[Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 7 (Isla Criolla):
- Spoiler:
- –Qué bueno que Crocus-san tenía una Log Pose –sonreía Natsuki a la mañana siguiente, cuando la banda partió desde los Cabos Gemelos.
–¿Sabías que se necesitaba esa cosa para navegar aquí, y aún así venimos sin tener una? –preguntó Jet algo enfadado con la navegante.
–Bueno, yo pensé que al entrar habría una especie de tienda donde comprarlas o algo así. Además Blaze tenía mucha prisa por llegar a Grand Line. No deberías de preocuparte, todo ha salido bien, ¿o no?
La discusión la interrumpió Blaze, quien anunció que iba a dormir y pidió no ser despertado hasta llegar a la isla. Jet y Natsuki estaban dándose cuenta de cuán flojo era su capitán. Y más cuando ambos, solos, se enfrentaron al cambiante clima que se presentaba en ese primer trayecto desde los Cabos Gemelos hasta la primera isla de su largo viaje. Ambos terminaron mojados, con nieve, despeinados y más tarde, quemados por el fuerte sol.
Blaze salió tiempo después, ya con el cielo despejado, aunque eso sí, mucho calor –qué hermoso clima, no sé porqué dicen que el tiempo de Grand Line es complicado –dijo y luego vio a sus dos nakamas derribados de cansancio en la cubierta del Steeler– oigan, no es tiempo de holgazanear, hay que disfrutar este bonito día –les comentó con una amplia sonrisa. Por supuesto, se llevó un par de miradas asesinas.
Pero afortunadamente para él, alcanzó a ver una isla y pudo disipar un poco el enojo de sus tripulantes. El Steeler se acercó cautelosamente pero eso no evitó que un disparo de rifle reventara una parte de la barandilla del barco, que estaba ubicada cerca de popa.
–¿Con que así quieren jugar? –Blaze no demoró en hacer balas, no tan grandes como las de cañón, pero las fabricó más rápido y las lanzó hacia dirección de sus atacantes. Mientras el barco seguía acercándose, entraba en una bahía, y Jet recomendó a Natsuki que se pusiera en acción.
–Pero no sé qué tan hondo está aquí, ¿tú me rescataras si me hundo de más?
–No seas tonta, es una bahía, no puede estar más hondo de tu cadera si creces al máximo –le afirmó y entonces la castaña sonrió y saltó hacia el mar para luego tomar un tamaño de una kyojin, lo que desestabilizó un poco el Steeler de cualquier forma.
–Dios… ¿ella es tonta, o se hace? –se preguntó Jet al subir rápido al mástil más alto del barco, y desde ahí saltar para quedar colgado del bikini de la navegante, que era todavía lo único que la joven tenía puesto.
–Oye, no pensé que fueras tan mañoso, Jet.
–¡Cállate y vamos hacia la costa!
Gracias a los enormes pasos de Natsuki, los dos demoraron muy poco para vérselas con tres tiradores con escopeta que estaban por ahí, ya un poco mermados por los ataques de Blaze. Detrás de ellos estaba una mujer con cabello al estilo punk, de color rosado, sus labios pintados en negro, vestida con ropa algo desgarrada. Nada femenina, por cierto.
Recargado en una palmera que estaba cerca de ahí, buscando su sombra, se encontraba un hombre alto y muy fuerte, con cabello rubio hacia atrás y ropa casual, camisa blanca con cuadros azules y pantalón azul. Tenía una katana en su costado izquierdo y, curiosamente, estaba bebiendo una taza de té.
La chica en cuestión lanzó entonces un grito ensordecedor, que hizo incluso que Jet cayera desde donde estaba tomado, y que Natsuki detuviera su avance para tomarse los oídos.
–¿Qué tal, les ha gustado? –se burlaba la chica mientras se disponía a lanzar otro de sus gritos, pero antes de que abriera su boca de nuevo, Jet envió un corte volador. Éste iba directo a su cuerpo cuando, de la nada, apareció el otro sujeto, el rubio deshizo el ataque con un golpe de su espada.
En ese mismo momento, Blaze arribaba a la zona dispuesto a ayudar a sus compañeros, pero el espadachín enemigo detuvo las hostilidades –esperen, tal vez no sea necesario pelear, ¿son piratas? –preguntó, obteniendo respuesta afirmativa– entonces bajen sus armas, no hay nada contra ustedes, mi nombre es Katsuro y ella es Suzume, somos guardianes de esta isla de Criolla. Para demostrar nuestras disculpas, los invitamos a comer al palacio real.
Los piratas se reunieron entonces. Por lo que sabían, tenían que esperar un tiempo antes de que la Log Pose se cargara, había que comprar algunos víveres y además Natsuki debía conseguir algo de ropa, no podía estar en su bikini para siempre –está bien, aceptamos –comunicó Blaze, aunque tanto él, como Jet, sabían que no debían de confiar demasiado.
–Si no teníamos porqué pelear, ¿por qué nos han atacado? –preguntó Jet.
–Criolla es acosada por rebeldes –respondió Katsuro– esta isla es parte de una pequeña Federación de nombre Yuki, de esta parte de Grand Line, gobernada por el Rey Masanori. Esta isla es gobernada por su representante, Sadao, a quien puede que conozcan en el palacio.
No era algo normal que a unos piratas se les proporcionara tanta información, pero Blaze y Jet todavía querían ver qué más iba a suceder. Criolla era una isla calurosa, con un clima tropical. Palmeras y casas hechas de paja podían verse por todos lados. Mientras más caminaban nuestros protagonistas, mayor se hacía la ciudad, cuyo centro estaba alejado de la playa. Había una calle principal, con suelo empedrado que daba directo hacia el palacio y desde ahí, hacia los costados crecía la ciudad, estando las casas de los habitantes en los lugares más alejados de ahí, mientras que lo más cercano eran los comercios y tiendas. No parecía ser un lugar demasiado sofisticado, a excepción del palacio, el cual estaba formado por un par de torres y una pequeña columna central, todo con acabados de oro.
Natsuki vio, ya cerca del palacio, una tienda de ropa. En verdad necesitaba una. De sus dos cambios de ropa, uno se había arruinado y el otro estaba sucio, y esa era la razón de estar en bikini, lo que hacía que más de uno la volteara a ver. Sin embargo, cuando estaba por dirigirse a la tienda, recordó que no tenía nada de dinero.
–Toma, aquí están algunos berries, supongo que te alcanzarán para unos 3 ó 4 cambios –le dio Blaze algunos billetes y ella, con sus ojos húmedos le agradeció y entró al establecimiento rápidamente, haciendo que los demás esperaran un poco.
–¿De dónde sacaste el dinero? –preguntó Jet azorado con la escena anterior.
–Cuando robé el barco, también robé dinero, tengo también para la comida. ¿Qué te parece, no soy tan mal capitán, verdad? –sonrió orgulloso. Jet pensó que eso compensaría lo perezoso que su compañero era.
Unos veinte minutos después, Natsuki salió de la tienda con un par de bolsas –¡miren, ya tengo ropa! –enseñó a sus nakamas dos cambios, uno que consistía en unos jeans ajustados y blusa normal, y otro de un minishort con una blusa muy corta y de tirantes.
–¿Y en la otra bolsa qué tienes?
–Un bikini y ropa interior –respondió mientras Jet se golpeaba en la frente con la palma de su mano. Los piratas fueron apresurados por sus anfitriones y finalmente entraron al palacio. No era muy grande y no demoraron mucho en llegar a una habitación, que más bien parecía un estudio. Ahí, detrás de un escritorio, se encontraba un hombre bastante flacuchento, con el cabello largo negro y unos dientes de oro que sacó a relucir cuando abrió la boca. Sus ropas eran elegantes, pero le quedaban bastante grandes, así que no se veía demasiado bien.
–Sadao-san, ellos son piratas y lucen bastante fuertes –presentó Katsuro al trío ante el gobernante de esa isla.
–Si tú lo dices, creo que estará bien, pero primero que nos acompañen a comer. Suzume, informa a la servidumbre que preparen la mesa principal –ordenó Sadao y la chica punk obedeció. Pocos minutos después, todos acudieron a ese salón donde fueron servidos de una buena comida por parte de varias sirvientas. Además de los ya conocidos, había otro sujeto, sentado enseguida de Suzume, quedando de esa forma frente a Jet. Al verse ambos a los ojos el primero le dedicó una especie de gruñidos al espadachín.
–Él es Takeshi, a veces no es muy amigable con las visitas, pero no te preocupes –explicó Katsuro. Takeshi era muy moreno, con cuerpo normal, pero con unos brazos más largos de lo normal, ojos pequeños y cabello negro corto, con dientes afilados que parecían de una bestia.
–Se preguntarán por qué los he invitado a comer. Bueno, pues la isla, y en general la Federación de Yuki, han sido últimamente atacadas por rebeldes. Necesitamos entonces más defensores de este reino, defensores de la paz –afirmó Sadao antes de darle el primer sorbo a su vino.
–Si entiendo bien, ustedes quieren que nosotros seamos parte de su guardia real o algo por el estilo –dijo Jet. Sadao asintió con la cabeza. Antes de que el espadachín pudiese responder, su capitán lo hizo.
–Somos piratas, no guardias. No salimos al mar para conseguir un empleo o algo así, sino para buscar nuestros sueños, y para ninguno de nosotros, su ideal es quedarse aquí.
Sadao esperaba que pudiese haber una respuesta negativa, pero no una tan tajante, así que pidió que todos empezaran a comer y más tarde ahondarían en el asunto. De pronto Sadao hizo un gesto de asco y lanzó un plato con sopa al suelo –dije específicamente sin cebolla, ni una pisca. ¡Fubuki, ven para acá! –llamó enfadado. Una joven de tez sumamente blanca, con cabello azul muy claro hasta los hombros y ojos también azules, arribó al comedor, vistiendo un traje de sirvienta. En su mirada y rostro había preocupación.
–No voy a preguntar por qué diablos has puesto cebolla en la sopa. Pero sí voy a hacer que limpies –le ordenó, y luego pidió a sus guardias que también derramaran la sopa en el suelo, para que Fubuki la limpiara, lo que hizo que Blaze se levantara violentamente.
–¡¿Qué diablos creen qué hacen?! –gritó visiblemente enfadado.
–No te preocupes –trató de calmarlo Katsuro– ella es esclava del palacio, así que no importa –dijo como si fuese algo normal.
–¡Eso es aún peor, ninguna persona es propiedad de alguien más!.
–¡Es cierto! –siguió Natsuki, más que nada para apoyar a su nakama, mientras que Jet observaba la situación con cuidado.
–Si no les gusta, es hora entonces de que se marchen de aquí. Son cobardes como guerreros y tontos como humanos –les dijo Sadao. Jet estaba por utilizar su espada al escuchar esto, pero Natsuki, en uno de sus pocos momentos de inteligencia y buen juicio, lo detuvo.
–Mejor vámonos capitán –le pidió la joven a Blaze y éste accedió, llevándose ambos a Jet casi a rastras, pues estaba ansioso por desenfundar su espada.
Cuando los tres salieron del palacio, Sadao ordenó a Fubuki que siguiera limpiando –hay gente que todavía no sabe cómo se mueve este mundo. Takeshi, ve a acabarlos –le ordenó y éste se apresuró a alcanzar al trío pirata.
kaizoku ou-
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 8 (Batalla en Criolla):
- Spoiler:
- Los tres, ya estaban cerca de salir de la población, mientras que Jet aún refunfuñaba por lo sucedido –oye amigo, por desgracia, la esclavitud es común para muchas personas en Grand Line, es lo que he sabido –le dijo Blaze haciendo una mueca, cuando de pronto se apareció Takeshi, quien con una gran velocidad, noqueó a Natsuki de un solo golpe.
Luego se dispuso a golpear a Blaze, pero éste hizo un escudo de acero y luego se lo lanzó al sujeto, quien más bien parecía una bestia. Había algo de gente cercana a donde estaba suscitándose la pelea y la mayoría corrían despavoridos. Ya conocían lo que sucedía cuando Takeshi estaba en un mandato de Sadao.
Los escudos no habían servido de mucho, Takeshi los había quitado de su camino como si nada y arremetía de nuevo contra Blaze, quien ahora había creado un par de pequeñas cuchillas y con ellas quiso cortar las manos de su enemigo, pero la fuerza era demasiado y no sólo las cuchillas se doblaron, sino que el pirata se había quedado sin guardia y Takeshi aprovechó para, con un golpe parecido a uno de sumo, hacerlo volar algo lejos.
Jet había levantado a Natsuki y la había colocado en un lugar seguro. Ahora era su momento de pelear mientras que Blaze se quitaba algunos escombros de una pared que había hecho pedazos al chocar con ella tras ser lanzado por su rival –lo subestimé, qué bueno que soy acero y no me ha dolido, pero vaya que es fuerte –decía el capitán mientras creaba un par de bastones largos.
Jet se las arreglaba para no recibir golpes del rapidísimo Takeshi, aunque ya en dos ocasiones, rozones en su abdomen le habían representado algo de daño.
–Fuerza bruta total… Eres fuerte, pero sólo eso, voy a enseñarte tu lugar –le dijo Jet y luego detuvo a Blaze quien ya se disponía a ayudarlo. El espadachín se alejó un poco de Takeshi y luego levantó su espada en dirección al cielo– un Ookami no le teme a la oscuridad, no teme al silencio… ¿Qué hay de ti?
Takeshi no prestó atención a lo que Jet acababa de recitar y ello le costó. El pirata hizo un círculo con su espada, a Blaze le pareció que el lobo en la chaqueta de su primero a bordo brillaba un poco, y luego un corte en forma de aro salió volando en dirección a su atacante quien ya iba rápido a tratar de herirlo. Usando sus largos brazos, Takeshi se dispuso a deshacerse del corte pero justo cuando lo iba a golpear, Jet fue hacia su encuentro y tres ataques chocaron al mismo tiempo.
–Mangetsu… –cuando Jet dijo esto, Takeshi parecía estar paralizado, o más bien desorientado, mirando hacia izquierda y derecha– ¡no Houko! –y el pirata le cortó el pecho al guardián del reino, haciendo que cayera derribado
.
–Jet, Jet, ¿estás bien? –le llamó su capitán, pero él no respondía, sólo lo volteó a ver de manera extraña.
–Espera un poco –le pidió y luego se talló un poco los ojos, parpadeó en varias ocasiones y sus ojos ya se vieron distintos.
–¿Qué ha sido eso? –preguntó el capitán pirata.
–Mi Mangetsu no Houkou. Parece que lanzo un corte volador, pero son dos, el segundo es más rápido, y cuando están por chocar con mi oponente, yo doy un último corte con mi espada. El choque ocasiona un brillo que te deja ciego, y un sonido tan agudo, que produce sordera. Claro, esto es sólo temporal, pero para una bestia como él, es suficiente para derrotarlo.
Blaze lo entendió, aunque muy por fuerza. Se dio cuenta del ingenio que podía tener el espadachín, al menos en combate. Los dos fueron con Natsuki a despertarla y ahí se encontraron con varios de los ciudadanos del pueblo, quienes estaban azorados de que Takeshi hubiese sido derrotado.
–Ayúdennos por favor –pidió una mujer– ustedes son fuertes, derrotaron a Takeshi, ayúdennos por lo que más quieran –los demás querían detenerla, por lo peligroso que era, pero a la vez, también querían lo que ella había dicho. En cuanto Natsuki despertó, le comunicaron que no iban al barco, sino hacia el palacio, y ella asintió. Tampoco le gustó lo que había pasado y quería cambiarlo entonces.
–Derrotaron a Takeshi… –comunicó Suzume a Katsuro y Sadao, quienes no parecían muy afectados por la noticia.
–Yo me encargo del loco, tú del espadachín –le dijo Sadao a su secuaz y éste bajó hacia el comedor. Suzume supo que para ella sería la chica, es decir, Natsuki.
Tras deshacerse de los guardias de la entrada, el trío de piratas llegó hasta el salón principal, y de ahí se separaron. Ni Blaze ni Natsuki sabían a donde ir, pero Jet sí, a su mente vino rápidamente el recuerdo de Fubuki limpiando lo deliberadamente derramado por Sadao y los otros guardias, y por ello fue al comedor, donde, cínicamente, Katsuro estaba sentado, tomando té.
Jet no dudó en atacarle con su espada, pero sólo cortó la silla donde el rubio estaba sentado y éste apareció al otro lado de la habitación. Fubuki, quien estuchó el desastre, se asomó por la puerta que daba al comedor. Jet intentaba golpear a Katsuro, pero éste aparecía y desparecía de un lugar a otro como por arte de magia.
–¿Qué diablos…? ¡Deja de huir de mí!
–Es un usuario de Akuma no Mi, comió la fruta Fuku Fuku, puede teletransportarse –le dijo la jovencita de cabellos azules. Era difícil para Jet entonces tratar de golpearlo, y lo peor es que recibió pronto tres cortes, uno en el brazo, cerca de haberle dado en la espalda, donde, por su orgullo de espadachín, no debía permitir ser herido.
De pronto Fubuki entró a la cocina, se escucharon unos ruidos extraños y momentos después, la chica salió con un sartén que tenía forma extraña y ella lo accionó de alguna manera para que saliese vapor. Gracias a esto, Jet pudo percibir dónde iba a aparecer Katsuro y lo hirió en par de ocasiones.
Pero esto no iba a detener tan fácilmente el combate y de alguna extraña forma, el rubio encendió en llamas su espada –¿es la primera vez que te cortan y te queman a la vez? ¿Cómo se siente? –preguntó Katsuro sonriendo con locura luego de hacer una herida en la pierna derecha del pirata.
–Este Ookami no le teme al fuego, ¡Gekido no Kenshi! –el joven dio entonces una especie de estocada que Katsuro trató de bloquear con su espada, pero a pesar de ello, la herida llegó hasta su pecho y fue lanzado hasta hacer añicos la pared del comedor y desde ahí, caer hasta el sótano.
Con rostro de un poco de dolor, Jet guardó su espada y luego volteó a ver a Fubuki, quien estaba derrumbada en el suelo, con sus piernas al frente, pero flexionadas hacia ella –¿qué pasa? –preguntó el pelirrojo-negro al ver un rostro extraño en la joven.
Ella se talló sus ojos, los cuales estaban húmedos. Su boca, con una mueca de angustia, formó una sonrisa y dijo –no pensé que algún día alguien derrotaría a Katsuro o a los otros. Ustedes… ¡Ustedes pueden ayudarme, ayudarnos a mí y a todo el reino de Yuki!
kaizoku ou-
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 9 (La Princesa):
- Spoiler:
- Jet no sabía qué responder a lo dicho por Fubuki, pero se acercó a la chica y la ayudó a levantarse –¿a qué te refieres?
–Déjenme ir con ustedes, por favor. Si Sadao es vencido, seré libre –explicó ella.
–Tú eres libre desde que naciste, nadie es el dueño de otra persona –cuando Fubuki escuchó eso, se sorprendió mucho y luego sonrió, pero al mismo instante, empezó a llorar levemente –oye, no te pongas así. Mejor vamos a ver si Natsuki o Blaze necesitan ayuda, ehh… ¿Fubuki era?
–Puedes decirme Fuu.
La navegante por su parte, había encontrado a Suzume en la planta alta, y quien la dejaba sorda y luego la golpeaba cada dos por tres. Su fruta, la Koe Koe no Mi, le permitía gritar de forma que era dolorosa para sus enemigos. Además Natsuki no podía hacerse enorme, en parte por los gritos, en parte porque sabía que derrumbaría la mansión con sus nakamas dentro.
Cualquiera hubiese desechado la idea que Natsuki iba a realizar, pero sus pocas luces le permitieron pensar que podría funcionar. Comenzó a moverse por toda la habitación donde ambas se encontraban, aunque seguía recibiendo los gritos de Suzume, los cuales ya le estaban haciendo perder el equilibrio; sin embargo notó que en una ocasión, los gritos no la alcanzaron, y entonces tuvo la idea de hacerse pequeña. Por supuesto, una onda sonora le haría mucho mayor daño si su tamaño decrecía, pero la pirata no pensó en eso, y tuvo suerte de que Suzume no la alcanzara a ver y lanzara sus gritos en dirección muy equivocada.
–¿Dónde estás? Sal, maldita cobarde.
Antes de que se diera cuenta, Natsuki ya estaba en su hombro, de pie y lista para atacar –¡sorpresa! –le dijo y empezó a crecer, bastante, a un tamaño mayor al normal y terminó aplastando a Suzume contra el suelo, haciendo que éste, al ser de segunda planta, se derrumbara y ambas cayeran casi encima de Jet y Fuu. Natsuki ya con la caída, regresó a su tamaño normal, pero su rival estaba demasiado dañada por el doble impacto con la pirata encima de ella.
–Mejor no te levantes –la amenazó Jet con su espada y luego entre los tres la ataron para que ya no se moviera de ahí. Sólo faltaba Blaze. quien desde que había empezado su combate, se vio con alguien totalmente distinto a Sadao. Claro, se trataba de él, pero en otra forma, era un gorila, literalmente, pero más veloz que uno normal y con fuerza todavía más destructiva. El pirata ya estaba sangrando por la boca debido a algunos golpes.
–Quebrar barras de acero… eso no me lo esperaba –dijo sonriendo. Jet y Natsuki estaban por ayudar a su capitán, pero éste los detuvo– no se preocupen, ya acabó todo –señaló y es que su enemigo estaba cubierto de sangre y heridas más graves que las de él–no fue fácil, pero el acero toma muchas formas.
Luego de eso, los cuatro salieron del palacio y Natsuki fue demasiado lenta para darse cuenta de que Fuu estaba con ellos –quiere ir con nosotros –le dijo Jet.
–Se los pido, ustedes son fuertes, sólo quisiera llegar hasta mi isla Yuki. El Log Pose desde aquí nos llevará, por favor –pidió la chica de rodillas.
–Levántate –le sonrió Blaze, mientras le daba la mano– vamos al barco y ahí nos contarás todo, será mejor –le dijo y ella asintió. Al pasar por el pueblo, Blaze orgulloso gritaba a los cuatro vientos que Sadao y los suyos habían sido derrotados. La gente de inmediato se dirigió al palacio para verificar lo sucedido. Ya no pudieron agradecer, pues los piratas se habían retirado con prisa de la isla Criolla, sobre todo porque el mismo Blaze llevaba una bolsa grande de artículos de oro puro que había recolectado a su salida del palacio; de alguna u otra forma, los piratas deben de sobrevivir. Seguramente ninguno de ellos volvería y entonces era hora de que Fubuki contara su historia a los piratas de Blaze.
–Primeramente me presentaré. Mi nombre es Aoi Fubuki, princesa no heredera del reino de Yuki –ninguno esperaba tal revelación, ¿qué hacía una princesa cómo esclava? Y algo más importante, al menos en la mente de Natsuki:
–¿Qué es princesa no heredera? –preguntó, provocando que Blaze y Jet se golpearán en la frente con la palma de sus manos.
–Mi hermana mayor es la heredera, porque ha nacido primero, yo soy menor, pero sigo siendo princesa. Voy a contarles entonces lo sucedido en mi reino.
