, muy probablemente, eran débiles –le dijo Hollie a Ayaka antes de dormir– ¿estás segura de ello?
–O son muy débiles, o han querido pasar desapercibidos por dar un gran golpe y son realmente poderosos. De cualquier forma, lo importante era calmar a la gente –dijo la rubia ya recostada.
–No lo entiendo Ayaka –dijo Hollie– ¿Cómo siendo como eres, tan meticulosa, se te escapó un pirata de la celda de tu barco? Es que es tan extraño eso en ti.
Ayaka no respondió de inmediato. Pensó un momento que podría fingir estar dormida, pero tampoco quería dejar a su amiga hablando sola, así que se dignó a responder: –fue una falla, hay que superarla y salir adelante, son cosas que suceden –así, una respuesta, que no era realmente una respuesta, pero que invitaba a Hollie a no preguntar más. Tras eso, ambas durmieron, descansando para el día que les esperaba.
Temprano, casi junto con el sol, los marines ya estaban en sus puestos. Tuvieron que esperar un poco más de tres horas para ver que algo finalmente se acercaba. Eran dos barcos en total y, extrañamente, se separaron ya cerca de la isla. Uno fue directo hacia donde estaba Hollie y el otro iba a por Ayaka.
–¿Esto qué significa, capitana? –preguntó Hanako quien divisaba un navío no muy grande y sin bandera o insignia alguna, que se acercaba.
–Quiere decir que estos sujetos, o tienen mucha confianza en sus habilidades o ya tenían un plan trazado por si esto sucedía; ya veremos qué sucede cuando lleguen –le dijo Ayaka. Una de las cosas que Hanako más admiraba de su superior, era la calma que ella mostraba cuando había problemas, pocas cosas parecían realmente perturbarla.
El barco llegó con pocos tripulantes, cuatro para ser exactos. El primero que bajó, era un hombre grande, calvo, con unos googles en la frente, nariz ancha y una enorme espada en su mano derecha, recargada sobre su hombro del mismo lado. Al mirar hacia abajo y ver a Ayaka, el hombre carcajeó fuerte.
–Al ver los barcos de la marina, pensamos que había alguien fuerte por aquí, pero sólo veo a unas niñitas con pocos soldaditos debiluchos –y mientras él seguía riendo, Ayaka se dio cuenta de que estaba en lo correcto, no eran demasiado fuertes– yo soy Royce y creo que ya encontré a una linda señorita digna de mí, a ti te voy a dejar vivir y te quedarás conmigo –le dijo a la capitana y luego estiró su brazo para tocarle el rostro. Hanako estaba por hacer algo cuando, con un rápido movimiento, Ayaka sacó su florete y lastimó levemente el brazo de Royce.
–No me gusta que me ensucien, menos tan temprano, y mucho menos, el rostro –le dijo ella poniéndose en guardia. Royce convirtió su burla en enfado mientras Ayaka ordenaba a Hanako y los demás marines a su cargo, estar atentos a los movimientos de los otros tres hombres.
Él sacó una espada enorme y pesada, tanto, que, a pesar de su fuerza, debía sostenerla con ambas manos. Plantó bien sus piernas en la tierra y se dispuso a atacar a la rubia, pero ésta esquivó el ataque, aunque fue más rápido de lo que esperaba.
–Voy a romper tu frágil espadita, pequeña, y luego ya no tendrás con que defenderte.
–Si te has puesto eso como objetivo– le dijo Ayaka, poniéndose en guardia– me temo que has perdido la pelea –Royce, enfadado, dio un nuevo golpe con su espada. Ayaka cruzó armas con su rival, pero no era que su florete fuera a detener la espada de éste. La esgrima resbaló un poco y “dirigió” el golpe hacia un lado, y así sucedía con cada ataque de Royce. Él intentaba destruir el florete de Ayaka, pero ésta se las arreglaba para desviar cada ofensiva. En una de esas oportunidades, la rubia aprovechó para hacer dos heridas en el pecho del criminal.