Última edición por kaizoku ou el Sáb Abr 16, 2011 6:42 am, editado 2 veces (Razón : Colocaste una etiqueta "quote" en lugar de una "spoiler" xD)
kaizoku ou-
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Leído el 7.
¿Es cosa mía o la chica-punk se parece a Bellemere y Fubuki a Vivi? xD
Voy a comer y sigo leyendo ^^
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Marty McFly-
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 10 (La historia del país del hielo):
Extra 2:
La verdad que no pensé en Bellemere al crear a la chica xDD, pero ahora que lo pienso, sí puede parecerse. En cuanto a Fuu, digamos que es similar en algunos aspectos (en cuanto a qué es princesa y su pueblo está en peligro, y todo eso); sin embargo, físicamente es algo diferente, sobre todo porque es un poco mayor, su cabello es más claro y sus ojos son azules clarísimos. Además su pieal es muy blanco, (como dijo Sanji, las mujeres de los países de nieve son más blancas, él dice que porque se frotan todo el tiempo xD)
- Spoiler:
- Dos años atrás, en las heladas tierras de Yuki, a pesar de una ventisca, la reina del lugar, Aoi Yuki llamaba a la menor de sus hijas, Fuu de 18 años, que se encontraba cerca, para subir a una colina cercana al castillo donde la familia real moraba.
–¿Ves eso, Fubuki? –le señaló hacia abajo, donde la ciudad cercana al palacio estaba repleta de personas– ¿sabes qué es lo que hace a un reino? –Fuu miró a su madre esperando la respuesta, ya que seguramente no la había hecho ir allí para hacerle un cuestionario– no es el que lo gobierna, tampoco es su clima, o su extensión, su posición o su poderío. Los reinos están hechos por personas. La gente que ves ahí abajo es la que hace a nuestro reino, ¿y sabes qué es lo más importante? Que esas personas sonrían, que sean felices. Si es así, un reino estará a salvo, sin importar los problemas que pueda haber. Si su gente sonríe, todo está bien. Como un miembro de la familia real, también es tu deber que esa gente nunca pierda su sonrisa, ¿entendiste Fubuki?
La reina Yuki era ya la decimoprimera en la línea de la familia real Aoi que había gobernado esta isla desde antes de que el mundo tuviese memoria. Fuu tenía gran parecido con ella, con el cabello de un color igual, azul muy claro casi blanco, con un poco de ondulación, no demasiado, pero el de la reina más largo, ojos azules claros. A diferencia de lo normal, en Yuki a quien el poder pasaba no era a los hijos varones, sino a la hija mayor, quien además era bautizada con el mismo nombre de la isla. Ella era una reina sabia y valiente, muy comprometida y tolerante, pero a la vez rebelde. No estaba del todo de acuerdo con los métodos del Gobierno Mundial y de la Marina. De hecho, la isla Yuki recibía con agrado a piratas y desde que ella había asumido la corona, era una tradición ser hospitalarios con los bucaneros que llegaban cansados por su viaje. Por supuesto, los habitantes eran cautelosos y sabían que había piratas desalmados, pero la mayoría que arribaba a Yuki, lo hacía sólo para descansar.
A la colina, arribó un hombre de cabello castaño corto, ojos pequeños y de aspecto no muy amigable. Ataviado con ropas pesadas debido al frío. Al llegar frente a Fuu y su madre, se arrodilló –su majestad. El Rey Hakku y la princesa Yuki han regresado de la isla de Yottsu –anunció el jefe de la guardia, Daisuke.
–Espero que tu hermana disfrute aunque sea un poco las misiones diplomáticas –sonrió la reina. Hakku, un hombre alto, con cabello rubio y de aspecto joven, más que la propia reina, llegó acompañado de una joven, su hija Yuki, quien era también rubia, con cabello corto y quien tenía puesta su corona de princesa.
–¿Puedo irme ya a mi cuarto, mamá? La corona me molesta en la cabeza –se quejó la mayor de las princesas.
–Fubuki, acompaña a tu hermana –pidió su madre y así ambas se retiraron al palacio acompañadas de Daisuke, mientras que ambos monarcas se quedaron solos.
–¿Qué es lo que dijeron? –preguntó Yuki a su esposo con seriedad.
–Están igual de sorprendidos. Tampoco ha habido piratas en más de un mes, El gobernador empieza a preocuparse de que sus negocios pierdan dinero.
–Los piratas no pueden evitar la isla, ¿verdad?
–No. Recuerdo que cuando llegué aquí, nuestro navegante dijo que había más de una ruta de Log Pose que pasaba por esta isla. Y eso es bueno, porque si no, no te hubiese conocido –sonrió el rubio.
–Mi madre casi me mata cuando supo que me había enamorado de un pirata –se sonrojó Yuki– esperemos que sólo sea una fase y que en breve, barcos pasen por aquí nuevamente.
Mientras tanto, Fuu enseñaba a su hermana el más nuevo de sus inventos. Un calentador que sólo utilizaba un poco de viento para funcionar –es útil –trató Yuki de sonreír.
–¿Estás cansada, hermana?
–Los deberes de la familia real son cansados… mi madre debería encargarse de ellos, yo no soy la reina, aún –respondió la mayor.
–No te preocupes. Mamá está bien de salud, y no creo que muera de forma prematura como la abuela, y además… –un gran ruido interrumpió a Fuu. Una especie de estallido muy cercano, y pronto fueron más. Las princesas salieron y sus padres veían azorados lo que pasaba. Una multitud de hombres, todos sin insignia alguna, atacaban la isla y poco a poco se acercaban al palacio. Hakku llamó a Daisuke y juntos encabezaron una defensa algo improvisada rumbo a la montaña que estaba siendo asaltada.
Los combates comenzaron, pero los invasores eran especialmente fuertes y los defensores caían uno a uno. La reina Yuki entonces fue a sus aposentos y tomó un Den Den Mushi, el más grande que había allí y llamó a la central de la marina.
–¡Estamos siendo atacados, envíen a alguien! –pidió la monarca.
–¿Qué isla es? –preguntó el marine que estaba al otro lado de la línea.
–¡Yuki, en Grand Line!
Hubo entonces un aparente silencio en el cuartel general marine, pero al fondo se escuchaban voces hablando a lo bajo. Luego, por fin hubo una respuesta, pero ésta no fue la esperada –parece que estamos perdiendo comunicación, no puedo escucharla –decía la voz del aparato y por más que la reina intentaba decirles lo que sucedía, no había caso. Ella tuvo que rendirse y tomó un arco y flechas para luego salir.
–¡Mamá, ¿qué vas a hacer?! –le preguntó su hija menor, pero ella ordenó a ambas princesas esconderse en el castillo.
–El Gobierno nos ha dado la espalda. Tengo que pelear por mi pueblo, es mi deber también.
Así, ambas hermanas quedaron solas, protegidas por los guardias reales, pero éstos fueron emboscados. El de la montaña no era el único ataque, parecía haber ya enemigos desde antes y pronto, un rubio espadachín, Katsuro, llegaba comandando unas tropas hasta donde se encontraban Yuki y Fuu. Mientras tanto, las flechas de la reina poco podían hacer, aunque ella pudo llegar hasta donde estaba su esposo, acompañado de Daisuke justo cuando lograron ver al causante de todo esto.
–Es Masanori… –musitó Yuki.
–Su majestad, ¿cómo está? Seguro que ahora se arrepiente por haberme desterrado –rió burlón un hombre de edad mediana, ataviado en una gruesa gabardina, con un gorro que cubría su rostro. Pronto todo el ambiente estuvo más frío, si eso era posible, y hasta la nevada se convirtió en ventisca.
–Te desterré porque como líder original de la guardia real, eras una amenaza para el reino. Ahora veo que debí haberte apresado –se cubría Yuki su boca con su chaqueta para evitar un poco la ventisca.
–Pues ahora soy una amenaza mayor –carcajeó Masanori y tenía razón. Poco podía hacer el no muy vasto ejército defensor de la isla y Hakku se dio cuenta rápidamente de ello, por lo que llamó a Daisuke y le pidió poner a salvo tanto a la reina, como a las dos princesas. Éste no quería abandonar a su rey, pero aquel insistió y Daisuke tuvo que hacerlo, también contra los deseos de Yuki. Sin embargo, cuando los dos llegaron al palacio, éste ya había sufrido el ataque, los guardias no habían podido hacer mucho y por más que buscaron, no encontraron a las princesas.
–No podemos irnos sin ellas –dijo la reina Yuki, pero ya Daisuke estaba bajo ataque y tuvo que tomar su forma de oso polar que su Akuma no Mi le permitía, para deshacerse de los invasores y finalmente tomó una decisión, cargó con la reina y huyó junto con algunos soldados de la isla. Quiso regresar por las princesas, pero la situación lo impidió, pues eran órdenes del rey poner a la reina a salvo.
–Luego de que a mi hermana y a mí nos capturaran, a mí me “vendieron” a Sadao y terminé en isla Criolla como criada –culminó Fuu su historia.
–Hay algo extraño –dijo Jet– no entiendo cómo es que a ti a tu hermana no las mataron, ¿de qué les servían vivas? ¿Y por qué a tu hermana no la enviaron junto contigo?
–Yo tampoco lo sé, pero eso me hace pensar que Yuki sigue viva, y espero que mi madre también.
–Está decidido entonces –se levantó Blaze– vamos a hacer pedazos a esos sujetos y liberar tu reino, verás que sí –aseguró el capitán pirata, dándole la entrada formal a la tripulación a la princesa, que también era cocinera e inventora a la vez.
Por la noche, Fuu tocó la puerta de la pequeña cabina de Jet, le llevaba una pequeña cena en forma de rebanada de pay –quiero agradecerte por todo, debido a ti, ahora soy libre y vamos rumbo a mi isla.
–No es nada –tomó Jet con cortesía el refrigerio– y no fue gracias a mí, sino a nosotros.
–Sufriste algunos golpes, ¿verdad? No soy doctora, pero tal vez pueda curarte un poco, si tú quieres.
–No te preocupes, estoy bien. No es nada.
Ella entonces se fue a su nueva habitación que estaba enseguida de la de Natsuki, en el área de los camarotes y sólo era un poco más chica que la de la navegante. Al poner su cabeza en la almohada, Fuu no pudo evitar que de sus ojos corrieran lágrimas, pero no de tristeza, sino de emoción. Luego de tanto tiempo al fin era libre y además iría a su isla, haría un intento por salvarla y ahora tenía amigos que la ayudarían en esa labor.
Extra 2:
- Spoiler:
- Jet salió en la noche de su habitación directamente hacia el lavabo del baño. Ahí encendió la pequeña lámpara de grasa que estaba a su izquierda, tomó el cepillo de dientes que le pertenecía y comenzó a lavarse la boca. A la mitad de su acto vio por el espejo venir una figura femenina. Cuando a ésta le dio la luz, el agua y espuma que Jet tenía en la boca casi sale disparada de ella.
–¿Qué haces aquí, Natsuki? –preguntó un poco alterado.
–Vengo a hacer lo mismo que tú, a cepillarme los dientes –respondió ella sonriente como siempre.
Pero Jet no estaba molesto o contrariado porque la navegante estuviera ahí, sino por la forma en que iba vestida –¿por qué estás en ropa interior? –le preguntó, y era inevitable ver que realmente eran prendas bastante pequeñas.
–Es que ya me iba a dormir –dijo la joven con simpleza, pero luego hizo un puchero– ¿te molesta que esté aquí?
El espadachín terminó de cepillarse, se llevó un poco de agua a la boca y finalmente expulsó de la espuma restante –no es que tú me molestes ni mucho menos –la vio a los ojos al voltearse por completo– pero tú eres una chica y yo soy hombre, y que vengas aquí vestida así en la noche, es algo incómodo.
–¿Y eso por qué?
Jet comenzaba a desesperarse un poco, pero trató de mantener la calma –porque eres una chica muy guapa, y estás semidesnuda frente a mí –le dijo señalando sus diminutas prendas.
Ella por su parte, sonrió mostrando sus dientes blancos –¿Eso fue un cumplido? No sabía que te pareciera guapa.
–A lo que voy es que… –ya no sabía ni cómo explicarse– ¿Acaso a ti no te da pena que yo te vea vestida así? –al escuchar esa pregunta, Natsuki puso su rostro algo más serio, abrió sus ojos y luego abrazó a Jet mientras él no sabía qué hacer.
–¿Cómo crees que me va a dar pena contigo? –le dijo y luego levantó la cara para cruzar miradas– si tú y Blaze son como mis hermanos ahora, somos familia –al escuchar eso, a Jet se le fue el aliento y luego sonrió un poco nervioso para después poner su mano derecha en la frente de la chica.
–¿Mi hermana? –pensó y luego cerró sus ojos mientras correspondía el abrazo de ella para luego separarse un poco– ya, está bien, cepíllate los dientes. Por cierto –le dijo mientras se retiraba de ahí– no creas que voy a llamarte imouto.
–Por mí está bien.
La verdad que no pensé en Bellemere al crear a la chica xDD, pero ahora que lo pienso, sí puede parecerse. En cuanto a Fuu, digamos que es similar en algunos aspectos (en cuanto a qué es princesa y su pueblo está en peligro, y todo eso); sin embargo, físicamente es algo diferente, sobre todo porque es un poco mayor, su cabello es más claro y sus ojos son azules clarísimos. Además su pieal es muy blanco, (como dijo Sanji, las mujeres de los países de nieve son más blancas, él dice que porque se frotan todo el tiempo xD)
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 11 (El camino hacia Yuki):
- Spoiler:
- A la mañana siguiente, Fuu explicaba a sus nuevos nakamas que todavía tendrían que pasar por tres islas más para llegar hasta Yuki: Danma, Cilos y Yottsu, pero al parecer, el Log Pose no demoraría mucho en cargarse en cada una de ellas, así que si no había problemas, no sería más de una semana hasta el reino natal de la cocinera, quien ahora hacía deleitarse a sus nakamas, pues éstos no habían tenido una comida de tal preparación desde que habían salido en su viaje.
–La siguiente isla era pacífica, pues tenía poca gente. No sé cuál será su situación ahora, pero espero que no haya muchos problemas –decía Fuu mientras terminaba de servir a Blaze– es una isla de primavera –agregó.
Y así era, pues desde lejos, se podían observar los árboles de tipo boscoso, que eran bastante grandes. Además de cargar la Log Pose en Danma, Yuki tendría que comprar algo de ropa y afortunadamente Blaze había robado un poco de oro del palacio de Criolla, así que tenían algo de dinero.
No tan lejos de ahí, el barco de la capitana Ayaka llegaba a las coordenadas dadas por el cuartel general, pero no había nadie allí –ya sabía que íbamos a ser los primeros en llegar, con lo que me enfada estar esperando –decía ella mientras miraba por la ventana. Hanako estaba archivando unas cosas y se sentía nerviosa por lo que pronto iba a pasar.
–Capitana, ¿es estrictamente necesario que usted vaya a Marineford? Ahí están los Almirantes, los vicealmirantes y muchos otros. No veo por qué usted tiene que viajar desde tan lejos –preguntó la adolescente– por si fuera poco, está el Ouka Shichibukai.
–El enemigo es Shirohige, el pirata más poderoso del mundo, por lo que para asegurarnos derrotarlo, debemos estar toda la fuerza marine posible. Y no pienses en los miembros del Shichibukai como aliados, no dejan de ser piratas. Pero ya deja de preocuparte por eso.
–Es que no quisiera que usted le sucediera algo, de verdad que no quiero que usted vaya hacia allá –le dijo la recluta con sinceridad.
–Cuando nos enlistamos en la marina, aceptamos todo deber que este uniforme nos exige. El morir es una posibilidad, y no puedo asegurar que no me pasará nada en una guerra de este tipo, pero te prometo que haré lo posible por regresar –le sonrió la rubia mientras veía que todavía ningún otro barco marine se acercaba –los esperaremos tres días más, si no llega nadie, nos iremos de aquí. Ve y avisa eso a nuestro timonel y luego ve al cuarto de entrenamiento, vamos a practicar esgrima.
De cualquier forma, tres navíos oficiales más, no tardarían mucho en arribar.
El Steeler por su parte, se acercaba de forma cautelosa y lenta a la isla de Danma, no querían ser sorprendidos, pero al mismo tiempo, no se daban cuenta de que estaban dándole tiempo a sus posibles enemigos. Cuando finalmente la fragata llegó a tierra, vieron que había unas seis o siete cabañas. Mientras los cuatro miraban a los alrededores para encontrar algo y se fijaban en un sendero por en medio del bosque, alguien más los observaba.
–Ya verán, voy a demostrarles lo fuerte que soy –dijo en voz baja una voz de alguien que estaba trepado en uno de los árboles y luego es escucharon un par de disparos. Jet detuvo uno con su espada y Blaze, con su brazo, hizo lo mismo con el otro, luego Fuu lanzó un extraño objeto en dirección desde donde habían salido los disparos y luego alguien cayó de ahí.
–¿Qué es eso? –preguntó Natsuki a su amiga, sobre lo que había lanzado.
–Es una especie de boomerang, lo hice esta mañana y no pensé que lo iba a utilizar tan pronto.
Blaze y Jet fueron entonces a por su agresor, a quien encontraron derribado bajo el árbol, tomándose la cabeza, con un revólver en su mano izquierda, y el otro suelto cerca de él –¿Lo hago pedazos? –preguntó Jet a su capitán.
–Claro que no, si es sólo un niño –sonrió Blaze.
–¡No soy un niño! –replicó el agresor aún frotándose la cabeza. Pero sí era un chiquillo, con el cabello alborotado de forma parecida a Blaze, sólo que más abundante, con pantalones rasgados negros y una camiseta amarilla vieja, además de usar una banda en la cabeza.
–Siento haberte golpeado, pero tú nos atacaste primero –le dijo Fuu.
–Y con balas de verdad… –comentó Jet mirándolo con rostro de pocos amigos.
–No sean tan duros con él, alguna razón tuvo que tener. Yo soy Natsuki, ¿cuál es tu nombre?
El chico dudó en responder, pero al ver que la navegante lo estaba defendiendo, aceptó a hacerlo –soy Shinta –dijo secamente– perdón por haberlos atacado –agregó.
Shinta explicó que era el encargado de cuidar la costa para Olson, quien gobernaba la isla, pero quiso demostrar lo fuerte que era atrapando algún pirata. Claro que no esperaba encontrarse con personas tan fuertes como Blaze o Jet.
–¿Así que es miembro de la Federación? –preguntó Fuu.
–En ese caso, debemos darle una paliza –dijo Blaze y sus nakamas estuvieron de acuerdo. Por supuesto, Shinta afirmó que los guardaespaldas de Olson eran muy fuertes y que sería imposible derrotarlos, aunque bien le gustaría hacerlo.
–¿No trabajabas para ellos? –preguntó Fuu.
–Porque no me queda otra opción, pero hace más de dos años, ellos mataron a mis padres. Lo peor es que lo hicieron para protegerme, ellos murieron porque yo era muy débil, todo fue mi culpa, si yo hubiese sido más fuerte… –sollozaba con rabia– por eso tengo que volverme fuerte, muy fuerte, como los piratas que tienen cientos de millones de recompensa que no le temen a nada.
Shinta se fue, pidiendo enérgicamente a los piratas que no lo siguieran y que se fueran. Natsuki fue quien más triste se mostró. Realmente le daba pena esa forma de vivir por parte del muchacho y quería ayudarle.
–A él le falta mucho cariño –se escuchó la voz de alguien avanzado de edad que estaba cerca de ahí. Sentado en una banca, se encontraba un viejo totalmente calvo, con barba corta ya blanca, y ataviado con ropas gastadas y sucias.
–¿Qué sabe usted de él? –le preguntó Natsuki. El anciano respondió con su nombre, Bora, y relató que Shinta pasaba tiempo con él, cuando no estaba haciendo algún “trabajo” para Olson y sus hombres.
–Se siente solo, por eso viene conmigo –agregó y luego empezó a relatar la historia de cómo Shinta había perdido a sus padres.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 12 (Vestigios de la Federación):
Extra 3:
- Spoiler:
- –Cuando Masanori y su Federación estaban en camino para atacar a la isla de Yuki, se establecieron aquí por un tiempo, esclavizando personas para fabricar armas y hacer labores preparatorias para su asalto. Shinta nunca quiso dejar que eso pasara, y mientras era llevado a sus primeras labores, se reveló pero era muy débil. Fue atrapado fácilmente y castigado con severidad. Cuando lo regresaron a sus labores, siguió revelándose, es un chico con mucha determinación, pero seguía siendo débil y cuando sus padres trataron de protegerlo, los hombres de Masanori y Olson los mataron.
Los piratas quedaron en silencio. Todos escuchaban con atención, aunque Jet estaba recargado en un árbol mirando hacia otro lado, pero también estaba al tanto de lo que Bora decía. Por alguna razón, Shinta le recordaba a sí mismo.
–Y quien gobernaba la isla antes, ¿no hizo nada? –preguntó Fuu al viejo.
–También soy débil, no pude hacer nada –reveló él su identidad– además la isla no estaba acostumbrada a ataques. Lo único que yo sé hacer es disparar con revólveres y escopetas, cosa que le enseñé a Shinta, pero en poco tiempo, él se ha hecho mucho mejor que yo. Desde que la Federación impuso su orden en las islas de los alrededores, no habíamos tenido piratas por aquí. Ustedes parecen fuertes, Olson y sus hombres no lo son tanto, creo que podrían vencerlos antes de que Katsuro y los demás sean llamados para ayudarlos.
–No se preocupe –dijo Blaze– nosotros ya vencimos a ésos, así que no molestarán por aquí.
Eso dejó bastante sorprendido a Bora, dándose cuenta de que estos piratas eran mucho más fuertes y hábiles de los que él pensaba y de lo que parecían. Blaze y sus nakamas, primeramente buscaron a Shinta, a quien hallaron cerca de una fuente de agua. Quien se le acercó fue Jet.
–¿Y para qué quieres ser fuerte? ¿Para vengarte? –preguntó con tranquilidad.
–No –respondió Shinta, causando mucha sorpresa en el espadachín– aunque cobre venganza, ellos no volverán. Yo sólo no quiero que alguien más muera para protegerme, por eso debo ser fuerte.
–Eso ha sido una buena respuesta, ¿verdad Jet? –sonrió Blaze y luego se encaminó por la vereda junto a sus nakamas para ir contra Olson, quien vivía en una casa grande, aunque no comparable al palacio de Sadao. Dicho sujeto, quien estaba en un balcón que daba hacia la plaza principal del pueblo, era calvo, con un ridículo bigote y extremadamente obeso, nada que el acero de Blaze no pudiese manejar, mientras que Jet y las chicas se encargaban de sus esbirros con relativa facilidad, sin poder evitar dos o tres golpes, pero terminando sanos y salvos.
–Pensé que sería fuerte, supongo que sólo estaba aquí para hacer presencia –decía Blaze mientras regresaba junto a sus nakamas al barco.
–Es porque la isla no tiene mucho que ofrecer. Somos como 500 habitantes y ahora no sé de qué voy a vivir, que de ellos obtenía la comida y eso –dijo Shinta con ironía.
–¿Cómo se te ocurre? Tú vas a venir con nosotros, ¿verdad muchachos? –dijo Natsuki mientras abrazaba con fuerza contra sus pechos al adolescente quien luego sangró por la nariz por dos evidentes razones.
–No lo sé, es muy chico para ser pirata, es prácticamente un niño –apuntó Jet mientras Shinta seguía replicando que ya no era un infante. Después de discutir un largo rato, Natsuki fue la que convenció a Blaze y Jet para que llevaran con ellos al chiquillo.
–Está bien, será nuestro tirador, ya que tiene buena puntería. Tendrás que ayudarnos mucho, niño –le dijo Blaze.
–¡Que no soy un niño!
Los piratas de Blaze tuvieron que pasar una noche en Danma. Todos estaban a la expectativa de alguna posible represalia, pero ni siquiera sabían si Olson y los suyos habían tenido oportunidad de llamar por refuerzos. De cualquier forma, no fue una noche de lo más tranquila en el Steeler, pues hubo un poco de fiesta y alcohol. Shinta no pasó esa noche ahí, quería todavía estar un día más en la isla donde había crecido, donde había nacido, donde sus padres habían dejado de existir.
Extra 3:
- Spoiler:
- Al calor de las copas, los piratas se divertían en la cubierta de su barco, excepto Blaze, quien se había quedado dormido cerca de la popa. Después de un rato, Jet dictaminó que era tarde y cargando a hombros a Blaze, se lo llevó al camarote del capitán. Su intención era irse a acostar inmediatamente después –tenemos un duro viaje por delante, lo mejor será que no se queden despiertas hasta tan tarde –dijo, aunque no recibió respuesta. Cuando subía la escalinata de apenas cuatro escalones para llegar al camarote de Blaze, escuchó a Natsuki, quien, ya algo pasada de copas, decía –las chicas quieren divertirse, ¡vamos a tomar más!
Mientras decía esto, la navegante tomaba del cuello a Fuu, de quien en poco tiempo se había encariñado mucho, y más porque era una chica como ella. La peliazul insistía que también debían ir a sus respectivos camarotes, pues era algo tarde. Mientras la levantaba, Fuu vio que Natsuki ya estaba despojándose de su short para quedar sólo en bikini como era su costumbre, pues parecía que la ropa siempre le estorbaba.
Finalmente, Fuu logró llevar a una muy ebria Natsuki hasta su cama –debes ya dormirte –le dijo. Ella había bebido, y aunque se sentía más “alegre” que de costumbre, su estado no era cercano al de su compañera. Luego la vio, prácticamente desparramada en la cama, en diminuto traje de baño y pronto se imaginó algo– ¿pero en qué pienso? –se dijo a sí misma para luego sentarse.
–¿Qué decías? –le preguntó sonriente pero con voz torpe la navegante.
–No, nada –respondió nerviosa la peliazul– sólo… –se fijó en el tragaluz que había en esa habitación y cambió el tema– las estrellas son lindas, ¿no? Es bueno mirarlas –dijo, y Natsuki se incorporó, al menos lo que su embriaguez le permitió, para admirar también el cielo.
–Sí, son lindas –sonrió.
No supo si era el alcohol, pero Fuu tuvo el valor para preguntar lo que se le había ocurrido inicialmente –oye Natsuki –le dijo– perdona que te pregunte algo así, pero… –titubeó un momento, por vergüenza, pero finalmente prosiguió– digo… ¿lo has hecho con Blaze o Jet? –preguntó finalmente– no es que yo piense mal de ti o algo así –rectificó rápidamente– sólo que estando ustedes tres solos, bueno…
–¿Tú te refieres a… eso? –dijo la navegante.
–Sí, precisamente –rió nerviosa la princesa.
–¡Claro que sí! –respondió con una voz chillona que apenas podía articular palabras, pero a la vez, sonriente, contenta. Fuu se llevó la mano derecha a la boca y su piel se tornó roja, como si fuese un tomate. Pero a pesar de todo, su personalidad que en ocasiones buscaba el chisme -uno de sus pocos defectos-, le hizo querer saber más.
Tragó un poco de saliva y se atrevió a preguntar de nuevo –¿y con quién de los dos?
–¡Con los dos, claro! –dijo la navegante– al mismo tiempo casi siempre –agregó para estremecer a Fubuki– siempre han sido muy buenos conmigo, muy amables y tiernos, a pesar de que yo soy algo torpe a veces. Me han enseñado mucho –por la mente de Fuu comenzaron a pasar miles de escenas, su imaginación se echó a volar, lo que la hizo avergonzarse demasiado y estaba a punto de salir corriendo del camarote cuando Natsuki agregó algo más– la próxima vez tú también puedes unírtenos.
La peliazul se levantó de la cama y estiró los brazos, como si quisiera evitar algo, defenderse –no, ¿cómo crees? –respondió nerviosa.
–¿Por qué no? –se sentó la navegante, pues estaba todavía acostada– si cuando lo hacemos es muy lindo, hasta Jet se porta diferente que siempre, estoy segura que tú también lo disfrutarías– le dijo sonriendo ampliamente.
Mientras la imaginación de Fuu seguía volando, tomó fuerzas para poder responder apropiadamente –me daría muchísima vergüenza, ¡¿cómo crees que yo podría hacer algo así?!
–¿En serio te daría vergüenza ver las estrellas con nosotros? –sollozó Natsuki y luego, debido a su embriaguez, empezó a llorar– pero si siempre la pasamos muy bien viendo las estrellas juntos...
La princesa reaccionó entonces –¿ver las estrellas?
–Sí –le respondió su nakama– ¿que no estabas hablando de las estrellas? –y cuando Fuu escuchó eso, su piel se volvió a tornar roja, pero ahora avergonzándose de sí misma al pensar mal.
–Tienes razón –sonrió al fin– la próxima vez, veremos las estrellas todos juntos. Pero ahora es tiempo de que duermas, porque has bebido mucho –la peliazul arropó a su amiga, quien instantes después estaba dormida, o tal vez noqueada por el alcohol. Salió del camarote, todavía avergonzada y decidió ir rápido al suyo, a intentar dormir– “eso me pasa por ser tan cotilla”.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 13 (La separación):
- Spoiler:
- En la mañana siguiente, Fuu pudo comprar un poco de ropa pero antes de marcharse fue al centro de la plaza del pueblo y llamó a todos los que estaban cerca. Ya con gente reunida, comenzó a hablar –pobladores de esta isla, seguramente ustedes no me conocen, pero sí sé por los momentos que han pasado. Mi isla también ha sido ocupada por la Federación. Soy Aoi Fubuki, princesa del reino de Yuki. No puedo confortarlos por sus penas, pero puedo asegurarles que pronto, Masanori será derrotado.
La multitud no dijo mucho, y Blaze y los otros quedaron sorprendidos de las dotes de discurso con las que contaba su cocinera. Justo cuando ésta se iba a reunir con sus nakamas, Bora se acercó –lo mismo dijo tu madre hace ya tiempo, y hasta ahora no ha pasado nada.
–¡¿Mi madre está viva?! –se sorprendió y alegró emocionada la peliazul. Bora explicó que hacía ya más de un año, la reina Yuki junto con dos de sus guardias, habían llegado a la isla, aunque de incógnitos, y habían cruzado palabras con él. Por lo tanto, no se podía saber si aún seguía con vida.
–Sé que lo está –les dijo ella a sus nakamas– Katsuro mencionaba a veces algo sobre una resistencia, mi madre debe estar al frente de la misma –sonrió.
De esa forma, los piratas se despidieron de los agradecidos pobladores, mientras Shinta hacía lo propio con Bora, su compañía y maestro durante los últimos años –tienes que ser un gran hombre en un futuro –le dijo el viejo, y el chiquillo asintió. El Steeler se alejó entonces, con destino a la próxima isla que su Log les marcaba: Cilos. Sin embargo, los primeros problemas se presentaban.
–¡Pero yo quiero tener mi propio cuarto, mi propia habitación! –replicaba Shinta.
–No es necesario, aquí caben dos camas, así que dormiremos juntos. Así te cuidaré. Verás que la pasaremos muy bien –decía Natsuki, y es que la navegante veía al tirador preadolescente como un hermano pequeño. La insistencia de ella finalmente rindió frutos, y al pobre Shinta no le quedó más remedio que aceptar.
–Tengo una mezcla de sentimientos con respecto a eso –dijo Blaze.
–¿Ah sí? ¿Cuáles son? – preguntó Jet.
–Por un parte siento envidia, por otra, siento pena por él –rió el capitán y a la mañana siguiente llegó la primera queja de parte del castaño.
–¡Es una pésima compañera de cuarto! Se duerme tarde, ronca en ratos y cuando se levanta, sólo trae su ropa interior y eso es incómodo para mí –ante lo último, Blaze y Jet tuvieron que tomarse sus narices para evitar una hemorragia nasal.
–Oye chico, muchos dirían que eres afortunado –le dijo el capitán.
–Bueno, yo no digo que ella no esté como un tren, pero no deja de ser muy molesta, y me trata como un niño –decía refunfuñando. La tarde pasó sin mayores problemas. Los piratas empezaban a conocer mejor a su tirador preadolescente. Y era cierto, Natsuki le trataba como un hermano menor, pero exageraba, pues ella lo veía como uno muy pequeño y olvidaba que ya estaba entrando en la adolescencia, sus atributos entonces, lógicamente llamaban la atención de Shinta.
Pero ese momento jocoso y ameno, llegó a su fin con una explosión que se escuchó muy cercana. Los cinco salieron y vieron cuatro acorazados de la marina frente a ellos. Los barcos se movían lentamente. Natsuki de inmediato analizó una ruta de escape, sin éxito alguno.
–Están bloqueando todas las corrientes, sólo nos queda regresar, pero sin una dirección probablemente nos atraparían –explicó, sacando a relucir que a la hora de navegar, sí era inteligente. Hubo entonces un momento de relativa calma entre los tripulantes, hasta que Blaze y Jet tuvieron que defender las balas de cañón para que no golpearan al Steeler.
–¿Cuál sería una buena corriente de escape? –preguntó Jet a la navegante mientras éste seguía desviando las balas.
–Está bloqueada, pero sería por en medio de los dos barcos que están a estribor.
–Fuu y Natsuki, ustedes vayan al timón. Tú Shinta, abre todas las velas, vamos a pasar por ahí –dijo el espadachín. Los tres dudaron, pero finalmente obedecieron.
–¿Tienes un plan? –sonrió Blaze– no esperaba menos del primero a bordo.
–Voy a tomar una de las balsas, tú tienes que protegerlos a todos, eres fuerte –fue Jet a desamarrar uno de los dos pequeños botes con los que contaba el Steeler.
–¡Espera, ¿qué vas a hacer?!
–Natsuki y tú son martillos, Fuu y Shinta no podrían hacer mucho desde esta distancia. Yo puedo abrirles camino y así seguirán el viaje, después de todo, mi sueño es el más egoísta de todos. Además soy un Ookami solitario –ya había subido el joven a la balsa y estaba por caer hacia el mar. Su sonrisa no era normal, él nunca lo hacía, jamás, y Blaze lo sabía bien.
–¡No seas idiota! ¡Como capitán te ordeno que vuelvas, ya pensaremos en algo! ¡Los lobos también viajan en manada!
–No te preocupes, no voy a morir, pero te los encargo mucho, no te atrevas a dejar que les pase algo. Ha sido un viaje genial –se despidió y comenzó a remar en dirección hacia los barcos marines, mientras que Blaze apretaba su rostro para no llorar. Shinta lo había escuchado todo absolutamente y de pronto, uno de los acorazados enemigos sufrió un corte en su popa. Era Jet, quien había lanzado su ataque más poderoso. Un corte volador, el más grande que nunca había hecho. Con ello, dañó el timón de uno de los navíos que empezó a ir a la deriva, desviándose de la corriente que tenía que cubrir.
–Blaze… –musitó el pequeño tirador.
–Míralo bien, Shinta –señaló el capitán sin ocultar su tristeza– un hombre no habla, sino que justifica sus creencias con actos. Actúa cuando debe hacerlo. Míralo bien y no dejes nunca que el sacrificio de Jet sea en vano.
Fuu subió con Blaze al ver los ataques del espadachín –¡¿por qué lo dejaste ir? ¿Por qué?! –le golpeó la cocinera en el pecho para después llorar abrazada a él.
–Él no morirá, me lo dijo, va a sobrevivir…
Pero el espadachín se las vio con ataques que no esperaba. No sólo eran balas de calón, sino que también le atacaron con cortes voladores, disparos de escopeta y algunos otros proyectiles que habían deshecho su balsa; sin embargo, su misión se completó, había dañado lo suficiente los dos barcos a estribor del Steeler y éste pudo escapar.
–Quisiera volver con ustedes, pero eso no será posible… –alcanzó a decir mentalmente Jet cuando un cañonazo dio en el mar justo en el lugar donde él se encontraba.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 14 (Escape):
- Spoiler:
- El movimiento de altamar al que aún no se acostumbraba del todo, y algunos sonidos de amarres que se escuchaban a lo lejos despertaron a Jet. Sus ojos se abrieron con pesadez y de inmediato quiso mover sus manos, pero le fue imposible. Sus brazos estaban atrás de su cuerpo, y sus muñecas aprisionadas con algún artefacto. Esto hizo que finalmente despertara totalmente y se diera cuenta de que estaba con vida, pero en un lugar desconocido. La oscuridad dominaba la habitación, a excepción de un rectángulo con barras que veía al subir el rostro y, por lo tanto, la vista, ya que se encontraba de rodillas. Con ello, podía adivinar que se encontraba en una celda, muy probablemente de uno de los acorazados que les habían sellado el paso a él y a sus compañeros.
–Mis nakamas… –los recordó entonces. Cerró los ojos y apretó sus dientes, deseando que estuvieran bien.
–Parece que has despertado. Espera un momento –le dijo burlón un marine que se asomó por la ventanilla con barrotes. Pudo escuchar como el sujeto se alejaba, pero si ponía atención, percibía otra respiración, percatándose de que había otro guardia al otro lado de la puerta. Pasaron dos o quizá tres minutos hasta que logró oír unos pasos, evidentemente se trataba de una mujer, debido al sonido del tacón. Ella bajó escalones hasta llegar a la misma altura que la celda y mandó a los guardias retirarse por un momento. Luego se escuchó el cierre de otra puerta, seguramente la de las escaleras.
La cerradura de la puerta de la celda, que consistía sólo en un candado, empezó a moverse y luego, la puerta se abrió poco a poco. La luz hizo que Jet cerrara sus ojos, pero cuando se acostumbró a la luminosidad, los abrió grandes al reconocer a la persona que estaba frente a él.
–A… ¡Ayaka!
–Vaya, no pensé que recordaras mi nombre, Jet –la capitana Ayaka, como siempre, vestida elegante e impecablemente, con su pantalón ajustado y su blusa de botones entallada, esta vez sin chaleco, veía a su conocido con sus ojos tranquilos y su rostro recio. No tardaron en venir a la mente de Jet las palabras que Blaze siempre le decía cuando por alguna razón, recordaban a Ayaka: “tu novia”. El espadachín sólo suspiró mientras miraba hacia abajo. Pero al elevar la vista de nuevo, se quedó viendo al cuerpo de la joven. No sabía si era porque estaba cansado y sin energías, y por lo tanto algo mareado, o tal vez el resplandor de la intermitente luz que venía de fuera y contrastaba con la oscuridad de la celda, pero el espadachín pensó que la capitana se veía hermosa.
–¿Qué diablos intentabas hacer atacando a cuatro barcos de la marina?
Jet recordó entonces su misión de aquel momento –¡mis amigos! ¿Cómo están?
–Ellos están bien, gracias a ti –le dijo Ayaka, poniéndose en cuclillas para estar a la altura de su rostro –la verdad no me habría imaginado que tú pudieses sacrificarte de esa forma por alguien. Debo decir que me ha impresionado.
–Hace algunas semanas, yo pensaba lo mismo, pero gracias a ellos, me siento de una forma en la cual no había estado desde que era niño. Mientras ellos estén bien, creo que ya nada importa.
Cuando Jet dijo eso, Ayaka se puso de pie, sacó su florete de su funda y lanzó una estocada. El pirata pensó que iba dirigida hacia él, pero el ataque pasó exactamente entre sus dos manos, cortando sus esposas de madera –¿por qué?
–Eres un tonto. Si tú tienes ese cariño por ellos, ¿crees que tus amigos no sienten lo mismo por ti? Deben estar preocupados –de nuevo se puso a la altura de su rostro– voy a poner esto así, digamos que es el agradecimiento por haberme ayudado en el bar en aquella ocasión. Además, como te dije, me ha impresionado lo que has hecho por tus compañeros. Tu espada la encontrarás al subir las escaleras en la segunda puerta a la derecha, ya depende de ti si puedes escapar.
–¿No tendrás problemas por esto?
–Con todo respeto, eres un pirata que no vale mucho por ahora, así que no te preocupes. El Gobierno en este momento tiene algo mucho más importante en qué pensar –le aseguró la rubia acercándose más a él. Tanto, que el espadachín podía sentir un poco su respiración.
–¿Qué diablos me sucede? –pensó por un momento Jet, y luego acercó más su rostro al de Ayaka para luego besarla. Ella no pudo reaccionar, pero sus labios sí, pues casi sin tener control sobre ellos, comenzaron a disfrutar del momento, aunque unos segundos después se separó y envió una fuerte bofetada al joven.
–¡¿Cuál es tu problema?! ¡¿Quién te crees?! –Repartió un golpe más a la mejilla del pirata, quien sonreía como un niño que acababa de hacer una travesura –eres un idiota.
–¿Y por qué te has puesto tan roja? –rió Jet mientras se frotaba su rostro. Ayaka estaba por propinar una bofetada más, pero sus guardias estaban por entrar ya que habían escuchado los gritos de su capitana.
Ella cerró la celda sin decir nada y luego abrió la otra puerta –todo está bien, sólo que no quiso confesar absolutamente nada. Hay que dejarlo ahí y llegando a Marineford lo enviaremos a Impel Down –dijo, pero no habló nada más, por lo que Jet supo que su plan de escape aún estaba vigente. Ayaka subió a cubierta y desde ahí se dirigió a su estudio, donde Hanako la esperaba, mientras acomodaba algunas cosas.
–Capitana… –le señaló –su rostro está muy rojo, ¿qué pasó?
–Nada, es… ahh… ¡es sólo que la vulgaridad de los piratas me enferma! No quiero hablar más del asunto, voy a dormir unas horas –anunció y entró a su camarote. Hanako no sabía muy bien lo que había sucedido, pero, conociendo el carácter de su superior, prefirió no indagar mucho en el asunto.
Jet por su parte, esperó hasta la noche para efectuar su escape. Los guardias estarían menos alerta. Estuvo en la misma posición por horas, para no levantar sospechas. Cuando la luz desvaneció por completo, el espadachín se puso de pie, hizo un extraño movimiento de sus manos y utilizando el estilo “sin espadas”, hizo añicos la cerradura de la puerta y sin parpadear, dejó fuera de combate a los dos guardias que estaban en el cuarto contiguo. Se apresuró previendo que alguien pudiera haber escuchado el escándalo y abrió la puerta que Ayaka le había dicho, donde había otros tres guardias. Derrotó a uno, tomó a su Kangaishii y se deshizo de los otros dos recibiendo sólo un rozón de bala. Ese disparo puso en alerta a todo el barco, pero Ayaka, consciente de lo que pasaba, fingió mucha pesadez para despertar, algo que no era común en ella y eso lo notó Hanako de inmediato.
Jet subió a cubierta, pudo tomar una de las balsas de emergencia y se fue remando con rapidez. Justo en ese momento, la capitana Ayaka salía ya de su dormitorio, pero era demasiado tarde. Fingiendo sorpresa e indignación, dio un fuerte regaño a los reclutas, aunque luego se retiró de nuevo a dormir.
–¿No vamos a ir tras él? –preguntó Hanako.
–Nuestra misión es llegar a Marineford lo antes posible. No era un pirata importante, así que por el momento nos olvidaremos de él –respondió Ayaka antes de cerrar la puerta de su camarote. La adolescente suspiró, pero poco podía hacer, así que se retiró también a su cuarto.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 15 (Llegada a Cilos):
- Spoiler:
- Dos días pasaron desde que Jet había dejado el Steeler. La más afectada era Fuu, quien se veía triste todo el tiempo y a veces no podía evitar llorar, a pesar de que Blaze trataba de confortarla y asegurarle que Jet estaba vivo y volverían a verlo. El problema es que ni el capitán sonaba muy seguro, sobre todo la última parte, pues de que su compañero estaba con vida, de ello no tenía ninguna duda.
–No podemos detenernos. La prioridad es tu isla, debemos encontrar a tu madre y a tu hermana –le decía Blaze a su cocinera mientras ésta recogía de forma desganada los platos– Shinta, tú lavarás los platos hoy –ordenó el hombre de acero.
–Oye, yo no soy grumete –dijo en primera instancia, pero los ojos de Blaze, sólo la mirada, lo obligó a hacerlo. Tenía que ayudar a que la situación se calmara un poco. Lo importante era el llegar lo más pronto posible a Yuki y tratar de encontrar a la madre o a la hermana de Fuu, o a ambas. Blaze trataba de hacer que su cocinera pudiera entender eso, que el sacrificio de Jet no podía desperdiciarse y a la vez, el capitán pirata tenía la esperanza de que su primero a bordo pudiera llegar hasta ese reino de nieve y encontrarlos ahí.
Mientras tanto, en la misma isla de Yuki, Masanori recibía las noticias de las derrotas de sus hombres tanto en Criolla, como en Danma. Quien le daba las nuevas, era una mujer joven de cabello verde, algo largo, aunque peinado en un par de trenzas, tenía anteojos y ojos verdes. Desde lejos, podía parecer una chica inofensiva.
–¿Y quiénes son los que han hecho eso, Ran? –preguntó Masanori, sentado en el trono como si fuese el verdadero Rey de Yuki.
–Según parece, son piratas. Eso fue lo que dijo Suzume, los demás estaban inconscientes cuando llegué –explicó la joven, quien estaba ataviada con un vestido negro hasta las rodillas y una gabardina púrpura que llegaba hasta los tobillos, éstos cubiertos por sus botas de alto tacón.
–Supongo que los mataste por incompetentes.
–Claro, señor… –dijo ella no muy segura.
–¿Pasó algo?
–El problema es que no pude encontrar a Katsuro por ningún lado. Debió haber escapado –respondió, aunque omitió el hecho de que en realidad no había asesinado a nadie y simplemente había dejado a su suerte a sus antiguos compañeros.
–No es tan grave. Aun así, espero que no haya más “problemas” de ese tipo –dijo Masanori como amenaza– de cualquier forma, Cilos no está bien protegida. Envía a quien tú consideres para acabar con esos piratas molestos.
La chica salió entonces de la Habitación Real y recorrió algunos pasillos del palacio hasta encontrar un Den Den Mushi. Lo tomó y luego “marcó” a algún otro de estos artefactos –¿Masashi, estás ahí? Responde.