El enojo de Royce fue creciendo, pero entre más fuerza imprimía a sus golpes, con más facilidad parecía que Ayaka los contrarrestaba. Pronto, el pecho y brazos de Royce, estaban repletos de cortes, no muy profundos, pero sí largos y finos.
–Tú no eres un espadachín– le dijo Ayaka– portas una espada, pero no practicas el kenjutsu. Sólo te he dado oportunidad de que te rindas, pero, si me sigues atacando, morirás en mi próximo ataque, o al menos quedarás inutilizado, así que mejor déjate apresar.
–¡Cállate maldita zorra! –Royce hizo caso omiso alas advertencias de la marine y se dispuso a atacar de nueva cuenta– ¡Yo soy el mejor espadachín de Grand Line y te mataré ahora!
Sin embargo, de nuevo, Ayaka utilizó la propia inercia de su rival para desviar el golpe y su esgrima se dirigió hacia el brazo derecho de Royce, perforándolo desde el codo, hasta el hombro y dejando salir gran cantidad de sangre cuando la sacó de ahí.
–Conozco al menos dos mejores espadachines en Grand Line, que son mil veces mejores que tú –dijo Ayaka, pensando en Jet y Kazuhiko– Aunque estoy segura de que hay cientos más. Por cierto, he sido indulgente, tu garganta pudo haber terminado como tu brazo. Claro que si decides continuar, te atacaré sin misericordia.
Los ojos azules de la rubia, se tornaron más oscuros y daban algo de miedo, sobre todo a Royce, quien no podía creer que hubiera sido humillado de esa manera. En tan sólo unos minutos, se había dado cuenta de cuán lejos estaba del verdadero poder de Grand Line. De cualquier forma, trató de hacer algo de tiempo, esperando que sus compañeros tuvieran más suerte en el otro muelle. Suponía que, en grupo, no sería tan difícil acabar con Ayaka; su frustración fue mostrada al azotar su cabeza contra el suelo, ya al ver que los otros que habían llegado con él, había sido derrotados por Hanako y los demás marines. La misma aprendiz se le acercó, para ponerle las esposas en los gruesos brazos.
–No deberías sentirte tan mal –le dijo– fuera de la batalla de Marineford, nunca he visto que alguien siquiera toque a la capitana.
Y la suerte de Royce no iba a cambiar. Tres de sus compañeros, Gil, Eff y Coy, los dos primeros con armas de fuego y el tercero con cuchillos largos, uno en cada mano, se medían a Hollie, los tres al mismo tiempo, mientras que otros de sus hombres, de menor fuerza, se las veían con los marines de rango bajo.
–¿Qué es lo que haces, maldita zorra? –se quejaba Gil, al ver que la pelirroja esquivaba sin problemas sus balas. Luego, dirigió unas pocas palabras a Eff y éste huyó; sin embargo, Hollie ni se inmutó.
–Así que piensa atacarme a distancia, ¿no es así? –preguntó ella sonriente, mientras sus rivales, incrédulos, se enfadaban cada vez más al darse cuenta de que la marine, los tenía en sus manos– lo malo es que, cuando él llegue al lugar desde donde piensa atacarme, tal vez yo ya no estaré distraída –y ella detuvo, casi sin esfuerzo, un ataque de Coy y se dispuso a pelear con él. No fue mucho el tiempo que resistió Coy, pronto perdió uno de sus cuchillos y estaba cerca de ser herido por la naginata de Hollie, cuando ésta saltó. Menos de un segundo después, era herido por las pistolas de Gil. Éste, paralizado por lo que acababa de suceder, no se dio cuenta de que la pelirroja ya estaba a su lado, ella, con un rápido movimiento, le derribó las armas, le hizo una herida en el pecho y luego lo desmayó con un golpe en la cabeza.
–Pensé que me entretendrían más –dijo ella y luego volteó hacia otro lugar– y tú no eres la excepción, eres débil –le hablaba al otro sujeto, quien había sacado un rifle de larga distancia, cuyas partes tenía escondidas. Justo veía por la mira cuando la chica le hacía gestos burlones. Él, instintivamente, disparó, pero la bala fue esquivada con gracia por Hollie. Ella echó a correr y no pasó mucho tiempo antes de que capturara al restante criminal– no te preocupes, Ayaka ya acabó con tus otros amigos, y los que intentaron escapar rumbo al pueblo, también fueron capturados.
–¿Qué truco utilizaste? ¡Bruja! –le espetaba uno de los golpeados miembros de la “Hell Patrol”.
–¿Truco? –rió Hollie– esto no es más que ambición, y si no te es familiar, has tenido suerte de toparte con la Marina y no con otros piratas, que los habrían desollado vivos.
Pronto, Ayaka, Hollie y Ukeryu, llevaron a los criminales a las celdas del barco de la rubia y se quedaron vigilados por el teniente y el resto de marines. Ayaka, por su parte, fue quien recibió la gratitud de los habitantes. Nadie había salido herido y toda la “Hell Patrol” había sido capturada; pero Ayaka no estaba satisfecha y pidió una Eternal Pose con rumbo a Maya, la cual sí pudo serle prestada por los pobladores. A continuación, pidió a Hollie quedarse allí, sólo por si las dudas y se llevó el barco de Royce con Hanako y unos pocos marines.
No demoraron mucho en llegar a Maya, quizás tres horas. Pudieron ver cómo se acercaban a la isla, debido a que había dos torres de humo. El lugar era tropical, había palmeras por todos lados y hacia el centro una meseta pequeña donde estaba el pueblo. Cuando Ayaka y los marines vieron la escena, suspiraron de dolor, pena y furia. Había cuerpos por todos lados, quemados o cortados, o ambas. Eran casi sólo hombres, una que otra mujer, todas de edad avanzada. El grupo siguió hasta aquellas construcciones de las que salía humo y lo que encontraron dentro los agitó a todos.
Algunos reclutas, los más jóvenes, no pudieron evitar volver los alimentos, incluida Hanako. Ayaka sacó un pañuelo de su pantalón para cubrir su boca y nariz, sobre todo ésta última, debido al mal olor. Frente a ella, ya tras un fuego sofocado, estaba una pila de cadáveres, todos ellos quemados.
–Fueron lanzados intencionalmente aquí –afirmó Ayaka al acercarse un poco– y todas, son, o más bien, eran mujeres, delgadas, creo, y, posiblemente, jóvenes –mientras decía esto, los ojos de la rubia se humedecían y su voz cambiaba– cuando ya no les sirvieron, las lanzaron aquí. Creían que iban a tener nuevas mujeres en Muto.
Ayaka ordenó a sus marines, comenzar a cavar tumbas en el poblado, iban a enterrar a todos los cadáveres. De pronto, la rubia escuchó su nombre. Uno de sus hombres la llamaba desde otro lugar. La capitana se apresuró y encontró al marine en otra vivienda. Dentro, había una pequeña niña que no pasaría de los cinco años, más que delgada y de cabello castaño claro muy corto, casi en los huesos, con sus muñecas atadas a una cama gracias a una gastada soga.
–No la he movido, no sé en qué estado se encuentra –dijo el marine. Él y Ayaka observaron un momento a la chiquilla, quien estaba inconsciente y vieron con alivio que parecía seguir respirando. Ayaka se acercó y con su mano derecha tentó el cuello de la niña, buscando la arteria carótida. Su pulso era débil, demasiado. Lo primero que la capitana hizo, fue llamar a un marine con conocimientos médicos que había llevado a la isla por si acaso. Antes de que él llegara, la rubia cortó la cuerda que tenía atada a la niña y la recostó de espaldas.
Al llegar el médico, muchos otros marines, entre ellos Hanako, quisieron entrar a esa pequeña casa, pero Ayaka se los prohibió tajantemente. No podía haber una multitud con una pequeña niña casi moribunda en el lugar. El médico entonces, inyectó una solución directamente a la niña que serviría para evitar la deshidratación. La rubia capitana entonces tomó con fuerza en sus brazos a la chiquilla y se apresuró, aunque sin brusquedad a llevarla al barco, donde podría ser mejor atendida.