–¿Qué pasa? ¿Al fin vamos a tener acción? Esto está tan aburrido como la nieve que siempre cae en este país inmundo –respondió la voz del teléfono-caracol.
–Ve junto a Kazuya a Cilos. Una banda de piratas llegará pronto, deben aniquilarlos –les ordenó y la voz sólo aceptó.
De esa manera, el Steeler se acercaba a Cilos, pero otro navío, con un par de enemigos, y la ventaja de una Eternal Pose, se dirigía al mismo lugar; mientras, una balsa navegaba casi a la deriva, víctima del clima de Grand Line, pero aún así, Jet seguía peleando por llegar pronto a tierra firme.
–Fuu, ¿tienes alguna idea de lo que nos puede esperar en Cilos? –preguntó Blaze a su cocinera mientras se dirigían hacia dicha isla.
–Por lo poco que he podido escuchar, sé que no está custodiada por nadie. No estoy muy segura, pero creo que sus habitantes están sometidos por la Federación sólo por miedo.
–Será lo mejor si no tenemos que pelear con nadie, al menos en la siguiente isla y prepararnos para defendernos en Yottsu –añadió el moreno, quien ahora no podía ser flojo, sin su primero a bordo que se encargara de sus ocupaciones. Era su deber.
El Steeler no demoró demasiado en arribar a Cilos, sólo una noche más, y ya desde lejos, por la mañana, Shinta pudo ver tierra desde la torre de vigía. Era una isla totalmente tropical, repleta de palmeras y de terreno que mezclaba la vegetación acuática con la terrestre. En la costa, se encontraba todo un puerto, con muelle y varias cabañas. Bastantes personas estaban deambulando por el lugar, hasta que la fragata se acercó demasiado y el jolly roger pirata llamó la atención de la mayoría, pues en últimos tiempos no eran demasiados los bucaneros que pasaban por ahí. Por supuesto, no dejaban de estar a la expectativa por cualquier eventualidad.
Cuando el barco llegó a tierra, enseguida del muelle, el primero en bajar fue Blaze, revisando que no hubiese alguna hostilidad. Cuando así fue, Shinta y las chicas dejaron la fragata para unirse a su capitán. Al ver a la tripulación, la mayoría, por no decir que todos los pobladores, volvieron a sus labores, aunque hubo varios que se sorprendieron, ¿cómo un grupo donde además el capitán, estaban solamente dos mujeres y un niño, habían llegado tan lejos, sobre todo en los dominios de la Federación?
–¿Quién es el que gobierna aquí? –preguntó Blaze a un par de viejos que estaban sentados en la entrada de una tienda, en el centro del puerto, pero luego una voz los llamó desde sus espaldas.
–Soy yo, soy el alcalde de esta isla, mi nombre es Nao –era un hombre bajito, mayormente calvo, con el cabello que le quedaba, de color verde oscuro ya con algunas canas, y unos lentes de sol –¿qué es lo que desean por aquí?
–¿Usted es gente de la Federación? –preguntó ahora Fuu, pero él respondió que sólo era el alcalde de la isla, no más.– ¿Si es así, por qué permite que este lugar sea controlado por ellos? Lo único que hacen es destruir las sonrisas y felicidad de los habitantes de cada isla donde pisan.
–No sabes lo que hablas niña –replicó él– si hago algo contra ellos, rápidamente vendrán y nos matarán a todos. No hables como si comprendieras.
–Entiendo muy bien lo que estoy diciendo. Más de lo que cree, sólo veo que usted es un cobarde, que no puede anteponer el bienestar de su gente por su propia seguridad –dijo la princesa de la nieve, hasta que Natsuki y Blaze la calmaron. Sólo querían saber si no tendrían problemas, y parece que por el momento no habría nadie que se los causara, por el momento.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 16 (El barco pesquero):
- Spoiler:
- Quien sí estaba en serios aprietos era Jet. Sus pocas fuerzas ya no le permitían seguir remando y el hambre le había obligado a tumbarse sobre la balsa donde estaba. Según él, sólo tenía que descansar un poco, pero luego, ya no podía levantarse, su cuerpo no le respondía, y era obvio luego de el esfuerzo que había realizado en los días anteriores. Sin embargo, parecía que el destino no quería dejar morir a este Ookami, y un buque al parecer pesquero apareció cerca de ese lugar. Un par de marineros, uno joven y otro ya de aspecto viejo, fueron los que bajaron, para ver si la balsa tenía algo de valor. Para su inconveniente, tan sólo había una persona, y su espada.
–Tendremos que llevárnosla, algún valor tendrá –se refirió el joven a la katana.
–¿No sabes nada de honor, muchacho? Robarle su arma a un espadachín inconsciente es algo muy bajo. Vamos a subirlo al barco –dijo el viejo y luego de una pequeña discusión, nada grave, Jet fue de alguna forma rescatado.
Luego de alrededor de media hora, los ruidos de la cubierta, donde había sido dejado, lo despertaron. Apenas pudo incorporarse, pero cuando lo estaba haciendo le fue servido un pescado frito.
–Come, debes tener hambre –le dijo un viejo con cabello largo ya blanco de canas, bigote normal y que usaba anteojos. Su ojo derecho era cruzado por una cicatriz que iniciaba en la frente y terminaba hasta la mandíbula. De cualquier forma, su rostro delgado y su sonrisa lo hacían ver una buena persona. Jet no perdió tiempo y devoró ése, y otro pescado que el marinero veterano le llevó. Era la hora de comida en el barco, el cual no era pirata.
–Gracias –agachó Jet la cabeza hacia su salvador– le debo mucho, señor…
–No lo menciones muchacho. Lo importante es que estás vivo, y en este océano, eso es lo primordial. ¿Mi nombre? Aquí todos me llaman Roshi.
–Pero no es su nombre verdadero –intuyó el espadachín.
–Jo, jo, eres el primero que se da cuenta a la primera oportunidad. Estoy seguro que eres un pirata –adivinó– mi nombre es “Manos Rápidas” Geoff. Fui pirata, pero eso está en el pasado. Y dime, ¿qué diablos hacías en esa balsa? ¿Dónde está tu tripulación?
Jet entonces relató lo sucedido, aunque se guardó para sí el encuentro con Ayaka, y declaró que debía llegar a la isla de Yuki.
–Es muy difícil ir a ese lugar. Nosotros quisiéramos estar cerca en esta época del año. Hay buen camarón azul arcoíris alrededor de una isla muy cercana a Yuki de nombre Yottsu, pero desde que esa Federación controla la zona, ya no nos es posible ir a pescar por ahí.
–Eso pronto cambiará –sonrió el espadachín por primera vez desde que había sido subido a ese navío pesquero– la Federación será derrotada.
–¿Tienes algo que ver con lo sucedido en Criolla? Supimos que la Federación sufrió una derrota ahí a manos de piratas. Si es así, tu tripulación debe ser fuerte, pero puedo reconocer que eres el mejor de ellos, o al menos uno de los mejores. Aunque los hayas salvado es extraño que te hayas separado de la tripulación y que te hayas sacrificado por ellos.
–Está bien –respondió el pirata– mi sueño era el más egoísta de todos, la venganza no es muy loable, supongo.
–Tal vez no, y la persona a la que se quiere vengar no regresará, pero eso no quiere decir que sea egoísta. Pienso que para alguien que carga con esa labor que él mismo se ha impuesto, debe ser muy duro, ¿cuál es tu razón de venganza?
A pesar de que Jet jamás había contado a nadie su pasado o la verdadera razón de tratar de encontrar a Mihawk, el momento era extraño y ya había tomado confianza a Roshi, por lo que empezó a relatar –todo empezó cuando yo era niño.
Y así, Jet comenzó a contar lo sucedido. Hacía ya 13 años, cuando él apenas tenía 9 de edad. Su hogar era la isla de Aramia, en el East Blue, donde vivía con su madre, Faye, y sus dos hermanas mayores, Crista de 15 años, y Eve de 12. Entre los cuatro, tenían un negocio donde fabricaban ropa y la vendían, el cual era la única construcción en la costa. Faye había enseñado a sus dos hijas a ser expertas en la costura. El pequeño Jet era como el asistente, pues traía y llevaba cosas, compraba lo que pudiese faltar y ese tipo de labores.
Por mucho tiempo todo fue normal, incluso hasta aburrido, antes de la llegada de dos extraños a Aramia. Dos hombres que, a primera vista, podrían ser piratas, sin embargo no portaban ningún jolly roger, y siendo solamente dos, difícilmente podrían ser una tripulación. Además, a su llegada, estaban heridos y sin fuerza, por lo que pisando tierra firme se desplomaron.
Más tarde, los hombres despertaron en una habitación desconocida, donde una mujer estaba curando el brazo de uno de ellos. Ella era de buen ver, con cabello rojo de tonalidad clara, corto. Con ojos negros y delgada, de lindo cuerpo. No era demasiado joven, pero no se veía mayor.
–Qué bueno que ya hayan despertado –sonrió ella con alegría– mi nombre es Faye. Mi casa es humilde, pero pueden quedarse por aquí, seguro han tenido un viaje muy duro –les dijo. El hombre al que estaba curando era de aspecto un poco más juvenil que ella, no demasiado, de cabello castaño un poco largo, pero sin llegar hasta los hombros y de ojos pequeños, negros. El otro era más robusto, y un poco más grande de edad, con cabello negro muy corto. Éste fue el que primero respondió a la amabilidad de Faye.
–Muchas gracias. Fue difícil llegar sanos y salvos hasta aquí. Mi nombre es Yasuo, y éste que se ha quedado embobado viéndote, es Shigeru –rió, haciendo que tanto su compañero, como Faye, se sonrojaran un poco. Algunos segundos después, Crista entró a la habitación llevando un poco de alcohol que su madre le había pedido anteriormente.
–Hija, saluda a los hombres –le dijo Faye, y ella lo hizo cortésmente para luego retirarse.
–No pensé que tuvieses una hija tan grande, te ves muy joven –Shigeru trató de hacer un cumplido, pero luego se dio cuenta de que, si Faye tenía una hija, probablemente tendría esposo y entonces él había quedado como un verdadero tonto; sin embargo, pronto se dio cuenta de que dicha mujer era viuda desde hacía más de 8 años. Shigeru y Yasuo pasaron algunos días por ahí, pero pronto tuvieron que irse, aunque con la promesa de que regresarían.
–¿Crees que alguna vez podamos dejar al ejército rebelde? –preguntaba con cierto aire de nostalgia Shigeru a su compañero, mientras se alejaban de la isla Aramia en su velero.
–¿Estás pensando en esa muchacha? Olvídalo, una vez que entras aquí no podrás salir, y menos nosotros que tenemos trato directo con Dragon. Mejor olvídate de ella.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 17 (Pecados):
- Spoiler:
- Así, pasaron algunos meses sin que alguno de estos dos revolucionarios diera señales de vida en Aramia. Para Faye, había sido un despertar de curiosidad femenina. Ya llevaba más de 8 años como viuda, sin que se interesase por un hombre, y, sin saber que Shigeru formaba parte de la armada del infame Monkey D. Dragon, sintió una atracción hacia él. Sabía que si él le había prometido regresar, tendría que hacerlo, por lo que no se preocupaba.
Sin embargo, no sería demasiado tiempo el que ella tendría que esperar. Uno de esos días, Shigeru llegó de nueva cuenta a Aramia. El primero en verlo fue Jet, el recién llegado estaba algo herido, aunque nada grave, y en sus manos, tenía algunos papeles que parecía no querer soltar por ningún motivo. En su mente, recordaba lo sucedido hacía algunas horas.
–¡No puedes involucrarla, ella no tiene nada que ver con nosotros!
–No sé cómo explicarlo, pero confío en ella, y no podemos ya tener esto con nosotros– respondía Shigeru a su fiel compañero.
–Eres un idiota, pero te debo mucho. Te compraré algo de tiempo, sé que no puedo derrotarlo, aunque, ¿quién puede? –rió Yasuo con resignación– ve, trataré de detenerlo aunque sea un poco.
Shigeru no tenía otra opción, debía proteger esos papeles que llevaba con él –por favor no mueras… –deseó en voz baja a su compañero, y luego emprendió la huída, llegando finalmente a Aramia.
–Debes cuidar estos planos –le entregó Shigeru a Faye los papeles– están incompletos, y no deseas saber lo qué son, te lo aseguro.
–¿Eres un revolucionario? –adivinó perspicazmente la mujer. Él asintió, pero a ella le importó más bien poco y le abrazó– debes huir entonces, ¿verdad? Hazlo, yo te esperaré aquí el tiempo que sea necesario –aseguró, y él, sintiéndose tal y como un traidor, tuvo que dejar a dos personas queridas el mismo día, pero esperaba que los planos estuvieran seguros ahí. Ni siquiera quiso tomar tiempo para que le curaran algo, pues salió de ahí lo más pronto posible.
–Mejor vaya por otro lado, por ahí hay algo –le dijo Jet, pues de alguna forma sintió un peligro.
–No te preocupes, estaré bien. Protege a tu madre y hermanas –respondió el revolucionario y se fue rápido del lugar. Pero los presentimientos del chico no eran casualidad, y poco tiempo después, ya cuando el velero estaba cerca de perderse en el horizonte, un torrente de agua salió de la nada y parecía haber destruido la embarcación. Por supuesto, no se trataba de eso, sino de alguien que lo había hecho. Jet sintió miedo entonces, no sabía por qué, pero de una cosa estaba seguro, algo estaba por suceder.
Minutos después, a la isla arribó un hombre extraño, un espadachín al parecer, pues tenía una de estas armas en su espalda, ésta era de color negro y tamaño muy grande, y sus ojos, asemejaban a los de un halcón. El hombre miró hacia varias direcciones y luego de rastrear un poco, se dirigió hacia la casa de Faye. Jet trató de detenerlo, pero no le fue posible y en ese momento la pelirroja salió. Viendo a tal hombre intuyó por lo que venía.
–No pensé que alguien llegara tan rápido.
–No quiero problemas. Sólo dame esos planos. Así como están no sirven para nada, es mejor que me los des. El Gobierno los quiere, pero yo los destruiré, así que no te preocupes y dámelos pronto –le dijo Delacure Mihawk, conocido como el espadachín más fuerte del mundo. Si Shigeru hubiese estado ahí, seguramente habría preferido que Faye le entregara esos planos al Ojos de Halcón, pero ella no lo hizo, se negó, sabiendo que eran importantes.
–¿Acaso eres una revolucionaria también? –ella debió haber respondido con una negativa, después de todo no lo era, pero una estela de falla en la razón cruzó por su mente.
–¿Y qué sucede si lo soy?
–Entonces no debo preocuparme si hago pedazos tu casa –y Mihawk envió un corte rumbo a un costado de la vivienda, justo donde el rudimentario calentador se encontraba. Jet había recibido un pequeño golpe que lo había dejado inconsciente, pero justo al despertar, veía como, al mismo tiempo que el espadachín abandonaba la isla, dicha caldera que había sido atacada por este último, estallaba. El pequeño sufrió un momento de shock, en primera instancia quería ir a por Mihawk, pero luego supo que no haría nada contra él, y entonces fue a tratar de ayudar a su madre, la cual había entrado a la casa para rescatar a sus dos hijas que estaban dentro. No se pudo hacer mucho, Faye, Eve y Crista murieron ahí, mientras que Jet sufrió quemaduras, pero fue finalmente salvado por habitantes de la isla que pudieron llegar al menos para no dejar que el niño muriera.
–No pude hacer nada para salvarlas –terminó Jet su relato a Roshi– mi madre era buena, hermosa, noble y trabajadora. No merecía morir –decía, mientras apretaba sus ojos y sus dientes.
–Un fugaz enamoramiento causó una desgracia… –suspiró el viejo mientras encendía un cigarrillo.
–Shigeru pagó sus pecados cuando Mihawk lo acabó antes de llegar a nuestra isla. Yo debo hacer que ese Ojos de Halcón pague los suyos –dijo el espadachín bebiendo un poco de agua.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 18 (Osore, el médico):
- Spoiler:
- El relativo silencio, dejando escuchar a lo lejos los ruidos propios del pesquero, se rompió cuando Roshi vio el costado derecho del torso de Jet y lo herido que se encontraba, por lo tanto, se dispuso a llamar a uno de los tripulantes de ese barco –¡Osore! ¿Dónde estás?
Algunos segundos después, llegó un sujeto vestido con una camisa elegante, y un pantalón de vestir negro, bastante impecable, con el cabello azul lacio, un poco largo, pasando su barbilla quizá. Justo cuando arribaba, se hacía una parte de su cabello hacia atrás.
–Oye viejo Roshi, en lugar de subir a extraños, deberías subir a extrañas.
–No empieces con tus cosas. Tiene una herida, cúralo –replicó el viejo, aunque sin enfadarse.
–Vine aquí pensando que era una chica, ahora he perdido mi motivación –dijo el médico al tiempo que se echaba su maletín a la espalda y se disponía a retirarse.
–¿Dónde está tu vocación? Deja de portarte como un tonto y atiéndelo –ahora sí, enfadado, Roshi subió la voz, haciendo que finalmente Osore se pusiera a ver las heridas del espadachín. Fue examinándolo y curándolo poco a poco, pero luego se fijó en rasguños que Jet tenía en el pecho.
–Oye… ¿No atendiste estos nunca? Vaya cicatrices, amigo, ¿vienes de un lugar sin médicos, o qué? –preguntó Osore, pero comprendió todo cuando el espadachín le dio a conocer que en su tripulación no había doctor o algo parecido.
–Fuu dijo que ella sabía curar un poco, aunque no era doctora.
–¿Fuu es una chica? ¿Es la única en tu barco? –preguntó el peliazul, extrañamente interesado de pronto en la plática.
–Están ella y Natsuki. Eres un hentai, ¿verdad?
–Soy un “gentleman” que admira la belleza femenina, eso es todo. Ahora, por favor, respóndeme otra pregunta, ¿hacia dónde se dirigen?
–No estoy del todo seguro, pero probablemente iremos lo más pronto posible avanzando por Grand Line. Nuestro capitán quiere alcanzar a alguien –explicó Jet mientras que se colocaba su chaqueta de nuevo ya después de ser curado.
–Por favor –le sonrió algo arrogante el médico– llévenme con ustedes. Tienen chicas, son piratas, van avanzando en Grand Line, es justo lo que he buscado por mucho tiempo.
–No lo creo, en este momento no es prudente. Además yo no soy el capitán –respondió Jet, haciendo trizas la esperanza del peliazul, quien al inicio se deprimió, pero luego se puso agresivo, y sacó tres partes de una vara para luego unirlas en una lanza y atacar a Jet quien se defendió con su espada.– ¿Qué diablos te sucede?
–Yo creo que una de las chicas de tu tripulación te gusta, y no quieres que este galán te las gane, ¿verdad? –se refería Osore a sí mismo al tiempo que incisivamente buscaba cualquier espacio en la defensa del espadachín– soy tan hábil con esto, como lo soy con el bisturí –aseguró el peliazul.
–Si tanto quieres estar, entonces está bien. Vaya tipo obstinado –desistió Jet de seguir peleando, pues por una parte no quería seguir esforzándose, pues todavía estaba débil, y por otra, vio que Osore era bastante fuerte, pudo saberlo con algunos golpes que éste dio y la pelea podría prolongarse demasiado, lo cual no era conveniente– pero te advierto que Blaze, el capitán, tomará la decisión si te acepta o no.
–Perfecto. Y no te preocupes, seguro que cuando llegue, tus chicas implorarán para que no me vaya nunca más de su barco –aseguró para luego ir a preparar sus cosas, pues pensó que se irían al instante. A Jet no le agradaba mucho, pero tal vez necesitaría compañía para buscar a sus nakamas. Eso sí, todavía debía pensar cómo llegar a reencontrarse con Blaze y los demás, pero Roshi le dio un pequeño empujón de ayuda. De inmediato llamó a varios de los marineros y recomendó ir a Yottsu, para poder pescar Camarón Azul Arcoiris.
–Esos son terrenos de la Federación, viejo. No podemos ir allí, el barco corre peligro y usted lo sabe muy bien –le dijo uno de los líderes.
–No hay problema alguno, este muchacho y su tripulación derrotaron a varios oficiales de la Federación. No habrá peligro alguno, y finalmente podremos ganar buen dinero con esa pesca, confíen en mí –ni siquiera Jet se esperaba que sucediese eso, pero se alegró bastante, pues había una oportunidad de volver a ver a sus compañeros.
Unos instantes después, el barco empezaba a cambiar su rumbo y gracias a una de las Eternal Pose que había recolectado en sus distintos viajes, la dirección era hacia Yottsu, aunque el mismo Jet nunca había visto ese artefacto y no sabía lo que era –vaya, es la primera vez que te veo sonriendo desde que llegaste aquí, eso es bueno. Descansa y prepárate para pisar tierra de nuevo –le dijo Roshi antes de retirarse del lugar, pero luego volvió– antes debo decirte que Osore es un buen chico. Es sólo que le gustan demasiado las mujeres y se cree muy apuesto, pero es noble y un buen peleador. No ha querido contarme su historia, pero busca desesperadamente a su madre perdida. Ayúdalo por favor y si tu tripulación puede descubrir cuál es su pasado, será muy bueno.
Jet aceptó y entonces se preparó para ver un vez más a sus amigos, sin saber que éstos estaban en problemas.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 19 (Federación en Cilos):
- Spoiler:
- Mientras buscaban un lugar para comer, Blaze y su grupo escucharon que los pobladores huían con terror de la playa. En medio del total desconcierto, se escuchó decir que la Federación había llegado. Ante eso, Fuu corrió hacia la costa y miró en dirección al mar.
–La corona plateada de los cinco picos, sí son ellos –afirmó la peliazul al ver un velero no demasiado grande con una bandera que tenía dicha insignia en ella. Blaze entonces se preparó para pelear, al igual que Natsuki. Por desgracia Fuu no había llevado ninguno de sus artefactos con ella, por lo que la navegante se prestó a protegerla.
El barco se acercó y en poco tiempo llegó a la costa. Sólo había un par de sujetos, uno de ellos tenía el cabello negro, largo, atado en una trenza, era delgado, con rostro afilado y serio. El otro, era también delgado, con cabello verde largo sin peinar y una sonrisa inquietante.
–Muy bien Shinta, tú… ¿dónde se ha metido? –preguntó Blaze al no ver a su pequeño tirador por ningún lado. Se olvidó del asunto por un instante y preparó sus manos para cualquier eventualidad. De pronto, creyó ver una extraña estela y más tarde ésta la golpeó en el rostro. No le había causado daño, pero no dejaba de ser bastante extraño.
Mientras tanto, el tipo de la trenza, tenía su puño a la altura del rostro, como si acabara de lanzar un golpe, el mismo que había llegado a tocar a Blaze.
–¿Son ustedes los que hicieron el desastre en Criolla? –preguntó ese mismo sin subir la voz, con bastante tranquilidad.
–Somos nosotros, ¿qué quieren aquí? –comenzó Blaze a fabricar bolas de acero con ambas manos.
–También eres usuario de fruta… No importa, te acabaré con mi Shintou-Shintou no Mi –afirmó y lanzó un golpe al aire, que luego al parecer viajó y dio de lleno en el rostro de Blaze, quien afortunadamente, era como si estuviese hecho de acero.