Fueron unas dos horas en las que los marines demoraron en cavar las tumbas para enterrar a aquellos cuerpos que todavía estaban en condiciones para ello. Luego, tras los entierros, todos, a excepción del médico, que seguía cuidando de la niña, se prestaron para dar el último adiós a los muertos.
–Dijiste que tu familia es religiosa, ¿no Hanako? –le dijo Ayaka a su pupila– di una oración y todos te seguiremos –así, la adolescente recitó algunas palabras y fue seguida por sus compañeros y su superior. Después de ese ritual, se retiraron al barco y de regreso hacia Muto.
Justo a la hora de viaje, la pequeña niña abrió los ojos. Ayaka estaba junto a ella, cuidándola. La niña no dijo nada, apenas vio a la capitana y volvió a dormir, exhausta. Pero esos ojos tenían vida, algo le decía a Ayaka que la chiquilla estaría bien en poco tiempo.
Al arribar a Muto, Ayaka y sus hombres fueron recibidos por Hollie y Ukeryu, pero la rubia apenas si saludó, quería ir a su buque a descansar. Hollie preguntó a Hanako lo que había sucedido y ésta relató de lo que habían visto en la isla de Maya, por lo que la capitana alcanzó a su compañera.
–No ha sido tu culpa Ayaka, no podíamos haberlos salvado.
–¡Exactamente porque pudimos haberlos salvado es que tengo este humor! –le respondió exaltada, perdiendo los estribos como pocas veces lo hacía– si el Gobierno nos hubiera enviado a la primera advertencia de violencia por parte de estas basuras, habríamos salvado muchas más vidas, no sólo una... –y de sus ojos, comenzaron a salir gruesas lágrimas que rodaban por sus mejillas enrojecidas– debiste haber visto aquello Hollie. Los más afortunados murieron al ser atacados por una espada o por un arma de fuego. En esa pila de cadáveres, algunas de esas chicas todavía estaban en un estado reconocible y se podía ver en su cuerpo, sin ninguna duda, que habían sido violadas una y otra vez. ¡Cuando ya no les sirvieron, las arrojaron al fuego, a todas juntas! ¡Sus rostros eran de terror y dolor, las hicieron sufrir hasta el final!”
“¿Tú piensas acaso que ellas merecían morir de esa manera? –la capitana, entre sollozos, hablaba a la par que gritaba con furia– ¡¿No crees que ellas debían haber sido salvadas por el gobierno de este mundo?! ¡¡La marina las dejó morir!! Sólo porque “no eran importantes” o porque “no eran parte del Gobierno Mundial”
–Ayaka, estás hablando como una pirata.
–¡No sabes nada de piratas, Hollie! –y al decir esto, se retiró a su barco y de inmediato se encerró en su camarote.
Ayaka no volvió a salir de allí. Fueron Hollie y el teniente Ukeryu quienes se despidieron de los pobladores y dejaron una guardia de algunos marines por si las dudas. Ya enviarían por ellos en siguientes días. Así fue que dejaron Muto para dirigirse a Marineford.
Cuando sintió que el acorazado se ponía en movimiento, fue cuando la rubia salió de su habitación, aunque aclaró que ya había dejado en par de ocasiones el camarote para ver el estado de la niña que habían salvado en Maya.
–No quise gritarte de esa manera, perdón –le dijo Ayaka a Hollie, quien sólo sonrió.
–Pensé que dejaríamos a la niña en Muto– dijo Hollie, cambiando de tema rápidamente.
–Aún no despierta, pensé que lo mejor era que siguiera con nosotros hasta que despertara y se sintiera bien. Ya en Marineford sabremos qué hacer con ella.