Mientras tanto, el otro fue tras de Natsuki y Fuu. Afortunadamente él no conocía a la familia real de Yuki, por lo que no reconoció a la peliazul. Natsuki creció hasta el tamaño cercano al de un Kyojin y se dispuso a tratar de aplastar al atacante, que se trataba de Kazuya.
Blaze pensó que sería una pelea sencilla. Esos golpes no le iban a afectar en nada y tarde o temprano terminaría derrotando a Masashi, pero éste era muy rápido, y a cada golpe que lanzaba, éste se volvía más fuerte y algo más dañino. Podía lanzar sus estelas con ambos manos y piernas. No era cortante, era como un impacto que salía desde su cuerpo y podía viajar por el aire. A pesar de ser como de acero, Blaze ya estaba resintiendo algunos impactos, y Masashi era cada vez más rápido, era de no entenderse. Cualquier cosa que el pirata usara, no podía alcanzar al enviado por la Federación.
Natsuki por su parte, logró pisar a Kazuya, pero no podía aplastarlo por la arena de playa, y además sintió algo bastante asqueroso en su pie derecho. Lo levantó y vio algo viscoso y verde pegado a la planta del mismo –¡aghhh, qué asco! ¿Qué es esto?
–Es parte de mi poder, lindura. Cuida que no caiga cerca del rostro, porque podrías enfermarte gracias a mi fruta Furei-Furei –advirtió Kazuya.
Fuu, quien estaba cerca de ahí vio por un momento al residuo verde y se dio cuenta de que Kazuya no estaba mintiendo –ten cuidado Natsuki, esa cosa es como un residuo nasal.
–¿Residuo nasal, qué es eso? –preguntó la navegante sin idea alguna.
–No me hagas decirlo…
–¿Decir qué?
–Son mocos… –reveló con algo de vergüenza la princesa haciendo que Natsuki tomara una actitud de asco todavía peor. Desafortunadamente se distrajo y sufrió las consecuencias.
–¡Baño Furei! –Kazuya sacó de su cuerpo una gran cantidad de líquido verde y viscoso, y prácticamente bañó el rostro de Natsuki, la cual intentó golpear a Kazuya, pero éste resbaló el ataque y salió ileso. Él también era algo viscoso y por lo tanto, difícil de golpear.
–Acéptalo lindura, no vas a poder contra mí, mejor ríndete y tal vez ese idiota de Masanori no los mate –dijo Kazuya quedándose quieto, lo cual fue un grave error, pues de pronto se vio envuelto en una red. Shinta no había huido, sino que había buscado un punto para poder atacar desde lejos.
–Activa el otro mecanismo –le dijo Fuu y el chico apretó un botón de una nueva arma que tenía, éste hizo que la red se redujera hasta dejar sin movimiento alguno a Kazuya.
–Gracias Fuu, esta arma que hiciste funciona a la perfección –bajó Shinta del techo de una de las construcciones altas que había por ahí. Ya sólo faltaba que Blaze saliera ileso, pero tenía sus problemas con Masashi. El pirata tenía sus dos manos juntas y estaba haciendo algo. Ya había fabricado un extraño poste en forma de número “7” y lo había clavado en la arena. Ahora estaba haciendo algo más, parecía ser más grande, mientras resistía los golpes cada vez más fuertes de su enemigo, el cual no parecía entender qué pretendía el hombre-acero.
–Listo, terminé –mostró un Blaze ya goteando algo de sangre por su boca, una especie de hélice. Esquivo a Masashi y la colocó en el poste que anteriormente había hecho, luego la hizo girar– me di cuenta de que usas el aire para tus “impactos”. Trata de seguir usándolo así –sonrió el capitán pirata y tenía razón, pues con la hélice, toda la corriente de aire estaba en contra del invasor. Con todo en contra, Masashi intentó retirarse un poco de esa zona, pero ya sin su velocidad, Blaze lo alcanzó con una enorme cuchilla saliendo de su mano derecha– no quiero matarte, pero tampoco te ibas a ir así como así –lo acorraló justo cuando sus amigos llegaban con Kazuya en la red.
Masashi quedó inconsciente, pero Kazuya todavía estaba moviéndose dentro de su aprisionamiento, por lo que Blaze se acercó a él y lo amedrentó de inmediato –¡dinos rápido! ¿Dónde está la princesa Yuki?
Pero al contrario de lo que pudiera pensarse, Kazuya soltó “la sopa” rápidamente –yo no sé donde la tienen, Masanori nunca nos lo ha dicho.
–¿Pero ella está viva? –preguntó Fuu nerviosa y emocionada a la vez.
–Sí, tengo entendido que sí.
–¿Pero por qué? –volvió a preguntar la inventora y cocinera, quien no entendía el por qué Masanori no se había deshecho de su hermana y de ella.
–No lo sé –respondió Kazuya, desanimando a Fuu– ese idiota de Masanori nos paga bien, pero no sabemos de todos sus planes o cosas que tiene en la cabeza. Nosotros ni siquiera hemos entrado al palacio nunca.
Blaze pidió la situación de la Log Pose, y ésta ya estaba cargada, así que era mejor salir de ahí de inmediato. Dejarían por ahí a sus enemigos, ya no importaban demasiado, sobre todo porque estaban fuera de combate y los lugareños llegarían pronto seguramente.
–Cuidado lindura, no vayas a resfriarte –advirtió desde dentro de la red Kazuya a Natsuki, aunque los piratas pensaron que el peliverde se refería a lo desvestida que siempre estaba la navegante, pues sólo llevaba un top y un minishort.
Al llegar al Steeler, lo primer que Natsuki hizo fue entrar a ducharse, para lavar toda la porquería con que había sido literalmente bañada. Blaze pidió entonces a Fuu cuidar la Log Pose, y aunque ésta insistió en, no curarle, pero al menos tratarle un poco las heridas, el capitán se negó y prefirió ir a dormir.
–Aún pienso que debimos hacerles algo a esos sujetos, como lanzarlos al mar o algo así –decía Shinta mientras veía como se alejaban poco a poco de Cilos.
–La venganza no es la respuesta. Lo mejor es seguir adelante –comentó Fuu.
–Bueno, recuerdo que Jet viajaba por venganza o algo a… sí... – se arrepintió el tirador de mencionar al espadachín, pues la cocinera no escondió el pesar de remembrar el sacrificio de su nakama por ayudarlos– no te preocupes Fuu, él está vivo, y seguro que regresará, ya lo verás –afirmó Shinta, aunque ni él mismo estaba muy seguro de ello.
Se hacía noche y fue justo cuando Natsuki terminó de bañarse que entró a su camarote donde Shinta ya estaba preparándose para dormir –¿no podrías ponerte algo? –preguntó enfadado el adolescente, pues la joven sólo estaba en ropa interior. Ella sonrió y luego sacó una blusa larga para usarla como pijama.
–¿Así está bien, Shinta-chan?
–¡No me digas así! Ni que fuese tu hermano menor. Y sí, así estás bien.
–Vamos, no seas gruñón. Tú puedes decirme onee-san –sonrió la navegante, y luego de que Shinta se enfadara de nuevo, notó que el rostro de la joven estaba realmente rojo– sí, tengo algo de calor, no sé por qué –dijo ella antes de acostarse en su cama, mientras que Shinta dormía a un lado de la misma en una colchoneta que estaba al ras del suelo.
Blaze ya tenía varias horas hundido en el sueño, Fuu acababa de conciliarlo luego de pensar en su hermana, a la que hora sabía con vida, y finalmente Shinta ya tenía algunos minutos de estar durmiendo, cuando sintió que algo le cayó encima, abrió los ojos y vio como su cara estaba siendo “atacada” por un par de enormes pechos.
–¡Ya vas a empezar! ¿No puedes estar sin caerte de la cama? –se enfadó el chiquillo, pero cuando le tocó a la chica uno de sus brazos para quitársela de encima, notó que estaba muy caliente. Eso le llamó la atención y luego pasó su mano por la frente de la navegante –estás ardiendo –le dijo, pero ella no escuchó, estaba aún dormida, pero respirando con dificultad y sudando a chorros.
Como pudo la subió de nuevo a la cama y salió a por Blaze y Fuu. El capitán se levantó con pesadez, pero al escuchar que Natsuki estaba enferma se preocupó y se apresuró para ver a su nakama. Era evidente que tenía algo complicado, a cada segundo su temperatura subía y Fuu intentaba controlarla con cuidados caseros, pero eso no iba a curarla. Los tres pasaron en vela toda la noche, aunque Shinta cayó rendido cerca del amanecer.
El tirador despertó cerca del mediodía y de inmediato quiso ver cómo seguía la navegante, pero el panorama no era alentador, incluso, parecía estar peor que el día anterior. Natsuki ensanchaba su pecho de una forma preocupante al respirar y mientras Blaze se culpaba por ser un capitán descuidado y dejar que esto pasase; Fuu insistía en que sólo debían llegar a Yottsu y esperar que encontraran rápido un médico para la castaña. Shinta no pudo evitar derramar unas lágrimas por ella.
–¿Por qué ya no sonríes como siempre, ni sales desnuda o en ropa interior? No me importa si roncas en la noche o haces un montón de ruido al despertar, Natsuki… has las tonterías de siempre, por favor, puedes decirme Shinta-chan, eres mi onee-san, pero… por favor… despierta y ponte bien, por favor, onee-san –sollozaba el pre adolescente.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 20 (Guerra a la vista):
- Spoiler:
- Osore preguntaba a Jet muchas cosas sobre sus dos compañeras de tripulación, hasta casi hartar al espadachín, pero justo fueron interrumpidos por el ave del periódico que llegaba. Osore metió una moneda en la pequeña maleta del pájaro, y tomó el diario, que tenía en su primera plana la noticia del momento –esos de la marina se están metiendo en un gran problema –sonrió interesado el médico.
–¿Qué dice? –preguntó Jet.
–Van a ejecutar a Portgas D. Ace, comandante del segundo cuerpo de Shirohige –reveló– ¿qué? ¿No sabes quién es? Shirohige es el pirata más poderoso de este mundo. Con miles de piratas a su cargo, es el hombre más fuerte de todos, temido por cualquiera, y ahora la marina lo está retando. Seguro que de esa guerra salen muchos muertos, por ambos lados.
Y justo cuando Osore comentó esto último, Jet recordó a Ayaka. Era extraño que ella estuviese en aquel lugar donde se habían encontrado por última vez, y se debía a que estaba en camino a los cuarteles generales de la marina. Seguramente participaría en esa guerra.
–¿Qué pasa? ¿Te asustaste? ¿Tienes algún amigo en la marina? –preguntó Osore al ver el rostro del espadachín que tenía a la capitana esgrimista en su mente.
No, es sólo que… me imagino que mucha gente morirá… –dijo y luego pensó en la rubia– “Ayaka, cuídate, no vayas a morir ahí”.
Justo en ese momento, la capitana Ayaka, que llegaba a Marineford sólo 36 horas antes de la ejecución de Portgas D. Ace, estornudaba– seguro que alguien habla de mí –se cubrió la boca mientras bajaba de su acorazado junto a Hanako luego de haber dado instrucciones a sus reclutas. Avanzó por la entrada y finalmente se introdujo a los cuarteles. Justo en una intersección de pasillos fue detenida por otro marine.
–Tiempo sin verte –dijo él, un hombre de estatura normal, bien vestido y con su capa de oficial. Cabello negro muy corto, ojos pequeños y algunas pecas en las mejillas. Aún así, su rostro no era muy amigable. La rubia abrió grandes sus ojos y luego él se acercó a besarla, aunque de forma casual y no apasionada– ¿dejaste escapar a un pirata? –luego preguntó.
–No pude preverlo. Pero no era nadie importante.
–No importa, parece que sigues teniendo fallas como marine. Si sigues así, nunca llegarás lejos –aseguró mientras, sin mirar a la rubia, se acomodaba las mancuernillas de la camisa– debo retirarme, te veré luego –le dijo él. Era el Contraalmirante Kazuhiko.
–Menudo novio –musitó Ayaka cuando él estaba lejos– parece que sólo me regaña, ni siquiera un cumplido y eso que hacía ya dos meses que no nos veíamos. Supongo que debería elegir mejor a mis compañías –dijo con un poco de sarcasmo para luego seguir su camino. Eso sí, podía respirarse el nerviosismo por todo el cuartel. En pocas horas iniciaría una cruenta batalla, pero sus pensamientos se desviaron de su mente cuando casi chocó con el vicealmirante Garp.
–Buenas, Garp-san, ¿viene llegando?
–Fui a Impel Down –respondió el viejo, con su gran sonrisa de siempre– pero mírate Ayaka-chan, te has vuelto toda una marine –rió con violencia el viejo oficial dándole una palmada en la espalda a la joven. Al lado de Garp, estaban Koby y Helmeppo, quienes estaban algo temblorosos.
–¿Cómo cree que saldrá todo esto, Garp-san? –preguntó más seria la rubia.
–Será duro –se puso algo más serio– seguramente muchos no sobrevivirán, pero ustedes tienen que salir bien de esto, son los nuevos marines, los que vienen detrás de nosotros. Aunque algunos tienen que mejorar todavía mucho, bwa, ja, ja, ja –se refirió él a sus dos pupilos y luego se despidió para retirarse y prepararse para lo que se venía– cuídate mucho Ayaka-chan. Cuando estés ahí afuera, piensa en lo que más te importa, y eso te dará fuerza.
Mientras tanto, el barco pesquero, con Jet y Osore en la proa, se acercaba hacia Yottsu. A pesar de tener un buen peleador como el médico peliazul, el barco nunca se había atrevido a acercarse a esa zona. Eran dominios totales de la Federación, pero si Roshi había insistido, se debía a que tuvo confianza en ese joven recién conocido.
– Ahí están –señaló Osore el inicio de una fila de pequeños veleros, cubriendo la costa de Yottsu.
–Hay que atacarlos antes de que ellos lo hagan –dijo Jet y lanzó un par de cortes voladores que hundieron cinco embarcaciones pequeñas. Los marinos se dieron cuenta entonces del por qué de la confianza de Roshi, e incluso él mismo se sorprendió, no esperaba ese tipo de ataque por parte del espadachín.
Los disparos de los siguientes barcos guardianes no se hicieron esperar, pero tanto Jet con su espada, como Osore con su lanza, desviaban absolutamente cualquier proyectil que se acercara a su embarcación pesquera –tú concéntrate en seguir destruyendo a esos tipos, yo desvío todo lo que se venga –dijo Osore y el espadachín entonces siguió lanzando sus cortes voladores, aunque pronto se iba cansando, no era tan sencillo seguir ese ritmo.
–Será bueno que ustedes bajen y vayan acabando cuerpo a cuerpo con ellos –recomendó Roshi, quien llegó a la proa.
–No juegue, viejo. Si hacemos eso, quién va a detener sus ataques –replicó Osore, pero luego el anciano demostró sus destrezas adquiridas como pirata en el pasado, y con un rápido movimiento de sus manos, el viento iba desviando las balas enviadas por los enemigos.
Primeramente azorados, pero luego motivados, Jet y Osore, aprovechando no ser usuarios de Akuma no Mi, se lanzaron al mar, subieron a uno de los pequeños veleros y así fueron acabando con cada uno de ellos, saltando de uno a otro, hasta que apareció otro más grande, y con un hombre robusto de poco cabello, boca grande y dientes de fuera, vistiendo sólo un pantalón y portando una espada enorme –¿creen que pueden acabar con la flota de Klass e irse así como así? ¡Voy a acabarlos en este instante! –vociferó, pero debido a esto, ya no pudo reaccionar a lo que se venía.
–¡Ookami no Higyou! –como una centella, Jet saltó desde un velero cercano y terminó del otro lado del barco más grande, ya a espaldas de Klass quien alcanzó a ver como su espada se hacía pedazos para más tarde caer gravemente herido. Luego de eso, la flota dejó de atacar al pesquero y ya casi se podía decir que habían llegado a Yottsu sanos a y salvos.
–No celebren todavía –les dijo alguien que estaba más lejano. Un hombre con una gabardina negra, cabello rubio largo, abundante y alborotado, y un par de lentes de sol de tonalidad azul que le tapaban sus ojos. A su lado había dos piratas más, vestidos ambos iguales, con pantalón gris y camiseta de franjas verdes y blancas, además de un pañuelo rojo en la cabeza, cada uno con una espada corta, parecida a la cimitarra árabe.
Osore, viendo que el barco pesquero no corría ya más peligro, se adelantó y atacó de inmediato al de la gabardina, pero éste se defendió con una especie de garras, las cuales tenía atadas desde el antebrazo y se extendían cerca de veinte centímetros con cuatro afiladas extensiones cada una.
–Número cuatro de la Federación, ‘el Lapan’ Dirgen' –se presentó, con una sonrisa sedienta de sangre.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 21 (El reencuentro):
- Spoiler:
- –Debíamos llegar juntos –reclamó Jet al peliazul cuando arribó al último barco de la flota.
–Tú ya te luciste, ahora déjame a mí –respondió Osore al tiempo que se ponía en guardia para comenzar su pelea con Dirgen, mientras que Jet era abordado por los otros dos sujetos, de nombre Aka y Ao, quienes atacaban en un patrón perfecto para parejas, lo que no lo hacía fácil para el pirata.
Dirgen era rápido, fuerte e incisivo en sus ataques, y aunque Osore podía mantenerlo a distancia, las garras del primero lo protegían a la perfección de la lanza de este último. Luego de algunos movimientos, finalmente Dirgen rasgó el pecho del peliazul. Jet tampoco la pasaba demasiado bien, no era fácil pelear contra dos al mismo tiempo y menos que eran hábiles y con armas tan rápidas de usar.
El espadachín entonces se dispuso a correr por la plancha del navío, como si estuviese huyendo. Osore por su parte había hecho un par de rasguños a Dirgen, y lo hizo retroceder, pero cuando pensó que ya lo tenía, el guardia logró atrapar la lanza con sus dos garras, se suponía que era una situación donde ninguno podía atacar, por lo que Osore pensó tener ventaja e ideaba finalmente acabar con las garras de Dirgen girando y haciendo un pequeño truco con su lanza, pero el guardia se le adelantó, al darle una soberbia patada en las costillas. Gracias a esto, la pelea se volvió prácticamente de un solo lado.
Jet se dio cuenta de que era momento de actuar y dejó de huir. Su plan había funcionado, pues Aka era un poco más rápido que Ao y tocó enfrentar al pirata de forma solitaria, por lo que mucho no duró, su sable fue rápidamente destrozado por la Kangaiishi de Jet, y el turno tocó al otro guardia, quien no duró demasiado tampoco. Jet entonces cargó hacia Dirgen evitando que sus afiladas garras hicieran más daño en Osore.
–¡No te pedí que me ayudaras!
–¡Cállate! Este sujeto no es cualquier cosa y no es nuestra prioridad acabar con él. Sólo hay que llegar a Yottsu y ya –respondió Jet al peliazul, dándose además cuenta de que lo que decía, era totalmente cierto. Dirgen era mucho más fuerte que cualquiera de los otros guardias que los que se habían enfrentado antes. Sin embargo, al verse en desventaja numérica, y en lugar de forzar su suerte, decidió retirarse pues algo le decía que volvería a verse con esos piratas.
Estás respirando raro, seguro que te ha roto una costilla –señaló Jet al ayudar a Osore a levantarse.
–No te preocupes por mí, estoy bien. Mi orgullo está más herido –se hizo el fuerte, quitándole las manos a Jet, quien lo intentaba poner de pie tomándolo de los brazos. Justo en ese momento, el pesquero se abría paso por los pequeños veleros ya sin tripulantes, o destruidos. Roshi saludaba desde la proa, aunque con sus manos un poco ensangrentadas. Al llegar a Yottsu, Osore se dispuso a curar primero al viejo, al tiempo que una multitud de personas llegaban tras percatarse de la batalla.
–Deberías tratarte primero, apenas si puedes respirar –le decía Jet, pero el peliazul no hacía caso alguno. Terminaba de poner las vendas a una mano del viejo y rápidamente se apresuraba con la otra, luchando contra sus propios gestos de dolor.
Entre la muchedumbre de aquella isla boscosa, pero con una playa bastante rocosa, llegó un hombre algo gordo, con bigote negro y vistiendo una ropa de militar color verde, y el cual no parecía ser muy listo –¿dónde está Dirgen? –buscó con su vista por todos lados.
–¿El tipo con las garras? Se fue, al menos por ahora.
Cuando Jet respondió eso, el pobre sujeto abrió sus ojos grandes y dejó su boca entrecerrada para luego temblar y caer de rodillas y ponerse a llorar –si se ha ido… ¿quiere decir que somos libres? –y al decir esto, la multitud enmudeció, para luego enloquecer de alegría y regresar, al menos la mayoría de ellos, a sus casas y a sus pueblos, para avisar de lo sucedido, mientras que otros se quedaron para hacer las preguntas.
–Soy el alguacil de este pueblo. Bueno, al menos lo era antes de que la Federación invadiera y matara a los líderes anteriores, y en este tiempo sólo traté de proteger a la gente de Dirgen y los suyos. Mi nombre es Clay –se presentó y Jet entonces explicó brevemente lo que hacían ahí –¿sólo por pescar? Deben gustarles mucho los camarones arcoíris.
–No importa mucho, ¿sabes si ha llegado o pasado por aquí un barco, una fragata con vivos azules y una serpiente marina como proa? –cuestionó Jet, refiriéndose al Steeler. Clay entonces puso su dedo en su boca y empezó a pensar, o a tratar de recordar, pero no lograba reconocer si ese barco había pasado días anteriores por Yottsu, hasta que miró al horizonte, a la espalda de Jet.
–¿Se parece a ése? –señaló Clay. Jet volteó entonces y con incredulidad, vio a dicha serpiente marina de color azul, a esas enormes velas y el casco de madera sin ninguna pintura. El espadachín caminó un poco, mojándose la parte baja de sus pantalones al entrar en el agua de la playa para más tarde derrumbarse haciendo que el agua llegase a sus muslos. Sabía que eran ellos.
El Steeler se acercó cada vez más. Cerca de la proa había una figura, sus cabellos eran azules de un tono muy claro y miraba de un lado hacia otro, azorada por ver la flota destruida –Fuu… –musitó Jet al reconocer a la chica, aunque se preguntó dónde estarían los demás, quienes no se veían por ningún lado. Él se levantó y miró fijo a la serpiente marina que fungía como proa, llamando así la atención de la mirada de Fubuki, quien afinó sus ojos y no tardó en reconocer al espadachín. No esperó a que el barco se detuviera, aunque ya estaba éste en vías de hacerlo, y saltó desde donde estaba hacia el agua. Nadó un poco y luego ya pudo ponerse de pie para correr y abrazar a Jet. Él sonrió y luego puso sus brazos alrededor de la chica, quien estaba llorando.
–¡Estás bien! –levantó ella su cabeza para verlo a los ojos.
–No llores, ¿no te dije que lo más importante es tu isla? Te preocupas demasiado.
–¡Cállate! ¡No voy a perdonarte si vuelves a hacer esto! ¿Me escuchaste? ¡No lo vuelvas a hacer!