Fue hasta dos días después que el médico avisó a los oficiales que la pequeñita había despertado finalmente. Ayaka y Hollie entraron en una pequeña habitación donde estaba siendo atendida la niña y ella estaba parpadeando una y otra vez, como para acostumbrarse a ver nuevamente con sus ojos tras tanto tiempo de estar dormida. Cuando vio a Ayaka, su mirada se quedó fija en ella y luego esbozó una sonrisa, tímida, pero evidente. La capitana se acercó a ella y le tomó sus manos.
–¿Estás bien? –le preguntó y luego se giró al médico– ¿está bien?
–Ciertamente está bien –respondió él– sufrió algunos golpes, pero al parecer ninguno grave en su cabeza, sólo tenía el hombro dislocado, pero lo acomodé. Si se refiere a sus partes, están bien, no fue abusada.
Ayaka suspiró al saber que al menos esa niña no había sufrido de la misma manera que las otras mujeres que habían sido encontradas muertas en Maya. Hollie se acercó a la niña, pero ésta puso un rostro de susto y trató de esconderse tras las sábanas. No fue sino hasta que Ayaka le tendió sus manos nuevamente, que se mostró nuevamente.
–No tengas miedo, por favor. Estamos aquí para ayudarte, ¿podrías decirnos tu nombre? –la niña dudó un momento, pero luego, tartamudeando, finalmente algo salió de su boca.
–A... Aiko.
–Es un bonito nombre –le dijo Ayaka casi maternalmente– yo me llamo Ayaka y ella es mi amiga Hollie, somos de la marina.
La pequeña Aiko miró un poco confundida a ambas chicas y luego, tras un silencio, comenzó a llorar. Hollie estuvo a punto de decir algo, pero Ayaka se lo impidió, abrazó a la niña y dejó que llorara todo lo que quisiera.
–Mis... mis papás... están muertos –decía mientras aguantaba por un segundo el llanto. Más tarde. Ayaka y Hollie supieron que Aiko tenía cuatro años, aunque intuyeron que quizás estuviera cerca de cumplir los cinco. La niña no sabía por qué la habían dejado viva, aunque Ayaka supuso que sería con fines bastante ruines.
–Ella te recuerda a ti, ¿no es así?
–Algo así, pero al menos ella recuerda a sus padres, y todo lo que ha pasado –respondió Ayaka recargada en la barandilla de su acorazado tras dejar dormir un poco más a Aiko– no dejaré que sufra más de lo que ya lo ha hecho. Por mi parte, sé que algún día recordaré todo, lo sé.
Datos de los protagonistas:
- Spoiler:
- Blaze
Edad: 21 años
Estatura: 1.91 m
Peso: 85 kg
Puesto: Capitán
Arma/habilidad: Fruta Khan Khan (acero)
Apodo: Ninguno
Recompensa: 0 berries
Música: Steeler (Judas Priest), Aenima (Tool) y Back in Black (AC/DC)
Jet
Edad: 21 años
Estatura: 1.85 m
Peso: 82 kg
Puesto: Primero de a bordo
Arma/habilidad: Espadachín/Kangaiishi
Apodo: Leather Rebel
Recompensa: 37 millones de berries
Música: Leather Rebel (Judas Priest), Four Kicks (Kings of Leon) y Overkill (Motorhead)
Natsuki
Edad: 17 años
Estatura: 1.68 m
Peso: 55 kg
Puesto: Navegante
Arma/habilidad: Fruta Kyo Kyo (tamaño)
Apodo: Ninguno
Recompensa: 7 millones de berries
Música: Voodoo Child (Jimi Hendrix), Milk (Kings of leon) y Free Bird (Lynyrd Skynyrd)
Aoi Fubuki (Fuu)
Edad: 20 años
Estatura: 1.66 m
Peso: 52 kg
Puesto: Cocinera e inventora
Arma/habilidad: Toda clase de inventos.