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 22 (Médico en la tripulación):
- Spoiler:
- Para Jet, era reconfortante finalmente sentir el abrazo de Fuu y esa preocupación que en ocasiones emanaba de ella. Jet podía decir que había vuelto a casa, aunque ese hogar más bien lo había encontrado a él –¿dónde están los demás? –preguntó el espadachín, haciendo recordar a Fuu la situación por la que la tripulación pasaba.
–¡Es cierto! ¡Natsuki, ella… se enfermó y…! –exclamó exaltada mientras las manos le temblaban y las llevaba a la cabeza– No sabemos qué hacer –dijo cabizbaja, pero aun así Osore alcanzó a escuchar, y en cuanto terminó el último vendaje de Roshi, se dirigió al barco, el cual estaba encallando más por fuerza que por que alguno de los tripulantes lo detuviera, por lo mismo Jet se dispuso a hacer su primera labor a su regreso al barco, y ésta fue subir las velas de inmediato.
–¿Quién es él? –preguntó Fuu viendo que Osore buscaba por donde entrar.
–Es confiable, supongo –afirmó el espadachín desde el mástil principal, donde ataba la vela mayor para que ésta no siguiera recibiendo el viento y, por consiguiente, el barco siguiera siendo empujado– es por esa puerta, torpe, además tal vez deberías ver tus costillas –pisó cubierta finalmente Jet tras subir al menos las velas más grandes. Él también quería ver a Natsuki y estaba preocupado por ella.
–Torpe serás tú, y no podría curarme a mí mismo si alguien está enfermo, y mucho menos si es una dama. Si fueses tú, me lo pensaría.
Al mismo tiempo que ambos estaban por los pasillos del Steeler, de la puerta del camarote de Natsuki, Shinta salió sorpresivamente, topándose de frente con Jet y cayendo entonces de espaldas por el encuentro –¿qué diablos…? –se dolió un poco y se incorporó para luego levantar la vista –Jet…
–No hay tiempo de nada, deja pasar a Osore.
–¿Quién es? Y no puede pasar, Natsuki está enferma.
–Precisamente por eso –respondió Jet y apuró a Osore, quien al entrar se dio cuenta de inmediato de la fiebre que tenía la joven, y también, por supuesto, se percató de que era bastante bella. Blaze estaba ahí mismo, descansando, pero sin dormir. Al ver a Osore trató de reaccionar pero luego miró a Jet por la puerta, quien le asentía. El capitán dudó por un momento pero luego salió y así, los tres fueron a cubierta, donde lo primero que Blaze hizo fue golpear en el rostro al espadachín, derribándolo. Shinta no supo entonces qué pensar, la acción lo había tomado desprevenido.
–¿Qué te hizo creer que tenías que hacer eso? ¿Te pusiste a pensar en lo que sentimos cuando te fuiste? ¡Pensábamos lo peor, idiota! –le dijo, pero luego le ofreció su mano para levantarlo– si vuelves a hacer una tontería de ese tipo, te echaré a patadas de este barco, ¿entiendes?
–Sí, capitán –sonrió Jet para, al levantarse– Shinta, ve a vigilarlo –se refirió a Osore– tiene mi confianza como médico, pero le gustan las chicas lindas –Shinta fue rápido a ver al peliazul, pero éste no estaba haciendo algo malo. Justo revisaba la garganta de Natsuki y terminaba de tomar la temperatura.
–Tu amiga está bastante enferma, pero no te preocupes, no morirá. Ahora por favor espera afuera –le dijo, y aunque Shinta no quería dejar sola a Natsuki con ese chico, finalmente cedió, para salir a cubierta y escuchar lo que Jet tenía que contarles sobre todo su viaje y el cómo conoció a Osore. Omitió su encuentro con Ayaka. Así mismo, sus compañeros le contaron lo que habían pasado durante su ausencia.
–Ya está mejor. La fiebre debe comenzar a bajar en las próximas horas y no tardará en despertar –dijo Osore mientras que salía de los camarotes del Steeler.
–¿Necesita que la cuides todo el tiempo? –preguntó Jet.
–No, estará bien hasta el día de mañana.
–Entonces es hora de que te cures tus heridas.
–Qué ruidoso… ya lo haré –respondió y acercó su maletín, se sentó en la cubierta y con sus manos, comenzó a acomodarse las costillas rotas, gimiendo de dolor, y a la vez deteniendo con un gesto a sus nuevos nakamas, para evitar que le ayudaran.
–¿Estará bien? –preguntó Fuu al ver las dolencias del peliazul quien ya se ponía sus vendajes, pero Jet le hizo saber que el médico no tendría problemas. En ese momento Clay llegó cerca del barco e invitó a todos a pasar la noche en el pueblo, como agradecimiento, pero debido a los cuidados de Natsuki, los piratas tuvieron que declinar la invitación.
Además, Osore ya se había quedado dormido, o tal vez desmayado del dolor –y decía que estaba bien… –musitó Jet y luego junto a Blaze, lo llevaron a un camarote para que descansara, luego de todo el desgaste del día.
–Tú también tienes que descansar Fuu, no has dormido mucho en estos días –casi la mandó el capitán Blaze y ella aceptó, de igual forma Shinta se fue a seguir cuidando a Natsuki, esperando que, como Osore había dicho, despertara pronto. Por tanto, en cubierta sólo se quedaron Blaze y Jet.
–La vi –le dijo sonriendo el espadachín cuando ya no había nadie más que ellos dos.
–¿A quién? –preguntó Blaze, pero luego lo imaginó– ¿a tu novia? –cuestionó sonriendo.
–Vi a Ayaka. Ella fue quien me ayudó a escapar de los marines.
–Y algo pasó entre ustedes, ¿verdad? Si yo siempre supe que hacían buena pareja.
–¿Cómo sabes que pasó algo?
–Porque siempre que digo que es tu novia, tú te enfadas, pero ahora no lo hiciste –rió el capitán.
Así, Jet comenzó a relatar lo que había sucedido entre él y Ayaka en esa celda del acorazado marine, y así también de lo que se había enterado, la Marina estaba a punto de tener una guerra con Shirohige y seguramente la rubia esgrimista estaría por ahí –espero que no le suceda nada.
Blaze no supo qué decir. Al margen de Ayaka, le emocionó bastante el hecho de una batalla entre la mayor fuerza de la marina y el pirata más poderoso del mundo. Luego de la plática, el capitán sentía la necesidad de dormir, no sólo por su naturaleza, sino porque realmente estaba bastante cansado con lo que había sucedido los últimos días, pero antes su curiosidad le venció –¿y qué vas a hacer si la vuelves a ver? ¿Harás que se vuelva pirata? ¿O te convertirás en marine?
–No lo sé –respondió Jet –sólo sé que quiero verla de nuevo –se retiró a su cabina.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 23 (Ella es mi madre):
- Spoiler:
- A la mañana siguiente, el espadachín despertó debido a golpes en la puerta de su pequeña habitación, con pesadumbre se vistió y abrió la puerta. Era Fuu, quien sonriente le llevaba un plato con su desayuno –siento no tener algo en que puedas apoyar, pero utilicé la que tenía para llevarle el desayuno a Natsuki.
El buen humor se había apoderado de la princesa, siendo que todos sus nakamas estaban ya reunidos, y es por eso que le habían dado ganas de llevarle el desayuno a la cama a cada uno de ellos. Jet tomó el plato pero luego reparó en lo dicho por Fuu, tal vez había sido su imaginación, pero escuchó sobre el desayuno a Natsuki.
–Sí, ella despertó muy temprano, justo como Osore-kun lo dijo. Él hizo un buen trabajo –le dijo Fuu, aunque al final se sonrojó, cosa que el espadachín notó de inmediato.
–¿Intentó ligarte, verdad?
–Ehh, bueno, algo así, cuando le llevé el desayuno –contestó ella tímida– pero escapé –sonrió mostrando su mano derecha con su pulgar levantado. Jet supo entonces que pronto la tripulación se acostumbraría a Osore y su adicción por las chicas. Probó algo de su desayuno y luego se apresuró a ver a Natsuki. Todos los demás de la tripulación estaban por ahí ya, en el camarote que ella compartía con Shinta.
–¡¡Jet!! –Saltó ella de su cama al verlo y lo abrazó, prácticamente colgándose de él –¡regresaste!
–Sí… ya estoy aquí… pero deberías vestirte un poco –respondió él, pues la joven sólo estaba en ropa interior. Ella sonrió y luego volvió a meterse en su cama, vio a Shinta quien estaba literalmente devorando su desayuno. Él se dio cuenta de que estaba siendo observado y replicó de inmediato.
–Me dijiste onee-san… ¡Sí, me dijiste onee-san, Shinta-chan! –por alguna razón, entre sus delirios causados por la fiebre que había sufrido en las noches anteriores, alguna parte de su mente aún estaba receptiva y pudo captar esas palabras de parte del pequeño tirador.
–¡No es cierto! Yo… sólo… –las risas de sus amigos ahogaron la respuesta de Shinta quien tuvo que resignarse a un abrazo de la navegante. Justo en ese momento, se escucharon algunos gritos, Jet y Fuu salieron a ver de lo que se trataba. Clay, el alguacil de Yottsu, los saludaba desde la arena de la playa y los invitaba al pueblo, después de todo, ellos habían salvado a la isla, y lo que más le sorprendía era que no había refuerzos por parte de la Federación.
–Tal vez hasta la rebelión pueda llegar… Tal vez ella venga –dijo en voz baja, como sólo para sí, pero ambos piratas pudieron escucharlo y preguntaron a quién se refería con “ella”– tal vez les parezca extraño, pero Aoi Yuki-sama misma es parte de los rebeldes contra la Federación –sonrió, pero Fuu saltó desde la cubierta del Steeler cayendo encima del alguacil.
–¿Hablas de la reina de Yuki? ¿Ella está viva? –le tomaba ella de su camisa, sacudiéndole la cabeza contra la arena.
–Oye, tranquila Fuu, déjalo –bajó Jet a detenerla, y cuando ella volteó a verlo, estaba llorando, pero con una sonrisa en sus labios.
–Mi mamá… ¡Mi mamá está viva!
Clay no reaccionó sino hasta unos segundos después. Miró fijamente a Fuu y se dio cuenta de que era muy parecida a la reina Yuki, sólo que con el cabello más corto y, obviamente, más joven. Tras esto, inmediatamente se hincó e la playa y veneró a la ahora pirata –princesa, usted también está viva, Aoi Yuki-sama se pondrá feliz si llega a venir.
El alguacil explicó que ocasionalmente, más al inicio de la rebelión, la reina Yuki lograba llegar a escondidas a Yottsu y probablemente a otras islas, para ver la situación. Sin embargo, jamás había podido hacerlo en la isla de Yuki. Fuu se esperanzó en ver a su madre de nueva cuenta.
–Creo que ya sé la razón por la cual tú estás viva. Ellos buscan algo de tu madre, y si quieren atraerla, creo que ustedes son más valiosas para ella que el propio reino. Estoy seguro que tu hermana sigue viva entonces –afirmó Jet.
Fuu se sentó en la playa, por algún motivo se sentía exhausta. Tragaba saliva y, con sus manos, apretaba la arena de la playa, sin intentar tomar algún grano de entrada, su vestido junto a sus rodillas, se mojaron por la aparición de la marea, la cual recibió algunas gotas, pero no de agua, sino de lágrimas. Lágrimas que resbalaron por las mejillas de la joven y finalmente cayeron despegando de su barbilla. Fuu entonces, cerró sus ojos y empezó a respirar por su boca, para luego llorar escandalosamente unos segundos. Cuando esto se volvió sollozo, Jet se sentó junto a ella y le rodeó la cabeza con el brazo para apoyarla en sí mismo.
–Te preocupas mucho, como siempre. Verás que pronto vuelves a verla.
Pronto, los demás nakamas de Fuu supieron la noticia y la alegría se apoderó del Steeler, incluso de Osore, quien no sabía mucho del tema, pero era suficiente para él que una de las chicas estuviera contenta.
A mediodía, los piratas finalmente aceptaron la invitación de Clay para ir al pueblo. Yottsu era una isla hermosa, con edificios antiguos de una arquitectura detallada hasta la exageración, calles empedradas, aunque algunos lugares visiblemente destruidos hacía poco tiempo. Restaurantes sobre la banqueta, le daban colorido a las calles principales, aunque la mayoría estaban vacíos.
Clay caminaba frente a los piratas, anunciando a los ciudadanos que los jóvenes eran los héroes que habían alejado a Dirgen y a la Federación, al menos momentáneamente. Fuu veía la calle y sus alrededores, y recordaba que ya la conocía.
–Esta avenida solía ser hermosa –decía la ojiazul –vine en varias ocasiones cuando era niña. Puedo ver el daño que la Federación ha hecho a este lugar, y a donde quiera que llegue –suspiró– mi madre nos traía a mi hermana y a mí, y comprábamos muchas cosas. Ella era muy alegre, y le encantaba hacer bromas.
–¿Tu mamá es bromista? –le preguntó Blaze.
–A pesar de ser reina, mi mamá tiene alma de pirata. Yo llevo sangre de pirata –sonrió, causando la sorpresa en Blaze y Jet, mientras que Shinta “protegía” a Natsuki de los coqueteos de Osore– mi padre era pirata. Él llegó a la isla con su tripulación, y se quedó ahí, con mi madre. Mi abuela debió haberse enojado muchísimo porque era muy estricta, aún la recuerdo porque murió cuando yo tenía 8 años. MI madre es rebelde y siguió su corazón, a mí me parece romántico –sonrió cerrando sus ojos al mismo tiempo, mostrando que le hacía feliz hablar sobre su madre, sobre todo ahora que sabía con seguridad que estaba con vida. Blaze y Jet por su parte no entendieron mucho lo de “romántico”, pero les dio igual.
Cuando los piratas, guiados por Clay, todavía seguían caminando por la calle, los gritos de alguien los hicieron detenerse. Un chico flacucho y bastante joven se acercaba corriendo hacia donde estaban ellos, y con sus gritos llamaba agitadamente a Clay –hay un barco acercándose, Clay-san –le dijo el joven.
–¿Es pirata o algo así? –preguntó el alguacil.
–No tiene insignia, y es chico. Es que hace mucho que no llegaba un barco y me he emocionado –respondió el chico un poco apenado al final. En lo que Clay demoró un poco en pensar la situación, alguien salió corriendo a toda velocidad hacia la playa.
–¡Fuu! ¿A dónde vas? –la llamada de Blaze no detuvo ni un momento a la peliazul la cual se perdió rápidamente en dirección a la costa. Con sus dientes apretados, ojos bien fijos al frente y el corazón palpitando al máximo. Sus sandalias se llenaron de arena al entrar a la playa. Justo a su izquierda, del barco anunciado estaban bajando dos personas, una de ellas bastante grande, por no decir enorme, mientras que la otra era una figura delgada y de tamaño normal. Ambos tenían cubierto el rostro a excepción de los ojos, por una especie de turbante, pero de tela menos gruesa.
–Son azules… –musitó Fuu viendo los ojos de quien bajaba primero del navío, esa figura delgada. Al sentir que alguien estaba cerca, dicha persona volteó a ver de quién se trataba y abrió sus ojos grandes, al reconocer a la jovencita blanca y con cabello azul cielo.
Se acercó lentamente, mientras se descubría el rostro. Fubuki, de nuevo, derramó gruesas lágrimas desde sus ojos, haciéndolos parecer turquesas –mamá… –sollozó como si de una niña pequeña se tratara antes de ser abrazada. Su espalda y nuca las rodearon esos brazos que, desde que su nacimiento y niñez, habían cuidado de ella. Por un momento se sintió una bebé en brazos, cerró sus ojos y apoyó su frente en el hombro de su madre. SuS nakamas llegaron un momento después, llamando el nombre de Fuu en repetidas ocasiones hasta que la vieron junto a otra persona.
Antes de que se dieran cuenta de quién era esa persona, Clay se adelantó y luego se hincó para reverenciarla, de la misma manera que lo había hecho con Fubuki antes –Yuki-sama, bienvenida a Yottsu –le dijo desde el suelo. Mientras tanto, Daisuke, el noble y leal guardia original del reino, se acercó a donde estaba Fuu. Su enorme sombra cubrió a la princesa antes de que él, al igual que Clay, se agachara para venerar a la joven. Fubuki se acercó, le toco el hombro, haciendo que él levantara la vista y luego lo abrazó.
–Me alegro mucho de verlo, Daisuke-san –luego se volteó a ver a sus nakamas– ella es mi madre.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 24 (El plan):
- Spoiler:
- Uno a uno, los piratas comenzaron a presentarse frente a la todavía Reina de Yuki. Ella supo rápidamente que estas personas eran las responsables de que Fubuki estuviera sana y salva, y sobre todo libre.
–Qué extraña ropa tienes, madre –señaló Fuu, pues la Reina estaba vestida con una túnica larga, muy separada del cuerpo, que parecía como de un clima desértico, contraria a la que usaría en su isla natal.
–Lo que pasa es que tengo que esconder mi vientre. Tendrás un hermanito pronto, estoy embarazada –le dijo, haciendo que Fuu abriera sus ojos bien grandes– ¡claro que no, Fubuki, sólo es una broma! ¡Una broma! –Soltó carcajadas para que su hija reaccionara– uso esta ropa para que no me reconozcan tan fácilmente. Además es aguantadora para todos los lugares donde hemos estado.
Fuu había olvidado por un momento el carácter de su madre, y había caído totalmente en el engaño –¿cómo puedes hacer bromas en la situación en la que estamos? –le reclamó, hinchando sus mejillas de una forma algo jocosa.
–Ya sabes cómo soy –respondió– si no hago bromas, me voy a volver loca –le dijo abrazándola. Al menos un poco, Blaze y los demás pudieron ver el carácter de la Reina Yuki, quien además de Daisuke, estaba acompañada de unas 15 personas más, la mayoría hombres, y debido a esa pequeña cantidad, nunca se habían atrevido a tratar de pasar las defensas de Dirgen hacia la isla de Yuki. En ese momento, la monarca pensó que podría haber alguna oportunidad de penetrar con rumbo a su país.
–Yuki debe estar viva –afirmó ella, refiriéndose a su hija, la mayor de ellas y heredera a la corona de la isla con la que compartía nombre.
–¿Estás segura de eso? –preguntó Fuu ilusionada.
–No cien por ciento, pero debe estarlo –afirmó– porque ellos quieren atraparme. Por supuesto, si puedo entrar a Yuki, les será más difícil, conozco esa isla mejor que todos ellos y saben que una vez ahí, capturarme les será mucho muy complicado –dijo sin falsa modestia.
En cuanto escuchó esas palabras, Blaze ya sabía cuál sería su próxima misión y la de su tripulación. De hecho lo sabía desde que había aceptado a Fuu en la tripulación, pero ahora lo tenía más claro, debía llevar a la reina Yuki a su isla –¿alguien tiene alguna idea? –hizo el moreno sonar su voz– porque debemos actuar rápido, antes de que se recuperen.
El gesto de sus nakamas, en especial de Jet y Natsuki, no se inmutó mucho, porque ellos también pensaban en lo mismo. Tener a Fuu como una de sus nakamas, les obligaba a ayudarla a ella, a su madre y a su isla. Fue la misma ojiazul quien levantó la palabra –yo sí tengo una idea –aseguró. Los piratas, la reina Yuki y su guardaespaldas, así como otros miembros de la rebelión se sentaron en la playa a escuchar a la princesa explicar su plan.
–Como siempre, tienes buenas ideas Fubuki, pero independientemente de eso, esto no será tan sencillo como se escucha –dijo la reina Yuki cuando su hija terminó– de alguna forma, Masanori ha podido suplantarme ante el Gobierno. Acepto que yo no era muy popular con el Gobierno, pero a lo que quiero llegar, es que Yuki, aun con Masanori como su gobernante, tiene protección de la marina y pueden llamarla si se sienten amenazados.
–Eso no será ningún problema, su majestad –intervino Jet explicando luego que la marina debía estar muy ocupada con la guerra contra Shirohige. Ello entonces les daba una oportunidad, parecía que la suerte estaba de su lado, y si no era en ese momento cuando podrían penetrar en la isla de Yuki, no sería nunca.
Para el plan, Clay fue a conseguir de entre las tiendas del pueblo dos ropajes exactamente iguales y se los entregó a Fuu –con esto no sabrán quién es quién –sonrió la princesa entregándole a su madre la ropa que le tocaba.
–Menos mal que me he conservado, ¿eh? Aún tengo la misma talla de antes –presumió la monarca al tiempo que doblaba bien la ropa. Era gruesa, de invierno, por lo que no se la pondría en ese lugar.
El plan se pondría en marcha esa misma madrugada. No querían perder ni un poco de tiempo. Sólo serían un par de barcos, el Steeler y el de los rebeldes los que entrarían en acción. En el primero estaban Blaze y sus nakamas además de la reina Yuki mientras que en el segundo Daisuke comandaría a los insurgentes para quedarse en la costa ante cualquier intervención marine.
Justo como lo habían predicho, las fuerzas de Dirgen no estaban custodiando las cercanías de Yuki así que pronto llegarían con bien a la isla. La reina explicó que para llegar a la ciudad Palacio, capital y donde estaba precisamente el palacio real, había dos rutas posibles, una era un poco más larga pero más segura, atravesando dos pequeños poblados, Dyrak y Kavia mientras que la otra, aunque era más corta y relativamente rápida, era por en medio del espeso bosque que cubría la mayor parte de este país.
–Deberíamos separarnos. Un grupo que vaya por la ruta segura y otro que vaya por el bosque. Estoy seguro que intentarán emboscarnos en cuanto sepan que estamos aquí –opinó Fuu y así se acordó. Mientras la princesa iría, con un grupo un poco más numeroso, por la ruta más segura, la reina Yuki lo haría por el bosque. Fuu sería acompañada por Blaze, Natsuki y Osore, mientras que Jet y Shinta acompañarían a la madre de ésta. Daisuke y el resto de los rebeldes custodiarían la costa en caso de una llegada de marines.
–Chico de acero –se dirigió la reina a Blaze antes de que los dos grupos partieran– debes cuidar a mi princesa, por favor –le pidió seriamente y luego se coloco un velo sobre su cabeza, no dejando ver fácilmente su rostro. Mientras tanto, antes de hacer lo mismo, Fuu vio a Jet a los ojos y el espadachín supo que su nakama le estaba encargando a su madre, así que él asintió.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 25 (Entrando al País del Hielo):
- Spoiler:
- Fuu se colocó el velo también, como parte del plan, y partió guiando a sus compañeros por un camino empedrado, aunque cubierto por la nieve que en ese momento caía con ligereza. Su madre se encargó de entrar por una vereda del espeso bosque, siendo seguida por Jet y Shinta.
Los tres se fueron internando poco a poco entre los pinos y coníferas teñidos de blanco hasta que la nieve empezaba a cubrir casi la totalidad de los pies. Era de notar la facilidad con la que la reina Yuki se guiaba en un lugar que no parecía tener un camino definido, y menos en la noche. Los tres se movían muy cerca uno de del otro, pues se veía bastante poco, pero no podían encender alguna luz, para no ser descubiertos.
–Déjeme adivinar –le dijo Jet mientras estaba detrás de ella– nosotros venimos por aquí porque usted es quien conoce este camino y no Fuu, ¿verdad?
–En realidad no –respondió ella con tranquilidad mientras pedía la ayuda del espadachín para subir por una vereda– realmente Fubuki conoce nuestro país casi tan bien como yo. De hecho –se pudo ver sonriendo con un leve brillo en sus ojos– jamás le dije esto a Fubuki o a Yuki-chan, pero Fuu siempre tuvo mayores dotes de gobernante que su hermana, es una lástima que haya nacido después. Es justa, sabe distinguir entre lo bueno y lo malo, es valiente, inteligente y ama a su pueblo.
Jet concordó mentalmente con la reina, pues a pesar de no haber pasado tanto tiempo con su compañera peliazul, sabía que ella tenía todas esas virtudes. Luego de ello, decidieron ya no hablar más, pues pondría en peligro el plan.
Casi dos horas después, el trío pasó por un claro en medio del bosque, una extensión de terreno que no tenía árboles, sólo nieve en el suelo, y cada vez más, pues la nevada se intensificaba. El suelo resaltaba por la oscuridad, pues la nieve reflejaba la luz de la luna y las estrellas. Justo cuando estaban a la mitad de cruzarlo, Jet detuvo a Yuki y a Shinta, y luego puso a la reina entre él y el tirador –¿qué sucede?
–Hay alguien por aquí, quédese cerca de mí, entre Shinta y yo. Tú cúbreme la espalda –le dijo esto último a su pequeño nakama y éste sacó un par de revólveres, mirando hacia varios lugares, sin poder distinguir a alguien. El espadachín no dijo nada, mientras el silencio era cada vez más nervioso, Jet esperaba el primer ataque y tras casi medio minuto, finalmente sacó su katana y la dirigió hacia atrás, justo frente a Shinta, quien vio entonces como un par de espadas chocaban frente a su rostro.
–Así que eras tú, Katsuro…
–Me siento halagado de que recuerdes mi nombre, espadachín –el mismo rubio que antes se había enfrentado a Jet en Criolla y cuya pelea había quedado inconclusa– sabía que tarde o temprano terminarías en esta isla, aunque no pensé que estarías con la misma reina Yuki –rió.
Las palabras de Katsuro le hicieron pensar a la reina Yuki que él no estaba en el mismo plan de Masanori. Ella tomó de la mano a Shinta y comenzó a caminar lentamente, tratando de alejarse del lugar –será mejor que no lo haga, su majestad –la detuvo Jet– con su habilidad, él podría alcanzarla sin problemas. Lo mejor es que se queden cerca de mí.
Katsuro sonrió, admirando una vez más a su rival. Con sólo haber peleado una vez entre sí, Jet sabía de las habilidades del rubio –eres un espadachín de verdad. Hacía mucho que no disfrutaba de una pelea y vamos a terminarla –dijo e inmediatamente utilizó el poder de su fruta para desaparecer. Jet caminó hacia atrás para tener a su espalda a Shinta y a la reina Yuki. El tirador adolescente se preparó para cubrir la espalda de su nakama mientras al monarca estaba atenta a lo que sucedía.
Casi al mismo tiempo, pero justo cuando ya estaba amaneciendo, el grupo de Blaze llegaba a Dyrak. Habían tenido que bajar desde la costa, era como si este poblado estuviera asentado en un agujero dentro del país de Yuki. Algo muy notorio, era que Dyrak no estaba cubierta de nieve, pero aun así, como hacían evidenciar los temblores en el cuerpo de Natsuki, hacía bastante frío.
–Esto es Dyrak, el desierto glacial –Fuu presentaba a sus amigos el lugar mientras que Osore le daba su chaqueta a una Natsuki muerta de frío –creo que notarán que es más helado a pesar de no tener nieve. Es porque al estar tan abajo, los rayos del sol sólo pueden llegar aquí directamente unas pocas horas al día –decía mientras seguía bajando para llegar al pueblo –éste es un lugar difícil para vivir –continuó –el frío es más intenso, cala más hondo y además la tierra de por aquí es árida, difícil de hacer crecer algo, ya de por sí considerando el frío –hizo una pausa, para admirar el paisaje que seguía de la ciudad, una montaña, la cual los habitantes tenían que subir para poder llegar a la ciudad de Palacio –la gente de aquí es trabajadora, noble y paciente. Sabe lo que es el esfuerzo, y es por gente como ésta que tenemos que recuperar el país –decía decidida.
Mientras lo hacía, ya muy cerca de llegar, notó como los pocos habitantes que habían madrugado y se habían levantado temprano, comenzaban a esconderse en cuanto veían a los visitantes.
Fuu no podía explicarse lo que sucedía, ¿realmente había tanto miedo a personas desconocidas desde que Masanori había tomado el país, o era otra la razón? Desde donde los piratas se encontraban, podía verse una estructura de acero, algo así como un monumento, que estaba enclavado en la plaza principal del pueblo. Ahí, en la punta de esa escultura, había una persona. Antes de que Fubuki pudiera distinguir de quién se trataba, la lanza de Osore se puso delante de ella. Los ojos del peliazul pudieron ver a Dirgen sentado en aquel punto, con una sonrisa casi diabólica y con sus garras bien atadas a sus antebrazos, listas para cortar lo primero que pasase por ahí –él es mío. Ustedes deben seguir, no tienen que retrasarse.
–¿Y qué pasa si te derrota? –le dijo Blaze– ¿o si corres peligro? Él es fuerte, no lo he visto, pero tú y Jet lo dijeron así que es mejor que nos quedemos a ayudarte.
–¡Ni hablar! –su grito puso en alerta incluso a su enemigo, quien todavía no bajaba de su puesto– no hay que perder tiempo. Hay que llegar lo más rápido posible al palacio y esto sólo le hará perder tiempo a Fuu-chan. Yo me encargaré de él –afirmó– no creas que voy a morir aquí, no puedo permitírmelo.
Y con esa determinación, fue el primero en bajar completamente al pueblo. Blaze vio que podía hacer realmente poco y dispuso que debían hacer lo que Osore había dicho, siendo la misma Fuu la que más se oponía por lo que Blaze intentó convencerla.
–Sé que quieres salvar a todos pero creo que vinimos aquí para ayudarle a tu pueblo, nosotros somos tus instrumentos, lo importante aquí eres tú y tu país. No sé si me expliqué bien.
–Pero ustedes son mis amigos y…
–Blaze tiene razón –intervino NatsukI– ahora somos como familia y la familia se ayuda entre sí. Yo vine porque quería ayudarte y no me importa lo que me pase, en serio, estamos aquí por ti –la princesa sucumbió ante las palabras de sus amigos y finalmente aceptó.
Osore llegó rápidamente al lugar donde estaba Dirgen. Con su lanza en la mano derecha, volteó a hacia arriba y exigió a su enemigo que bajara de ahí, aunque éste se mostró un poco reacio – ¿tú pelearás conmigo? Por qué no mejor esperas a tus compañeros que vienen detrás, así podrías darme algo de diversión, no como la vez pasada –le dijo aún sin bajar de su lugar.
Blaze y los otros venían corriendo a toda velocidad, y una mirada del médico les indicó que no debían detenerse. Así, el capitán estaba adelante, luego atrás de él Fuu con el velo cubriéndole la mayor parte del rostro y tercera estaba Natsuki, así que la más protegida era la princesa. Dirgen vio al trío y se fijo en los cabellos azules que escapaban un poco al velo de Fuu, así que pensando que se trataba de la reina Yuki, se impulsó desde la torre y preparó sus garras para atacarla. Blaze estaba listo para defenderla, pero antes de eso se interpuso Osore con su lanza –te dije que yo sería tu oponente –y comenzó a atacarlo con fiereza, no para herirlo, sino para mantenerlo ocupado dando tiempo a que sus compañeros pudieran escapar. Cuando esto se completó, Dirgen no parecía demasiado molesto, pues su motivación había cambiado para matar a Osore. El guardia ahora estaba de pie, frente al pirata, afilando sus garras una contra la otra, listo para comenzar su ataque.
Fuu, por su parte, aún tenía el rostro de preocupación mientras seguía corriendo con sus nakamas –¿todavía estás preocupada por él? –le preguntó Blaze refiriéndose a Osore.
–No es por eso –respondió de inmediato– sólo que me habría gustado hablar un poco con la gente del pueblo. Cuando lleguemos a Kavia, ojalá que tengamos oportunidad de platicar con las personas y ver qué es lo que ha estado haciendo Masanori durante este tiempo.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 26 (Jet vs Katsuro):
- Spoiler:
- Las espadas de Jet y Katsuro se separaron finalmente. El pirata sabía de la habilidad de Akuma no Mi que poseía su rival y por ello no podía pelear con libertad. Le era imposible separarse de la reina Yuki, pues si luchaba frente a frente con Katsuro, éste podría teletransportarse hacia donde estaba ella, y Shinta no podría ser una resistencia eficaz.
Jet hacía lo que podía mientras Katsuro aparecía de uno y otro lado. Hasta ese momento, el pirata no tenía ninguna herida, pero esto cambió cuando el villano aumentó la velocidad de sus teletransportaciones y pudo hacer una herida en el pecho, del lado derecho, cerca del hombro. Entonces el rubio se dirigió a dañar a la reina y aunque Shinta estaba listo para protegerla, Jet pudo recuperarse y bloquear al invasor.
Katsuro lució sorprendido, aunque al mismo tiempo reía divertido –¿te crees un salvador de los inocentes o algo así? –preguntó casi burlón– si desde aquí puedo ver que no eres más que un asesino, que tus manos se han manchado de sangre una y otra vez. De hecho eres un desalmado que seguramente busca venganza, busca la masacre para calmar tu mente, ¿y ahora te la quieres dar de buena gente frente a tus “amigos”? Ellos deberían saber que no eres un héroe, sino simplemente un espadachín que asesina personas.
Jet no se inmutó demasiado ante las palabras de su rival y sólo se limitó a mirar a Yuki y a Shinta de reojo para ver si estaban bien. No iba a responder a Katsuro, no le hallaba sentido a ello. Sin embargo, la reina fue la que tomó palabra antes de que el combate continuara.
–Niño… –se refirió a Katsuro –tú crees que en nuestra mente todo es color de rosa y no sabemos de muerte y sufrimiento, ¿verdad? Nosotros sabemos, y mejor que tú, que este mundo está lleno de infortunios y que sangre brota por todos los agujeros de la tierra y las corrientes del mar. He visto cosas que tú no tienes ni la menor idea, así que no intentes hacernos ver de una u otra manera a alguien. Jet es un espadachín, un guerrero que mata personas, pero está de nuestro lado y eso es lo único que nos importa en este momento, ¡¿quién diablos eres tú para juzgar?! –sonrió ella luego con algo de soberbia– si no eres más que un traidor, que incluso obedece a un traidor aún más grande que él mismo.
El rubio vio de reojo a la monarca y un instante después desapareció sin dejar rastro. En una situación tan peligrosa, Jet no podía dejar a Yuki al cargo total de Shinta y entonces tenía que mantenerse cerca de ambos para protegerlos. No terminaba de pensar en ello cuando su hombro izquierdo fue herido por una espada; de no ser por sus reflejos rápidos, probablemente habría perdido el brazo, pero aunque era un corte algo profundo, no supondría una herida mortal o tan grave como pudo haber sido.
La niebla era más espesa y no podía saber de dónde aparecería Katsuro quien de pronto sonreía, pero era más para despistar a su enemigo el cual se vio de nuevo herido. Esta vez no fue un corte, pues pudo bloquear la espada del rubio, pero éste aprovechó para golpear sus costillas del lado derecho con el lado sin filo de la espada. Aun así, Jet no cayó y sólo retrocedió un instante, empuñando su Kangaishii para proteger a Yuki y a Shinta.
Sin embargo, el pirata no aguantaría demasiado tiempo y repeliendo por muy poco tres siguientes ataques, cayó con una rodilla en el suelo y respirando con dificultad; además de la herida en el hombro izquierdo y el golpe en las costillas, Jet tenía un rasguño en el cuello del que brotaba algo de sangre y otra herida más cerca de la cadera, aunque ésta última no era de consideración. Su vista empezaba a nublarse y se sentía débil y desorientado, nada que no le hubiera pasado con anterioridad, pero jamás ante un rival con tanta fuerza y una habilidad tan difícil de contrarrestar –“si me viera, seguro me regañaría por dejar que mi vida termine apenas unos días después de que ella me la volvió a dar” –pensaba el espadachín en Ayaka y en ese momento supo que no podía rendirse. La rubia se encontraba en una situación más difícil que él, en medio de los miembros del Ouka Shichibukai, la flota pirata más fuerte del mundo y toda la potencia de los cuarteles generales de la Marina, él no podía quejarse y, además, deseaba volver a verla, por lo que además de que ella debía salir con vida de aquel infierno, él tenía que seguir adelante.
–Yo no puedo perder aquí –dijo mientras se incorporaba. Sentía muy poco su brazo izquierdo, era como si se le estuviera congelando, pero seguramente era a causa de la herida. Tenía dolores en el torso, pero su brazo derecho, cuya mano apretaba con fuerza su katana, así como sus piernas, estaban en buenas condiciones, además estaba recuperando una óptima visión.
Katsuro quiso atacarlo antes de que se recuperara por completo, pero el pirata bloqueó la espada de su rival con la suya e intentó patearlo, pero éste desapareció para ir en contra de Shinta y la reina; sin embargo, Jet intuyó las intenciones del rubio y volvió a interceptarlo para evitar que cumpliera su objetivo, con lo que Katsuro desapareció de nuevo. Jet caminó unos pasos, alejándose un poco de Yuki y Shinta, tratando de adivinar dónde se escondía el rubio. El pirata entonces adoptó una posición distinta, separó más sus piernas y flexionó un poco la derecha, estirando la izquierda, levantó su brazo derecho, flexionando su codo, haciendo que la espada, aún apuntando hacia el frente, tuviera la empuñadura a la altura de su rostro, muy cerca de éste, mientras que, con un gran esfuerzo, levantaba su brazo izquierdo hasta que sus dedos estaban cerca de tocar la punta de la hoja de su katana, como si esa mano fuese la mira de un arma de fuego.
Yuki y Shinta lo veían, apenas exhalando, nerviosos, pues el ruido se había ido por completo de ese lugar. Jet giraba un poco, como si fuese a disparar su espada sin decidirse la dirección. El pequeño tirador pirata notó los ojos de su nakama como nunca él los había visto, ésos eran los ojos de un asesino.
Como un latigazo, Jet giró hacia una dirección muy cercana a sus compañeros y se lanzó con su mano derecha al frente. Shinta no se dio cuenta de lo que sucedía hasta que la espada de Jet chocó con la katana de Katsuro, partiéndola en el acto y luego perforando el cuerpo del rubio hasta empalarlo en un árbol cercano. El pirata se acercó a su enemigo indefenso, sostenido en el tronco de la conífera sólo por la espada que le cruzaba el torso casi al centro de éste, un poco orientado hacia su derecha, evitando el corazón, pero perforando el pulmón inevitablemente. Jet tomó la empuñadura de su Kangaishii y luego la retiró, para recibir un pequeño baño de sangre de su rival en el rostro y parte del cuello; Katsuro cayó lentamente en el suelo, sentado, apoyado en el árbol, todavía vivo.
El rubio sabía que estaba derrotado así que volteó a ver a la reina Yuki y le habló –tal vez preferiría no ir al palacio –le dijo, sonriendo un poco– se va a llevar una sorpresa muy desagradable –ella no se inmutó, estaba claro que le importaba bastante poco lo que el rubio pudiera decir– no diga que no se lo advertí –habló ya con dificultad, entrecerrando sus ojos– si usted va, yo me estaré riendo desde donde me encuentre –y fue lo último que dijo. Le dedicó una mirada a Jet, ésta era de pena por verse derrotado, pero no odiaba a su rival, simplemente se habían puesto en el lado contrario y tampoco le parecía mal morir de esa forma. Segundos después, cerró los ojos, y murió.
La reina Yuki se acercó a Jet y sacó un pañuelo para limpiarle el rostro. Mientras tanto, Shinta veía con horror la expresión de su nakama, con el espeso líquido rojo goteando por su barbilla y orejas, sus ojos entreabiertos que todavía denotaban la excitación -buena o mala- de haber matado a alguien, las manos, la izquierda temblorosa pero la derecha firme, aún con su espada en las manos. Sólo la casi divina imagen de la reina, vestida de blanco y con gesto preocupado, aligeraba tal escena. El tirador tenía miedo de su propio compañero.
Cuando terminó de limpiarle el rostro, Yuki atendió como pudo la herida del hombro a Jet. De inmediato el espadachín, sugirió seguir, aunque antes, como pudo, enterró a Katsuro, aunque fuera con la incesante nieve, que de cualquier manera, nunca deja de caer en tal país.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 27 (Osore vs Dirgen):
- Spoiler:
- De esa forma, el trío siguió, aunque Shinta se retrasaba un poco y Yuki instó a todos a detenerse un momento. A Jet le vino bien, aunque no compartió la idea de perder más tiempo. En tanto, ella se separó un poco del espadachín y habló con Shinta –¿te ha dado miedo la pelea? –adivinó y aunque el preadolescente intentó esconder su temor, le fue imposible ante la reina– eres todavía un niño –le dijo y Shinta no pudo responder airadamente como lo hacía cada vez que le llamaban de esa forma– ésta es la forma en que se vive en estos tiempos, al menos si has decidido salir al mar. Si sigues adelante, verás cosas aún peores, te lo aseguro, pero no dejes que esto te moleste, seguramente estas experiencias te harán más fuerte. No quiero decir que la muerte esté bien, ni algo así, pero piénsalo de esta forma –le tomó de los hombros– esa sangre que viste, pudo haber sido tuya o mía.
Jet llamó a Yuki y a Shinta para seguir andando y así lo hicieron. El trío siguió su viaje rumbo al palacio, pero si el pequeño tirador creía que su nakama no se había dado cuenta de nada, estaba equivocado. El espadachín estaba perfectamente al tanto de lo que el tirador había estado pensando –lo siento –le dijo Jet de pronto, mientras caminaba a su lado– no habría querido que vieras eso, pero no podía evitarse. Yo he cruzado la línea, ya desde hace mucho, pero lo ideal sería que nadie la cruzara y aunque sea en el mar y seas pirata, ojalá que nunca tengas que cruzarla –Shinta vio que los ojos del espadachín habían vuelto a la normalidad, era el tranquilo Jet de siempre, ése cuya mirada parecía estar viendo a cualquier otro lado menos el lugar donde se encontraba, ojos ausentes, pero pesados, fuertes.
–Gracias Jet –le sonrió el tirador antes de pedir que apresuraran el paso.
Osore era el que en ese momento tenía problemas. Si bien sabía que Dirgen era fuerte, pues ya lo había enfrentado una vez, pensó que en esta ocasión podría ser un poco diferente, pero el guardia no dejaba de atacar con sus garras y el pirata podía sólo defenderse, y no del todo bien, pues su chaqueta tenía algunos rasguños, sin que éstos llegaran a la piel todavía.
Mientras seguía resistiendo los embates de su rival, por un momento pensó que tal vez sería suficiente con detenerlo algún tiempo, ya sin importar si perdía. Estaba comenzando a pensar que tal vez Dirgen era demasiado fuerte para él, y justo en ese instante, una de las garras del guardia le atravesó por completo el muslo derecho. El peliazul, con gesto de dolor, alcanzó a saltar hacia atrás, para luego tomarse la herida –“parece que éste será mi fin de veras” –pensó y justo intentaba idear una nueva estrategia ya no para ganar, sino para retener el mayor tiempo posible a su enemigo; sin embargo, volteó un momento a su derecha y alcanzó a ver una ventana, cuyas cortinas estaban un poco abiertas, dejando ver a una mujer, que apartaba a una niña de ahí, para evitar que alguien la viera –“una madre…” –y de pronto, una imagen llegó a su mente. Era una mujer hermosa, de largos cabellos negros, ojos grandes, figura delgada y con una tierna sonrisa –“¡Mamá!” –pensó e inmediatamente después se incorporó –no sé por qué pensé en morir –se dijo a sí mismo –no puedo morir aquí, no todavía –Dirgen siguió atacando, pero se dio cuenta de que los movimientos del pirata habían cambiado, más rápidos y precisos que antes.
–“También hago esto por Fuu-chan” –pensaba mientras lanzaba un par de ataques infructuosos hacia su rival –“Jet, Fuu-chan y los otros me han aceptado, como parte de una familia y tengo responsabilidad con ellos”.
El peliazul se alejó un poco del guardia y tomó su lanza con ambas manos por encima de la cabeza. Con sus brazos bien estirados, comenzó a hacerla girar y, de pronto, la hizo desaparecer, más que nada porque él salió disparado hacia su rival y lo atacó cuerpo a cuerpo. Osore evitó una de las garras de Dirgen, pero la otra dio en el blanco, o algo así. La garra izquierda del guardia había sido detenida, pero en el brazo derecho del pirata. Afortunadamente para él, sólo una cuchilla había traspasado la carne de su extremidad.
Osore estiró su brazo izquierdo y la lanza cayó desde el cielo. La tomó y aprovechó la sorpresa de Dirgen para dirigir su arma hacia la mano izquierda de éste, chocar con las garras de ese perfil, y con un movimiento, destrozar tres de ellas y doblar una más. Luego, al momento de retirar su brazo de la cuchilla que le estaba hiriendo, logró doblarla, aunque fuera un poco. Por supuesto, ya no podría utilizar esa extremidad para luchar.
–Así que eso fue –sonrió Dirgen, a pesar de observar su garra de la mano derecha totalmente inservible– has sacrificado un brazo para dejarme sin una de mis garras. Fui ingenuo en dejar ir a los demás, con ellos pude haber visto algo más de sangre –y el guardia lanzó una patada que dio en las costillas del pirata, quien todavía seguía lastimado del encuentro anterior entre ambos.
Pero a pesar del dolor, el rostro de Osore no cambió. Sus ojos recios, no veían a Dirgen, sino que miraban su victoria, el futuro. De su brazo derecho chorreaba una buena cantidad de sangre, así que se ayudó con el izquierdo para levantarse, pues el golpe lo había dejado casi de rodillas. A su izquierda vio que comenzaba el empedrado del camino que rodeaba la plaza principal –“eso servirá” –pensó.
–Si crees que has visto todo de mí, quiero decirte que estás equivocado –la mirada del peliazul no llegaba hasta Dirgen, puesto que su cabello le caía al frente y no podía usar su mano derecha para acomodarlo; la izquierda estaba ocupada con la lanza. El guardia no respondió y se limitó a ver lo que su enemigo estaba preparando. Además se liberó de lo que quedaba de sus garras del lado derecho, pues ya, en lugar de servirle, le estorbaban.
Osore dirigió su arma hacia las piedras del suelo, eligió la más lisa de éstas y raspó la cuchilla de la lanza contra ella. De inmediato, la chispa encendió un fuego en su punta, un fuego amarillo que no estaba funcionando de casualidad y con el que el pirata veía su victoria.