Apodo: Killer Princess
Recompensa: 15 millones de berries
Música: Killer Queen (Queen), Stairway to Heaven (Led Zeppelin) y Razor Blade (Zoé)
Shinta
Edad: 13 años
Estatura: 1.58 m
Peso: 50 kg
Puesto: Tirador
Arma/habilidad: Revólveres
Apodo: Ninguno
Recompensa: 10 millones de berries
Música: Rapid Fire (Judas Priest), Children of the Damned (Iron Maiden) y Who’ll Stop the Rain (Creedence Clearwater Revival)
Osore
Edad: 20 años
Estatura: 1.81 m
Peso: 78 kg
Puesto: Médico
Arma/habilidad: Lanza-tridente
Apodo: Neon Knight
Recompensa: 18 millones de berries
Música: Neon Knights (Black Sabbath), You’ve Got Another Thing Comin’ (Judas Priest) y Vynil (Zoé)
Makoto
Edad: 19 años
Estatura: 1.71 m
Peso: 56 kg
Puesto: Vigía
Arma/habilidad: Kung Fu
Apodo: Ninguno
Recompensa: 25 millones de berries
Música: The Hellion-Electric Eye (Judas Priest), Proud Mary (Creedence Clearwater Revival) y Rock & Roll (Led Zeppelin)
Ayaka
Edad: 22 años
Estatura: 1.70 m
Peso: 58 kg
Puesto: Capitana de la marina
Arma/habilidad: Esgrima
Música: Taper Jean Girl (Kings of Leon), Lyin Eyes (Eagles) y Black Sabbath (Black Sabbath)
kaizoku ou-
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 59 (Log cargado en Xiang):
- Spoiler:
- Un joven saltaba de piedra en piedra para evitar caer en un riachuelo que se atravesaba en su camino. Tras superar tal obstáculo, echó a correr por un camino de tierra algo blanda, rodeado de granjas y campos de arroz. Llevaba una camiseta negra sin mangas, pegada al delgado torso. Sus brazos, no muy musculosos, se balanceaban por encima de dos revólveres que colgaban a la altura de sus costillas dentro de sus fundas que estaban aseguradas con correas desde sus hombros. En el pecho brillaba un medallón que colgaba de su cuello. Sus pantorrillas salían libres a la vista puesto que su pantalón acababa justo debajo de sus rodillas. En su mano derecha llevaba una carta.
A toda velocidad se acercó a la Ciudad Imperial y los guardias abrieron las puertas para que pudiera entrar. Siguió corriendo atravesando los jardines frontales de la Ciudad y entrando finalmente al Palacio. Sabía de memoria las puertas y pasillos que debía tomar y finalmente llegó al salón del trono. Ahí, Xiang Kai leía un periódico. En el mismo lugar, varios hombres se encontraban de pie, cerca de la monarca, mientras que algunos otros estaban alrededor de la habitación.
–¡Hola Jet! –saludó el joven a uno de éstos últimos, al pasar corriendo para postrarse justo frente a Madame Kai. Agitado, descansó con sus manos sobre sus rodillas antes de hablar, aunque ella se le adelantó.
–¿Qué noticias hay? –le preguntó con su voz que sonaba jovial y experimentada a la vez.
–El punte está cerca de ser terminado –dijo Shinta sonriendo y luego extendió su mano entregando la carta que tenía en ella– éste es un dibujo hecho por uno de los habitantes, es muy aproximado –Xiang Kai lo tomó y lo vio un momento.
–Diría entonces que faltan alrededor de dos meses para que se termine. Con esto, las islas estarán mejor conectadas y todo será muy rápido –sonrió ella sinceramente– aunque si todos pudieran correr como tú, tal vez no sería tan necesario, no supuse que volverías antes de la hora de comida.
Él sólo sonrió. El Shinta de quince años de edad había cambiado con respecto a cuando llegó al archipiélago. No sólo su estatura era mucho más alta, sino que su voz y semblante ya parecían más el de un hombre que el de un niño, aunque todavía era un adolescente, por supuesto.
Minutos después, llegó la hora de ir al comedor para los alimentos de la mitad del día. Atrás de Xiang Kai no sólo iba Shinta, sino todos sus guardias personales, entre ellos, Jet. El espadachín parecía el mismo de cuando los piratas habían llegado a las islas, poco a había cambiado, incluso utilizaba el mismo estilo de ropa.
Al arribar al comedor, todos ya esperaban la comida, aunque ésta no podía servirse sino hasta que Xiang Kai hiciera acto de presencia. Al momento que la monarca tomó asiento, fue cuando finalmente los contenedores fueron llenados y Natsuki salió para pedir las órdenes de Madame Kai. Ella no demoró en hacer su orden y la joven regresó a la cocina.
Natsuki tampoco había sufrido muchos cambios, a excepción de que ahora utilizaba más bien mini faldas en lugar de sus minishorts. Madame Kai le había aconsejado que ello le haría ver más adulta, aunque claro, su carácter también debía cambiar un poco. Ese aspecto de la navegante seguía prácticamente igual, su maduración mental no era su fuerte. De igual forma su cuerpo no había sufrido ningún cambio, si acaso un poco más delgada, pero sus curvas seguían allí. Su cabello le llegaba hasta las caderas, en lugar de a la mitad de la espalda.
Entró a la cocina y dio la orden de Xiang Kai a Na Lai y a Fuu. El cambio más notable en la princesa era que su cabello celeste había crecido y ahora le llegaba un poco más arriba de la mitad de su espalda. En la caída, el pelo se tornaba en rizos cual cascada de aguas cristalinas cuando choca con su parte más baja. La siempre blanca en tez Fubuki era cortejada por muchos de los habitantes de las islas, pero hábilmente lograba escapar de esa cantidad de hombres. Para moverse más fácil, la ojiazul había dejado, la mayor parte del tiempo, sus acostumbrados vestidos amplios y se decantaba más por los jeans y blusas casuales, cubiertos una buena parte del día con algún delantal.
Cerca de la cocinera se encontraba Makoto, quien regresaba del comedor tras acomodar la totalidad de los contenedores. También la peliverde tenía el cabello algo más abundante. Igualmente lacio, caía rectamente casi hasta los hombros y los dos mechones que le cruzaban el rostro seguían allí y ahora se juntaban con el resto de su pelo a la altura de la barbilla, ya no en la mejilla. Además, la joven, desinhibida por haber compartido su vida por más de un año y medio con varios jóvenes hombres, ya no era tan reacia a mostrar un poco más su cuerpo y ahora era ella la que utilizaba ajustados minishorts y deportivos tops. Aunque si sorprendía a alguien mirándole de más las piernas, éste recibía una buena paliza.
Tarde llegaban al comedor Blaze, Osore y Huang. El primero era el mismo de cuando la llegada de los piratas. Al igual que Jet, si había algún cambio, al menos no se le notaba a primera vista.
Con Osore era lo contrario. Si las chicas se habían dejado crecer el cabello, él, al contrario, le había hecho pasar tijera. No era a rape, pero sí bastante corto, con lo cual se le veía un poco más oscuro que antes. Además tenía una cicatriz que le pasaba horizontalmente por la mejilla izquierda, casi desde la nariz hasta cerca de la oreja. Esto no le había hecho perder su suerte con las mujeres. Contradictoriamente, Osore defendía a sus compañeras de cualquier avance hacia ellas por parte de otros habitantes, pero él mismo no perdía la oportunidad para ligar con las chicas bonitas de todo el archipiélago.
Algunos minutos después, cuando Natsuki retiró los platos de la mesa y cruzaba la mitad del salón, un ruido inundó el lugar: el de los trastes cayendo al piso y quebrándose en la acción. La navegante se apenó, pero su primer movimiento fue mirar la mesa donde estaba su capitán y mostrar una emocionada sonrisa.
–¡Ha cambiado! –le dijo con gran entusiasmo– ¡El Log está apuntando hacia otro lugar, lo acabo de ver cambiar! –la joven anunciaba la noticia como si fuese la mayor nueva del mundo. Blaze se levantó de su asiento y ayudó a su compañera a recoger el desastre que su distracción había causado. Osore, Shinta y Jet imitaron a su capitán y al final Huang también se les unió.