–Has matado a mucha gente antes –le dijo Dirgen mientras que sonreía, encontrando el fuego fascinante –eso puedo adivinarlo por la forma en la que esa flama tiene vida.
Osore no esperó y atacó de inmediato a su rival, más rápido y más preciso cada vez. Fueron varios, tres o cuatro los cortes que el pirata logró en el guardia, quien se retorcía de rodillas en el suelo –he lastimado a muchos, pero matado a muy pocos, puedo asegurarlo. –le respondió el peliazul mientras preparaba el próximo ataque. Dirgen no podía creer que el combate hubiera cambiado tanto en tan poco tiempo. Ahora su rival era más rápido y fuerte de lo que parecía antes, y, gracias al fuego, le era difícil ver la punta del arma de la lanza. Además sólo podía atacar efectivamente desde un perfil, debido a las garras rotas de su mano derecha. Dirgen estaba impotente, sus ojos, perdidos en otro lugar, seguramente en sus pensamientos, eran como una oscura laguna; el guardia sabía que el fin de la pelea se acercaba.
Sus pensamientos se interrumpieron cuando sus reflejos obligaron a su cuerpo a moverse, pues la lanza fue a tratar de encontrar su cuerpo nuevamente. Aun y que los ataques de Osore eran sólo con su brazo izquierdo, tenían mayor fuerza y velocidad que antes, y alcanzaron a herirlo de forma leve en su abdomen. Poco a poco los ataques fueron mermando al guardia, hasta que lo hicieron caer de rodillas, casi indefenso.
Dirgen, con rostro furioso, producto de la impotencia que le provocaba estar a merced de su rival, estaba rendido, con sus largos brazos arrastrándose por el suelo y su gabardina hecha pedazos –¡ustedes no ganarán! –afirmó– este país ya es nuestro, Masanori los destruirá a todos.
Osore lo miró con desdén y luego utilizó la parte posterior de su lanza para golpear en la cabeza al guardia y dejarlo así sin sentido. No sintió deseos de hacerle mayor daño, ya había ganado y así, ayudado a la causa de Fuu y de toda la tripulación -y el país. El médico miró a su rival mientras que algunas personas comenzaban a salir de sus casas tras haber visto el resultado de la pelea –no subestimes a mis amigos –le dijo Osore a pesar de que ya Dirgen no estaba escuchando– aunque los conozco poco, he podido ver su determinación, y estoy seguro de que triunfaremos.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 28 (Las fiestas de Kavia):
- Spoiler:
- Los pobladores de Dyrak empezaban a acercarse a un Osore que revisaba sus propias heridas. Había logrado detener la hemorragia de su brazo, pero aún así, estaba bastante lastimado. Sentado en el suelo, el peliazul vio a las personas cercanas a él y no supo cómo reaccionar. Esperaba que simplemente lo dejaran en paz, que pasaran de largo; sin embargo, no fue así, el temor de Dirgen había sido derrotado y ahora eran, por lo menos en ese momento, libres. Así una niña acompañada de su madre, la misma que Osore había visto anteriormente, le ofreció un jarro con agua. Con un poco de duda, el pirata estiró las manos y recibió el obsequio.
–¿Tú ayudaste a Yuki-sama? –le preguntó la pequeña y el pirata asintió
–Entonces –intervino la madre– ¿tú estás del lado de Yuki-sama y el gobierno legítimo? Si es así, entonces... ¡somos libres! –exclamó ella y los demás pobladores comenzaron a reaccionar de la misma forma. La sonrisa brotaba en cada uno de ellos y la celebración no demoró en comenzar. Por supuesto, Osore tenía que curar primero sus heridas y en cuanto completó esta labor, lo primero que hizo fue buscar a las chicas jóvenes del pueblo. Entre lo hacía, le sorprendió ver la felicidad que la derrota de Dirgen había provocado y supo entonces, que había hecho una buena acción.
Blaze, Fuu y Natsuki seguían en el camino que llevaba hacia Kavia. Éste no dejaba a de subir desde que habían dejado Dyrak hacía ya algunas horas, era empedrado, aunque la nieve lo hacía resbaladizo. Ya el manto blanco cubría al bosque que tenía el trío a sus costados; ya no estaban en el desierto glacial. Natsuki no dejaba de temblar a pesar de tener puesta su chaqueta y la de Osore, no estaba acostumbrada al frío, a diferencia de Fuu quien caminaba sin inmutarse. Tampoco Blaze daba muestras de estar afectado por el clima y eso le llamó la atención a la princesa, quien imaginó que el capitán tal vez había vivido en un lugar similar.
–No es así –le dijo él– es por mi fruta. El frío no le hace mucho daño al acero, supongo –dijo sin darle demasiada importancia, algo más le preocupaba– ¿aún falta mucho para ese pueblo?
–Creo que más o menos una hora –respondió ella al esperar la subida de Blaze quien ayudaba a Natsuki. Fuu se detuvo en la cima de una pequeña colina, lugar que mostraba que las montañas eran un obstáculo que no superaban todavía. Detrás de esas elevaciones, se encontraba Kavia, ya casi a la misma altura que la ciudad Palacio. Fuu, ahora sí, instó a sus compañeros a apresurarse, su mayor preocupación eran las condiciones en las que se encontraba ese pueblo, uno de los más importantes del reino.
De esa forma, no demoraron demasiado en acercarse a la cima de las montañas cercanas y desde ahí, se podían ver a lo lejos unas cuantas luces. Fuu no pudo evitar sonreír al ver que, al parecer, Kavia podría tener mejor situación que Dyrak, por lo que se apresuró más, esperanzada –Kavia siempre ha sido un pueblo muy divertido. Cada año ahí se celebra el carnaval de nuestro reino. Las fiestas duran un mes entero y llegan personas de toda la isla a divertirse, la mayoría de ellas se disfrazan y hay baile y felicidad durante todo ese tiempo –la princesa parecía transportarse a los años felices de su tierra– mi mamá la pasaba muy bien durante esas fechas, a mí me gustaba mucho venir, sólo a mi hermana Yuki no le gustaban tanto, era por su carácter –relataba.
Y mientras Fubuki seguía relatando los detalles de aquellas fiestas, el trío arribo a las afueras del pueblo. Unas antorchas indicaban algunos de los caminos por entre las casas. Había mucha luz, a diferencia de en Dyrak, y el frío, aunque parecía igual por la nevada, realmente era un poco menos. Fuu recordó dónde estaba la casa del líder del pueblo, aquel que estaba en contacto con el gobierno de toda la isla en ciudad Palacio y se dirigió corriendo hacia allí, seguida de Blaze y Natsuki. Tocó la puerta con prisa y en repetidas ocasiones, hasta que un hombre delgado, alto, y sin cabello, con un bigote a medio rasurar abrió la puerta. El hombre talló sus ojos, sin poder creer a quién veía.
–Fubuki-sama –le dijo, sin hincarse ante ella, pues sabía que eso no le gustaba a la princesa– ¡ha vuelto! Pero… su madre…
–Ella está bien señor Osamu, también está aquí, y se dirige a Ciudad Palacio, pero por otra ruta –le dijo ella– nosotros vamos hacia allá, pero me da gusto que al menos Kavia se encuentre bien.
Osamu se quedó serio, mirando con tristeza a la jovencita –ni usted ni su madre querrán ir al Palacio.
–¿Por qué? –preguntó ella. El hombre respondió, con lujo de detalle, la razón. Fuu no podía creer lo dicho por Osamu, a pesar de que éste se lo repetía constantemente. En ese instante, una persona se acercaba al grupo. Los piratas pudieron saberlo ya que sus pasos hacían ruido al pisar la nieve. Era Ran, otra de las guardias de Masanori, ataviada con un abrigo largo, de color café y unas botas del mismo color con tonalidad más clara. También usaba una gorra blanca que dejaba salir dos enormes trenzas de cabello verde y brillante.
–Son peligrosos señor Osamu –le dijo ella – es mejor que se aleje de ellos.
–Ella –respondió, señalando a Fuu– es la princesa de este reino, nuestra querida princesa Fubuki.
Ran la miró entonces sorprendida. Ella no había conocido ni a la reina Yuki ni a Fubuki, por lo que no sabía qué esperar de ellas. La gente del pueblo, sobre todo los líderes, parecían respetarla y no lucía como si fuese por miedo, sino porque realmente la apreciaban.
–Éste ya no es un reino como solía ser. Ella no es una autoridad aquí y creo que corremos peligro si dejamos que se quede.
–¿A qué te refieres con peligro? –preguntó Fubuki enfadada– yo jamás le haría daño a la gente de la isla.
–No me refiero a ti –respondió Ran sin levantar la voz– si Masanori se da cuenta de que has estado aquí, o si vas al palacio partiendo de este lugar, él tomará represalias contra lo pobladores de Kavia.
A pesar de que no estaba de acuerdo con la forma de pensar de Ran, Fuu se dio cuenta de que la chica apreciaba de forma verdadera a los lugareños y que, aparentemente, no tenía mal corazón; sin embargo, no iba a quedarse cruzada de brazos.
–Si realmente te importa la gente de aquí, debes dejar que lleguemos al palacio, para derrotar a Masanori y…
–¡Ustedes no pueden derrotarlo! –la interrumpió– sólo lo enfadarán más y todo el reino sufrirá por eso –dijo con un poco de tristeza.
–Quieras o no, iremos, y debemos llegar antes que mi madre, sobre todo por lo que acabo de enterarme –se adelantó la princesa y tanto Blaze como Natsuki, la siguieron.
–¡Pues no puedo permitirlo! –se adelantó ella y les cerró el paso– y si tengo que detenerlos por la fuerza, lo haré –dijo, y pronto el suelo empezó a temblar, para salir de él una raíz de árbol, gruesa, dura, que se movió como si estuviera viva y derribó a Natsuki, aunque ésta pudo levantarse sin mucho dolor– si entran en el bosque, para ir al palacio, no tendrán oportunidad contra mí, así que sugiero que mejor regresen por donde vinieron.
–Eres amable por permitirnos escapar, pero tenemos pensado llegar al palacio, sin importar lo que suceda –le dijo Fuu.
–Sí. Nos arriesgaremos –apuntó Blaze quien fue el primero que salió de la población internándose en el bosque, esto mientras que Fubuki prometía a Osamu y al resto de pobladores que llegarían al palacio y acabarían con el reinado de Masanori.
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Capítulo 29 (La Princesa y las bestias):
- Spoiler:
- Las trenzas de Ran se contoneaban mientras corría para dar alcance a Blaze hasta cerrarle el paso, cosa que el pirata no trató de evitar –es la última vez que lo digo, y sólo soy condescendiente porque los pobladores parecen quererle mucho a ella –dijo señalando a Fuu– pero si dan un paso más, el bosque les hará no desear haber venido –ella estaba ya entre los árboles, lejos de las viviendas y cuando Blaze hizo caso omiso a su advertencia, los mismos árboles comenzaron a moverse y entre las ramas de dos de ellos, lo apresaron –comí la fruta Mori Mori, puedo manipular el bosque.
Blaze hizo que sus brazos tomaran la forma de cuchillas, pero ni así pudo liberarse de las fuertes ramas de los enormes árboles que ahora parecían haber cobrado vida. Natsuki no estaba dispuesta a dejar que su capitán fuera derrotado tan fácilmente y creció lo más que pudo, pero aún así, varios de los árboles más grandes sujetaron con fuerza a la navegante, quien luchaba para llegar hacia donde estaba su enemiga.
–Perdónenme amigos, les aseguro que esto no durará mucho –dijo Ran, pero no se refería a los piratas, sino era como si estuviera hablando con los árboles– sé que esto les duele, pero si los dejo pasar, Masanori es capaz de acabar con ustedes también.
Fuu no perdió tiempo y lanzó un par de esferas pequeñas, las cuales estallaron, liberando un gas que afectó principalmente a Ran, pues cayeron muy cerca de donde estaba ella. Esto hizo que perdiera la concentración, y los árboles dejaron de tener fuerza, por lo que Blaze y Natsuki pudieron liberarse. La navegante representaba el mayor riesgo para Ran, quien pudo recuperarse rápido y la apresó de nuevo, esta vez con más fuerza y la lanzó lo más lejos posible, derribando muchas coníferas en esa acción, haciendo que Ran se disculpara de nuevo con el bosque. Blaze lo aprovechó para golpear a la chica, aunque ésta pudo defenderse un poco, los ataques la hirieron en el vientre, el cual se tomaba al levantarse.
–No me gusta golpear mujeres, pero no me dejas otra opción.
–¡A un lado, Blaze! –le gritó Fubuki, alertándolo de una multitud de raíces que estaban saliendo del sulo y que lo golpearon de pies a cabeza.
–¡No voy a perder! –Ran se dolía pero utilizaba todo el poder de su fruta para ganar el combate, a pesar de que ello significara herir a una gran cantidad de árboles.
–No me dejas otra alternativa –dijo Fuu, quien había sido alcanzada por algunas raíces, pero no de forma tan directa como Blaze. La princesa sacó otra esfera, ésta mucho más grande que las anteriores, pero no la lanzó contra Ran, sino contra la parte del bosque que la rodeaba. Al estallar, liberó una explosión fría que dejó congelados muchos de los árboles cercanos. Ni siquiera la peliverde podía ya manipularlos, pues parecía que estaban muertos.
–Vaya, si podías hacer eso desde el principio, nos habríamos evitado mucho tiempo –le dijo un dolorido Blaze.
–Tal vez –respondió Fuu– pero habría preferido no hacer daño al bosque, ni matar a tantos árboles –dijo con tristeza, lo que fue notado por Ran, quien sólo agachó la cabeza y se hincó en el suelo, sintiéndose derrotada, mayormente porque ella tampoco quería hacerle daño al bosque, y sabía además que Blaze y Fuu la vencerían tarde o temprano. La princesa se acercó a ella y la abrazó.
–Puedo ver que no eres de mal corazón, no dejes que tu miedo por Masanori te ciegue. Podemos vencerlo –le aseguró– Blaze, Jet, mis amigos, han hecho cosas que yo creía imposibles. Sé que podemos lograr esto, y si tú nos ayudas, será más sencillo –le pidió con sinceridad. Blaze también se acercó y le extendió la mano para ayudarle a levantarse. Ella aceptó y sonrió tímida– ayúdanos a reconstruir este país –le pidió nuevamente Fuu.
–Iré con ustedes –aceptó finalmente ella– de cualquier forma, ya no hay vuelta atrás –dijo y luego señaló hacia su izquierda– su amiga está por allá. Yo debo volver a Kavia a decirles a los pobladores lo que sucede, deben estar preocupados, pero regresaré en unos minutos.
Tal y como se los había indicado Ran, Blaze y Fuu encontraron a Natsuki en tal dirección. La navegante se levantaba pesadamente, aunque cuando vio a sus amigos, lo hizo con más velocidad. La chica escuchó lo que había pasado y las energías le volvieron, aunque pronto recordó que hacía bastante fío y se abrazó de Fubuki para tratar de calentarse. Cuando los tres volvieron al lugar de la pelea, Ran ya estaba ahí esperándoles y los cuatro partieron con destino a Palacio. Fuu preguntó a Ran si lo que Osamu le había contado era verdad y la peliverde asintió, preocupando y entristeciendo a la princesa quien pidió a sus compañeros apresurarse.
Jet, Shinta y la reina Yuki seguían caminando por el bosque hasta que el espadachín les detuvo. Les hizo guardar el mayor de los silencios por un momento y luego señaló a lo lejos, detrás de una pequeña alameda, unas figuras blancas que se confundían con la nieve, avanzaban por aquel lugar.
–Son Osos Blancos –dijo Yuki– es extraño, no deberían estar aquí, no es su lugar natural en la isla.
–¿Son peligrosos? –preguntó Jet.
–Son bestias mortales, pero usualmente no atacan sin razón. De cualquier forma, debemos tener cuidado. Realmente –miró ella a Jet– no me gustaría que tuvieras que hacerle daño a alguno de ellos.
También el otro grupo se había topado con estos animales. Pero la situación era más grave, pues los habían percibido ya estando muy cerca de ellos. Era un par de osos que no estaban para nada contentos con la presencia de humanos cerca de ellos. Blancos, del color de la nieve, con garras del tamaño de un torso humano y colmillos que sobresalían de su hocico, eran animales temibles.
Las enormes bestias estaban furiosas, mostrando sus dientes, con ojos brillantes que centelleaban en color azul. Uno de ellos, el menos grande, rascaba la nieve como si afilara sus uñas, mientras que el otro miraba uno por uno a los piratas acompañados por Ran. Blaze estaba haciendo una cuchilla en su mano derecha, pero Fuu lo detuvo de inmediato.
–Pero, ¿qué les han hecho? –dijo, como si hablara con los osos– ¿acaso ustedes también han sufrido por todo lo que ha pasado? Después de todo es originalmente su tierra, su hogar y los han echado de ahí, por eso han bajado tanto, ¿verdad?
Ran intervino, aunque insegura por lo que Fuu había dicho hacía unos segundos –Masanori mandó que se eliminaran a todos los Osos Blancos. Yo fui una de las enviadas; sin embargo, no los matamos, sino que los expulsamos de donde vivían– Fuu soltó unas lágrimas en cada ojo, las cuales limpió con las mangas de su abrigo.
–Les fallamos, también a ellos, porque son parte también de esta tierra y nuestra responsabilidad, igual que la gente.
–¿Igual que la gente? –preguntaba Jet a la reina Yuki.
–Precisamente. De hecho, esta especie está en la isla primero que los humanos y por derecho les pertenece. Después de habitar esta tierra y organizarla, es nuestro deber proteger a la gente y a todo ser viviente que viva en el reino. Son seres feroces, pero sólo cuando se sienten amenazados. Son protectores de su territorio, pero los humanos pueden caminar por ahí si no tienen malas intenciones; sólo una persona en el reino podía acercarse realmente a ellos.
–¿Usted, por ser la reina? –preguntó Shinta– ¿La reconocían como la reina?
–No, ellos no reconocen títulos de esa clase –sonrió la monarca– reconocen los corazones y la bondad que habita en ellos, por eso la única que siempre pudo acercarse a ellos, fue Fuu.
La princesa se arrodilló frente a ellos, mientras tres mas se asomaban algo cerca al lugar, uno parecía un cachorro y los dos restantes adultos. Fubuki les había pedido a sus nakamas no hacer nada y dejarla –por favor, perdónenos –les dijo a los animales, que seguían expectantes, pero mostrando signos de enfado– mi familia y yo debimos haberlos protegido, igual que a toda esta gente. Pero les prometo –dijo levantando la cabeza– que arreglaremos esto y ustedes podrán regresar a donde pertenecen, sólo confíen en mí, como antes, por favor –las dos bestias se acercaron a Fuu, mientras Blaze estaba a punto de hacer algo pues los hocicos de los animales estaban casi pegados al rostro de la princesa, pero entonces fue cuando uno de ellos lamió la mejilla de la peliazul. Ella se incorporó un poco y abrazó del cuello al oso– ¡sabía que no me habían olvidado! –el otro oso se acercó y también recibió un abrazo de la princesa. Luego de que ella se levantó, los animales fueron junto a los otros que habían llegado y se retiraron, perdiéndose entre los árboles.
Ran quedó totalmente azorada. Durante el tiempo que llevaba en ese lugar, jamás vio a uno de esos animales, ni cerca de comportarse de esa forma. Ella siempre los había conocido como bestias temibles, con los que nadie debía cruzarse si querían salir con vida, pero una aparentemente débil muchacha había “razonado” con ellos y a la chica, le recordó de inmediato algo que, hacía un año, le había sucedido.
Explorando las regiones del Norte junto a Dirgen, se encontró con una pequeñísima aldea, la cual, estaba formada por humildes casas de madera, un número limitado de ellas apenas ocupaban un pequeño claro del bosque, entre algunos pies de montaña. Cuando los dos guardias estaban por tocar una de las puertas de esas cabañas, un anciano salió de otra de ellas y llamó su atención. Dirgen afiló sus garras, pero la joven lo detuvo, no era el momento apropiado de derramar sangre.
El anciano, llamado Gorou, tampoco quería problemas. Eran pocos los visitantes que había por esos lares. Ran suponía que era una aldea olvidada aun por las anteriores reinas de Yuki, pero Gorou le aclaró que no era así. Ellos eran descendientes de los primeros pobladores de esa isla, y su tribu había vivido ahí desde siempre. A pesar de que toda la isla era gobernada por la familia real Yuki, toda esa región era como una reservación, donde se les permitía vivir sin rendir ningún tributo a la reina, pero tampoco recibían los probables beneficios que el gobierno pudiera darles.
Ran pensó que ellos eran una especie de rebeldes y que estarían de acuerdo con el nuevo gobierno de Masanori, pero no era así –nosotros sólo respetamos a la naturaleza –le dijo el viejo– las personas no respetan al cielo, al viento, al fuego, a la luz, al agua, a la nieve, a las montañas, ni tampoco a los seres vivientes que tienen tantos o más derechos en esta tierra que ellos. Un gobernante –siguió– no sólo debe respetar, como hace la reina Yuki, sino que debe ser uno solo con la naturaleza, para así entenderla. Sólo cuando eso suceda, nosotros seremos parte de este pueblo.
Dirgen, en su carácter impaciente, tuvo la idea de matar a los aldeanos, pero Ran se lo prohibió. A pesar de lo fuerte del guardia, él sabía que no debía hacer enfadar a la joven, y menos cuando se encontraban en el exterior.
El corazón de Ran palpitaba rápido al ver a Fuu ser tratada así por los animales. Tal vez era su Fruta del Diablo, pero el tiempo que llevaba viviendo en esa isla donde la naturaleza era la que retaba a la población y la que dictaba las condiciones, lo había disfrutado mucho, tanto, que empezaba a querer ese lugar, casi a amarlo. Con sus ojos húmedos miró a la peliazul y sus mejillas se sonrojaron aún más, pero ya no por el frío –¡eres tú! –le dijo sorprendiendo a todos– tú eres la princesa de este lugar –afirmó, antes de arrodillarse, como venerando a Fubuki. La misma peliazul se quedó pasmada, observando que las largas trenzas del cabello de Ran, se arrastraban por el suelo mientras su rostro veía totalmente hacia abajo.
La princesa se agachó para quedar al mismo nivel de Ran. Jamás entendió el por qué las personas debían arrodillarse ante ella, a pesar de su nobleza. Tocó el hombro de la joven, quien alzó el rostro para verla a los ojos y con su mano, la invitó a levantarse –no es momento de esto –rió– bueno, creo que nunca es momento para estas cosas. A lo que me refiero es que debemos llegar cuanto antes al palacio, al menos antes que mi madre.
kaizoku ou-
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Re: [Fanfic]El mar te dará familia - Capítulos 106/?? (En proceso)
Joder Kai, que constancia. Yo quiero escribir un drama, pero cuando tengo ganas no tengo tiempo, y viceversa. Voy atrasado con tu historia, pero me pondré al día pronto, espero. Y te iré comentando los capis, porque la historia es buena y graciosa, y porque qué menos xD A ver si así se me pegan tus ganas y me decido a escribir yo también.
Marty McFly-
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