Más tarde, los piratas estaban emocionados por la noticia. No era que el lugar no les gustara, al contrario, pero ya era tiempo de continuar con su viaje. Estaban agradecidos con Xiang Kai y, a pesar de su juventud externa, la consideraban como una guía, casi una madre, durante el tiempo en el archipiélago. Por tanto, tenían que hablar con ella para comunicarle formalmente lo sucedido.
–¿Y desean irse de inmediato? –preguntó ella, con su tenue sonrisa de siempre.
–Pues no de inmediato, Xiang Kai –le dijo Blaze– tenemos que hacer preparativos y todo, pero sí lo antes posible, nuestro viaje debe continuar.
–Pues yo les pediría que se quedaran al menos tres semanas más –les dijo ella, sin sonar autoritaria– sé que están ansiosos por volver al mar tras tanto tiempo, pero no querrán irse antes del festival del dragón –los Piratas se miraron los unos a los otros sin saber de lo que la monarca hablaba.
–El Festival del Dragón es una fiesta que se lleva a cabo cada cuatro años en nuestras islas –comenzó ella a explicar– como ustedes saben, cada año tiene 365 días, pero cada cuatro hay un día más. Cuenta la leyenda, que el Dios Dragón hacía alargar el año un día más para visitarlo desde el más allá. Él daba un día más al segundo mes del año especialmente para visitar este mundo y dar bendiciones a sus seguidores y a todas aquellas personas que respetaban las reglas y eran buenas de corazón. Pronto, las personas de este mundo comenzaron a hacer un gran festival para recibir al Dios Dragón cada cuatro años. Hoy en día es sólo una tradición, por supuesto, pero celebramos no sólo cuatro años más de vida, sino la paz y las buenas costumbres entre las personas de nuestro archipiélago.
–Si me lo preguntan, es una bonita historia –dijo Fuu.
–Y el festival suena bastante bien –acotó Osore.
–Me gustaría mucho que pudieran acompañarnos –les sonrió Madame Kai– es una suerte que se encuentren aquí para estas fechas, y estoy segura de que lo disfrutarán.
Con ello, los piratas decidieron que, durante los siguientes días, harían preparativos, pero no zarparían sino hasta dos noches después del festival. Realmente sentían apego por esa tierra y querían ver la gran fiesta. También durante esos días, Xiang Kai dio por terminado su entrenamiento con Makoto.
–¿Está segura de que es todo lo que puede enseñarme?
–Por supuesto que sí –aseguró la monarca– el perfeccionamiento del puño del dragón sólo viene con la práctica, además parece que has desarrollado un estilo un tanto extraño.
–Es mi propio puño del dragón, espero utilizarlo pronto –sonreía la joven para con sus amigas Natsuki y Fuu quienes se encontraban descansando en el jardín que servía de entrenamiento a Makoto.
–Si lo combinas de buena forma con la ambición, podrás ser una guerrera muy difícil de derrotar.
–Justo de eso quería hablarle –interrumpió Fuu– Makoto, y también Jet, Blaze y Osore, han desarrollado eso, la ambición, ¿por qué Natuski, Shinta y yo no hemos podido?
La monarca sonrió un poco y luego se acercó a Fubuki.
–Primeramente, para ser justos, los demás han entrenado un poco más duro que ustedes –le dijo Xiang Kai– aunque ustedes se han esforzado, claro. La verdad es que Shinta es aún algo joven y le tomará más tiempo y, en cuanto a ustedes, no falta mucho para que puedan desarrollarlo. Su personalidad no es guerrera, ustedes prefieren no pelear si no es necesario –y al escuchar esto, Fuu asintió– y es posible que esto también haya afectado. Eso sí princesa, debo decirte que aunque no te has percatado, también tienes ambición ya en tu ser.
Fuu no supo por qué Xiang Kai le decía esto. Se miró un poco las manos y supo que, si quería serle útil a sus nakamas, debía seguir siend
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